El Lignum Crucis, que contiene un trozo de la cruz de Cristo, ya se encuentra de nuevo en el Monasterio de Santo Toribio, tras ser restaurado en el taller de orfebrería de la familia Piró, en Valencia. El relicario fue trasladado al taller valenciano el pasado 9 de diciembre, después de haber sacado la santa madera, que durante estas últimas semanas no ha podido permanecer expuesta y ha quedado guardada en el interior de una caja fuerte. La última restauración del relicario tuvo lugar el 14 de febrero de 1972.
En la jornada de ayer, los responsables del taller
valenciano se desplazaron hasta el monasterio lebaniego
para hacer entrega del relicario después de haber
concluido la restauración. Estos trabajos han consistido,
principalmente, en la restauración del dorado, la
colocación de un nuevo medallón en uno de los
Evangelistas, que estaba repetido, y en asegurar algunas
piezas que se movían así como en su limpieza. De la
entrega y del acto de colocar la Cruz en el relicario,
levantó acta la notaria de Potes, María José Pérez. En el
acto estuvo presente el obispo de Santander, Vicente
Jiménez Zamora; el vicario general de la diócesis, Manuel
Herrero; el guardián del monasterio, Juan Manuel Núñez, y
los franciscanos, Carmelo Ajura, Juan María Aizpitarte y
Eliseo Bengoa.
También estuvieron presentes el arcipreste de Liébana,
Elías Hoyal; el presidente de la Cofradía de la Santísima
Cruz, Manuel Bulnes, y los cofrades, Nieves Rodríguez,
Sabina Cuevas, José Alberto García y Juan Francisco
Gutiérrez.
Sacristía del monasterio
El acto tuvo lugar en la sacristía de la iglesia del
monasterio. El guardián, Juan Manuel Núñez, fue el
encargado de sacar la reliquia de la caja fuerte y
colocarla sobre la mesa central de la sacristía. Fue en
ese momento, cuando los responsables del taller
valenciano, sacaron el relicario reformado. Seguidamente,
el trozo de madera se introdujo en el interior del
relicario, colocándose unas almohadillas para ajustarlo
convenientemente. El carpintero lebaniego, Jesús Ángel
González, de la Carpintería Mariano Gómez e Hijos, de La
Vega, encoló los brazos de la Cruz. Después de introducir
los tornillos y lacrarse el relicario en cuatro puntos,
con sello del Obispado y en forma de cruz, monseñor
Vicente Jiménez tomó la reliquia y se inició una procesión
hasta el camarín de la Capilla del Lignum Crucis. A
continuación, se hizo una lectura, y el obispo de la
diócesis agradeció a los responsables del taller orfebre
valenciano, «el excelente trabajo realizado». Anunció que
el monasterio lebaniego conmemorará los 500 años de la
concesión de la Bula del Papa Julio II. Estas
celebraciones se extenderán desde el 15 de abril hasta el
14 de septiembre. Durante ese periodo, explico Vicente
Jiménez, «se podrá recibir indulgencia plenaria durante la
conmemoración jubilar, con el añadido de que las personas
que escuchen en la radio o vean en televisión las
ceremonias de apertura y clausura, pueden también ganar la
indulgencia». El acto concluyó con la bendición con
incienso de la reliquia.