ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 8 de marzo de 2012

Santa Sede

"Teología hoy: Perspectivas, principios y criterios"
Publicación del documento de la Comisión Teológica Internacional

Mundo

La integración de los migrantes es vista por la Iglesia como una potencialidad
Debate organizado por la embajada estadounidense ante la Santa Sede

España: El ministro de Justicia anuncia una reforma de la ley de aborto
Denuncia que muchas mujeres abortan por presiones estructurales

Nuevo sitio plurilingüe del Encuentro Mundial de las Familias
Desde enero, más de 160.000 visitas en el sitio oficial

Las mujeres, motores de cambio
En el Día Internacional de la Mujer Trabajadora

Flash

Colombia: Misioneros Combonianos lanzan radio y televisión virtual
'Sinfronteras', para difundir la actividad misionera de la Iglesia

XV Jornadas de Alzheimer en el Centro de Humanización de la Salud
Más de trescientas personas inscritas

Homilías de Benedicto XVI: Cuaresma
Especial para este tiempo litúrgico

Procesión de San José de la Montaña en Barcelona
En el marco de la Misión Metrópolis

Documentación

Nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana en perspectiva misionera
Intervención del padre Enrique Sánchez, en la asamblea de la Unión de Superiores Mayores


Santa Sede


"Teología hoy: Perspectivas, principios y criterios"
Publicación del documento de la Comisión Teológica Internacional
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 9 marzo 2012 (ZENIT.org).- Después del documento: En busca de una ética universal: nueva mirada sobre la ley natural (2009), la Comisión Teológica Internacional hace público, el 8 de marzo de 2012, un nuevo documento, redactado en inglés: Theology Today: Perspectives, Principles and Criteria (Teología hoy: Perspectivas, principios y criterios), a tenor de su misión de ofrecer ayuda a la Santa Sede, y en particular a la Congregación para la Doctrina de la Fe, a la hora de examinar las cuestiones doctrinales de mayor importancia.

El texto se publica en la página Internet de la Comisión Teológica Internacional, que se encuentra en la web vaticana.

El mismo día de su publicación, aparece también en la revista Origins. CNS Documentary Service, y en la página web de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos. Próximamente, se publicará una traducción italiana en La Civiltà Cattolica; está previsto que sea traducido sucesivamente en los principales idiomas.

El documento, cuya preparación comenzó en el precedente quinquenio 2004-2008, en la subcomisión presidida por el profesor Santiago del Cura Elena, ha sido redactado teniendo presente el estudio realizado, durante el quinquenio actual, en la subcomisión presidida por monseñor Paul McPartlan.

El documento examina algunas cuestiones actuales de la teología y propone, a la luz de los principios constitutivos de la misma, los criterios metodológicos que son determinantes para la teología católica respecto a otras disciplinas afines, como las ciencias religiosas.

El texto se divide en tres capítulos: la teología presupone la escucha de la Palabra de Dios acogida en la fe (capítulo 1); se lleva a cabo en comunión con la Iglesia (capítulo 2); y tiene como fin dar razón de un modo científico de aproximarse a la verdad de Dios en una perspectiva de auténtica sabiduría (capítulo 3).

El texto fue aprobado en forma specifica por la Comisión Teológica Internacional el 29 de noviembre de 2011, y fue presentado al presidente de la misma, el cardenal William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que ha autorizado su publicación.

Para saber más: www.vatican.va.

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Mundo


La integración de los migrantes es vista por la Iglesia como una potencialidad
Debate organizado por la embajada estadounidense ante la Santa Sede
ROMA, jueves 8 marzo 2012 (ZENIT.org).- El Colegio Pontifico Norteamericano, ubicado en el Janículo --la octava colina de Roma--, fue anfitrión este jueves de un panel de actualidad y urgencia: Construyendo puentes de oportunidad: Migración y diversidad, organizado por la embajada de los Estados Unidos de Norteamérica ante la Santa Sede.

Al evento acudieron académicos, diplomáticos, religiosos y periodistas, quienes siguieron con atención las intervenciones de un destacado panel integrado por el presidente del pontificio consejo de la Cultura, cardenal Gianfranco Ravasi, por el observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, el arzobispo Silvano María Tomasi, CS, y por el doctor Demetrios Papademetriou , presidente y cofundador del Migration Policy Institute, con sede en Washington DC. Como moderador estuvo el embajador estadounidense ante la Santa Sede, el teólogo Miguel H. Díaz, un símbolo real de la integración y de la diversidad, dada sus raíces cubanas.

El escenario no podía ser más propicio, más aún si tenemos en cuenta que en el colegio norteamericano se preparan casi 230 seminaristas de Estados Unidos, quienes al volver se dedicarán a atender entre sus fieles a un número cada vez mayor de católicos hispanos, los cuales viven en esas tierras no solo trayendo problemas --como a veces se les cataloga--, sino portando su fe viva, sus esperanzas, su buena fama para el trabajo, y también nuevos hijos en un país que envejece. Una población migrante que, según estimaciones para el año 2050, será el 29% del total de los residentes en Estados Unidos, superando al doble a los afroamericanos y reduciendo la brecha con los blancos no hispanos en tan solo 23%.

Una atención especial tendrá que darse a los de raíz hispana de la llamada segunda generación (con un padre nacido fuera) o la de tercera (cuyos ambos padres son nacidos en EUA). Esto con el fin de rescatar bases culturales que van desde el idioma y las tradiciones, hasta los valores de la fe católica, la familia y la solidaridad, todos muy arraigados en las comunidades latinoamericanas de origen, aunque exista un riesgo latente de perderlas progresivamente si no hay un acompañamiento serio al respecto.

Lo que los técnicos ven como fenómeno a resolver, la Iglesia lo ve como potencialidad; esta fue una idea clarísima que salió en el debate de hoy. En su intervención, el cardenal Ravasi expuso tres modelos por los que pasa todo proceso migratorio: el modelo de la movilización, que lleva a un pueblo con su cultura hasta donde está el otro, generando a veces desencuentros y rechazo, aunque a veces aceptación y acogida como se ve en la biblia. Otro es el modelo de la interculturalidad, que tiene la característica de ser estático, donde cada cultura o grupo étnico tiene su espacio, conviven, pero no siempre se integran. Y finalmente existe el modelo intercultural --muy hablado y recomendado hoy en día--, que resulta ideal por su dinamismo, ya que es allí donde nos confrontamos con el otro, rescatamos sus valores; en que no imponemos sino proponemos lo nuestro, y donde las visiones diferentes del mundo se entrecruzan para hacer brotar la reciprocidad, el diálogo y la coexistencia. Fue así que el alto prelado recomendó para todo ello, una "gramática del encuentro".

El arzobispo Silvano Tomasi intervino respaldado por su experiencia de casi una década en el trabajo pastoral con los migrantes en la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, y en la misma Santa Sede, hasta que fue destinado a importantes cargos como nuncio apostólico en Etiopia y Eritrea y más recientemente en Naciones Unidas, donde su última gestión exitosa fue la incorporación de la Santa Sede como miembro pleno de la Organización Internacional para las Migraciones, con sede en Ginebra.

En su exposición explicó que la lectura que se tiene de los gobiernos es que el tema migratorio pasa por políticas de fronteras, seguridad, leyes punitivas en los parlamentos y de los gobiernos locales, así como en políticas laborales precisas para los extranjeros. Lo que no se constata mucho es lo relativo a mecanismos de integración del migrante con la sociedad que lo acoge, su desarrollo integral o la poca actuación local de los gobiernos y organismos, que muchas veces siguen las tendencias globales. El experimentado diplomático fue enfático al afirmar que los migrantes tienen en la iglesia a un aliado, que siempre los ha visto como parte de una ‘gran familia humana’, reconociendo de inmediato su aporte constructivo allí donde emigran, pues en la mayoría de los casos son portadores de una identidad rica de valores, son solidarios y saben integrarse, compartiendo y asimilando cultura.

Finalizó el debate con la contribución del presidente Papademetriou sobre las realidades que acompaña su institución en Estados Unidos, resaltando que a través de las décadas han habido medidas legislativas que han protegido paulatinamente al migrante en lo referido al derecho al voto, al estudio o recibiendo los debidos subsidios por pobreza o desocupación. Destacó que en Canadá, el multiculturalismo es hoy un derecho reconocido por la constitución, lo que es promovido desde las diversas esferas de la sociedad.

Es oportuno sacar a relucir lo expresado a nuestra agencia en agosto de 2010 por el obispo de Little Rock en Arkansas, monseñor Anthony Taylor, en el sentido de que si hay necesidad de sobrevivencia para uno mismo o para su familia, entonces "emigrar no es un pecado".

Por José Antonio Varela Vidal

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España: El ministro de Justicia anuncia una reforma de la ley de aborto
Denuncia que muchas mujeres abortan por presiones estructurales
MADRID, jueves 8 marzo 2012 (ZENIT.org).- El ministro de Justicia, Alberto Ruíz-Gallardón, ha subrayado la presión y de la "violencia de género" a la que se ven sometidas "en muchas ocasiones" las mujeres por embarazos no deseados. Lo dijo en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados.

En respuesta a la diputada socialista Ángeles Álvarez, durante la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso, Gallardón subrayado que el legislador "no debe ser indiferente" ante estas situaciones porque, si se observa la realidad, dice que se puede apreciar que muchas mujeres "ven violentado su derecho a ser madres por la presión que generan a su alrededor determinadas estructuras" que, en supuestos embarazos no deseados, las hacen "responsables únicas de esos conflictos".

Sobre si hay intención de recortar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, tal y como le ha cuestionado la parlamentaria socialista, Gallardón ha afirmado que el PP "no solamente" no los va a recortar sino que va a aumentar la protección del derecho reproductivo "por excelencia" de la mujer, que es, a su juicio, el de la maternidad.

Y añadió: "A mi juicio es insuficiente una legislación que se limita a proteger al no nacido mediante la tipificación penal del aborto y que no preste atención a la situación de la mujer que debe estar protegida".

Dijo también que es "absolutamente insuficiente" la propuesta socialista de una legislación que se limite a la despenalización del aborto, sin remover los obstáculos reales que impiden a la mujer su derecho a ser madre abandonando a la protección del concebido.

Reiteró que la ley se va a inspirar en el derecho de la mujer a la maternidad e insistió en que "ninguna mujer" debería verse obligada a renunciar a la maternidad por un conflicto familiar, laboral o social.

Señaló que el Ejecutivo va a insistir en la formación, en la información y en la prevención, así como en la promoción de la inserción sociolaboral de las mujeres embarazadas, en garantías para conciliar su vida laboral con la personal, en garantizar que se evite cualquier tipo de discriminación. "Vamos a estar precisamente cerca de las mujeres más vulnerables, en paro, menores de edad, inmigrantes, con discapacidad", subrayó.

Dijo que todas las administraciones públicas tendrán que trabajar conjuntamente para que los servicios sociales, la educación, la sanidad, la vivienda, el transporte y el empleo sean "prioritarios" para la mujer embarazada. "En definitiva, vamos a defender el derecho y la dignidad de la mujer como uno de los derechos fundamentales que es del derecho a la maternidad", concluyó.

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Nuevo sitio plurilingüe del Encuentro Mundial de las Familias
Desde enero, más de 160.000 visitas en el sitio oficial
MILÁN, jueves 8 marzo 2012 (ZENIT.org).- Está ya en red la nueva versión del sitio www.family2012.com, en italiano, inglés, francés, español, portugués y alemán. La renovada vestimenta gráfica ha sido estudiada a propósito para acompañar a los visitantes en los tres últimos meses de acercamiento al VII Encuentro Mundial de las Familias de Milán. España es el segundo país con más frecuencia de entradas en el sitio.

Facilidad de navegación, evidencia de las informaciones y de las secciones más solicitadas, reñevancia de los contenidos, limpieza y belleza gráfica están entre las características sobre las que se ha fundado esta remodelación, informa la Oficina de Prensa del Encuentro.

Están ahora directamente al alcance de un click de la portada las noticias de primer plano, las catequesis, diversos puntos de reflexión, la sección de inscripciones, las informaciones técnicas para las familias, el calendario de los eventos preparatorios. Lo mismo vale para las secciones dedicadas a los diversos ámbitos del Encuentro: los eventos con el papa Benedicto XVI, la Feria de la Familia, el Congreso internacional teológico pastoral, la acogida, el voluntariado. Son secciones en continua ampliación, enriquecidas cada día por detalles que, al acercarse el evento, se hacen importantes para las familias que se pondrán en viaje hacia Milán.

El sitio mantiene, de la precedente versión, el espíritu de colector de todo cuanto produce la organización. Todos los materiales útiles, los volantes, los manifiestos, los videos, las catequesis realizadas encuentran espacio en el sitio.

El navegante que visita el sitio tiene la certeza de estar siempre informado con la más reciente actualización de los materiales. Las parroquias y todos los interesados pueden descargar e imprimir los materailes para contribuir a difundir la noticia del Encuentro, buscándolos ya sea navegando en el sitio o a través del evidente botón de búsqueda en la portada.

Desde la apertura, en septiembre de 2010, el sitio ha registrado 315.996 visitas (180.112 visitantes únicos). Los visitantes están en crecimiento exponencial y continua: desde el 1 de enero de 2012 a hoy, ha registrado 160.275 visitas (95.650 visitntes únicos) y 572.741 visualizaciones de página, asentándose establemente sobre las 15.000 visitas semanales y superando, en la última semana, las 21.500. La clasificación de los diez países más representados entre los visitantes ve en el primer lugar a Italia seguida de España, Francia, México, Brasil, Estados Unidos, Portugal, Argentina, Alemania y Suiza.

Entre las páginas más visitadas por los usuarios están el programa del Encuentro, las diez catequesis La familia: el trabajo y la fiesta, los materiales de difusión, la Feria de la familia, y las videocatequesis Estilos de vida.

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Las mujeres, motores de cambio
En el Día Internacional de la Mujer Trabajadora
MADRID, jueves 8 marzo 2012 (ZENIT.org).- Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. La asociación Entreculturas, promovida por la Compañía de Jesús, ha querido conmemorar este día con una jornada de envío de mujeres voluntarias.

Entreculturas afirma que aprovecha la ocasión "para visibilizar a mujeres que trabajan por cambiar el mundo. En este día se conmemora la lucha de la mujer por su participación en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona. Entreculturas, en un día como hoy, quiere tener presente a todas estas mujeres que luchan por la igualdad de condiciones, por sus derechos y por conseguir ser luces de esperanza".

En este sentido, este miércoles 7 de marzo, tuvo lugar en su sede una jornada de envío de mujeres voluntarias del Programa de Voluntariado Internacional (VOLPA). La finalidad del programa es generar conocimiento mutuo entre personas, realidades y pueblos, a través de un encuentro horizontal y en libertad que toque la vida de ambas partes.

Rebeca Manso, Inma Sánchez y Mari Paz González son tres mujeres que están a punto de embarcarse en la experiencia VOLPA. Rebeca Manso viajará a Ecuador como voluntaria en Fe y Alegría y afirma: “Me da mucha fuerza el hecho de que las personas que me han acompañado en el proceso de formación hayan sido mujeres”. Para ella, esto es un ejemplo de que las mujeres emprendemos proyectos con mucha fuerza, pero casi desde el lado más callado, el lado que no se ve.

Inma Sánchez y Mari Paz González aterrizarán en Guatemala donde serán voluntarias en la Parroquia Santa María de Chiquimula. Para Inma, la mujer es la que tiene la fuerza para mover el mundo, cada día lo tiene más claro, igual que tenemos la virtud de dar vida, tenemos la fuerza de mover el mundo. Mari Paz por su lado, se plantea este viaje como una oportunidad de conocer la realidad de las mujeres en Guatemala y vislumbrar luces para un cambio social.

La jornada estuvo marcada por la presencia de Ángela Sanz que acaba de finalizar su voluntariado internacional en Guatemala. Ángela ha pasado un año en la Parroquia Santa María de Chiquimula en Guatemala, y afirma: “España ha adelantado mucho en la igualdad de la mujer y tenemos que ser ejemplo para otros países, ya que yo creo que si en el mundo entero existiera igualdad entre géneros no tendríamos países en vías de desarrollo”.

Entreculturas ofrece materiales para la celebración de días internacionales significativos relacionados con la educación en valores. Incluyen actividades para cada etapa educativa. En este enlace se pueden encontrar los materiales escolares del Día para los derechos de las mujeres de primaria, infantil, secundaria y bachillerato: http://www.entreculturas.org/files/documentos/materiales_educativos/DiasD/DiasD_2012.pdf?download.

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Colombia: Misioneros Combonianos lanzan radio y televisión virtual
'Sinfronteras', para difundir la actividad misionera de la Iglesia
BOGOTÁ, jueves 8 marzo 2012 (ZENIT.org).- Los Misioneros Combonianos de Colombia lanzarán su radio y televisión virtual el jueves 15 de marzo, a las 10:00 a.m., en la sede de la Revista Sinfronteras.

Sinfronteras radio y Sinfronteras Tv nacen con el objetivo de presentar al mundo la actividad misionera de la Iglesia, ayudando a sensibilizar a las personas a favor de la misión.

“Usar las tecnologías de internet para llevar a todos el mensaje del Evangelio y dar a conocer el aporte de tantos misioneros y misioneras en el mundo”, es una exigencia a la que quieren responder los Misioneros Combonianos presentes en Colombia, hace 28 años, a través de sus nuevos medios virtuales. Así complementan la labor que venían realizando con la revista Iglesia Sinfronteras.

“Conscientes de que existe un gran sector de la población que demanda la existencia de medios alternativos –afirman en una nota enviada a ZENIT--, que sean la voz y la cara de los olvidados y marginados, que en nuestro país se cuentan por millones, han emprendido un sueño que se concreta en Sinfronteras Radio y Sinfronteras Tv”.

Los Misioneros Combonianos invitan a participar en “este proyecto evangelizador que va más allá de las fronteras no sólo físicas, sino culturales”.

A través de él se podrá conocer de primera mano las noticias del acontecer misionero y convertirse en un portavoz de la Buena Nueva desde el lugar enque cada uno se encuentra. Invitan a sintonizarse y llevar la misión en el corazón.

Para saber más: www.combonianos.org.

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XV Jornadas de Alzheimer en el Centro de Humanización de la Salud
Más de trescientas personas inscritas
MADRID, jueves 8 marzo 2012 (ZENIT.org).- El cuidado al cuidador, la comunicación con el enfermo de alzheimer y su atención integral en instituciones o habilidades prácticas para la intervención en situaciones difíciles protagonizarán las XV Jornadas de Alzheimer, totalmente gratuitas y coordinadas por el Centro de Humanización de la Salud de Tres Cantos, Madrid, España, de la orden de los Ministros de los Enfermos, más conocidos como religiosos camilos.

Más de trescientas personas se han inscrito en estas Jornadas, que ya van por su 15 edición. Desde el Centro de Humanización de la Salud informan de la posibilidad de seguirse inscribiendo, a través de la web: www.humanizar.es, para poder asistir a este evento formativo y de intercambio de conocimiento y experiencias.

Las XV Jornadas están reconocidas con un crédito URL y un crédito ECTS por la Universidad Autónoma de Madrid.

Durante dos días, 11 y 12 de abril, el Centro de Humanización de la Salud acogerá a profesionales de la psicología, medicina, enfermería, gerontología y animación sociocultural entre otros que ofrecerán a los asistentes el panorama más actualizado de la enfermedad de alzheimer. 

El enfermo, su familia, el profesional que le cuida, la realidad social... todos estos campos se abordarán en profundidad a través de conferencias y talleres simultáneos, además de una mesa de experiencias con profesionales del Centro Asistencial San Camilo y una interesante mesa de diálogo donde se dará la oportunidad de hacer preguntas a los expertos.

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Homilías de Benedicto XVI: Cuaresma
Especial para este tiempo litúrgico
MADRID, jueves 8 marzo 2012 (ZENIT.org).- El libro "Cuaresma" es el tomo tercero de la colección "Homilías de Benedicto XVI". Una lectura muy apropiada para este tiempo litúrgico.

Las homilías de Benedicto XVI constituyen una de las actividades de este papa que, sin duda, pasará a la historia. No son muy conocidas, ni suelen hacer demasiado ruido. Sin embargo, la homilía es un género que valora y cuida de modo singular. La obra ha sido editada por Cobel Ediciones.

“Cada una de ellas es una pequeña obra de arte –afirma el responsable de la edición José Pedro Manglano--. Son claras, bellas, profundas, piadosas, exigentes, cercanas, teológicas… En ellas hablan los símbolos, los gestos, los Padres de la Iglesia, los santos… Se escuchan las voces del pueblo judío en sus siglos de existencia y en sus costumbres, junto con las voces del nuevo pueblo de Israel, las voces del hombre contemporáneo con su rechazo al mensaje cristiano y con su sed de Dios, las voces del cristiano fiel al mensaje con los interrogantes que constantemente le plantea la realidad de este mundo…

La colección viene estructurada, principalmente, por el año litúrgico. A cada homilía le precede una breve sinopsis y contextualización. Acompaño el texto de ladillos que pretenden facilitar el hilo conductor del discurso. Unos números fraccionan discretamente el texto indicando una nueva idea en el discurso. He omitido tan solo los saludos y referencias muy circunstanciales. Al final del libro indicamos la procedencia de la homilía, los textos de la liturgia correspondiente y, por último, un índice temático”.

Para saber más: http://www.encristiano.com/libros/cuaresma_-_homilias_de_benedicto_xvi.html

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Procesión de San José de la Montaña en Barcelona
En el marco de la Misión Metrópolis
BARCELONA, jueves 8 marzo 2012 (ZENIT.org).- En el marco de la Misión Metrópolis, el grupo de Jóvenes de San José esta llevando a cabo diversas actividades en la ciudad de Barcelona, España, en pro de la nueva evangelización.

“La que presentamos en el día de hoy –informan los Jóvenes de San José en una nota enviada a ZENIT- es realmente importante, se trata de una procesión con la imagen de San José de la Montaña, que es uno de los símbolos de la Barcelona católica”.

La procesión, que se iniciará en la parroquia de Santa María de Gracia, el próximo 18 de marzo, y que pasará por calles principales de la ciudad condal, como por ejemplo la Diagonal, tendrá su momento culmen en la llegada al templo de Gaudí, la Sagrada Familia, donde el cardenal Lluis Martinez Sistach, celebrará la Santa Misa.

Este acontecimiento, afirman los Jóvenes de San José, nos hace recordar las palabras que Benedicto XVI pronunciara en la Sagrada Familia: “La alegría que siento de poder presidir esta ceremonia se ha visto incrementada cuando he sabido que este templo, desde sus orígenes, ha estado muy vinculado a la figura de san José. Me ha conmovido especialmente la seguridad con la que Gaudí, ante las innumerables dificultades que tuvo que afrontar, exclamaba lleno de confianza en la divina Providencia: 'San José acabará el templo'. Por eso ahora, no deja de ser significativo que sea dedicado por un papa cuyo nombre de pila es José”.

“Y sin duda, podemos decir nosotros –añaden los Jóvenes de San José--, que es de gran significado, que el primer acto de este tipo, que se hace en la Sagrada Familia, sea con una imagen de San José”.

Recuerdan, además, que el templo de la Sagrada Familia, fue consagrado en un principio a la protección de San José, y ese fue el nombre que se le dio a la primera asociación que se encargó de la construcción del templo expiatorio, elevado por Benedicto XVI, a la categoría de Basílica menor. 

Los Jóvenes de San José tienen como intención al realizar esta procesión “mover la piedad popular de la ciudad de Barcelona, a la vez que colaborar en la evangelización de la ciudad condal, es por ello, que el lema de la procesión es 'Barcelona, rezamos por ti'”.

Para más información: www.jovenesdesanjose.org.

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Documentación


Nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana en perspectiva misionera
Intervención del padre Enrique Sánchez, en la asamblea de la Unión de Superiores Mayores
ROMA, jueves 8 marzo 2012 (ZENIT.org).- Faltan siete meses para que el santo padre inaugure la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que esta vez tendrá como tema "La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana".  

Por el alto grado de interés que viene suscitando el tema de la nueva evangelización, especialmente en las doce ciudades europeas involucradas esta cuaresma en la Misión Metrópolis, ofrecemos a nuestros lectores la intervención del padre Enrique Sánchez, superior general de los Misioneros Combonianos, en la última asamblea de la Unión de superiores generales, en Roma.

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P. Enrique Sánchez G. Mccj

Deseo agradecer la invitación que me han hecho para compartir con ustedes esta reflexión sobre la nueva evangelización y la transmisión de la fe y quisiera decir desde el inicio que no se trata de un estudio sobre el tema, sino de un compartir que me permita decir en voz alta lo que puede significar para un misionero esta invitación a vivir con actitudes nuevas la tarea del anuncio del Evangelio a los hermanos y hermanas de nuestro tiempo.

He tratado de recoger algunas ideas siguiendo un esquema muy sencillo señalando primeramente tres consideraciones preliminares, enseguida me he detenido en algunas implicaciones que el tema puede sugerirnos como misioneros y concluyo con un pregunta sobre cuáles podrían ser nuestras aportaciones a la nueva evangelización desde la experiencia misionera.

Consideraciones preliminares

La urgencia de la nueva evangelización

Me parece interesante subrayar que el tema de la nueva evangelización viene abordado en nuestros días resaltando no tanto el aspecto de la novedad, sino más bien el de la urgencia. Puede parecer algo sin mayor importancia, pero, visto desde la perspectiva misionera, nos recuerda algo que es fundamental en nuestra experiencia cristiana. Nos pone de frente a la perene novedad de la misión que consiste en anunciar a Cristo al mundo. Cristo que es el mismo, “ayer, hoy y siempre” como nos recuerda la carta a los Hebreos1.

La actualidad y la novedad de la misión es la persona de Jesús, él es y será siempre Buena Noticia para toda persona que abra su corazón a la experiencia de la fe. Esto es el corazón y el todo de la misión que no necesita de actualizaciones o ajustes porque siempre será novedad, puesto que se ocupa de presentar el misterio de Dios al mundo y Dios es siempre actual y sorprendente.

Pero, si es verdad que el contenido del mensaje misionero no cambia con el tiempo, no podemos decir lo mismo de los destinatarios, del ambiente y de la realidad en la que hoy somos llamados a vivir la vocación misionera.

La experiencia misionera nos obliga a tomar conciencia de que somos hijos de una época marcada por grandes contrastes en donde la humanidad aparece con sus grandes dones, potencialidades, adelantos, riquezas y, al mismo tiempo, con sus dramas, sus pobrezas e incoherencias, con su prepotencia ciega que se traduce muchas veces en pretensiones que tratan de crear un mundo en donde Dios no cuenta o simplemente en donde se quiere hacer a menos de él.

Como misioneros somos testigos de lo grandioso de nuestra humanidad rica de valores que recuerdan la presencia de Dios siempre a la obra, pero al mismo tiempo, a diario tocamos con mano, la fragilidad y la dificultad de nuestros contemporáneos para aceptar que sólo de Dios puede venir el sentido pleno de nuestra existencia. De ahí la urgencia de una nueva evangelización que ponga en evidencia la verdad que todos llevamos inscrita en lo profundo de nuestros corazones, es decir, la verdad que nos recuerda que sólo Dios es capaz de responder a todas nuestras expectativas, que sólo de él nos puede llegar la felicidad que anhelamos a lo largo de toda nuestra existencia humana.

Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre, pero el mundo en el que nos toca anunciarlo no es el mismo y se nos presenta urgido de recibir el Evangelio, aunque trate de esconderse o de negar dicha necesidad detrás de sus indiferencias, de su secularismo y de su voluntad de querer construir una humanidad en donde no haya espacio para Dios.

Como misioneros creo que experimentamos la urgencia de la evangelización con una sensibilidad particular porque en cierto sentido somos los herederos de quienes han recibido en primera persona el mandato de ir por todo el mundo a llevar el anuncio de Jesús y no podemos desentendernos de esta tarea, pues va de por medio la realización de nuestro ministerio y de nuestra vocación.

La novedad de la evangelización

La evangelización como anuncio de Jesucristo, proclamación de su Palabra y trabajo por la instauración del Reino ha sido y será siempre una tarea nueva como propuesta a los hombres y mujeres de todos los tiempos a abrirse a la novedad de Dios que se manifiesta en la historia humana.

La misión, como ofrecimiento del Evangelio, será en todo tiempo algo nuevo y sorprendente pues se trata de anuncio de la novedad de Dios que incansablemente sigue manifestando su deseo de hacer parte de la historia humana.

No es necesario hacer memoria aquí de cómo este tema ha estado siempre presente en la historia de la Iglesia y ha sido la preocupación primaria de los misioneros evangelizadores de todos los tiempos. Basta recordar el mandato del Señor a sus discípulos para darnos cuenta que la labor evangelizadora hará siempre parte de lo que llamamos misión de la Iglesia. “Vayan y hagan discípulos entre todos los pueblos, bautícenlos consagrándolos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Yo estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”2. Misión siempre actual porque el Señor tiene siempre algo nuevo que manifestarnos y revelarnos del misterio infinito de su Padre.

La formulación o conceptualización de la evangelización aparecen en el tiempo de maneras variadas, pero la urgencia es siempre la misma. El mundo tiene necesidad de conocer a Dios, de encontrarse con Jesús, de entrar en la propuesta de vida que él ha venido a ofrecernos como deseo profundo de su Padre y que ha iniciado con el sacrificio de sí mismo para que todos tengamos vida.

Esta necesidad aparece hoy con un carácter de urgente pues el mundo parece moverse con intereses opuestos a los del Evangelio.

El Santo Padre ha puesto en evidencia en varias ocasiones esta urgencia, cito aquí un texto que habla de su pensamiento. “La línea de pensamiento que emerge de las intervenciones de Benedicto XVI parece ser esta. En el contexto actual social y cultural actúan muchas fuerzas que tienden a alejar la fe de la vida cristiana, cada vez más marginalizada e reducida a pura la dimensione privada. Entre estas fuerza, el materialismo económico y el relativismo ético –“verdaderas plagas de nuestro tiempo”- producen reacciones en cadena particularmente negativas, que van a incidir profundamente, no sólo sobre la práctica de fe, sino también sobre el tejido social. Para contrastar “el predominio destructivo” de estas fuerzas es necesaria una “nueva evangelización”.3

Hablar hoy de nueva evangelización tiene sentido en la medida que nos permite tomar conciencia de que también hoy la humanidad necesita de la proclamación del Evangelio, está urgida, aunque se obstine en cerrarse en su indiferencia, de conocer a Jesús, el Señor.

La respuesta sólo podrá llegar de la labor misionera vivida radicalmente por todo cristiano.

Desde san Pablo, que en su primera carta a los corintios expresaba como esencial de su ser apóstol la tarea de evangelizar, cuando decía: “¡Ay de mí si no anuncio la Buena Noticia¡”4, hasta la última palabra del Santo Padre Benedicto XVI recordándonos la urgencia de anunciar a Cristo a nuestros contemporáneos; los misioneros hemos sentido siempre la urgencia de anunciar el Evangelio como algo que nace contemporáneamente con nuestro ser cristianos. No es casual que la Iglesia se haya reconocido desde siempre misionera por esencia.

La originalidad de la nueva evangelización

Algo verdaderamente importante que aparece ante los ojos del misionero cuando se trata el tema de la nueva evangelización es, sin lugar a dudas, la originalidad y la diversidad de los campos de misión.

En otro tiempo era fácil definir la misión, pues parecía una actividad bien encuadrada en donde la figura del misionero era clara y los destinatarios bien ubicados. Se trataba de ir a evangelizar a quienes no habían tenido la oportunidad de encontrarse con el Evangelio, sobre todo por los condicionamientos de la falta de acceso a lo conocido como civilización. Se trataba igualmente de ir a fundar la comunidad cristiana, a hacer surgir la Iglesia.

Hoy el cuadro no es tan claro y el misionero se encuentra confrontado a una variedad de realidades que la Redemtoris missio llamaba “areópagos de la misión” y el texto de lineamenta para el sínodo de los obispos sobre la evangelización los define “escenarios” de la nueva evangelización.5

Se trata no sólo de anunciar el evangelio o de transmitir la fe a otras personas, sino de algo más delicado y desafiante que consiste en hacer que los valores del Evangelio y sobre todo la persona de Jesús se perciban como algo que tiene mucho que decir al ser humano hoy ahí en donde se está jugando su futuro y en donde está poniendo lo mejor de sí por considerarlo la condición de su felicidad.

Hoy las preguntas que nos plantea la realidad son demasiado exigentes y no consienten medias respuestas. Se nos pide que digamos qué significa ser cristianos en el mundo de la economía, de la política, de la cultura. Se nos pide que demos respuestas a la búsqueda casi frenética de sentido de la vida, que brindemos alternativas, desde el Evangelio, a las difíciles relaciones existentes entre los seres humanos y de estos con toda la creación. Se desea que mostremos a Dios con nuestras vidas, sin necesidad de multiplicar los discursos sobre él.

Hoy parece que lo importante de la evangelización va mucho más allá de la demostración de la bondad que aporta el Evangelio.

A la nueva evangelización se le pide poner en evidencia, en medio de una gran diversidad de situaciones, la persona de Jesús como el único capaz de iluminar y de disipar las tinieblas que parecen impedir la contemplación de la belleza que es Dios en medio de su pueblo.

La reflexión sobre el tema de la nueva evangelización, desde la perspectiva misionera, creo que nos lleva a la conclusión de que hoy no se puede ser misioneros como hace treinta o cuarenta años. Saltan a la vista exigencias de cualificación, de preparación o de especialización que pueden asustar, pues seguramente nos damos cuenta que el misionero de nuestros tiempos no se podrá improvisar y el verdadero evangelizador no tendrá respuestas para todos los escenarios que se le presentan, pero si podrá ser luz y fermento en cualquier parte en donde viva la fe en toda radicalidad.

Algunas posibles interpelaciones

En primer lugar a la persona del misionero

Creo que una de las primeras interpelaciones que nos llega de la necesidad de entrar en un proceso de nueva evangelización toca en primer lugar a la persona del misionero, del evangelizador.

Hoy somos los primeros destinatarios, sobre todo cuando constatamos el peligro que existe de adecuarse y de acomodarse al mundo.

No creo que sea necesario hacer el elenco de las situaciones, estilos de vida, maneras de pensar y de actuar, prioridades y valores o antivalores que están en el centro de nuestras vidas y que exigen una profunda evangelización y una conversión radical que nos convierta en personas creíbles de lo que anunciamos.

Como misioneros nos sentimos interpelados a verificar la calidad de nuestra vida, sobre todo en lo referente a la coherencia entre lo que anunciamos y lo que vivimos.

Las exigencias de la nueva evangelización nos mueven a un serio examen de conciencia que nos permita ver cuánto estamos comprometidos con todo el corazón al servicio de los más pobres y de los más abandonados, qué tanto hacemos causa común con los marginados de nuestro tiempo, cómo vivimos la solidaridad y el compromiso que nacen del Evangelio.

En otras palabras, la nueva evangelización, pienso que nos interpela cuestionándonos sobre todo en nuestra capacidad de ser testigos, presencia de Dios, en medio de una humanidad que parece no encontrar el rumbo, desorientada y urgida del sentido en todos los ámbitos de la existencia.

La evangelización o la nueva propuesta del Evangelio en nuestro tiempo, que estamos llamados a poner en práctica como misioneros, nos hace ver que no se trata simplemente de un quehacer, de una tarea o un trabajo a realizar como operarios de una grande empresa.

No, se trata más bien de un estilo de vida, de una manera nueva de estar presentes en el mundo y en medio de nuestros hermanos y hermanas. Se trata de presencia que puede llegar al corazón de nuestros contemporáneos únicamente en la medida en que se experimente como testimonio de lo que nosotros mismos hemos visto, oído y experimentado en el vivir íntimamente unidos a la persona de Jesús, el Señor.

La nueva evangelización, vista desde mi perspectiva como misionero, siento que para ser nueva debe iniciarse en la persona de quien ha sido llamado a poner al servicio del Evangelio todo su ser, sus talentos y sus energías.

La nueva evangelización debe comenzar por hacer surgir nuevos evangelizadores, menos llenos de sí mismos, de sus proyectos y de sus urgencias y más llenos de Dios, de a mentalidad que nace de la escucha dócil de la palabra, personas más conscientes de pertenecer a Dios y a su proyecto, a la misión que no tiene otro fin que hacer que se manifieste el Reino entre nosotros.

La tarea de evangelizar implica la evangelización de quien evangeliza. Esto significa abrirse al Evangelio, aceptándolo como marco de referencia en la propia vida, significa entrar en un mundo en donde los criterios humanos del poder, del placer, de la apariencia y del tener, dejan de ser los referentes fundamentales para dar paso al mundo de la fe, en donde la gracia, la conversión, la esperanza y el amor, por mencionar algunos, aparecen como los pilares de la existencia verdadera.

El misionero que acepta consagrar su vida a la evangelización es llamado a vivir en un proceso de conversión que ayuda a comprender que la tarea de la evangelización no se reduce a un quehacer, sino que se manifiesta como una exigencia que tiene que ver más con el modo de vivir, con el modo de ser y menos con el hacer o la actividad que puede implicar el trabajo de proclamar el Evangelio.

En este sentido, la nueva evangelización lleva al misionero a tomar conciencia de la dimensión santificadora de su ministerio, recordándole que su ministerio no tiene otro fin que manifestar el deseo más profundo de Dios, que todos los seres humanos sean santos, como él es santo.

Esta santidad sólo puede ser anunciada en la medida en que es vivida y por ello el Papa Juan Pablo II decía ya en la Redemptoris missio que el auténtico misionero es sólo el santo6.

Vivir la santidad en pocas palabras no es otra cosa que haberse dejado transformar por el Evangelio y a esto se llega a través del camino propuesto por la evangelización.

Siguiendo esta idea, si la nueva evangelización se entiende como un nuevo anuncio de Cristo a la humanidad de nuestro tiempo para permitirle hacer la experiencia de fe que la lleve a vivir en él, creo que esta podría ser una clásica definición de lo que entendemos por misión y la misión, como señala el Santo Padre Benedicto XVI, es santidad, pertenencia a Dios7.

En este sentido no se podrá hablar hoy de nueva evangelización fuera de un discurso de sana espiritualidad que proponga la santidad como meta en el camino del ser humano de nuestro tiempo. Santidad deseada y vivida en primer lugar por la persona que ha recibido como don la vocación misionera para convertirse en testigo del Señor a quien se le ha consagrado toda la vida.

Y la nueva evangelización, como propuesta misionera, no podrá ser otra cosa que una invitación a abrirse a la santidad vivida en primera persona por quien evangeliza. De lo contrario el misionero será confundido con uno más de los muchos que anuncian felicidades que resultan ser vacías y pasajeras.

Interpelaciones a nuestras familias misioneras

Teniendo en cuenta que la nueva evangelización no puede reducirse a simples planteamientos que permitan afrontar el tema del anuncio y de la transmisión de la fe en nuestro tiempo y en la realidad tan compleja que vive la humanidad hoy, es la concepción misma de la misión que viene interpelada y obligada a dar razones nuevas para ser creíble y aceptada.

Como institutos o familias misioneras hoy nos damos cuenta que la misión está cambiando y nos está obligando a cambiar también a nosotros misioneros.

Las certezas, los modos de llevar adelante la labor misionera, las actitudes para ir al encuentro de aquellos que no conocen el Evangelio, el conocimiento de las culturas que defienden legítimamente sus valores y con las cuales necesariamente se tiene que entrar en diálogo, son solamente algunas de las realidades que nos obligan a pensar que la evangelización tiene que pasar por canales nuevos, los cuales muchas veces nos son desconocidos.

Los retos de la misión hoy, en muchas partes, me da la impresión, nos encuentran desprevenidos e incapaces de dar respuestas adecuadas a las exigencias de nuestros contemporáneos. En muchos campos en donde se mueve la humanidad hoy, podemos decir con humildad, los misioneros nos descubrimos impreparados para el diálogo que permita transmitir la riqueza que llevamos con nosotros. Sobre todo, resulta muy difícil, evangelizar hoy una humanidad marcada por la indiferencia, preocupada por un consumismo escandaloso, encerrada en sí misma en un hedonismo y en una visión individualista del bienestar.

Ante esta realidad, nuestras familias misioneras están llamadas hoy a echar mano de recursos que son más exigentes y menos gratificantes. Es decir, hoy la nueva evangelización nos indica que los caminos de la misión pasan a través de la experiencia de la colaboración con iglesias y culturas locales, de la disponibilidad y de la capacidad de apertura a trabajar junto a otras familias religiosas e instituciones y cada vez menos a través del protagonismo del misionero de otro tiempo capaz de hacer todo con sus propios recursos.

Hoy la nueva evangelización nos invita a desarrollar nuestra capacidad de diálogo, de escucha, de cercanía a la gente, promoviendo a los destinatarios del Evangelio para que pacientemente puedan llegar a convertirse en agentes de su propia evangelización.

La misión que nos toca vivir como familias misioneras, siento que es algo que nos empuja a convertirnos cada día más en testigos, hombres y mujeres que anuncian con la vida, y menos maestros que se limiten a transmitir un saber. Como en todos los tiempos la humanidad sigue más lo que se transmite con la vida y menos aquello que se comunica con las palabras.

De aquí puede surgir la convicción de que en los tiempos que corren, nuestras familias misioneras lograrán cumplir con su labor sólo si aceptarán transformarse en lugares en donde se respire la fraternidad, en donde se viva la pobreza, en donde exista un ambiente de profunda espiritualidad construido sobre la escucha de la Palabra de Dios y nutrida con el pan de la Eucaristía.

Al mismo tiempo, nos haremos creíbles de lo que anunciamos sólo si lograremos asumir compromisos claros en favor de los más pobres de este mundo, si nuestro anuncio va acompañado de obras que promuevan la justicia y la paz, si nuestras presencias visibles o menos se ubican en medio de los marginados de nuestro tiempo, en una palabra, si logramos convertirnos en presencias misericordiosas y compasivas de Dios en medio de su pueblo.

Interpelaciones a la Iglesia que es misionera

Hay que decir también que la reflexión sobre la nueva evangelización, desde la perspectiva de la iglesia misionera, plantea cuestiones que van más allá de la simple estrategia o metodología del anuncio del Evangelio en nuestros días.

Hoy la misión no se puede pensar en términos de cómo recuperar lo que se ha perdido o cómo volver a tiempos en donde se pudo haber acariciado la idea de conquistar todos a Cristo. Vivimos tiempos en donde la misión no puede ser contemplada a través del lente de las estadísticas para las cuales lo que cuenta es el número, los incrementos o disminuciones en los millones de bautizados.

Como Iglesia misionera, y en esto el reto de la nueva evangelización puede jugar un rol muy importante, nos sentimos obligados a tener que romper con una concepción de la misión que no funciona más en nuestros días.

Durante mucho tiempo la labor misionera a funcionado sobre la convicción de que la propuesta de la Buena Nueva a personas que hipotéticamente eran disponibles a la escucha y a dejarse interpelar por la originalidad del Evangelio podía transformarse en aceptación y adhesión a la fe. Y así ha sucedido en muchas partes del mundo en donde en poco tiempo, aunque con muchos trabajos y sacrificios, efectivamente han nacido comunidades cristianas que son hoy iglesias locales pujantes y llenas de esperanza.

En los tiempos que corren la realidad parece estar cambiando muy de prisa y nos encontramos en contextos en donde el anuncio del Evangelio no parece responder a las expectativas de nuestros contemporáneos. El anuncio y la propuesta no bastan, aunque muchas veces vayan acompañados de un compromiso traducido en obras de promoción humana, de luchas por el desarrollo, por la defensa de los derechos humanos o el trabajo por el respeto de la justicia y de la creación.

Parece que la misión de la Iglesia, centrada durante mucho tiempo sobre el interés de hacer, de construir y promover obras, en nuestro tiempo se encuentra con la necesidad de inventar otro lenguaje para poder comunicar la riqueza que lleva consigo.

En la actualidad parece que la Iglesia misionera se descubre invitada a entrar en el mundo a través del diálogo, de la escucha paciente, del reconocimiento de valores que son sagrados y ya presentes en sus interlocutores. Hoy no resuenan las palabras implantación o, conquista espiritual como pudo suceder en otros tiempos.

La Iglesia, en su labor de nueva evangelizadora y como misionera creativa, se encuentra con la necesidad de ponerse en camino a la par de los destinatarios de su mensaje. La propuesta pasa a través del testimonio y de la experiencia vivida, juntos, en la búsqueda del Señor de nuestras vidas.

Me parece que la interpelación que nos viene de la nueva evangelización a la Iglesia misionera nos está ayudando a tomar conciencia de la distancia que existe entre lo que representa la riqueza del Evangelio que sentimos como un don extraordinario para la humanidad de todos los tiempos y los intereses y sensibilidades de nuestros contemporáneos.

Mucho parece jugarse en la capacidad de establecer canales de diálogo, frecuencias en las que logremos hacer que las ondas que pasamos sean recibida y decodificadas por un mundo en donde todo parece ser discutible, cuestionable y si se puede descualificable, sobre todo cuando tenga algo qué ver con lo religioso o lo espiritual.

Ya el documento de Santo Domingo (Conferencia del Episcopado Latinoamericano) hacía notar con gran nitidez que la nueva evangelización para ser tal tendrá que responder ofreciendo novedad en los métodos, en las expresiones que hagan más comprensible el único Evangelio de Jesucristo y responder de así a los nuevos interrogantes.8

Como misioneros pienso que podemos decir que la Iglesia podrá cumplir con su misión de nueva evangelizadora solamente si no se deja atrapar en la tentación de querer restablecer o ajustar lo que en el tiempo se ha desacomodado.

Hoy se trata de descubrir lenguajes, caminos, experiencias, estilos nuevos. Se trata de creer y de mostrar que también hoy Dios puede hacer todo nuevo y a la Iglesia le corresponde ser centinela vigilante, capaz de indicar por donde está pasando esa novedad de Dios para la humanidad de nuestro tiempo.

La nueva evangelización no puede contentarse con ser una terapia momentánea o pasajera, tiene que mostrarse capaz de ir en profundidad para sanar las heridas profundas de nuestra humanidad y esto será posible, me parece, sólo si toda la Iglesia se pone en una actitud de auténtica conversión, sin miedos a poner en evidencia lo que se ha ido arruinando y cortando con valentía lo que nos permita caminar por senderos de justicia y de verdad.

Nuestra aportación como misioneros a la Nueva evangelización.

¿Cuál podría ser nuestra aportación como misioneros a la nueva evangelización?

Seguramente algunas de nuestras respuestas podrían ser algo atrevidas, pero sin pecar de orgullo, creo que los misioneros tenemos mucho que ofrecer a la nueva evangelización empezando por reconocer con humildad nuestra pobreza de manera que aparezca claro que el protagonista de la misión y de las misiones de todos los tiempos seguirá siendo siempre el Espíritu Santo.

Entre algunas de las aportaciones que me parece están a nuestro alcance, yo señalaría en primer lugar nuestro testimonio de vida.

Ser misionero hoy creo que es un ministerio que se entiende más a través de las acciones, que muchas veces quedan escondidas, y menos por medio de las muchas palabras. Podemos dar mucho viviendo nuestro ministerio con gran generosidad y entusiasmo manifestando nuestra confianza en el Señor que nos llamó y permitiendo por medios de nuestra presencia que las personas vean en quien hemos puesto nuestra esperanza.

Testimonio de vida quiere decir coherencia y radicalidad para vivir en primera persona los valores del Evangelio que anunciamos de manera que quienes son los destinatarios de nuestro ser y quehacer misionero comprendan que hablamos de lo que nosotros mismos hemos oído, tocado y experimentado, recordando el testimonio de los primeros discípulos.

Podemos contribuir igualmente a la nueva evangelización mostrando la capacidad de vivir en primera persona el rol profético de todo discípulo que nos obliga a convertirnos en anunciadores de la vida, la esperanza, la justicia y de todas las riquezas del Evangelio y al mismo tiempo nos compromete a no hacer pactos con la injusticia, la violencia y todo lo que pueda maltratar o negar la dignidad que cada ser humano posee por ser hijo de Dios.

Seguramente está dentro de nuestras posibilidades el ser transmisores de la frescura de la fe vivida por las jóvenes iglesias con las que compartimos la existencia. Como misioneros tenemos la fortuna de ver las maravillas que el Señor suscita en medio de quienes ponen su confianza en él. Y el mundo necesita de esa frescura.

Los misioneros podemos decir una palabra que vale, como alternativa positiva, en todos los escenarios en donde los dueños del mundo no logran ofrecer una respuesta a la necesidad de plenitud que reside en todo corazón humano.

Como evangelizadores seguramente estamos llamados a ser promotores de una espiritualidad que subraya los valores del abandono y la confianza en el Señor, de la aceptación serena de la cruz y del sufrimiento vivido en solidaridad con tantos hermanos y hermanas nuestras que viven en sus cuerpos la pasión del Señor.

También como misioneros podemos contribuir en el trabajo de la nueva evangelización recordando continuamente que somos portadores de un Espíritu que es vida y que a través de la palabra que anunciamos esa vida es ofrecida a todos en plenitud, como don y gracia del Padre que nos ama.

Podemos ser expresión de la alegría que brota en el corazón en todas las personas que se encuentran con Cristo y signos de esperanza y de paz en un mundo maltratado por la violencia y de guerras.

Conclusión

Nueva evangelización y transmisión de la fe, creo que desde la perspectiva misionera son un binomio inseparable. La nueva evangelización queriendo ser propuesta del Evangelio y de la persona de Jesús a la humanidad de nuestro tiempo sólo podrá cumplir su fin en la medida en que haya personas disponibles a vivir en primera persona los valores de la fe.

La transmisión de la fe no podrá ser un anuncio separado del testimonio de vida y solo será creíble por nuestros contemporáneos en la medida que lo descubran hecho realidad en la vida de personas que no obstante sus límites y pecados serán capaces de dar testimonio de la vida nueva que viene de Jesús Resucitado.

La nueva evangelización que busque verdaderamente transmitir la fe, sólo lo logrará en la medida en que toque el corazón de las personas ayudándolas a dar el paso de la fe y esto parece ser, también hoy, la tarea y la preocupación principal de todo cristiano que vive coherentemente su bautismo y por tanto que asume su responsabilidad misionera.

Como misionero siento que la nueva evangelización es una posibilidad extraordinaria para vivir la belleza de nuestra vocación y una oportunidad para transmitir la fe diciendo con nuestras vidas que hemos encontrado al Señor.

NOTAS

1 Hebreos, 13,8

2 La Biblia de nuestro pueblo. Mt. 28, 19-20

3 Joseph Ratzinger; Una guida alla lettura, a cura di Giuliano Vigini, Libreria Editrice Vaticana. Pág. 87

4 ICo. 9,16 “¡Ay de mí si no anuncio la Buena Noticia¡”

5 Lineamenta para el sínodo de los obispos sobre la nueva evangelización. No. 6 los escenarios de la nueva evangelización. Libreria Ed. Vaticana.

6 Tutte le encicliche di Giovanni Paolo II, Redemtoris missio, No. 90 Ed. Vaticana

7 Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, pág. 119

8 Episcopado Latinoamericano; Documento de Santo Domingo, Primera parte, no.1

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