18.04.12

México, Iglesia y presidenciales

A las 2:44 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Iglesia en México

 

Tras una pausa de trabajo (y nuevos proyectos) en México, luego de cubrir periodísticamente la visita del Papa Benedicto XVI, reactivamos nuestro Sacro&Profano con mucha información. Comenzamos por las campañas electorales en ese país, que avanzan inexorables de cara a las votaciones del 1 de julio próximo. Ese día se elegirá al sucesor del presidente Felipe Calderón Hinojosa. La Iglesia ¿qué rol jugará en este proceso democrático? Como ha ocurrido en el pasado mantendrá una posición institucional, pero sin sustraerse a fungir como fiel de la balanza.

Pese a su historia de contraposiciones socio-religiosas, México continúa siendo un país profundamente católico. La religiosidad incide en todas las esferas de la vida nacional, incluida la política. Por eso los candidatos a la presidencia de la República, sin excepción, estuvieron presentes el 25 de marzo en el Parque Bicentenario de Guanajuato durante la misa que encabezó el obispo de Roma en su visita al país. Toda la clase dirigente participó de la ceremonia religiosa. Por algo será.

Los políticos son cada vez más conscientes de la importancia de la Iglesia como fuerza viva de la sociedad mexicana y la reconocen. Por eso los principales aspirantes a suceder a Calderón Hinojosa han buscado trabar relaciones con el mundo católico, cada quien a su manera. Unos más y otros menos afortunadamente.

El candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, cuenta con los oficios de un encargado de “asuntos eclesiásticos”. Se trata de Roberto Herrera Mena, quien ya fungía como enlace para temas religiosos cuando Peña era gobernador del Estado de México. Desde entonces acercó a su jefe a obispos y cardenales por igual. Ahora, en plena campaña presidencial, se reúne aquí y allá con diversos pastores para lograr consensos.

Por ejemplo, a finales de marzo pasado, Herrera visitó al arzobispo emérito de Guadalajara Juan Sandoval Iñiguez, en su casa de Tlaquepaque. El encuentro tuvo lugar un día después del cumpleaños número 79 del cardenal y no dejó de ser cordial, pese a las declaraciones del purpurado quien –poco antes del desayuno de su onomástico la mañana del miércoles 28- pidió a los mexicanos votar por las propuestas concretas de los candidatos y no tanto porque “sean guapos o tengan el copete más alto”.

Sus palabras (transmitidas por radio, prensa y televisión) fueron interpretadas como un mensaje directo a Enrique Peña Nieto, el único aspirante presidencial que apuesta a ganar votos gracias a su belleza física. Aunque bien pudieron aplicarse a otro candidato del PRI, pero a la gubernatura del estado de Jalisco (cuya capital es Guadalajara), Aristóteles Sandoval.

Lo cierto es que las declaraciones del cardenal no le impidieron reunirse con el enviado de Peña, como ya lo hizo en el pasado con Josefina Vázquez Mota, candidata del Partido Acción Nacional (PAN) con quien desayunó en su casa meses atrás o con Andrés Manuel López Obrador, hoy abanderado del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Si de relaciones entre candidatos y eclesiásticos se trata, la protagonizada por la aspirante panista parece destinada a sufrir no pocas turbulencias a causa de un personaje incómodo: Alberto Athié Gallo. Ex sacerdote y antiguo personaje destacado de la Arquidiócesis de México, hoy por hoy se ha convertido en uno de los principales enemigos de la Iglesia mexicana.

Ex superior del Seminario Conciliar de México, con estudios en las universidades Gregoriana y Santo Tomás de Roma, dejó el sacerdocio en 2003 tras un altercado con el cardenal Norberto Rivera Carrera a causa de las denuncias por abusos sexuales a menores contra el fundador de los Legionarios de Cristo. Y aunque él sostiene, con fuerza, que su alejamiento del ministerio sagrado sólo estuvo relacionado con el caso Marcial Maciel, es por todos conocida la embarazosa situación personal que lo llevó a colgar la sotana. Una historia que incluye amante e hijos no reconocidos.

Los caminos de Athié y Vázquez Mota se cruzaron cuando esta última encabezaba la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno mexicano durante la presidencia de Vicente Fox Quesada. Para sobrevivir tras dejar el ministerio, el ex sacerdote se asoció al despacho Impulso Integral de Proyectos contratado por la Sedesol para prestar servicios de consultoría en materia de planes productivos para regiones en extrema pobreza.

Ya como candidata del PAN designó a Athié coordinador del Consejo Consultivo de Víctimas de su campaña a la presidencia, quizás sin reparar en lo tremendamente nocivo que esto podría ser para su relación con la Iglesia. Sobre todo porque el ex sacerdote es autor, junto con José Barba y Fernando González, del libro “La voluntad de no saber” que acusa abiertamente a los últimos dos papas, tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI, de encubrir los abusos de Maciel.

Por lo pronto los cuatro contendientes a la presidencia expondrán sus programas políticos a los obispos del país estos días durante la 93 Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano. Ya lo hizo Vázquez Mota, quien fue recibida ayer martes 17 de abril. Este día los prelados escucharán a Andrés Manuel López Obrador, el jueves 19 harán lo propio con Enrique Peña Nieto y el próximo viernes 20 oirán a Gabriel Quadri de la Torre, candidato de Nueva Alianza.