23.04.12

Rehabilitado civilmente el cardenal Mindszenty

A las 3:31 PM, por Juanjo Romero
Categorías : General

 

Mi amigo Germán Mazuelo escribía en febrero de este año:

En 2009, los obispos de trece países de Europa Central y del Este que anteriormente estuvieron tras el Telón de Acero consideraron que es muy importante recuperar la memoria de los mártires del comunismo, para que las nuevas generaciones conozcan la historia reciente: En los años de la persecución comunista y de falta de libertad para la iglesia se nos dieron mártires y profetas… con su sacrificio, unido a los sufrimientos de Cristo, han ofrecido un testimonio extraordinario, que con el paso del tiempo no pierde su elocuencia, sino que sigue irradiando luz e infundiendo esperanza.

No podía imaginarse que mes y medio más tarde el cardenal Mindszenty era completamente rehabilitado a efectos civiles, morales y políticos. El 29 de marzo de 2012, tras una ley del Parlamento y una resolución del Tribunal Supremo se cerraba la investigación de la fiscalía, promovida a instancias del cardenal húngaro Péter Erdõ. Un proceso jurídico que ha durado 23 años.

Queda ya lejos, pero muy presente, el József Mindszenty portada de la revista Time de febrero de 1949. Símbolo de la resistencia de un pueblo a los dos regímenes que más muertes han provocado en la historia de la humanidad: el nacionalsocialista y el socialista, a secas. Camino de imitación de cómo llevar la Cruz.

Fue un pastor a la altura de los tiempos, su nombre ha quedado unido al de otros obispos, gigantes de la fe y con una fortaleza fruto sin duda de estar muy pegados al Señor: Stepinac (1898-1960), Wyszynski (1901-1981), Beran (1888-1965), Tomáseck (1899-1992).

Sobrevivió al comunismo, al nazismo y de nuevo al socialismo en Hungría. El 26 de diciembre de 1948, volvió a ser detenido, arreciaba la persecución contra los cristianos y fueron a por la cabeza. Nada más llegar a la cárcel, le quitaron el traje talar, le desnudaron y le dieron un traje a rayas, mientras le decían entre risas: ¡Eh, perro, hemos estado esperando esto desde hace mucho tiempo! Se negó a firmar una declaración que le autoinculpaba, y los guardias le desnudaron y comenzaron a golpearle con porras hasta que perdió el conocimiento. Mientras le pegaban, el cardenal Mindszenty rezaba los salmos: ¡Señor, que me acosan, sal fiador por mí! Así pasó el primer día de cautiverio. Lo que siguió fue un largo período de siete años de acoso, humillaciones y falsos juicios, pero en sus Memorias, el cardenal Mindszenty define la cárcel como una escuela de oración: «En el interior de los hombres recluidos en las celdas alienta en lo más profundo la nostalgia de Dios» [1].

El 3 de febrero de 1949 comenzó el juicio contra Mindszenty, en cinco días fue condenado a la pena de muerte, luego conmutada por cadena perpetua. El gobierno socialista húngaro desoía el clamor internacional, resolución de Naciones Unidas incluida.

Liberado en la revolución húngara de 1956, asumió un papel protagonista en la lucha de su pueblo. Cuando los tanques soviéticos apagaron «los sueños de libertad», Mindszenty hubo de refugiarse en la embajada de los EE.UU. Allí estuvo 15 años. En 1971, Pablo VI negoció la salida del cardenal con el gobierno de Budapest. Abandonó el país por obediencia.

Desde el exilio de Viena daba aliento a sus compatriotas, oponiéndose con ahínco a la «Ostpolitik» del Vaticano. Durante toda su reclusión, llevó consigo una estampa que representaba a Cristo con la corona de espinas, y la siguiente leyenda: Devictus vincit (Vencido, vence). En sus Memorias, escribe: «Aún hoy esta imagen es mi constante compañera. La primera parte de la leyenda, ser vencido, se ha cumplido en mi vida; la esperanza de la victoria está en el futuro, en manos de Dios».

El proceso de beatificación está incoado. Y la intercesión por su pueblo, «a distancia», se nota, ya se ve que tenía práctica. Como dice el Cardenal Erdo:

Esta decisión tiene una gran importancia para la recuperación espiritual de Hungría.

Un ejemplo para nuestros pastores. Los tiempos no le van a la zaga.


Nota:

[1] Alfa y Omega, nº 655