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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 8 de abril de 2012

Semana Santa

Benedicto XVI: Cristo es consuelo para los cristianos que padecen a causa de la fe
El papa celebró la misa del día y antes de la bendición Urbi et Orbi saludó en 65 idiomas

Seguir a Jesús en su Pasión
¡Pero no todo terminó ahí!

Mundo

El embrión: uno de nosotros
Desde siempre los cristianos salvaron a los niños

Últimos días para la inscripción al curso Office Eclesial para parroquias
Organizado por el Centro RIIAL Guadalupe en español

Flash

Anuncian viaje apostólico del papa Benedicto XVI al Líbano en este año
Será en setiembre y entregará la exhortación postsinodal para Oriente Medio

Entrevistas

La Pascua en la diócesis ortodoxa rumana de Italia
Entrevista al arcipreste Nicu Voinea de Roma

Mensaje a nuestros lectores

ZENIT regresa el 15 de abril
Se suspende el servicio por 6 días


Semana Santa


Benedicto XVI: Cristo es consuelo para los cristianos que padecen a causa de la fe
El papa celebró la misa del día y antes de la bendición Urbi et Orbi saludó en 65 idiomas
CIUDAD DEL VATICANO, Domingo 8 abril 2012 (ZENIT.org).– En la mañana de hoy Domingo de Pascua de Resurrección, el santo padre Benedetto XVI presidió la santa misa del día en el atrio de la plaza de San Pedro del Vaticano, la cual tuvo un lleno total.

A la celebración, que se abrió con el rito del “Resurrexit” –-la apertura del icono del Resucitado--, participaron fieles romanos y peregrinos provenientes de diversas partes del mundo con ocasión de las fiestas pascuales.

El papa no pronunció la homilía, porque terminada la misa prosiguió con la bendición “Urbi et Orbi” y el Mensaje pascual, el cual reproducimos a continuación.

********

Queridos hermanos y hermanas de Roma y del mundo entero:

«Surrexit Christus, spes mea» – «Resucitó Cristo, mi esperanza» (Secuencia pascual).

Llegue a todos vosotros la voz exultante de la Iglesia, con las palabras que el antiguo himno pone en labios de María Magdalena, la primera en encontrar en la maña de Pascua a Jesús resucitado. Ella corrió hacia los otros discípulos y, con el corazón sobrecogido, les anunció: «He visto al Señor» (Jn 20,18). También nosotros, que hemos atravesado el desierto de la Cuaresma y los días dolorosos de la Pasión, hoy abrimos las puertas al grito de victoria: «¡Ha resucitado! ¡Ha resucitado verdaderamente!».

Todo cristiano revive la experiencia de María Magdalena. Es un encuentro que cambia la vida: el encuentro con un hombre único, que nos hace sentir toda la bondad y la verdad de Dios, que nos libra del mal, no de un modo superficial, momentáneo, sino que nos libra de él radicalmente, nos cura completamente y nos devuelve nuestra dignidad. He aquí porqué la Magdalena llama a Jesús «mi esperanza»: porque ha sido Él quien la ha hecho renacer, le ha dado un futuro nuevo, una existencia buena, libre del mal. «Cristo, mi esperanza», significa que cada deseo mío de bien encuentra en Él una posibilidad real: con Él puedo esperar que mi vida sea buena y sea plena, eterna, porque es Dios mismo que se ha hecho cercano hasta entrar en nuestra humanidad.

Pero María Magdalena, como los otros discípulos, han tenido que ver a Jesús rechazado por los jefes del pueblo, capturado, flagelado, condenado a muerte y crucificado. Debe haber sido insoportable ver la Bondad en persona sometida a la maldad humana, la Verdad escarnecida por la mentira, la Misericordia injuriada por la venganza. Con la muerte de Jesús, parecía fracasar la esperanza de cuantos confiaron en Él. Pero aquella fe nunca dejó de faltar completamente: sobre todo en el corazón de la Virgen María, la madre de Jesús, la llama quedó encendida con viveza también en la oscuridad de la noche. En este mundo, la esperanza no puede dejar de hacer cuentas con la dureza del mal. No es solamente el muro de la muerte lo que la obstaculiza, sino más aún las puntas aguzadas de la envidia y el orgullo, de la mentira y de la violencia. Jesús ha pasado por esta trama mortal, para abrirnos el paso hacia el reino de la vida. Hubo un momento en el que Jesús aparecía derrotado: las tinieblas habían invadido la tierra, el silencio de Dios era total, la esperanza una palabra que ya parecía vana.

Y he aquí que, al alba del día después del sábado, se encuentra el sepulcro vacío. Después, Jesús se manifiesta a la Magdalena, a las otras mujeres, a los discípulos. La fe renace más viva y más fuerte que nunca, ya invencible, porque fundada en una experiencia decisiva: «Lucharon vida y muerte / en singular batalla, / y, muerto el que es Vida, triunfante se levanta». Las señales de la resurrección testimonian la victoria de la vida sobre la muerte, del amor sobre el odio, de la misericordia sobre la venganza: «Mi Señor glorioso, / la tumba abandonada, / los ángeles testigos, / sudarios y mortaja».

Queridos hermanos y hermanas: si Jesús ha resucitado, entonces – y sólo entonces – ha ocurrido algo realmente nuevo, que cambia la condición del hombre y del mundo. Entonces Él, Jesús, es alguien del que podemos fiarnos de modo absoluto, y no solamente confiar en su mensaje, sino precisamente en Él, porque el resucitado no pertenece al pasado, sino que está presente hoy, vivo. Cristo es esperanza y consuelo de modo particular para las comunidades cristianas que más pruebas padecen a causa de la fe, por discriminaciones y persecuciones. Y está presente como fuerza de esperanza a través de su Iglesia, cercano a cada situación humana de sufrimiento e injusticia.

Que Cristo resucitado otorgue esperanza a Oriente Próximo, para que todos los componentes étnicos, culturales y religiosos de esa Región colaboren en favor del bien común y el respeto de los derechos humanos. En particular, que en Siria cese el derramamiento de sangre y se emprenda sin demora la vía del respeto, del diálogo y de la reconciliación, como auspicia también la comunidad internacional. Y que los numerosos prófugos provenientes de ese país y necesitados de asistencia humanitaria, encuentren la acogida y solidaridad que alivien sus penosos sufrimientos. Que la victoria pascual aliente al pueblo iraquí a no escatimar ningún esfuerzo para avanzar en el camino de la estabilidad y del desarrollo. Y, en Tierra Santa, que israelíes y palestinos reemprendan el proceso de paz.

Que el Señor, vencedor del mal y de la muerte, sustente a las comunidades cristianas del Continente africano, las dé esperanza para afrontar las dificultades y las haga agentes de paz y artífices del desarrollo de las sociedades a las que pertenecen.

Que Jesús resucitado reconforte a las poblaciones del Cuerno de África y favorezca su reconciliación; que ayude a la Región de los Grandes Lagos, a Sudán y Sudán del Sur, concediendo a sus respectivos habitantes la fuerza del perdón. Y que a Malí, que atraviesa un momento político delicado, Cristo glorioso le dé paz y estabilidad. Que a Nigeria, teatro en los últimos tiempos de sangrientos atentados terroristas, la alegría pascual le infunda las energías necesarias para recomenzar a construir una sociedad pacífica y respetuosa de la libertad religiosa de sus ciudadanos. ¡Feliz Pascua a todos!

© Librería Editorial Vaticana

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Seguir a Jesús en su Pasión
¡Pero no todo terminó ahí!
MADRID, domingo 8 abril 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos a nuestros lectores, en nuestro espacio Foro, la colaboración habitual de monseñor Juan del Río Martín, arzobispo castrense de España. En este caso sobre el final de la Semana Santa: La resurrección de Jesús. 

*****

+ Juan del Río Martín

Toda la  Cuaresma ha sido un camino hacia la Pascua. Durante este tiempo, en nuestras parroquias e instituciones católicas se han celebrado cultos extraordinarios, ejercicios espirituales, predicaciones, retiros, convivencias, viacrucis, etc. Todo ello ha ido encaminado al único fin importante: la conversión del corazón que se requiere para participar dignamente en los misterios centrales de nuestra fe, que son la pasión, muerte y resurrección del Hijo de Dios.

Repasemos brevemente lo que sucedió en aquella Semana de hace dos mil años, que cambió el rumbo de la historia, y que hoy da sentido a nuestras vidas, siendo lo único que justifica el rico caudal que va desde las expresiones de la religiosidad popular, las de nuestras parroquias y comunidades, como las austeras e íntimas celebraciones de la vida monacal.

Sucedió que hace más de dos mil años, Dios mostró su inmenso amor a la humanidad en la encarnación redentora de su Hijo Jesucristo. Él, siendo el Justo, cargó con nuestras e injusticias para rescatarnos del dominio del “misterio de la iniquidad”, que domina el corazón humano, lo hace infeliz y lo condena a la muerte eterna.

El poder del mal tuvo en la Pasión de Jesús de Nazaret un triple disfraz: cultural, político y religioso. Aunque Él, paso por este mundo “haciendo el bien”. Pese a ello, fue condenado al mayor suplicio de entonces: la muerte en Cruz. 

Lo primero que  se pudiera pensar es que la muerte de Jesús fue fruto de un mero conflicto religioso. Las autoridades religiosas lo tildaron de blasfemo, ya que se hizo “igual a Dios” y habló de  “destruir el templo y edificarlo en tres días” (Mc 14,58-65) Para otro, sería como consecuencia  de un problema político, porque se presentó como rey, afirmando que “para eso nació y para eso vino al mundo”(Jn 18,37). Los judíos aprovecharon esta afirmación para presionar a Pilatos: “Si no lo condenas no eres amigo del César” (Jn 19,12). No faltan quienes hablan de que en el fondo se trata de un cuestión cultural porque dio un sentido nuevo a la Ley: “Se dijo desde antiguo... Pero yo os digo...”(Mt 5,21ss.). Así, cambió la ley del talión por el amor a los enemigos (Mt 5,43).

 La muchedumbre, que había escuchado sus enseñanzas y había visto tantos signos y milagros, actuó contradictoriamente, como siempre ocurre. Así, al inicio de su Semana decisiva, lo aclamaron  en Jerusalén como Mesías-Rey para, días más tarde, a instancia de los poderosos, pedir vociferante su crucifixión. De manera que se pasó del “¡Hosanna al hijo de David!” (Mc 11,9) al “¡Crucifícalo, crucifícalo!” (Jn 19,6).

 El círculo de los íntimos no fue menos que la muchedumbre. Sus discípulos y seguidores, miraron para otro lado y "lo abandonaron". Judas, con un beso lo traiciona y cuando recapacita no cree en la misericordia del Maestro y se autodestruye. El principal de ellos, Pedro,  "lo negará" (Jn 18,25-27) antes unas mujeres y luego llorara su pecado. El mismo discípulo amado, en principio se escapa, más tarde recapacita y lo encontramos en el Calvario. Tres maneras distintas de reaccionar ante la verdad del pecado cometido

El motivo principal de la Pasión de Cristo es únicamente el amor: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3,16). Sólo sencillos de corazón ven a Dios en el Crucificado. Ellos están representados en su Madre, en aquel grupo de mujeres que le acompañaba, en el joven discípulo Juan y algunos seguidores clandestinos como José de Arimatea y Nicodemo. Estos fueron los que tuvieron valor para estar a los pies de la cruz  y dar la cara por él ante las  autoridades para retirar el cadáver (Jn 19,25-27.38-42). ¡Pero no todo terminó ahí!

De pronto, cuando todo parecía acabado, el crucificado comenzó a ser confesado y reconocido como Kyrios, el Señor ¿Qué sucedió? Pues que, desde entonces,  no podemos buscar “entre los muertos al que vive”(Lc 24,5). Con ello, la historia de Jesús no terminó, sino que perdura en la vida de su Iglesia. La multitud de aquella primera Semana Santa se multiplicó, y hoy pasa de los mil millones de hombres y mujeres que confiesan que Jesucristo es nuestro Salvador.

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Mundo


El embrión: uno de nosotros
Desde siempre los cristianos salvaron a los niños
Por Maurizio Moscone

ROMA, Domingo 8 abril 2012 (ZENIT.org).- “Se han destruido 94 embriones, 130 ovocitos y 5 muestras de líquido seminal (debido) a una elevación de la temperatura, con nivel cero de nitrógeno y el vaciamiento del tanque”. Estas fueron las declaraciones del Centro de Procreación Asistida para explicar lo que sucedió a inicios de abril en el hospital San Filippo Neri de Roma.

Los matutinos subrayaron que el accidente ha perjudicado a las parejas a las cuales estaban destinadas los embriones. A ellas, la fundación Atinori les prometió la procreación asistida gratis.

Todos se han preocupado de los futuros padres adoptivos, pero ¿quién se ha preocupado de los hijos? Alguien podrá interrogarse: ¿Por qué llamarlos hijos?, si como afirma Singer en Ética Práctica: “Los fetos, los niños recién nacidos y los descapacitados son no-personas, menos concientes y racionales de ciertos animales no humanos. Es legítimo matarlos”.

Singer es uno de los filósofos sobre bioética más famosos del mundo y no es el único que sostiene estas tesis. Por ejemplo, Engelhardt afirma en The foundations of Bioethics: “No todos los seres humanos son personas. Los fetos, los infantes, los retadados mentales graves y los que están en coma sin esperanza constituyen ejemplos de no-personas”.

Parfit por su parte, sostiene que “los niños pequeños y los viejos con grave déficit mental no son personas (...) y no lo son ni siquiera quienes temporáneamente están privados de la conciencia”.

Estos autoproclamados filósofos han obtenido una gran cantidad de seguidores no solamente entre los intelectuales sino también entre los políticos. Singer por ejemplo fue consejero del ex presidente español Rodríguez Zapatero, cuyo gobierno presentó un proyecto de ley inspirado en dicho pensamiento, según el cual los derechos de las personas se amplía hasta los monos.

El proyecto no fue aprobado debido a que cayó dicho gobierno. Pero para este especialista de bioética, los fetos, los recién nacidos y los discapacitados son no-personas, mientras que los monos antropormofos son personas.

Singer lo afirmó en 1994 en una entrevista al diario italiano L’Unitá: “Chimpancé, gorilas y orangutanes tienen una compleja y rica vida emocional; desarrollan relaciones interpersonales cercanas y duraderas; tienen una memoria de largo período y tienen autoconciencia; pueden resolver problemas muy complejos, que claramente piden reflexión; y pueden sufrir sea físicamente que psicológicamente. En una palabra son personas (sic)”.

Según el ‘filósofo’, los monos antropomorfos son personas porque son individuos conscientes, mientras los fetos, los recién nacidos y los discapacitados son no-personas, en tanto individuos privados de conciencia.

Lo que discrimina una persona de la no-persona según este pensamiento es la conciencia: si un animal o un ser humano está privado de la conciencia es una no-persona, si en cambio está conciente es una persona.

Spaemann sostiene, en Personas, sobre la diferencia entre “algo” y “alguien”, y que este modo de pensar encuentra sus orígenes en la filosofía moderna, en particular en el pensamiento de Descartes que identificaba la persona con la actividad pensante y por lo tanto con la conciencia. De hecho el filósofo se pregunta en las Meditaciones metafísicas: “¿Qué cosa soy por lo tanto yo?” y responde “una cosa que piensa”.

Posiciones análogas las encontramos en Locke, según el cual “sin conciencia no hay persona” (Ensayo sobre el intelecto humano), en donde distingue la idea de hombre de la idea de persona, la cual implica autoconciencia. Análogamente Kant, en Metafísica de las costumbres, distingue entre el ser humano como animal racional, instintivo y pasional (homo phaenomenon) y el ser humano como persona espiritual y moral (homo noumenon).

Y para concluir citamos a Hegel en la Fenomenología del espíritu, que identifica la existencia de las personas con la aparición de la conciencia individual.

La filosofía moderna seguramente ha alimentado el modo de pensar de los actuales bioéticos, quienes consideran los fetos humanos como cosas y no como personas, sin argumentar sus tesis, a diferencia de como lo hacían los filósofos antes mencionados.

Lo que une su pensamiento es una ideología neopagana, nostálgica del mundo pre-cristiano.

De hecho, escribe Singer en Ética Práctica, “Si volvemos a los orígenes de la civilización occidental, a los tiempos de los griegos o de los romanos, encontramos (…) que el pertenecer a la especie homo sapiens no era suficiente para garantizar la protección de la propia vida”.

El filósofo Rorty afirma, en Objectivity, Relativism and Truth: “Si se mira a un niño como a un ser humano, a pesar de la falta de relaciones sociales y culturales elementales, esto se debe solamente a la influencia de la tradición hebraico-cristiana y a su específica concepción de persona humana”.

Es verdad, fue el cristianismo el que afirmó la dignidad de la persona humana, desde la concepción hasta la muerte natural.

De hecho se lee en la Carta a Diogneto (siglo II), que los cristianos “se casan como todos, generan hijos, pero no arrojan a los recién nacidos” porque “es ya un hombre aquel que lo será”, sentenciaba Tertuliano.

Traducido del italiano por H. Sergio Mora

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Últimos días para la inscripción al curso Office Eclesial para parroquias
Organizado por el Centro RIIAL Guadalupe en español
ROMA, Domingo 8 abril 2012 (ZENIT.org).– El Centro RIIAL Guadalupe anuncia la realización de las actividades del 'Aula Virtual Juan Pablo II' para este año 2012.

Este martes 10 de abril se inicia el curso virtual en español ‘Office Eclesial para parroquias’, en el que se brindarán herramientas a los usuarios para gestionar mejor la parroquia y optimizar el trabajo pastoral.

Con una duración de diez semanas, la capacitación estará dirigida por tutores del mismo Centro RIIAL Guadalupe, ente creador del ‘Office Eclesial’ que ya alcanzó la versión 2.1.

Informes e inscripciones a este y otros cursos en: http://www.centroguadalupe.org/

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Anuncian viaje apostólico del papa Benedicto XVI al Líbano en este año
Será en setiembre y entregará la exhortación postsinodal para Oriente Medio
ROMA, Domingo 8 abril 2012 (ZENIT.org).– La presidencia de la República Libanesa anunció hoy el próximo viaje de Benedicto XVI al Líbano, del 14 al 16 de setiembre del presente año, durante el cual promulgará la Exhortación Apostólica postsinodal para Oriente Medio.

Será una visita de Estado en respuesta a la invitación que le hiciera el presidente de la República Libanesa –-se lee en el comunicado de la Oficina de Prensa de la presidencia de esta nación--, "lo que confirma la profundidad de las relaciones históricas que enlazan Líbano con la Santa Sede". 

Otro comunicado firmado por el arzobispo de Beirut, Boulos Matar, destaca que el papa ha respondido así a la invitación de los patriarcas y obispos católicos en Líbano, por lo que la visita --también pastoral--, será una oportunidad para que Benedicto XVI firme y entregue la exhortación apostólica como fruto de la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos de octubre de 2010, cuyo tema fue: "La Iglesia católica en Oriente Medio: comunión y testimonio. 'La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma' (Hch 4, 32)."

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Entrevistas


La Pascua en la diócesis ortodoxa rumana de Italia
Entrevista al arcipreste Nicu Voinea de Roma
Por José Antonio Varela Vidal

ROMA, Domingo 8 abril 2012 (ZENIT.org).- El episcopado ortodoxo rumano de Italia, con sede en Roma, tiene jurisdicción canónica sobre todos los creyentes ortodoxos rumanos que viven en Italia.

Esta comunidad celebrará la Pascua no este domingo, sino el próximo. Para conocer más sobre las tradiciones  y ritos de los creyentes ortodoxos rumanos, ZENIT conversó con el padre Nicu Voinea, párroco de la Exaltación de la Santa Cruz en Roma (zona de Tuscolana), y arcipreste o decano del decanato Lazio 1, quien también nos habló de ecumenismo.

***

¿Cuál es la fecha exacta en que van a celebrar la Pascua?

 La fecha de la celebración de la Pascua en la diócesis ortodoxa rumana de Italia es la misma en que se celebra en la iglesia ortodoxa rumana y en toda la iglesia ortodoxa en general. Esta será el primer domingo después del equinoccio de primavera cada año; es decir, será el domingo 15 de abril.

¿Cuáles son las características de las celebraciones litúrgicas del Viernes Santo y la Pascua?

La misa del Viernes Santo se celebra en la tarde, durante la cual toda la asamblea eclesial canta el Oficio funebre del Señor ante la Sábana Santa (el icono de la sepultura del Señor, pintado en un lienzo grande) que está situado en el centro de la iglesia. Luego, con la Sábana, con el evangelio y la cruz, se va en procesión alrededor de la iglesia tres veces, con cantos y letanías específicos. Este es el signo de que Cristo murió para salvar al mundo de la muerte, de la tiranía del demonio y del pecado.

La misa de Pascua comienza el sábado a la medianoche con la recepción de la luz dentro de la iglesia por todos los fieles. Luego se sale y se anuncia el evangelio de la resurrección a todo el mundo. Luego se vuelve a ingresar y se continúa la liturgia hasta el amanecer. El canto troparion lo cantan todos: "¡Cristo ha resucitado de entre los muertos, con la muerte ha vencido a la muerte, y a aquellos que estaban en los sepulcros les ha dado la vida!". Al final se bendicen los alimentos pascuales, los huevos, entre otros.

¿Cómo llaman al período posterior a la Pascua, y cuáles son sus características? ¿Cuánto tiempo dura este período?

El período pentecostal dura cincuenta días después de la Pascua. Hasta la Ascensión del Señor (el cuadragésimo día después de la Resurrección), y las liturgias son pascuales. Como signo de la alegría que ofrece Cristo resucitado, los fieles comen pescado todos los miércoles y viernes, desde el domingo de santo Tomás hasta Pentecostés (por lo general durante el año, los miércoles y viernes se ayuna, es decir, consumimos alimentos con frutas y verduras, sin carne, lácteos ni huevos). En la semana pascual se consume todo tipo de alimentos.

¿Cuál es la estructura organizativa y jerárquica de la comunidad? ¿Cuántas parroquias hay?

La diócesis ortodoxa rumana de Italia está organizada en 18 decanatos, 160 parroquias, 6 monasterios y ermitas. A la cabeza de la diócesis está nuestro obispo, su excelencia monseñor Siluan Span. Los fieles de nuestra parroquia vendrían a ser todos los cristianos ortodoxos rumanos que viven en Italia. Sin duda, no todos son practicantes y nosotros los sacerdotes, tenemos el deber de anunciar el evangelio cuanto sea posible.

¿Cuáles son los santos que se celebran en común en la iglesia ortodoxa y en la iglesia católica?

Todos los santos del calendario católico hasta el cisma de 1054, los tenemos también nosotros en el calendario ortodoxo, incluyendo a los grandes papas como san Gregorio Magno, san León Magno, san Silvestre, muchos mártires, entre otros.

¿Cómo perciben los fieles ortodoxos el diálogo que se desarrolla con la iglesia católica?

El diálogo es ya una palabra positiva. El diálogo entre las grandes iglesias se percibe como una realidad muy positiva.

En su opinión, ¿cómo podría profundizarse el diálogo sobre las cuestiones teológicas o litúrgicas entre las dos iglesias? ¿Qué aspectos se pueden mejorar?

Las cuestiones litúrgicas, en mi opinión, no fueron y no deberían ser tomadas como razones para la división o el cisma, pero por desgracia se cuentan entre las razones para el cisma. El culto, la liturgia, son la expresión de una cultura religiosa local, que no debe imponerse por la fuerza del uno sobre el otro, sino que exige respeto y diálogo. Sólo así podemos enriquecernos mutuamente. Y esto históricamente y en la liturgia se hizo, ¡gracias a Dios!

Sobre el plano teológico, creo que el compromiso es muy grande e importante. Sabemos que la unidad no es un descubrimiento humano, ni siquiera de los cristianos, sino un testimonio del mismo Cristo, de la Trinidad misma. Personalmente, creo que el Papa ha sido siempre la figura que expresaba la unidad de todos los cristianos y sabemos que intervenía en las diversas disputas de los obispos orientales, u otros, cuando era llamado a hacerlo. Sin embargo, no administraba y no intervenía en el oriente cristiano. También sabemos que enviaba delegados a los sínodos y concilios ecuménicos (los siete concilios), por lo tanto tenía en cuenta que formaba parte de una ‘ecúmene’ cristiana, siempre de modo personal. Nunca he entendido el dogma de la infalibilidad papal. Para la ortodoxia el sínodo ha tenido siempre la última palabra sobre las cuestiones fundamentales de la fe (el Credo, el dogma de la Encarnación, del Theotokos, etc.).

Sigo creyendo que la unidad de los cristianos no debe expresarse sólo con unas pocas reuniones al año entre las iglesias cristianas. Tal vez la formación teológica de los futuros sacerdotes debe modificarse sobre algunas ‘certezas’ locales por ambas partes. Así, los sacerdotes en el futuro serán más humildes y no le echarán la culpa solo "al otro", sino que van a entender mejor la diversidad del otro. Luego, creo que por algunas heridas que tienen su origen en acontecimientos históricos (las cruzadas, el uniatismo, etc.), se necesitan todavía gestos humildes y concretos, de perdón y de encuentro sinceros. 

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Mensaje a nuestros lectores


ZENIT regresa el 15 de abril
Se suspende el servicio por 6 días
Muy estimados lectores:

Les informamos que la agencia ZENIT suspende sus servicios informativos del lunes 9 al sábado 14 de abril inclusive, por reposo del personal. Regresaremos el próximo domingo 15 .

*** Les deseamos a todos y a todas ¡UNA FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN! ***

La redacción de ZENIT

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