7.02.12

Así es como más de uno se echa al monte para asilvestrarse

A las 12:29 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Sujetos activos contra la fe
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Es lo que suele pasar con los partidos políticos que entienden el poder como el propio y absoluto de una secta; es lo que les pasa a los que se ven sin el sillón y el coche oficial: radicalizan su radical posición entorno a determinados temas.

Las cosas son así de claras y así las tenemos que decir.

Las personas que, formando parte de partidos totalitarios como, por ejemplo, es el PSOE y que tienen antecedentes de perseguir a la Iglesia católica y a sus fieles hasta no ya desearles la muerte sino, directamente, a matarlos, es comprensible que se suban al monte cuando dejan de tener acceso a los presupuestos oficiales y que, cuando dejan de mangonear la cosa pública (¡Sí!, la res publica latina) se sienten legitimados para hacer lo que mejor les cuadra con su maloliente ideología.

Además, se les nota demasiado el tinte totalitario cuando pretenden, ahora, que los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado Español se cambien o, si es posible, pasen a mejor vida.

Esto es, no vaya a creerse otra cosa, además de pretender dar por saco y meter el dedo en el ojo a la Iglesia católica, un ataque directo contra la constitución que, aprobada el 6 de diciembre de 1978, aún está en vigor.

No piensen que exagero. Pero es que, además, estos despilfarradores del dinero público y encargados de arruinar a España en tan sólo 8 años, ni saben contar ni tienen, de los números, una idea siquiera medianamente presentable. Y es por lo que sigue.

Muchos de estos chiquilicuatres de la política española, exactos don nadie que se han visto aupados al poder por la falta de conciencia de lo que conviene de otros muchos, tienen la impresión de que los citados Acuerdos pudieran ser inconstitucionales o que, en todo caso, no responden a la realidad misma que, realmente, hay en la España real porque ellos ven las cosas desde su particular punto de vista que consiste, en general, en hacer verdad sólo lo que tienen como bueno y falsedad todo acuerdo que no acuerde con ellos.

Y, sin embargo, y en primer lugar, como cualquiera sabe el orden numérico de los años indica que cuando uno de ellos es posterior, lo anterior ya ha pasado y que, por lo tanto, las consecuencias de lo pasado son, ahora, lo que son y que a ellas tenemos que conformarnos.

Pues bien, el artículo 16. 3 de la Constitución de 1978 dice lo siguiente:

3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.

Ahora… si los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado Español son del año 1979 esto quiere decir que fueron aprobados después de la entrada en vigor de la denominada Carta Magna. Eso debería hacer pensar (cosa, a veces, imposible) a más de uno que los Acuerdos son perfectamente constitucionales y que, como cualquiera que no sea sectario de izquierdas puede observar el contenido del supracitado apartado del artículo 16 se ajusta a la realidad. Y quieren revisarlos para, seguramente, derogarlos.

Lo que aquí pasa es que el PSOE ya no está en la realidad desde que perdió las últimas elecciones de noviembre pasado. Por eso ahora saca su verdadera cara nigérrima y rostro laicista y provocador que es, en suma, el que le ha caracterizado desde que un malcarado llamado Pablo Iglesias (¡Vaya apellido!) empezara a hacer de las suyas hace ya, demasiados años.

Por eso quieren, también, molestar con el asunto de la asignatura de Religión católica. Quieren sacarla del horario lectivo seguramente para que nadie pueda adquirir conocimientos de moral católica pero sí de los propios de Educación para la Ciudadanía que era la que antes habían obligado, ¡Obligado!, a recibir estos partidarios del palo y tentetieso cuando no están de acuerdo con mis cogitationes.

Y esta sarta de zánganos de la política, chupasueldos oficiales y sacamantecas públicos, se atreven a poner palos en las ruedas de las relaciones Iglesia-Estado porque son lo que son y son como son. No pueden remediarlo.

Pero

Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española.
Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española.
Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española…

Esto les debería estar martilleando en su cerebro todos los días de sus vidas porque es lo que hay. Y no nos da la santa gana que sea de otra forma lo quieran sus majestades los políticos siniestros o no lo quieran.
 

Eleuterio Fernández Guzmán