3.02.12

Eppur si muove - ¿La Iglesia católica tuvo que ser franquista?

A las 12:38 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Eppur si muove
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Desastres de la Guerra

A raíz de una entrevista que José María Garrido, persona que escribe en el diario internáutico “El Plural”, de Enric Sopena, le hizo a Jesús Calvo, capellán de Falange Española, y en la que se dicen cosas a tener en cuenta, surgió, de inmediato, un tema para un Eppur si muove porque si hay algo que ha de hacer la Iglesia católica, en el mundo en el que le ha tocado vivir, y le tocó vivir, es, al menos, sobrevivir.

La pregunta es pues, la siguiente: ¿La Iglesia católica tuvo que ser franquista?

Y la respuesta es la que es, sin más remedio. No puede ser otra y no se espera que sea otra. Por cuestión, sobre todo, de supervivencia.

Veamos, pues, las razones de tal respuesta, que sólo aparecerá al final de este análisis.

Antes de empezar, les digo que no suelo traer imágenes a esta categoría de mi blog. Sin embargo, creo que vale la pena ilustrar lo que, en verdad, pasó. Para que nadie se lleve a engaño.

Esta imagen muestra el “fusilamiento” del Sagrado Corazón de Jesús, que ocurrió durante la Guerra Civil española (1936-1939).

Sagrado Corazón de Jesús fusilado

Y esto es un simple ejemplo de algo que es más que conocido por todos los que no quieran tergiversar la historia a su personal gusto.

También aporto estos datos acaecidos en el mismo periodo en el que se trataba de acabar con Cristo disparando contra una imagen suya:

Obispos: 13 asesinados.
Sacerdotes: 4.184 asesinados.
Religiosos: 2.365 asesinados.
Monjas: 263 asesinadas (cuando no violadas)
Laicos por el hecho de pertenecer a asociaciones confesionales o simplemente católicas: miles de ellos asesinados.
Iglesias destruidas: 20.000 (entre ellas varias catedrales)

A lo mejor ya es suficiente con lo hasta aquí mostrado y dicho.
Vuelvo a hacer la pregunta: ¿La Iglesia católica tuvo que ser franquista?

Cuando se dice que alguien tiene que ser esto o lo otro se está dando a entender que no puede ser otra cosa porque el tener tiene un sentido, ciertamente, obligatorio. Por eso, y a tenor de lo apenas, apenas, apenas, mostrado en el día de hoy, a cualquiera le resulta fácil responde a lo preguntado: la Iglesia católica y sus fieles sólo pudieron ser franquistas porque era una cuestión de supervivencia. O dicho de otra forma, de no haber sido así y de mantenerse “neutrales” el final de la Iglesia católica se habría dado por seguro y, a lo mejor, habría pasado como en la zona de La Vendée en la Francia de la época de la Revolución Francesa cuando más de un cargo político-militar se jactó de haber hecho desaparecer (niños incluidos) a todo católico que en aquella región francesa se había opuesto a las nigérrimas órdenes y mandatos que emanaban de las autoridades republicanas.

Así se expresaba el general jacobino Westermann:

“¡La Vendée ya no existe, ciudadanos republicanos! Ha muerto bajo nuestra libre espada, con sus mujeres y niños. Acabo de enterrar a un pueblo entero en las ciénagas y los bosques de Savenay. Ejecutando las órdenes que me habéis dado, he aplastado a los niños bajo los cascos de los caballos y masacrado a las mujeres, que así no parirán más bandoleros. No tengo que lamentar un sólo prisionero. Los he exterminado a todos”.

Y algo así se estaba preparando, en España, desde el mismo momento de la proclamación de la II República (hurto, por cierto, de los verdaderos resultados electorales de entonces). Poco a poco lo fueron haciendo: emitiendo normas contra la Iglesia católica, quemando Iglesias desde el primer momento de abril de 1931, etc.

Aún hay alguien que pueda decir que la Esposa de Cristo no debió encomendarse a las botas militares del General Francisco Franco. Seguramente preferirían que hubiesen muerto todos los discípulos de Cristo para satisfacer las ansias de sangre de Satanás. Y a eso se aprestaron con diligencia en cuanto pudieron los mismos que ahora buscan, en su Memoria histórica, rehacer las cosas a su gusto.

Pues, entonces, que venga Dios y lo vea si era posible que los católicos españoles de la década de los años 30 del siglo XX pudieran haber hecho otra cosa que lo que hicieron porque mártires los hubo por miles (muchos de ellos ya han subido a los altares) pero tampoco era plan de que la Iglesia católica pasara a mejor vida para gusto y solaz de una ideología asesina.

A aquel régimen muchos lo llaman nacionacatolicismo como tratando de injuriar tanto a la nación como al catolicismo.

Pues anda que el nacionalcomunismo

Eleuterio Fernández Guzmán