5.02.12
La involución permanente del socialismo español
Tengo un enviado especial en el congreso socialista en Sevilla. He estado informado por correo electrónico al minuto. Es un amigo periodista que trabaja para una emisora de radio municipal en su pueblo. Es un buen profesional cristiano, y excelente esposo y mejor padre de sus hijos. Se trata de Antonio.
Anoche hablé por teléfono con él. Está desfondado de la reunión del socialismo español, donde no ha existido una confrontación de ideas nuevas que hiciera al partido homologable a las socialdemocracias europeas. Tampoco ha visto una masa humana convencida de sus posibles líderes. Los 22 votos de diferencia han creado un ambiente de desconfianza mutua que les ha llevado a recontar tres veces las urnas llenas de votos.
Cuando más asco sintió Antonio fue cuando escuchó a Pérez Rubalcaba, ante el silencio y sueño de su auditorio, meterse con la Iglesia Católica, con un estilo de matón de discoteca baratuna situada en un polígono industrial. Amenazó con la denuncia formal de los Acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede, si el gobierno actual desmontaba toda la legislación de ingeniería social colocada durante los ocho años de soportar la losa socialista en la sociedad española. En ese momento las palmas de los reunidos echaban humo.
De inmediato, contesté a Antonio, que lo hagan ya. Cuanto antes. Tendrán que esperar cuatro años de legislatura. Deberán cooperar a que la crisis económica esté medio superada y la gente tenga trabajo y el estomago lleno para que les sigan como corderos a las urnas.En la conversación telefónica hablamos cómo se equivoca, otra vez más, el partido socialista que no reconoce que mucha gente que le vota es cristiana convencida y está insertada en sus parroquias, y en movimientos apostólicos.
Conozco a cuatro catequistas que son votantes socialistas, sus hijos acuden a la catequesis, han recibido los sacramentos de la iniciación cristiana, y, en el instituto de secundaria, han elegido la asignatura de Religión y Moral Católica para ellos.
Mi amigo comenta que en la reunión socialista ha encontrado a varios curas andaluces, cuatro concretamente, que son simpatizantes del socialismo, quienes le han comentado que no les ha gustado que se mueva al auditorio poniendo a la Iglesia como centro de los porrazos dialécticos.
Desde aquí a esos sacerdotes y a todos los cristianos que votan al socialismo español les recuerdo que o el partido evoluciona y se iguala a sus hermanos europeos, o el callejón sin salida ideológica que ahora tienen les convertirá en unos transeúntes durante largo tiempo por el desierto de la oposición.
Seguramente, en Roma estarán sin dormir desde la llegada del nuevo secretario socialista español a la cumbre del partido. Posiblemente,no es así,sino que será lo que yo hago desde hace muchas fechas, estén rezando por España, esa nación tan importante, que tiene afanes de involución permanente en vez de dar el salto definitivo a vivir como el resto de países europeos, donde nadie considera a la Iglesia Católica el muñeco de los palos ni físicos ni verbales ni ideológicos.
Solamente existe una sana convivencia y un respeto a la plena libertad religiosa de todas las opciones religiosas existentes en la Europa de hoy. Algo que España no disfruta.Tomás de la Torre Lendínez