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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 16 de marzo de 2012

El papa en América Latina

Todo listo para la visita del papa Benedicto XVI a México y Cuba
Último contacto oficial con la prensa acreditada del portavoz vaticano

Peregrino de la caridad
Lema de la visita del papa Benedicto XVI a Cuba

Santa Sede

"Proteger a los niños en cualquier contexto social
Intervención del observador vaticano en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU

La Santa Sede pide a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X clarificar su posición
Para evitar una "ruptura eclesial de consecuencias dolorosas e incalculables"

La página web de la Congregación para la Doctrina de la Fe se actualiza
Reorganizada ofrece documentos en ocho idiomas

El diálogo interreligioso, esperanza de una verdadera primavera árabe
Encuentro del patriarca Gregorio III con Benedicto XVI

Mundo

Argentina: El fallo de la Corte Suprema sólo despenaliza un caso concreto de aborto
Entrevista con Jorge Scala, abogado especialista en bioderecho

Oblatos de San José reeligen al superior general
El padre Miguel Piscopo recibió la confianza del XVI Capítulo General

Cuaresma

¡Trinidad es amor!
El padre Cantalamessa explica el misterio de la Trinidad como fundamento del cristianismo

En la escuela de san Pablo...

Alegrarnos porque Dios "nos vivificó juntamente con Cristo" (Cuaresma 4º, ciclo B)
Comentarios a la segunda lectura dominical

Documentación

San Gregorio Nacianceno, maestro de la fe en la Trinidad
Segunda prédica de Cuaresma del padre Raniero Cantalamessa

Servidores de la paz entre las armas
Carta pastoral del arzobispo castrense en el Día del Seminario


El papa en América Latina


Todo listo para la visita del papa Benedicto XVI a México y Cuba
Último contacto oficial con la prensa acreditada del portavoz vaticano
Por José Antonio Varela

CIUDAD DEL VATICANO, viernes 16 marzo 2012 (ZENIT.org).- Flanqueado por dos significativas imágenes de la Virgen de Guadalupe y de san Cristóbal, el padre Federico Lombardi, director de la sala de prensa de la Santa Sede, dirigió el característico briefing de cada viaje papal, en este caso a México y Cuba.

Y no solo este viaje número 23, al país vigésimo tercero y que empezará un 23 de marzo, fueron parte del simbolismo que hizo notar el padre Lombardi, sino las mismas imágenes expuestas hoy. La primera es una de las reproducciones que pintó el artista indígena zapoteco Miguel Cabrera en 1752, luego de terminar de examinar por encargo de las autoridades la tilma milagrosa de Juan Diego, una de cuyas conclusiones fue que la imagen había sido pintada con una variedad única de técnicas que parecían "incorporadas" sobre la tela. A pesar de reconocer que esto la volvía irreproducible, hizo el esfuerzo de copiarla del modo más fidedigno posible.

Esta reproducción es venerada en la capilla del Pontificio Colegio Mexicano de Roma, de donde salió en 1981 a recibir el homenaje del beato Juan Pablo II en la basílica de San Pedro, con motivo del 450 aniversario de las apariciones de la también conocida como "la Morenita".

La otra imagen de san Cristóbal tiene una relación directa con el próximo viaje a Cuba y con el papa peregrino, pues a este último se la obsequió el arzobispado de San Cristóbal de la Habana durante la misa del 25 de enero de 1998, celebrada en la plaza de la Revolución. Propiedad de la sala de prensa vaticana, aunque no expuesta al público, esta pintura al óleo del artista cubano Cosme Proenza Almaguer (64), reproduce la imagen del santo que mira hacia la catedral de la Habana mientras cruza las aguas en medio de un bosque en claroscuro, siempre con el niño Jesús en hombros.

Saliendo rápido de las imágenes y entrando a otra realidad que era el viaje (y los periodistas), el padre Lombardi amplió al detalle cada una de las actividades del programa oficial: www.vatican.va, recurriendo a una serie de pequeños manuales y ayudas-memoria de uso reservadísimo, que todos los presentes quisieran al menos ojear... Y aunque el itinerario no ha tenido ninguna variación, se ha sabido por ejemplo que el santo padre tendrá muy en cuenta la conmemoración del Bicentenario de la independencia de los países latinoamericanos, razón por la cual ha convocado a todos los presidentes de las conferencias episcopales de la Iglesia del continente, que hoy incluye a los de Norteamérica.

También se supo del séquito papal que, junto al cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, estará conformado por los cardenales Marc Ouellet, presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, Antonio Cañizares --quien según el portavoz vaticano, va debido a la relación del continente con España--, así como por Javier Lozano Barragán en su condición de mexicano. También acompañarán al papa el exnuncio y actual secretario de la Santa Sede para las relaciones con los Estados, el arzobispo marroquí Dominique Mamberti, dado que se conmemoran los veinte años del inicio de las relaciones diplomáticas con México, y el cardenal Robert Sarah, en su condición de presidente del Pontificio Consejo "Cor Unum" y de la fundación "Populorum Progressio" a favor de las poblaciones indígenas, afroamericanas y campesinas.

Sobre la salud del papa, no hay duda de que el viaje lo encuentra en buenas condiciones dijo el padre Lombardi, tomando en cuenta que será un periplo de 14 horas cada tramo entre Europa y América. A este respecto, y siempre velando por su salud, explicó que las fechas fueron escogidas con celeridad en marzo para evitarle fatigas adicionales, dado que entre mayo y octubre no es recomendable hacer planes en el Caribe por los cambios meteorológicos. De otro modo se hubiera tenido que postergar hasta noviembre o diciembre...

Otros detalles del viaje son que Benedicto XVI visitará lugares en los que no estuvo el beato Juan Pablo II, como es la misma ciudad de Guanajuato en México y el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre en Cuba, donde el papa entrará a rezar (se dice que le conferirá la Rosa de oro a la imagen) y es probable que de un mensaje al final, aunque no está en el programa.

Tampoco está en el programa, pero fue la pregunta obligada del briefing, si el pontífice se encontrará con Fidel Castro en la visita a la 'familia' de su hermano Raúl, el quinto día en el palacio presidencial de la Habana. No se afirma, pero tampoco se niega; "yo les avisaría a tiempo", promete el también director de radio Vaticana y del Centro Televisivo Vaticano.

Alguien reclamó por qué no podrán entrar los periodistas al encuentro con el presidente Castro, pero un asistente de logística tomó la palabra cedida por Lombardi para asegurar que en este tipo de privacidad nunca han entrado los medios. Tema cerrado, aunque no para todos, pues hay quienes siguen preguntándose hasta dónde alcanza el término 'familia' del presidente cubano…

Otros temas de más interés fueron las expectativas de asistencia a las actividades. Según el portavoz vaticano, a la misa en el parque del Bicentenario de León del domingo 25 se esperan 350.000 personas, 250 cardenales y obispos, y 3.000 sacerdotes. Un detalle que se reveló es que al final del Ángelus, el papa bendecirá sendas réplicas a tamaño natural de la imagen de la Virgen de Guadalupe que partirán para las diócesis; y que terminada la oración de vísperas con los obispos del continente en la tarde, encenderá desde un dispositivo móvil la nueva iluminación del complejo religioso.

Al día siguiente, en Santiago de Cuba, presidirá la misa por los 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, que de forma coincidente será la solemnidad de la Anunciación del Señor, porque pasa del domingo al lunes. Allí se esperan 200.000 personas, y otras 350.000 en la misa del 28 en la Plaza de la Revolución de la Habana, último día de la visita apostólica.

Otros temas referidos a las posibles menciones que haga Benedicto XVI a las protestas de los opositores que han invadido un templo católico, o al pedido de más libertad religiosa en Cuba, o si el pontífice declarará venerable en esos días al padre Félix Varela, quedaron en suspenso porque el mismo padre Lombardi no lo sabe, aunque recomendó estar atentos a los mensajes papales en la medida que se publican con anticipación para los periodistas acreditados…

Lo que sí recordó ante la pregunta de una colega, es que la Santa Sede ha declarado en reiteradas ocasiones que está en contra del embargo comercial, porque el que sufre verdaderamente es el pueblo cubano.

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Peregrino de la caridad
Lema de la visita del papa Benedicto XVI a Cuba
Por Paloma Rives, enviada especial

ROMA, viernes 16 marzo 2012 (ZENIT.org).- El papa Benedicto XVI ha elegido Cuba como uno de sus destinos en Latinoamérica. Llegará el lunes 26 de marzo por la tarde al aeropuerto internacional Antonio Maceo de Santiago de Cuba. Inmediatamente después, oficiará una Misa en ocasión del 400 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre.

Al respecto, el diario Granma publica en su editorial del 12 de marzo: “Nuestro país se sentirá honrado en acoger a su santidad con hospitalidad y mostrarle el patriotismo, cultura y vocación solidaria y humanista de los cubanos, en que se sustentan la historia y la unidad de la nación.”

Este diario, conocido por ser el órgano oficial del comité central del partido comunista de cuba, señala: “Acogeremos asimismo, con la amistad que nos caracteriza, a los miles de peregrinos que estarán junto a nosotros en esas jornadas seguramente memorables”

Y es que pasaron ya catorce años desde la histórica visita de Juan Pablo II a Cuba, a la cual se refiere Granma: “Recibimos con iguales sentimientos al papa Juan Pablo II, quien, antes de su partida, se refirió a la "profunda huella" que le dejó su estancia y agradeció la "cordial hospitalidad, expresión genuina del alma cubana".

Alma cubana que muestra su amor a quien llaman “la mambisa” por haberla invocado los soldados mambises durante la guerra de la independencia y le llaman “cachita” diminutivo cariñoso de Caridad.

Esta devoción a María la madre de Cristo, en su advocación de la Virgen de la Caridad del Cobre, será parte esencial de la peregrinación del santo padre a la Isla.

Al respecto el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, se dirigió al pueblo de Cuba en un mensaje transmitido por el canal de la TV Nacional Cubavisión. En el, inicia refiriéndose a la visita del papa Juan Pablo II: “Fue muy esperada. Era la primera visita de un papa a Cuba. Las condiciones especiales de nuestro país hacían que la mirada del mundo estuviera muy fija en aquella visita, y después los comentarios en la Santa Sede, la apreciación de la Iglesia en Roma fue una apreciación alta, positiva y, al mismo tiempo, comentada ampliamente, en lo cual intervino el papa Benedicto XVI, entonces simplemente cardenal Ratzinger, acogiendo todo aquel eco y aquel paso del papa por Cuba. De manera que algo quedó en su corazón”.

El cardenal Ortega, señala con mucha familiaridad los motivos de incluir a Cuba en este viaje: “ Lo quiso incluir porque desde siempre tenía este deseo en su corazón, pero ahora tenía una oportunidad extraordinaria: celebrábamos en Cuba los 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre. Es un Año Jubilar. Los cubanos están peregrinando este año al Santuario del Cobre, todos para visitar a la Patrona de Cuba y él quiso venir como peregrino. Ese es el motivo del lema que se ha escogido para esta visita: “Peregrino de la Caridad”.

Y continúa el cardenal arzobispo de la Habana: “Miles y miles de cubanos, millones diría yo, salieron al encuentro de la Virgen. No es el número lo que nos ha impactado; es las muestras de religiosidad de ese pueblo. Es ver a aquellos cubanos que salían de los cruces de caminos haciendo la señal de la cruz, arrodillándose al paso de la virgen, levantando sus brazos en oración. El papa entonces viene a confirmarnos en esa fe, viene a reafirmarnos en esos valores cristianos que esa fe sembró en nuestro país”.

La Virgen de la Caridad del Cobre, la Patrona de Cuba, aquella que hace cuatrocientos años, tres esclavos --conocidos como 'los tres Juanes'- llevaron a tierra firme. Eran tres esclavos de las minas de cobre que navegaban por allí en una faena hace 400 años. De ahí el nombre de la imagen.

La imagen mariana, que decidió quedarse en Cuba cuando la encontraron flotando en el mar. Ella, que se ha convertido en la Madre del pueblo cubano y recorrió todo ese país en compañía de creyentes y no creyentes, recibirá este 26 de marzo al Peregrino de la Caridad.

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Santa Sede


"Proteger a los niños en cualquier contexto social
Intervención del observador vaticano en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU
Por Anne Kurian

ROMA, viernes 16 marzo 2012 (ZENIT.org).- El fenómeno de los abusos sexuales de los que son víctimas los niños debe ser combatido eficazmente en cualquier sociedad. Esta es la exhortación del arzobispo Silvano M. Tomasi, observador permanente de la Santa Sede ante Naciones Unidas en Ginebra.

El prelado se expresó así el pasado 9 de marzo en el marco de la 19 sesión del Consejo de Derechos Humanos, durante un debate sobre la violencia hacia los niños.

Monseñor Tomasi pidió afrontar la plaga de los abusos sexuales en toda la sociedad, reconociendo el fenómeno “honestamente” y previniéndolo “efectivamente”, para proteger “la seguridad y la salud física y emocional” de los niños que “son el futuro de la sociedad”.

El prelado expresó la “profunda preocupación” de la Santa Sede por los niños, cuyo bienestar “físico, emocional y espiritual” es “gravemente herido” cuando sufren tales violencias.

Monseñor Tomasi deploró que “300.000 niños estén implicados en más de treinta conflictos en el mundo”. Son reclutados –denunció el representante diplomático vaticano- “brutalmente” como “combatientes, mensajeros, cocineros, guardias y para relaciones sexuales forzadas”. Y “115 millones de los 215 millones de niños trabajadores en el mundo son utilizados en trabajos peligrosos”.

Entre todos estos flagelos, la “violencia sexual” es particularmente “preocupante” y exige una atención extra por parte de todos: “Todos los miembros de la familia humana deben compartir la responsabilidad de proteger a nuestros niños”, ayudándoles a disfrutar de su “dignidad humana” y acompañándoles de modo “atento y sano” en su camino de maduración, pidió el arzobispo.

En este sentido, la Delegación de la Santa Sede se ha declarado “extremadamente consciente” de acciones “muy deplorables” perpetradas por ministros religiosos que han “traicionado los valores mismos que predican”, cometiendo “actos aberrantes” sobre niños.

El observador de la Santa Sede aseguró que la Iglesia católica está trabajando activamente para prevenir tales abusos en ambientes religiosos, en particular a través de la creación de un banco de datos en internet “para la protección del niño”, con el objetivo de ayudar a las instituciones relacionadas con la Iglesia católica.

Citó también a Benedicto XVI, augurando que “los esfuerzos conscientes de la Iglesia para afrontar esta realidad ayuden a toda la comunidad a reconocer las causas, el verdadero alcance y las consecuencias devastadoras del abuso sexual y a responder con eficacia a esta plaga” (Discurso a los obispos católicos de Estados Unidos, 26 noviembre 2011).

Sin embargo, dijo Tomasi, no hay que hacerse ilusiones pensando en que el fenómeno del abuso sexual a menores se limite “sólo a las instituciones”. Se ha infiltrado “insidiosamente” en “todos los elementos de la sociedad”, por ejemplo “el vecindario, el círculo social inmediato del niño, la escuela, el lugar de trabajo, los centros de detención”, incluso “el interior de la familia”.

Además de estos riesgos “tradicionales”, añadió el prelado, hay que tomar en consideración a las “nuevas tecnologías”. A menudo “bombardean” a los niños con imágenes e informaciones “nocivas y espantosas”. O albergan foros “manipulados”, en los que participan los niños “ingenuamente”, convirtiéndose en “presa” de personas que tienen motivos “egoístas y deletéreos”.

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La Santa Sede pide a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X clarificar su posición
Para evitar una "ruptura eclesial de consecuencias dolorosas e incalculables"
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 16 marzo 2012 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha hecho público este viernes un comunicado en relación al encuentro entre el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y el superior general de la Farternidad Sacerdotal San Pío X celebrado este viernes.

Durante el encuentro del 14 de septiembre de 2011, entre el cardenal William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y presidente de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei y monseñor Bernard fellay, superior general de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, fue entregado a este último un Preámbulo Doctrinal, acompañado de una Nota preliminar, como base fundamental para lograr la plna reconciliación con la Sede Apostólica. En el mismo se enunciaban algunos principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina católica, necesarios para garantizar la fidelidad al Magisterio de la Iglesia y el sentire cum Ecclesia.

La respuesta de la Fraternidad Sacredotal San Pío X respecto al arriba mencionado Preámbulo Doctrinal, llegada en enero de 2012, fue sometida a examen de la Congregación para la Doctrina de la Fe y sucesivamente al juicio del santo padre. En obediencia a la decisión del papa Benedicto XVI, con una carta entregada en el día de hoy, se ha comunicado a monseñor Fellay la valoración de su respuesta. En ella se hace presente que "la posición, por él expresada, no es suficiente para superar los problemas doctrinales que están en la base de la fractura entre la Santa Sede y dicha Fraternidad".

Al término del encuentro de hoy, concluye el comunicado, "guiado por la preocupación de evitar una ruptura eclesial de consecuencias dolorosas e incalculables, se ha dirigido la invitación al superior general de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X de clarificar su posición con el fin de llegar a la recomposición de la fractura existente, como auspicia el papa Benedicto XVI".

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La página web de la Congregación para la Doctrina de la Fe se actualiza
Reorganizada ofrece documentos en ocho idiomas
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 16 marzo 2012 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha hecho público un comunicado en el que se da cuenta de la actualización y reorganización de la página web de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Como se sabe, dice el comunicado, los Documentos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, aprobados expresamente por el santo padre, participan del Magisterio ordinario del sucesor de Pedro (cf. Instrucción Donum Veritatis sobre la vocación eclesial del teólogo, 24 de mayo de 1990, n. 18).

“Esto explica –añade el comunicado- la importancia de una recepción cuidadosa de tales pronunciamientos por parte de los fieles y especialmente de los fieles comprometidos, en nombre de la Iglesia, en el ámbito teológico y pastoral”.

En el mundo de hoy, por otro lado --explica--, es necesaria una difusión más amplia de la enseñanza del Dicasterio. De hecho, sobre todo los Documentos emanados desde el Concilio Vaticano II hasta hoy --recogidos en el volumen: Congregatio pro Doctrina Fidei, Documenta inde a Concilio Vaticano Secundo expleto edita (1966-2005), Librería Editorial Vaticana, Ciudad del Vaticano 2006, pp. 668- que se ocupan de cuestiones importantes para la vida y misión de la Iglesia, ofreciendo respuestas doctrinales seguras a los desafíos que tenemos por delante.

La Congregación para la Doctrina de la Fe, por lo tanto, al mismo tiempo que mantendrá sus Documentos en el sitio web oficial de la Santa Sede (www.vatican.va), ha abierto un nuevo acceso (www.doctrinafidei.va), para facilitar la consulta de los mismos.

Los principales Documentos se presentan en ocho idiomas. Además de la versión latina, en francés, inglés, italiano, portugués, español, alemán y polaco; y algunas veces también en húngaro, eslovaco, checo y holandés. Se está procediendo a completar la recolección de las versiones electrónicas de estas traducciones. Actualmente cada documento se ofrece en el idioma original y en algunas traducciones.

La colección contiene una lista completa de todos los pronunciamientos postconciliares de la Congregación, en tres listas temáticas: una de carácter doctrinal, de carácter disciplinario y otra relativa a los sacramentos.

En la misma página web se encuentran informaciones actualizadas sobre las publicaciones de la serie Documenti e Studi, que reproduce los documentos más importantes del dicasterio, ilustrados con comentarios de algunos teólogos de renombre. También se informa sobre los volúmenes de las Actas de los Simposios patrocinados por la Congregación, y se publican algunas intervenciones de los cardenales prefectos.

A través de esta divulgación por medio de internet, la Congregación “desea que su enseñanza doctrinal llegue a un círculo cada vez más amplio de destinatarios en todo el mundo”.

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El diálogo interreligioso, esperanza de una verdadera primavera árabe
Encuentro del patriarca Gregorio III con Benedicto XVI
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 16 marzo 2012 (ZENIT.org).- Clausurando en El Vaticano e Italia una gira europea por las conferencias episcopales y cancillerías, su beatitud Gregorio III, patriarca de Antioquía y de todo el Oriente, de Alejandría y de Jerusalén, fue recibido en audiencia este jueves 15 de marzo, una media hora, por el santo padre Benedicto XVI.

La entrevista --informa el Patriarcado de Antioquía y de todo el Oriente, de Alejandría y de Jerusalén- que se celebró en el despacho del santo padre, tuvo como principal objeto cuestiones de orden eclesial y las crisis del Próximo Oriente, y sus consecuencias, tanto desde el punto de vista regional como internacional.

Durante el encuentro, su beatitud Gregorio III insistió en el necesario diálogo por la paz en Siria y en Medio Oriente. “Pues sólo el diálogo garantiza la coexistencia y el saber vivir juntos en esta región en plena mutación y que debe afrontar los más grandes desafíos”, afirma el Patriarcado.

El patriarca subrayó que ahí está el papel de los cristianos, ser los actores de esta paz y los cabezas de puenhte para un diálogo verdadero entre las hijas y los hijos de este mundo árabe para un futuro mejor.

“Pues es en la unidad islamo-musulmana e islamo-cristiana donde están los fundamentos de la esperanza de una verdadera primavera árabe”, concluye la nota del Patriarcado.

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Mundo


Argentina: El fallo de la Corte Suprema sólo despenaliza un caso concreto de aborto
Entrevista con Jorge Scala, abogado especialista en bioderecho
BUENOS AIRES, viernes 16 marzo 2012 (ZENIT.org).- La Corte Suprema de Justicia de Argentina falló el pasado martes, por unanimidad, que el aborto no es punible en un caso concreto de violación. Ante esta decisión, que ha suscitado preocupación en ambientes católicos, un experto explica en qué consiste este veredicto.

Jorge Scala, abogado por la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, especialista en derechos humanos y bioderecho, ha sido entrevistado por ZENIT para comentar las implicaciones de esta decisión judicial.

¿Qué puede comentarnos del fallo de la corte suprema de Argentina permitiendo el aborto en caso de violación?

--J. Scala: Lo primero que debe subrayarse es que la Corte Suprema de la Argentina no es una Corte de Casación ni una Corte Constitucional. Por lo tanto, sus fallos solo obligan en el caso concreto que resuelven. En este caso, como ya se había producido el homicidio prenatal, el fallo ni siquiera se va a aplicar en ese juicio...
 

¿Qué es eso de "homicidio prenatal"?

--J. Scala: El vocablo aborto es ambiguo, porque cuando una mujer ha perdido un embarazo, se lo llama aborto espontáneo, es un acto involuntario; de otro lado hay quienes sostienen que el aborto es un delito y, por tanto, algo malo; finalmente, hay quienes dicen que el aborto es un derecho y, en consecuencia, algo bueno. Dada esta ambigüedad se ha propuesto dejar la palabra aborto para referirse al espontáneo, y utilizar la locución descriptiva "homicidio prenatal" para el procurado. En efecto: mal que le pese a los abortistas, es un homicidio --matar a una persona- y prenatal, puesto que se la mata antes de nacer.
 

Pero si la sentencia ni siquiera se aplicará en ese juicio, ¿qué sentido tiene, qué busca la Corte argentina con eso?

--J. Scala: La presidenta de la República se manifestó públicamente contraria al aborto. Después de su reelección el año pasado, sus legisladores hicieron un intento serio de despenalizar el aborto por ley; a los pocos días habían sacado el asunto de agenda. Oficiosamente dejaron caer que habían recibido órdenes presidenciales de desactivar esos proyectos de ley. En este contexto, una corte integrada por siete abortistas parece haber tomado la posta... Si el aborto no sale por ley, saldrá por decisión judicial. No se vislumbra otra explicación racional del asunto.
 

¿Y cómo una sentencia inoperante podría precipitar la despenalización del aborto en la Argentina?

--J. Scala: Por el modo inicuo de resolver. Vamos por partes: el Código Penal dice que no es punible el aborto practicado por un médico, cuando el embarazo haya sido producto de una violación a una mujer deficiente mental, y si lo pide su representante legal. El sistema funciona así: si la mujer es débil mental no tiene el grado de comprensión como para consentir una relación sexual; por tanto, si está embarazada, se presume que ha sido violada. Es necesario entonces que su representante legal --padres o tutor- soliciten el aborto a un médico diplomado. Esto funcionó así hasta 1994 en que se reformó la Constitución Nacional y se consagró la tutela de toda vida humana "desde el momento de su concepción". Esa reforma derogó tácitamente ese supuesto despenalizado de homicidio prenatal.

Ante esto, la corte en su fallo prostituye el Código Penal, al sostener que no sería punible el aborto cuando el embarazo fuera producto de una violación --a cualquier mujer- y basta con que llene un formulario declarando que fue violada, para que todos los centros de salud estén obligados a cometer el homicidio prenatal. Esto es cambiar todos los términos de la ley vigente, ya que si la mujer es capaz se presume que sus relaciones sexuales son consentidas; por tanto es necesario probar que fue violada. Además, al llenar un formulario sin hacer la denuncia penal, nadie va a investigar la supuesta violación. En pocas palabras, cualquier mujer que quiera matar a su hijo antes de su nacimiento, podría hacerlo con solo llenar un formulario.

El presidente de la corte, Ricardo Lorenzetti, en la conferencia de prensa comunicando este fallo, dijo textualmente: "La sentencia no abre la puerta a la legalización del aborto". Parafraseando su metáfora podría decirse que el fallo convierte a la Argentina en un descampado, donde no hace falta ninguna puerta para legalizar el aborto. Esa frase marca el nivel de cinismo y amoralidad de los integrantes de la corte actual.
 

¿Qué pasará de aquí en adelante?

--J. Scala: Depende de cómo reaccionemos los argentinos. Me explico: Argentina es un país federal y el poder de policía en materia sanitaria pertenece a las provincias. Hay cuatro provincias que han prohibido expresamente los abortos no punibles (Entre Ríos, Salta, Tucumán y San Juan); si un médico los practica quizá no vaya preso, pero le quitan la matrícula y no puede ejercer la medicina en esas provincias. El mismo día del dictado del fallo inicuo, el legislador Aurelio García Elorrio presentó un proyecto de ley en la provincia de Córdoba, tendiente también a erradicar estas prácticas en su territorio. Con ley o sin ley, los cirujanos pueden negarse a matar seres humanos, y no hay juez que pueda obligarles.
Eso en el campo médico. En el jurídico, como veíamos, los fallos de la corte no obligan a los jueces inferiores, máxime cuando carecen del más mínimo rigor jurídico y catadura moral. Pueden seguir investigando estos casos, incluso imponiendo las prisiones que correspondan.

En el campo político, el fallo es tan vergonzoso que invade la función del Poder Legislativo, al pretender modificar el Código Penal --cosa que la Constitución reserva al Congreso de la Nación--. La invasión de otro poder es causal de remoción del cargo, por haber atentado contra el sistema republicano de gobierno. Les cabe la destitución luego de un juicio político. Es más, si no fueran destituidos quedaría demostrado que la clase política argentina es antidemocrática. Y a quien le quepa el sayo, que se lo ponga...  

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Oblatos de San José reeligen al superior general
El padre Miguel Piscopo recibió la confianza del XVI Capítulo General
ROMA, viernes 16 de marzo de 2012 (ZENIT.org) - Los oblatos de San José celebraron el pasado mes de febrero, el XVI Capítulo General en Asti, Italia, donde eligieron por un segundo periodo al padre Miguel Piscopo, natural de Bari, Italia, quien ha sido misionero en Perú y Brasil.

La congregación de los “josefinos”, compuesta por sacerdotes y hermanos, fue fundada en 1878 por san José Marello, entonces obispo de la diócesis de Acqui, y cuenta con 530 miembros en 11 países, de los cuales 200 están en Asia y Oceanía, 30 en África, 200 en América y 100 en Europa.

El desarrollo misionero de la congregación comenzó en 1915 con la apertura de la misión en las Filipinas y hoy esta es la principal provincia de la Congregación.

Como se sabe, el compromiso de los oblatos es con la educación de los jóvenes, el servicio pastoral en las parroquias y misiones, así como en la difusión de la espiritualidad y la devoción a san José.

El tema del XVI Capítulo General fue: "El valor de la pobreza evangélica para evangelizar a los pobres", tomado de las palabras de Jesús: "El Espíritu del Señor ... me ha ungido para llevar la buena nueva a los pobres" (Lc. 4,18).

Los temas más importantes del Capítulo fueron: estar con los pobres en las diversas formas de pobreza, en particular junto a los jóvenes; vivir el voto de pobreza con sobriedad, fraternidad y verdadera comunión de vida entre los miembros; así como participar en la vida de la comunidad a fin de cuidar el bien común y el de cada persona.

El padre Piscopo ejercerá su nuevo mandato por seis años y estará acompañado por un Consejo general integrado por los presbíteros John Attulli, India, Gabriel Kamus, Filipinas, Guido Miglietta, Italia, y Brian Crawford, Estados Unidos.

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Cuaresma


¡Trinidad es amor!
El padre Cantalamessa explica el misterio de la Trinidad como fundamento del cristianismo
Por Antonio Gaspari

ROMA, viernes 16 marzo 2012 (ZENIT.org).- Trinidad es amor y sin Trinidad el cristianismo no tendrá fundamento.

Esto es lo que ha explicado hoy 16 de marzo el padre Raniero Cantalamessa, en su segunda prédica de Cuaresma.

El predicador de la Casa Pontificia hizo referencia a san Gregorio Nacianceno (329 – 390 ca.), obispo de Constantinopla, doctor y padre de la Iglesia, mejor conocido como el "cantor de la Trinidad".

Como ha escrito Juan en el Evangelio "Dios es amor" (I Jn 4,10) y san Agustín añadió "¡por esto, el es Trinidad!" porque "el amor supone uno que ama, lo que es amado y el amor mismo".

El padre Cantalamessa sostuvo que "el Padre es, en la Trinidad, el que ama, la fuente y el principio de todo; el Hijo es el que es amado; el Espíritu Santo es el amor con el que se aman".

Los pensadores griegos y, en general, las filosofías religiosas de todos los tiempos conciben a Dios sobre todo como "pensamiento", es decir Dios que se pensaba a sí mismo "puro pensamiento", "pensamiento de pensamiento".

"Pero esto --añadió el predicador- no es ya posible, en el momento en el que se dice que Dios es sobre todo amor, porque el 'puro amor de sí mismo' sería puro egoísmo, que no es la exaltación máxuma del amor, sino su total negación".

Así como --precisó el padre Cantalamessa- "un Dios que fuera puro Conocimiento o pura Ley, o puro Poder no tendría ciertamente necesidad de ser trino; pero un Dios que es sobre todo Amor sí, porque "menos que entre dos, no puede hacer amor".

"Es necesario --escribió el cardenal francés Henri Marie de Lubac- que el mundo lo sepa: la revelación del Dios Amor revoluciona todo lo que este había concebido de la divinidad".

Según el predicador de la casa pontificia "la Trinidad ha improntado de sí talmente la teología, liturgia, espiritualidad y la entera vida cristiana que renunciar a ella significaría iniciar otra religión, completamente diversa".

Por este motivo haría falta "llevar este misterio de los libros de teología a la vida, de modo que la Trinidad no sea sólo un misterio estudiado y rectamente formulado, sino vivido, adorado, gozado".

La vida cristiana en efecto se desarrolla, desde el inicio al fin, en el signo y en presencia de la Trinidad.

Al alba de la vida, hemos sido bautizados "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo", y al final de nuestra vida de cristianos se recitan las palabras: "Parte, alma cristiana, de este mundo: en el nombre del Padre que te ha creado, del Hijo que te ha redimido y del Espíritu Santo que te ha santificado".

"En el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo los esposos son unidos en matrimonio y se intercambian el anillo, y los sacerdotes y los obispos son consagrados", en el nombre de la Trinidad iniciaban en tiempos los contratos, las sentencias y cada acto importante de la vida civil y religiosa.

El padre Cantalamessa concluyó recordando que la doxología que concluye el cánon de la Misa es la más breve y la más densa oración trinitaria de la Iglesia: "Por Cristo, con Cristo, en Cristo, a tí, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén".

Se puede leer el texto de la prédica completo en: http://www.zenit.org/article-41741?l=spanish.

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En la escuela de san Pablo...


Alegrarnos porque Dios "nos vivificó juntamente con Cristo" (Cuaresma 4º, ciclo B)
Comentarios a la segunda lectura dominical
ROMA, viernes 16 marzo 2012 (ZENIT.org).- Nuestra columna "En la escuela de san Pablo..." ofrece el comentario y la aplicación correspondiente para el 4º domingo de Cuaresma.

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Pedro Mendoza LC

"Pero Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo –por gracia habéis sido salvados– y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús, a fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de su gracia, por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe. En efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos" (Ef 2,4-10).
 

Comentario

El pasaje propuesto como segunda lectura en este domingo de cuaresma está tomado de la carta a los Efesios. En estos versículos el Apóstol nos ayuda a comprender el misterio de la salvación en Cristo que se ha realizado por gracia de Dios. En primer lugar, hemos sido vivificados con Cristo y colocados en el cielo (vv.4-6). Luego nos indica que la finalidad de esta acción salvífica es para alabanza de la gloria de su gracia (v.7). Pasa a continuación a señalar que la salvación se ha realizado por la gracia a través de la fe, no por las obras (vv.8-9). Finalmente, nos recuerda que hemos sido creados de nuevo en Cristo para obras buenas (v.10).

Poco antes, san Pablo ha descrito la situación común en que se encontraban tanto los judíos como los paganos antes de la obra redentora realizada por Cristo: perdición sin remedio. Nuestro pasaje inicia con un viraje repentino: "Pero Dios...". El Apóstol sabe que sólo Dios podía ayudarnos en esa situación en que nos encontrábamos y lo ha hecho realmente. Hablando de este acontecimiento, destaca en todo ello el carácter marcadamente gratuito de esta intervención divina: "Dios, que es rico en misericordia", "por el grande amor". La expresión "estando muertos" indica el estado en que nos encontrábamos no de muerte física, sino de separación de Dios, de enemistad con Él.

Resplandece, por tanto, la gratuidad del amor de Dios que está en la base de su gesto salvífico: "nos vivificó juntamente con Cristo –por gracia habéis sido salvados–" (v.5). La "salvación" otorgada en Cristo, puede entenderla más plenamente quien estando condenado a una muerte segura ha sido arrancado y conducido a la vida. Y precisa nuevamente el Apóstol: todo esto ha sido "por gracia". Y en esta abundancia de gracia coloca los otros dones que nuestra redención nos ofrece: "y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús" (v.6). De esta forma nos ayuda a comprender que lo que se ha realizado en Cristo, como cabeza del cuerpo que es la Iglesia, se cumplirá también en nosotros, miembros de este cuerpo. Cristo está elevado sobre todos los cielos a la derecha del Padre, y por consiguiente nosotros, como miembros suyos, también hemos sido llamados a participar en la gloria de Dios, que ya ahora tenemos como "prenda de nuestra herencia" (1,14).

La acción salvífica divina está destinada a la alabanza de la gloria de su gracia (2,7). Esta finalidad ha quedado ya afirmada en tres ocasiones en el himno de alabanza con que inicia la carta a los Efesios (1,3-14). Igualmente aquí, en toda esa manifestación de la misericordia y del amor divinos, el último objetivo sólo puede ser la gloria de Dios.

En el proceso por el cual hemos alcanzado la salvación la fe juega un papel decisivo (2,8-9). Es aquí donde el hombre interviene en primera persona, pero sin olvidar que últimamente este mismo paso de la fe es propiciado y secundado por la gracia de Dios. Creer quiere decir recibir, aceptar, lo que Dios da: su salvación obrada en Cristo. Creer implica renunciar a buscar la salvación a través de las propias obras y a aceptarla como un don de Dios ante el cual sólo cabe acogerla con gratitud. De modo que "nadie se gloríe". ¿Qué es este "gloriarse", que hay que excluir a toda costa? Es aquella postura íntima del hombre que quiere afirmarse a sí mismo, vivir no de lo que recibe, de la gracia de otro, sino de lo que él mismo crea, sabe y es. Es el hombre que tiene tendencia a la propia gloria, desde que los primeros padres quisieron ser "como Dios", crear por sí mismos su felicidad y no tener que deberle nada a nadie.

Ahora bien, cuanto afirmado anteriormente sobre el papel de la fe en el proceso de la salvación no hay que olvidar que últimamente también ella es fruto de la gracia de Dios. Esto no niega que al hombre le corresponde actuar en su vida ese proceso de salvación, que ha tenido origen en el bautismo. De ahí la necesidad de poner en acto las buenas obras para las que hemos sido creados (v.10), las cuales deben distinguir nuestra vida cristiana. Con las buenas obras continuamos secundando la acción de la gracia de Dios en nuestras vidas, pues se trata de esas "buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos". En todo esto se oculta un misterio insondable: el misterio de la concurrencia de la libre voluntad del hombre y de la acción de la gracia divina. En nuestra colaboración con la gracia de Dios por medio de nuestras obras, no hay que olvidar nunca que realmente la iniciativa la tiene siempre y en todas partes Dios.

Aplicación

Alegrarnos porque Dios "nos vivificó juntamente con Cristo".

En este tiempo de cuaresma la Iglesia nos invita con insistencia a la penitencia y a la conversión de vida para llegar preparados a la celebración de los misterios de nuestra redención. Pero este camino de preparación no es ajeno a los sentimientos de alegría y gozo interior que deben estar siempre presentes en nuestra vida. En efecto, el cuarto domingo de Cuaresma es el "domingo del gozo", una etapa de reposo en el camino penitencial que estamos recorriendo, antes de la subida definitiva a Jerusalén donde tendrán lugar los padecimientos y la muerte del Señor. Por eso las lecturas de este domingo nos muestran cuál es el verdadero motivo de este gozo: el amor generoso de Dios para con nosotros.

La primera lectura del 2º libro de las Crónicas (36,14-16.19-23) nos ofrece un motivo de gozo en la paciencia y en la generosidad de Dios con que nos envía sus mensajeros para guiarnos a la salvación. Así vemos cómo Dios ha ido mandando sus mensajeros para indicar a su pueblo el camino correcto que debe seguir, el camino que le asegura alcanzar la paz y el gozo. Y todo esto Dios lo hace porque ama a su pueblo y porque ama el lugar de su morada, en el espléndido templo de Jerusalén. Ante la infidelidad del pueblo y al castigo que debe sufrir por ella, el Señor le ofrece nuevamente su salvación, a través de Ciro el persa, quien permite a los judíos volver del exilio para adorar a Dios en su templo de Jerusalén.

Del mismo modo, en el Evangelio (Jn 3,14-21), Cristo presenta hasta dónde ha llegado la generosidad de Dios, su amor para con el hombre. A Nicodemo le hace ver en qué consiste este amor de Dios: "tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna" (v.16). Ahí, en esa suprema donación divina, está convertido en realidad y llevado a su plenitud ese amor de Dios prefigurado ya en el Antiguo Testamento. A la muerte de cruz a la cual han conducido a su Hijo quienes le han rechazado, Dios responde con la resurrección de Cristo y, en ella, con el triunfo definitivo de su amor que abre a todos los hombres las puertas de la salvación.

El Apóstol en la carta a los Efesios (2,4-10) nos ayuda a comprender mejor la grandeza del don de la salvación que Dios nos ha ofrecido, y que conmemoraremos una vez más en el triduo sacro de la Semana santa. La salvación es obra de su amor por nosotros y va acompañada de abundantes gracias para nuestra vida, pues nos hace partícipes de la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte. Ante tantos dones recibidos no podemos sino reconocer en ellos todo ese amor infinito de Dios para con nosotros, su misericordia llena de delicadeza y de generosidad. En estos días de Cuaresma acojamos siempre mejor la misericordia de Dios, correspondiendo al perdón recibido de sus manos amorosas con una vida llena de justicia y de caridad. Llenemos también nuestro corazón de gozo porque Dios "nos vivificó juntamente con Cristo".

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Documentación


San Gregorio Nacianceno, maestro de la fe en la Trinidad
Segunda prédica de Cuaresma del padre Raniero Cantalamessa
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 16 marzo 2012 (ZENIT.org).- A las 9 horas de la mañana de este viernes, en la capilla Redemptoris Mater, en presencia del santo padre Benedicto XVI, el predicador de la Casa Pontificia, padre Raniero Cantalamessa OFM Cap, realizó la segunda prédica de Cuaresma. El tema de las meditaciones cuaresmales es el siguiente: "Acordáos de vuestros jefes e imitad su fe" (Heb.13,7). Las dos prédicas siguientes tendrán lugar los viernes 23 y 30 de marzo. Ofrecemos el texto completo de la prédica.

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P. Raniero Cantalamessa, OFM Cap. En años pasados, ha habido propuestas teológicas que, a pesar de las profundas diferencias entre ellas, tenían un esquema de fondo común, a veces claro, a veces implícito. Este esquema es simplísimo, siendo reductivo. Los dos misterios más grandes de nuestra fe son la Trinidad y la Encarnación: Dios es uno y trino; Jesucristo es Dios y hombre. En las propuestas a las que me refiero, la idea es: Dios es uno, y Jesucristo es hombre. Consiste en dejar caer la divinidad de Cristo y, con ello, la Trinidad.

El resultado de este proceso es que uno termina aceptando tácita e hipócritamente la existencia de dos tipos de fe y de dos cristianismos diferentes, que no tienen en común entre ellos más que el nombre: el cristianismo de la fe de la Iglesia y de las declaraciones ecuménicas conjuntas, donde, con las palabras del símbolo niceno-constantinopolitano, se sigue profesando la fe en la Trinidad y en la plena divinidad de Cristo, y el cristianismo de amplios estratos de la cultura, incluso exegética y teológica, en el que estas mismas verdades son ignoradas o interpretadas de manera muy diferente.

En este clima es particularmente oportuno volver a examinar a los padres de la Iglesia, no sólo para conocer el contenido del dogma en su estado naciente, sino más aún para encontrar la unidad vital de la fe profesada y la fe vivida, entre el "qué" y su "enunciado". Para los padres la Trinidad y la unidad de Dios, la dualidad de la naturaleza y la unidad de la persona de Cristo no eran una verdad para decidir sobre la mesa o discutir en los libros en diálogo con otros libros; eran realidades vitales. Parafraseando un dicho que circula en los círculos deportivos, podríamos decir que estas verdades no eran para ellos una cuestión de vida o muerte, ¡eran mucho más!

1. Gregorio Nacianceno, el cantor de la Trinidad

El gigante sobre cuyas espaldas queremos subirnos hoy es san Gregorio Nacianceno, y el horizonte que queremos examinar con él es la Trinidad. Suya es la grandiosa imagen que muestra el desplegarse de la revelación de la Trinidad en la historia y la pedagogía de Dios que se revela en ella. El antiguo testamento, escribe, proclama abiertamente la existencia del Padre, y comienza a anunciar veladamente la del Hijo; el nuevo testamento proclama abiertamente al Hijo, y comienza a revelar la divinidad del Espíritu Santo; ahora, en la Iglesia, el Espíritu se nos manifiesta claramente y ella confiesa la gloria de la Santísima Trinidad. Dios ha establecido su manifestación, adaptándose a los tiempos y a la capacidad receptiva de los hombres 1.

Esta triple división no tiene nada que ver con la tesis de Gioacchino da Fiore, sobre los tres períodos distintos: el del Padre, en el antiguo testamento, la del Hijo en el nuevo y el del Espíritu Santo en la iglesia. La distinción de san Gregorio se refiere a el orden de la manifestación, no a él del ser o de la acción de las Tres personas, las cuales están presentes y obran juntas a través del tiempo.

San Gregorio Nacianceno ha recibido en la tradición el nombre de "el Teólogo" (ho Theologos), debido a su contribución a la comprensión del dogma trinitario. Su mérito es haber dado a la ortodoxia trinitaria una formulación perfecta, con frases destinadas a convertirse en patrimonio común de la teología. El símbolo pseudo-atanasio Quicumque, compuesto casi un siglo después, le debe no poco a Gregorio Nacianceno.

Éstas son algunas de sus fórmulas cristalinas:

"Fue, era y estaba: pero era uno solo. Luz y luz y luz, pero una sola luz. Esto es lo que imaginó David cuando dijo: "En tu luz vemos la luz" (Sal. 35,10). Y ahora la hemos contemplado y la anunciamos, de la luz que es el Padre comprendemos la luz que es el Hijo a la luz del Espíritu: he aquí la breve y concisa teología de la Trinidad [...] Dios, si podemos hablar de manera sucinta, está indiviso en seres divididos el uno del otro" 2.

La principal contribución de los capadocios en la formulación del dogma trinitario es el haber llevado a término la distinción entre los dos conceptos de ousia e hipóstasis, sustancia y persona, creando la base conceptual permanente con la cual se expresa la fe en la Trinidad. Se trata de una de las innovaciones más impresionantes que la teología cristiana ha introducido en el pensamiento humano. De esta ha podido desarrollarse el concepto moderno de persona como relación.

El lado débil de su teología trinitaria, por ellos mismos advertido, era el peligro de concebir la relación entre la única sustancia divina y las tres hipóstasis del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo del mismo modo que existe en la naturaleza entre las especies y los individuos (por ejemplo, entre la especie humana y los hombres individuales), ofreciendo así el flanco a la acusación de triteísmo 3.

Gregorio Nacianceno se esfuerza por responder a esta dificultad, diciendo que cada una de las tres personas divinas no está menos unida a las otras dos, de lo que está unida a sí misma 4. Niega, por la misma razón, las similitudes tradicionales de "fuente, arroyo, río" o "sol, rayo, luz" 5. Con el tiempo admitió con franqueza, de preferir este riesgo a aquel opuesto del modalismo: "Es mejor, dice, tener una idea, tal vez insuficiente, de la unión de los Tres, en lugar de osar una impiedad absoluta" 6.

¿Por qué elegir a san Gregorio Nacianceno, como maestro de la fe en la Trinidad? La razón es la misma por la que hemos elegido a Atanasio como maestro de la fe en la divinidad de Cristo. Es que para Gregorio, la Trinidad no es una verdad abstracta, o simplemente un dogma; es su pasión, su ambiente vital, algo que sacude su corazón sólo con nombrarla.

Los ortodoxos le llaman "el cantor de la Trinidad." Esto concuerda perfectamente con lo que sabemos de su personalidad humana. El Nacianceno es un hombre con un corazón aún más grande que la mente, un temperamento sensible en exceso, hasta provocarle no pocas decepciones y sufrimientos en sus relaciones con los demás, empezando por su amigo san Basilio.

En su poesía revela todo su entusiasmo por la Trinidad. Utiliza frases como "mi Trinidad", "amada Trinidad" 7. Gregorio es un enamorado de la Trinidad. Escribe así de sí mismo:

"Desde el día que renuncié a las cosas de este mundo para consagrar mi alma a la contemplación brillante y celestial, cuando la inteligencia suprema me secuestró de aquí para hacerme reposar lejos de todo lo que es carnal, desde ese día mis ojos han estado deslumbrados por la luz de la Trinidad... Desde su sublime trono ella extiende su resplandor inefable sobre cada cosa... Desde ese día estoy muerto para el mundo y el mundo ha muerto para mí" 8.

Basta con comparar estas palabras con expresiones técnicamente perfectas, pero frías en el símbolo Quicumque, que se recitaba antes en el Oficio divino del domingo, para darse cuenta de la distancia que separa la fe vivida de los Padres, de aquella formal y repetitiva que se presenta después de ellos, aunque también esta última cumple una tarea importante.

2. No podemos vivir sin la Trinidad

Ahora, como siempre, haremos una reflexión sobre lo que los padres pueden ofrecernos en este campo, para una renovación de nuestra fe. Es bien sabido que la teología occidental siempre ha tenido que protegerse contra el riesgo opuesto a él del triteísmo del cual, hemos visto, debe defenderse el Nacianceno; es decir, el riesgo de hacer hincapié en la unidad de la naturaleza divina, en detrimento de la distinción de las personas.

En este terreno ha sido capaz de desarrollarse la visión deísta de Descartes y de los iluministas que prescinden del todo de la Trinidad para concentrarse sólo en Dios, concebido como un ser supremo o como "la divinidad". Kant sacó la famosa conclusión de que "de la doctrina trinitaria, tomada literalmente, no se puede conseguir nada práctico" 9. Esa, en otras palabras, que es irrelevante para la vida del hombre y de la Iglesia.

Este ha sido sin duda uno de los factores que han allanado el camino para el ateísmo moderno. Si se hubiera mantenido viva la idea en la teología del Dios Uno y Trino, en lugar de hablar de un vago "Ser supremo", no hubiera sido tan fácil para Feuerbach el triunfo de su tesis de que Dios es una proyección que el hombre hace de sí mismo y de su esencia. ¿Qué necesidad tendría el hombre de dividirse en tres: Padre, Hijo y Espíritu Santo? Y ¿en qué sentido la Trinidad puede ser la proyección y la sublimación que el espíritu humano hace de sí mismo? Es el vago deísmo el que fue demolido por Feuerbach, no la fe en el Dios uno y trino.

Pero si la visión latina de la Trinidad, por un lado, abre la puerta a esta desviación deística, por el otro contiene el remedio más eficaz contra ella. Nunca estaremos lo suficientemente agradecidos con Agustín por haber basado su discurso sobre la Trinidad en la palabra de Juan: "Dios es amor" (1 Jn. 4,10). Dios es amor: por lo tanto, concluye Agustín, ¡Él es Trinidad! "El amor supone a uno que ama, uno que es amado, y el amor mismo con el cual se aman" 10. El Padre es, en la Trinidad, el que ama, la fuente y el principio de todas las cosas; el Hijo es el que es amado; el Espíritu Santo es el amor con que se aman.

Todo amor es el amor de alguien o de algo, como todo conocimiento, dice Husserl, es el conocimiento de algo. No se da un amor "al vacío", sin un objeto. ¿Ahora, quién ama a Dios para ser definido amor? ¿El hombre? Pero entonces es amor sólo desde algún centenar de millones de años. ¿El universo? Pero entonces es amor sólo desde alguna decena de millardos de años. ¿Y antes, a quién amaba Dios por ser el amor? Los pensadores griegos y, en general, las filosofías religiosas de todos los tiempos, concibiendo a Dios ante todo como un "pensamiento" podían responder: Dios se pensaba a sí mismo; era el "pensamiento puro", " pensamiento de pensamiento". Pero esto ya no es posible, desde el momento en que se dice que Dios es ante todo amor, porque el "amor puro a sí mismo" sería puro egoísmo, que no es la exaltación máxima del amor, sino su negación total.

Y aquí está la respuesta de la revelación, hecha explícita por la Iglesia con su doctrina de la Trinidad. Dios es amor desde siempre, ab aeterno, porque antes aún de que hubiera un objeto fuera de sí para amar, tenía en sí mismo el Verbo, el Hijo al que amaba con un amor infinito, es decir, "en el Espíritu Santo". Esto no explica cómo la unidad puede ser al mismo tiempo trinidad (esto es un misterio imposible de conocer por nosotros porque está solamente en Dios), pero nos basta al menos para intuir por qué, en Dios, la unidad debe ser también pluralidad y asimismo trinidad.

Un Dios que fuese puro conocimiento o pura ley, o pura potencia, no tendría necesidad de ser trino (esto de hecho complicaría mucho las cosas); pero un Dios que es, sobre todo amor, sí porque "menos que entre dos, no puede haber amor". "Necesitamos --ha escrito de Lubac--, que el mundo lo sepa: la revelación del Dios amor altera todo lo que se había concebido de la divinidad" 11.

Ciertamente que lo del amor es una analogía humana, pero es sin duda la que mejor nos permite echar un vistazo a la misteriosa profundidad de Dios. En esto se ve cómo la teología latina integra a la griega, y las dos no pueden prescindir la una de la otra. El tema del amor está casi ausente en la teología trinitaria de los orientales, que usan de preferencia la analogía de la luz. Tenemos que esperar a Gregorio Palamas para leer, en griego, algo similar a lo que dice Agustín sobre el amor en la Trinidad. 12.

Alguno quiere poner hoy entre paréntesis el dogma de la Trinidad, para facilitar el diálogo con las otras grandes religiones monoteístas. Se trata de una operación suicida. ¡Sería como quitarle la espina dorsal a una persona para hacerla caminar con más facilidad! La Trinidad ha marcado de tal modo la teología, la liturgia, la espiritualidad y la vida cristiana, que renunciar a ella significaría empezar otra religión por completo.

Lo que debe hacerse es más bien, como nos enseñan los Padres, acercar este misterio de los libros de teología a la vida, de modo que la Trinidad no sea solo un misterio estudiado y correctamente formulado, sino vivido, adorado, disfrutado. La vida cristiana se desarrolla, de principio a fin, en el signo y en la presencia de la Trinidad. Al inicio de la vida, fuimos bautizados "en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" y, por último, si tenemos la gracia de morir cristianamente, a nuestra cabecera se recitarán las palabras: "Parte, alma cristiana, de este mundo: en el nombre del Padre, que te creó, del Hijo que te ha redimido y del Espíritu Santo que te ha santificado".

Entre estos dos momentos extremos, están otros momentos llamados "de transición" que para un cristiano, están todos marcados por la invocación a la Trinidad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, los esposos son unidos en matrimonio y se intercambian el anillo, así como los sacerdotes y los obispos que son consagrados. En el nombre de la Trinidad, se empezaban alguna vez los contratos, los juicios, y cada acto importante de la vida civil y religiosa. La Trinidad es el seno en el que fuimos concebidos (cf. Ef. 1,4) y es también el puerto al que todos navegamos. Es "el océano de paz" del que todo fluye y en el cual todo refluye.

3. "O beata Trinitas!"

San Gregorio Nacianceno debería haber suscitado en nosotros un deseo ardiente hacia la Trinidad: hacer de ella "nuestra" Trinidad, la "querida" Trinidad, la "amada" Trinidad. Algunos de estos acentos de conmovida adoración y asombro, resuenan en los textos de la solemnidad de la Santísima Trinidad. Debemos hacerla pasar de la liturgia a la vida. Hay algo más dichoso que podemos hacer en relación a la Trinidad que tratar de entenderla, ¡y es entrar en ella! No podemos abrazar el océano, pero podemos entrar en él; no podemos abrazar el misterio de la Trinidad con nuestras mentes, ¡pero podemos entrar en ella!

La "puerta" para entrar en la Trinidad es una sola, Jesucristo. Con su muerte y resurrección, él nos ha abierto un camino nuevo para entrar en el santo de los santos que es la Trinidad (cf. Hb. 10,19-20) y nos dejó los medios para seguirlo en este camino de retorno. El primero y más universal es la iglesia. Cuando se quiere cruzar un estrecho, dijo Agustín, lo más importante no consiste en sentarse en la orilla y agudizar la vista para ver lo que hay en la orilla opuesta, sino subirse sobre la barca que lleva a aquella orilla. Y para nosotros lo más importante no es especular sobre la Trinidad, sino permanecer en la fe de la Iglesia que se dirige hacia ella 13.

En la Iglesia, la Eucaristía es el medio por excelencia. La misa es una acción trinitaria de principio a fin; comienza en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y termina con la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Esa es la oferta que Jesús, cabeza y cuerpo místico, hace de sí mismo al Padre en el Espíritu Santo. A través de ella entramos verdaderamente en el corazón mismo de la Trinidad.

Para los hermanos ortodoxos, un medio importante para entrar en el misterio es el icono. La Trinidad de Rublev es un resumen visual de la doctrina trinitaria de los capadocios, y en particular de Gregorio Nacianceno. En él percibimos, en la misma medida, el movimiento incesante y la quietud sobrehumana, trascendencia y condescendencia. El dogma de la unidad y trinidad de Dios se expresa por el hecho de que estas figuras son tres y muy distintas, pero muy semejantes entre sí. Ellas están contenidas idealmente dentro de un círculo que pone de manifiesto su unidad, pero con su movimiento diferente y disposición proclaman también su carácter distintivo.

El santo, en cuyo monasterio se pintó el icono, san Sergio de Radonezh, se había distinguido en la historia de Rusia por haber traído la unidad entre los líderes que estaban en desacuerdo unos con otros y de haber hecho posible la liberación de Rusia de los tártaros, que la habían invadido. Su lema --que Rublev ha tratado de interpretar en el icono--, fue: "Contemplando la Santísima Trinidad, se vence la odiosa discordia de este mundo". San Gregorio Nacianceno había expresado un pensamiento similar en estos versos, los cuales parecen ser su testamento espiritual:

Busco la soledad, un lugar inaccesible al mal, donde con una mente indivisa buscar a mi Dios,

y aliviar mi vejez con la dulce esperanza del cielo.

¿Qué dejaré a la Iglesia? ¡Dejaré mis lágrimas!...

Dirijo mis pensamientos a la casa que no conoce ocaso, a mi querida Trinidad, única luz,

de la cual la sola sombra oscura me conmueve" 14.

La espiritualidad latina no es menos rica en ayudas para hacer de la Trinidad un misterio cercano, querido. También insiste en el movimiento contrario: no somos nosotros los que entramos en la Trinidad, sino es la Trinidad la que entra en nosotros. En la tradición ortodoxa, la doctrina de la inhabitación está referida de preferencia a la persona del Espíritu Santo. Es la teología latina la que ha desarrollado, en todo su potencial, la doctrina bíblica de la inhabitación de toda la Trinidad en el alma: "Mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él" (Jn 14, 23)15. Pío XII se ha reservado un lugar en su Mystici Corporis, diciendo que gracias a esta inhabitación, nosotros "participamos desde ahora en la alegría y la felicidad de la Trinidad" 16.

San Juan de la Cruz dice que "el amor que ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo" (Rm 5,5), no es otro que el amor con que el Padre, desde siempre, ha amado a su Hijo. Se trata de un desbordamiento del amor divino de la Trinidad hacia nosotros. Dios comunica al alma "el mismo amor que comunica al Hijo, aún cuando esto no ocurre de forma natural, sino por unión ... El alma participa de Dios, cumpliendo con él, la obra de la Santísima Trinidad" 17. La beata Isabel de la Trinidad nos sugiere una manera simple de traducir esto en un programa de vida: "Todo mi ejercicio consiste en volver a entrar en mí misma y perderme en los tres que están allí" 18.

Yo veo en esto una razón más, y entre las más profundas, para evangelizar. Hace unos días leía en la liturgia de las horas, las palabras de Dios en Isaías: "Pues en esto he de fijarme: en el mísero y en el abatido, y en el que respeta mi palabra" (Is. 66,2). Me llamó la atención un pensamiento. Me dije a mí mismo, ¿cuál es la gran diferencia entre quien es bautizado y quien no lo es: sobre quien no ha sido bautizado, Dios "vuelve la mirada", está presente intencionalmente, con su amor y su providencia; en quien está bautizado, él no vuelve solamente la mirada, sino que viene a morar en él en persona, y más aún, con las tres Personas divinas. Es cierto que una presencia intencional correspondida puede ser más aceptable a Dios que una presencia bautismal desatendida o rechazada (y esto debería llenarnos de responsabilidad y humildad), pero sería una ingratitud no reconocer la diferencia que hace el ser, o no, cristianos.

Terminemos recitando juntos la doxología que concluye el canon de la Misa y que es la más corta y la más densa oración trinitaria de la Iglesia: "Por Cristo, con Cristo, en Cristo, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén".

Traducido del italiano por José Antonio Varela V.

1 Cf. Gregorio Nazianzeno, Oratio 31, 26. Trad. ital di C. Moreschini, I cinque discorsi teologici, Roma, Città Nuova, 1986.

2 Oratio 31, 3.14.

3 Cf. Basilio, Epistola 236,6.

4 Gregorio Naz., Oratio. 31,16.

5 Ib. 31, 31-33.

6i Ib. 31, 12.

7 Gregorio Naz., Poemata de seipso, I,15; I, 87 (PG 37, 1251 s.; 1434).

8 Ib., I,1 (PG 37, 984-985).

9 E. Kant, Il conflitto delle facoltà, A 50 (WW, ed. W. Weischedel, VI, p.303).

10 Agostino, De Trinitate,VIII, 10, 14.

11 H. de Lubac, Histoire et Esprit, Aubier, Parigi 1950, cap.5.

12 Gregorio Palamas, Capita physica, 36 (PG 150, 1144s.).

13 Agostino, De Trinitate, IV,15,30; Confessioni, VII, 21.

14 Gregorio Nazianzeno, Poemata de seipso, I,11 (PG 37, 1165 s.).

15 Cf. R. Moretti – G.-M. Bertrand, Inhabitation, in “Dict. Spir.”, 7, 1735.1767.

16 Pio XII, Mystici corporis, AAS, 35, 1943, pp.231 s.

17 S. Juan de la Cruz, Cántico espiritual A, estrofa 38.

18 Isabel de la Trinidad, Cartas, 151, (Scritti, Roma 1967, p. 274).

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Servidores de la paz entre las armas
Carta pastoral del arzobispo castrense en el Día del Seminario
MADRID, viernes 16 marzo 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos la carta pastoral del arzobispo castrense de España, monseñor Juan del Río Martín, con motivo de la celebración del Día del Seminario.

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+ Juan del Río Martín

Queridos capellanes, seminaristas, fieles en general:

1. La Iglesia en España celebra, alrededor de la solemnidad de San José, el Día del Seminario, que este año lleva como lema: El sacerdote, pasión por el Evangelio. Es un momento de gracia para que la comunidad cristiana tome conciencia de que los futuros presbíteros han de salir de sus filas. El aumento de las vocaciones es un signo, entre otros, de la madurez de la fe que profesan y celebran nuestras asambleas dominicales.

2. Los curas que han resistido a la sangría de las secularizaciones en estas últimas décadas, en su mayoría, se han afanado pastoralmente. Sin embargo, en ocasiones, por querer servir a tantos sitios, algunos han caído en un activismo que ha sido perjudicial en muchos sentidos. En general, ha habido muy buena voluntad para que, inclusive en los rincones más lejanos o desasistidos, no faltasen los sacramentos y los auxilios más elementales de la fe. Esa generación de sacerdotes está desapareciendo y las nuevas incorporaciones no llegan a cubrir las muchas necesidades que tienen las diócesis españolas, esta Iglesia particular castrense incluida.

3. El católico medio de nuestro país no ha percibido a fondo, en general, la gravedad de la situación en que nos encontramos y las consecuencias que esto trae para la transmisión de la fe católica a las nuevas generaciones. No debemos caer en el espejismo al que nos conduce un cierto optimismo voluntarista. ¡Las cifras hablan y la situación es la que es! Al contemplar esta situación a la luz del Evangelio, viene a nuestra mente aquella instrucción que Jesús dio a los primeros discípulos: “La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, por tanto, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Lc 10,2).

4. Tradicionalmente, los capellanes castrenses que atendían pastoralmente a los militares españoles, procedían del clero secular y regular que, con permiso de sus ordinarios, accedían por oposición a pertenecer administrativamente a los diferentes Ejércitos, para prestar sus servicios pastorales al personal de las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Formaban una especie de “asociación o colegio sacerdotal”, presidido por la autoridad vicaria del papa, que recaía en el vicario general castrense, con el título de arzobispo.

5. A raíz del Concilio del Vaticano II se promulgó en 1986 la Constitución Apostólica Spirituali Militum Curae, (SMC), del beato Juan Pablo II, que supuso una nueva ordenación canónica para la asistencia espiritual de los militares, respondiendo a la eclesiología de comunión y misión que se deriva de los documentos conciliares. Se constituye, de esta manera, una “Iglesia particular” que, como cualquier otra diócesis, tiene fieles y territorios que la componen, “los cuarteles y los lugares reservados a los militares” (SMC V), y su pastor “goza de los mismos derechos de los Obispos diocesanos y tiene las mismas obligaciones” (SMC SMC II, 1; III). Esta Iglesia particular cuenta con su presbiterio, curia, seminario, consejos diversos, e instituciones pastorales adecuadas a cada lugar y circunstancias (SMC XIII y XIV). La jurisdicción castrense no es algo etéreo. Es “personal, ordinaria y propia” (SMC IV). El arzobispo y sus capellanes tienen que “dedicarse de una manera plena a la labor castrense” (SMC II, 3). Su misión, la nuestra, es la de comunicar a Cristo “Príncipe de la paz”, a un colectivo especifico como son los militares y sus familias. Esta labor ha de ser misionera, itinerante, personal, salvífica y samaritana (SMC IV). Al ser un ministerium pacis inter arma, imprime un determinado sello en el ejercicio diario del sacerdocio, que requiere una específica formación, que se va adquiriendo en los años de preparación del Seminario Castrense Juan Pablo II1.

6. Todo esto ha requerido un cambio en la concepción eclesiológica y pastoral de lo castrense, que no se ejecuta en dos días. En estos veinticinco años de la SMC, se han ido dando prudentes pasos en la configuración del Arzobispado, como pide dicha Constitución. Pero también han influido las transformaciones que se han producido en la realidad social, política y militar de España. Además, en este tiempo, la participación de capellanes en misiones internacionales, acompañando a nuestros militares en más de medio centenar de operaciones de paz, ha creado una nueva imaigen del sacerdote castrense y de su labor pastoral, espiritual y humanitaria. Su alta disponibilidad, generosidad y comportamiento ejemplar ha contribuido a una mejor valoración del Servicio de Asistencia Religiosa en tiempo de paz y de conflictos.

7. Se trata ahora de preparar capellanes castrenses para el siglo XXI. Su procedencia no puede ser sólo del clero diocesano y religioso como hasta hace poco, porque la crisis vocacional alcanza a todos. Si un obispo diocesano o un superior provincial no tienen sacerdotes para cubrir sus necesidades pastorales e institucionales ¿cómo va a liberar presbíteros para que presten sus servicios en el Arzobispado Castrense? Fue providencial que el curso 1991-1992, monseñor José Manuel Estepa Llaurens, hoy cardenal-arzobispo emérito castrense, erigiera el Seminario Juan Pablo II. Desde aquella fecha hasta este momento, han salido veintidós capellanes de nuestro centro. A ellos hay que añadir los cuatro que, al final del presente curso, serán ordenados para nuestra diócesis castrense.

8. En la actualidad, nuestro Seminario, después de diversas vicisitudes de ubicación y organización, se encuentra perfectamente situado en las nuevas instalaciones, adjuntas al edificio del Arzobispado, que están dignamente dotadas para su misión. El presente curso académico se inició con dieciséis seminaristas que realizan sus estudios en la Universidad Eclesiástica San Dámaso de Madrid. Hay, además, cuatro en el pre-seminario. Como cualquier centro de preparación al sacerdocio, se rige por la Ratio de los Seminarios Mayores, siendo fieles a las indicaciones del santo padre y del arzobispo. Está atendido por un rector, jefe de estudios y director espiritual. Al inicio de cada curso se comienza con los Ejercicios Espirituales anuales, cada mes tienen los seminaristas su día de retiro y la vida comunitaria está tutelada por un horario y un Reglamento Interno. En períodos no académicos van adquiriendo conocimiento del mundo militar. ¡El Seminario Castrense es el corazón de esta Iglesia particular!

9. Las exigencias pastorales del momento, los desafíos eclesiales, la nueva ordenación de los Ejércitos, y el aumento significativo de los Cuerpos de Seguridad del Estado, demandan un mayor número de capellanes “convenientemente preparados” (SCM VI). En la actualidad, estamos bajo mínimos. En el año 2000 había ciento cuarenta y seis capellanes, en el presente contamos con sólo ochenta y dos en activo y las bajas, por jubilación o reserva, en este curso, serán de 8 capellanes. Un capellán castrense no se improvisa de la “noche a la mañana” para que se embarque en una fragata o vaya a una misión internacional. Tampoco vale pensar que sirve cualquier cura que venga facilitado por una diócesis. Para que nuestros militares “por sus condiciones peculiares de vida” (Conc. Vat II, Christus Dominus 43) sean atendidos espiritualmente, se precisa un clero especializado. Para ello necesitamos que todos los que formamos este Arzobispado nos involucremos seriamente en una campaña vocacional castrense, a fin de que aumente el número de miembros de nuestro Seminario, de donde saldrán los futuros capellanes que atiendan el Servicio de Asistencia Religiosa en las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado español.

10. ¿Cómo puede promover las vocaciones castrenses un capellán en activo, retirado o jubilado? La mejor manera es siempre el testimonio de coherencia sacerdotal, de alegría ministerial, de entrega a todos, desde el soldado que acaba de llegar hasta el general, siendo el primero en el cumplimiento del deber, no ocultando su condición sacerdotal, hablando cuando sea preciso de Cristo y de su Iglesia, orando y celebrando los sagrados misterios por las necesidades de los servidores de la patria. El capellán que hace esto no tiene que ir a buscar a los jóvenes para hacerles la oferta vocacional castrense, porque los tenemos en nuestras academias, unidades, parroquias de plaza y demás instituciones militares. Esta tarea no debería ser ajena a los capellanes retirados o jubilados que hoy continúan ejerciendo su ministerio sacerdotal como ayuda pastoral en las diócesis donde residen. ¡Os animo!: vuestros años de experiencia castrense son una gran riqueza testimonial, que dice lo mucho que os habéis entregado a la Iglesia y los militares españoles. El Seminario castrense es fruto de vuestra propia historia y señal que piden los tiempos de la “nueva evangelización”, convocada por el Concilio Vaticano II y por las enseñanzas de los últimos Papas. Ruego encarecidamente a todos los capellanes en activo, retirados o jubilados, que os sintáis llamados a suscitar y a pedir por las vocaciones sacerdotales para el ámbito militar. Implorad a Dios por el buen discernimiento de los candidatos y por la perseverancia de los seminaristas. Colaborad económicamente al sostenimiento de nuestro Seminario, apreciándolo como algo vuestro.

11. En la actualidad, los comienzos de la vocación al sacerdocio son más variados y diversos que en el pasado. La procedencia religiosa es muy amplia, desde aquellos que vienen de familias de militares católicos, hasta otros que viene de hogares muy alejados de los principios cristianos. La decisión en algunas ocasiones es tomada en la primera juventud, otras después de algún tiempo de trabajo o de haber finalizado una carrera. Lo cierto es que, hoy como ayer, sigue habiendo personas que se sienten atraídas por ser curas y ejercer su ministerio sirviendo a los servidores de la defensa de la patria. Los que acogen esta llamada específica, y son admitidos en nuestro Seminario, han de tener muy claro, desde el principio, aquello que dijo Benedicto XVI a los seminaristas en la Jornada Mundial de la Juventud, Madrid-2011: “para imitar al Señor, vuestro corazón ha de ir madurando en el Seminario, estando totalmente a disposición del Maestro. Esta disponibilidad, que es don del Espíritu Santo, es la que inspira la decisión de vivir el celibato por el Reino de los cielos, el desprendimiento de bienes en la tierra, la austeridad de vida y la obediencia sincera y sin disimulo”.

12. ¿Cómo vivir estos años de preparación? Ante todo, el Seminario es un periodo necesario en el que uno aprende con los otros y de los otros. Es la espiritualidad de la vida oculta de Nazaret, que va capacitando al aspirante al sacerdocio para la actividad pública del ministerio. Ha de ser un tiempo de maduración de la decisión tomada mediante la oración, el estudio, la convivencia fraterna y la aproximación pastoral al mundo militar. Todo ello se realiza con profunda alegría, docilidad de espíritu, tolerancia, fidelidad evangélica y actitud amorosa hacia los semejantes.

13. ¿Cómo entusiasmar a otros del camino que uno ha elegido? Los seminaristas han de ser los primeros promotores de las vocaciones castrenses. A vosotros os pido: debéis llevar a cabo esta tarea, mostrando con sencillez y sin miedos que sois felices en el camino que habéis escogido y en la parcela pastoral donde queréis ejercer vuestro futuro ministerio. Seguramente tendréis que desmontar, a vuestros amigos y conocidos, muchos prejuicios que hay sobre los curas por no hablar de las “leyendas urbanas” referidas algunos capellanes. Optar por ser sacerdote castrense es vivir “la pasión por el Evangelio” en primera línea de misión, sirviendo a aquellos servidores que, por defender la seguridad, la libertad y la paz de la patria, están dispuestos a dar su vida. Esta labor pastoral se realiza en un marco muy concreto: donde los espacios son muy provisionales, donde hay mucha movilidad, donde el tiempo está contado y, además, en circunstancias posiblemente muy adversas. Sin embargo, como “nos urge la caridad de Cristo” (2 Cor 5,14), se nos reclama un tipo de capellán apostólico, sabio y santo que lleve el Evangelio de la paz al corazón del soldado, dentro de esa estructura jerarquizada y compleja que es el mundo militar. Puede que parezca muy difícil, y hasta imposible, para un timorato. Sin embargo, “de todo somos capaces, pues Cristo nos da la fuerza” (Filp. 4,13).

14. También los fieles en general de este Arzobispado deben ser agentes activos de la promoción de las vocaciones sacerdotales para nuestra Iglesia particular. Porque, como dijo Benedicto XVI: “acompañando los capellanes a los militares católicos y a sus familias, la Iglesia desea ayudarles a realizar su tarea específica basándose en los valores humanos y morales del cristianismo, para que sirvan fielmente a su patria y edifiquen su vida personal y familiar… Es conveniente que los miembros de las Fuerzas Armadas puedan constituirse en comunidades cristianas particulares, bajo la guía de un pastor que sepa reconocer y respetar la especificidad del mundo militar” (26-6-2008). Con esto el papa quiere decir que debemos despertar, tanto en las familias cristianas de nuestros militares, como en el personal civil católico que trabaja en instituciones castrenses, no sólo la valoración y estima por la figura de su capellán, sino también instarles a que pidan a Dios para que continúe suscitando vocaciones castrenses. Que no pongan obstáculos a la vocación sacerdotal de sus hijos, y que descubran la posibilidad de que sean curas castrenses, que conozcan su Seminario y colaboren con él, por medio de las becas establecidas si está al alcance de su generosidad. ¡Sólo se ama aquello que se conoce: únicamente se valora una misión si nos sentimos corresponsables de ella!

Que la intercesión de la Virgen Inmaculada, patrona de los capellanes, haga que no falten jóvenes que, enamorados de Cristo y siendo sacerdotes castrenses, quieran llevar la pasión por el Evangelio allí donde están los hombres y mujeres que cada día se juegan la vida por España.

1 Cf. ARZOBIPADO CASTRENSE DE ESPAÑA, Documentos Oficiales 1976-2009; ID., 25 años de la Constitución Apostólica “Spirituali Militum Curae”, 2012.

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