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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 25 de abril de 2012

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¡Llego El Momento De Encontrar A Jesús Por María!

Estamos en visperas de celebrar los 300 años del Tratado de la Verdadera Devoción a la Santisima Virgen, escrito por San Luis María Grignion de Montfot en 1712, en el marco del IV CONGRESO INTERNACIONAL CONSECRATIO MUNDI, TOTUS TUUS, el 28 y 29 de abril en Plaza Mariana, Basílica de Guadalupe, Cd. de México. ¡No te pierdas esta gran oportunidad de amar más a la Santísima Virgen y a su Hijo Jesús!

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Santa Sede

La oración y la Palabra de Dios llevan a la acción pastoral
Palabras del papa en la Audiencia General

Carta a los sacerdotes: ministros de la misericordia de Dios
Del cardenal Piacenza en la Jornada Mundial de Oración para la Santificación del Clero

La Santa Sede investiga la filtración de documentos
Notificación de la Secretaría de Estado

Mundo

Investigan las secuelas psicológicas en niños que sobreviven al cáncer
ASION y la Universidad Pontificia Comillas

Vietnam: Atentado a un orfanato y agresión salvaje a un sacerdote
El arzobispado de Hanoi pide una investigación

Se celebran los 450 años de la Patrona de Nicaragua
Historia de la venerada imagen de la Inmaculada Concepción de El Viejo

Nicaragua: ¡Señor, danos vocaciones según tu corazón!
Semana de Oración por las Vocaciones en Managua

España: La relación entre Teología y Universidad
III Congreso de la Facultad de Teología de Granada

Perú: Instituto de Estudios Social Cristianos presenta su última publicación
La revista 'Testimonio' continua difundiendo la doctrina social de la Iglesia

Flash

Nicaragua: Usurpan en 'Facebook' el nombre del arzobispo de Managua
Comunicado de la Oficina de Prensa del Arzobispado

Documentación

El primado de la oración y del anuncio de la Palabra de Dios
Palabras del papa en la Audiencia General

Carta a los sacerdotes del prefecto de la Congregación para el Clero
Jornada Mundial de Oración para la Santificación del Clero


Santa Sede


La oración y la Palabra de Dios llevan a la acción pastoral
Palabras del papa en la Audiencia General
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 25 abril 2012 (ZENIT.org).- La Audiencia General de este miércoles tuvo lugar a las 10,30 horas en la plaza de San Pedro, donde el santo padre Benedicto XVI se encontró con grupos de peregrinos y fieles llegados de Italia y de otros países. En el discurso en lengua italiana, el papa continuando la catequesis sobre la oración en los Hechos de los Apóstoles, ha centrado su meditación sobre el primado de la oración y del anuncio de la Palabra de Dios.

El papa se ha detenido a reflexionar sobre "un problema serio que la primera comunidad cristiana de Jerusalén tuvo que enfrentar y resolver, como san Lucas narra en el sexto capítulo de los Hechos de los Apóstoles, referido al ministerio de la caridad ante las personas solas y necesitadas de asistencia y ayuda".

"La cuestión no es secundaria --añadió el papa- para la Iglesia y amenazó en ese momento con crear divisiones dentro de la misma; el número de discípulos, de hecho, fue en aumento, pero los de lengua griega comenzaron a quejarse contra los de lengua hebrea, porque sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria. Frente a esta emergencia relacionada con un aspecto esencial en la vida de la comunidad, es decir, la caridad con los débiles, los pobres, los indefensos y la justicia, los apóstoles convocaron a todo el grupo de discípulos. En este tiempo de emergencia pastoral sobresale el discernimiento hecho por los apóstoles. Ellos se enfrentan a la exigencia primordial de proclamar la palabra de Dios de acuerdo con el mandato del Señor, pero aún siendo esta la primera exigencia de la Iglesia, consideran igualmente en serio el deber de la caridad y la justicia, es decir, el deber de ayudar a las viudas, a los pobres, de proveer con amor a las necesidades en que se encuentran los hermanos y hermanas, para responder al mandato de Jesús: ámense unos a otros como yo os los he amado".

"Así, las dos realidades que se deben vivir en la Iglesia: la predicación de la palabra, la primacía de Dios, y la caridad práctica, la justicia, están creando dificultades y se debe encontrar una solución, para que ambas puedan tener su lugar, su relación justa", explicó.

"Es un valioso recordatorio para nosotros hoy, acostumbrados a evaluar todo con el criterio de la productividad y de la eficiencia. El pasaje de los Hechos de los Apóstoles nos recuerda la importancia del trabajo --sin duda se crea un verdadero ministerio--, del compromiso en la actividad diaria que se lleva a cabo con responsabilidad y dedicación, pero también nuestra necesidad de Dios, de su orientación, de su luz que nos da fortaleza y esperanza", añadió.

"Queridos hermanos y hermanas, el problema pastoral que llevó a los apóstoles a elegir y a imponer las manos sobre siete varones encargados ​​del servicio de la caridad, para dedicarse ellos a la oración y a la proclamación de la Palabra, nos señala también a nosotros, la primacía de la oración y de la palabra de Dios, que, sin embargo, produce luego también la acción pastoral", concluyó el papa.

Se puede leer el texto completo de la catequesis en:http://www.zenit.org/article-42054?l=spanish.

Después de su palabras, el papa se dirigió en su idioma a los distintos grupos lingüísticos, haciéndoles un resumen de su catequesis.

A los peregrinos de habla hispana les dijo: "La Iglesia de los comienzos se encontró con el problema de atender a los necesitados de la comunidad, que los Apóstoles afrontaron bajo la guía del Espíritu Santo, a quien invocan en la oración. La decisión fue instituir un grupo de siete varones de buena reputación, que se ocuparan de ejercer más específicamente el servicio de la caridad para con los menesterosos, esencial para la Iglesia. Así, los Apóstoles podrían centrarse en la oración y el servicio de la Palabra, propio de su ministerio, sin la presión de otras actividades que los pudieran distraer. La oración es del todo prioritaria para la comunidad cristiana que, de este modo, sigue alimentándose de su fuente de vida y, por decirlo así, pone en manos del Espíritu Santo la verdadera y última guía del Pueblo de Dios. Por eso, la actividad pastoral en la Iglesia comienza y termina siempre con la plegaria, que da sentido, fuerza y esperanza a todo nuestro actuar. Sin ello, se corre el riesgo de olvidar el alma profunda de nuestras ocupaciones para convertirlas en mero activismo, dictado por nuestros criterios y sentimientos".

Y concluyó con un "saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos venidos de España, México, Guatemala, Venezuela y otros países latinoamericanos. Invito a todos a participar en la apasionante tarea de edificar la Iglesia de Cristo en todas sus facetas, no solamente con buena voluntad, sino santificando con la oración cada uno de los pasos de nuestro hacer".

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Carta a los sacerdotes: ministros de la misericordia de Dios
Del cardenal Piacenza en la Jornada Mundial de Oración para la Santificación del Clero
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 25 abril 2012 (ZENIT.org).- El cardenal Mauro Piacenza, prefecto de la Congregación para el Clero y el secretario del dicasterio, monseñor Celso Morga Iruzubieta, arzobispo titular de Alba Marítima, han dirigido una carta a los sacerdotes con motivo de la “Jornada Mundial de Oración para la Santificación del Clero”, el próximo 15 de junio.

"La expresión de la Escritura 'Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación' (1Ts 4, 3), aunque vaya dirigida a todos los cristianos, se refiere en modo particular a nosotros, los sacerdotes, que hemos aceptado no sólo la invitación a 'santificarnos', sino también a convertirnos en 'ministros de santificación' para nuestros hermanos", afirma la carta.

"Este es nuestro estupendo destino --añade--: no podemos santificarnos sin trabajar para la santidad de nuestros hermanos, y no podemos trabajar para la santidad de nuestros hermanos sin que antes hayamos trabajado y trabajemos para nue stra santidad".

"Como ministros de la misericordia de Dios, sabemos, por tanto, que la búsqueda de la santidad siempre se puede retomar, a partir del arrepentimiento y el perdón. Pero a la vez sentimos la necesidad de pedi rlo, cada sacerdote, en nombre de todos los sacerdotes y para todos los sacerdotes", explica.

Recuerda que, para el mes de octubre de 2012, se ha convocado la Asamblea General del Sínodo de los Obispos sobre el tema de "La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana".

Se nos pedirá, afirma, trabajar en profundidad sobre cada uno de estos “capítulos”:

– sobre el Concilio Vaticano II, a fin de que sea de nuevo acogido com o «la gran gracia de la que la Iglesia se ha beneficiado en el siglo XX»: “Una brújula segura para orientarnos en el camino del siglo que comienza ”, “una gran fuerza para la renovación siempre necesaria de la Iglesia”4;

– sobre el Catecismo de la Iglesia Católica, para que realmente se acoja y se utilice «como instrumento válido y legítimo al servicio de la comunión eclesial y como una regla segura para la enseñanza de la fe».

– sobre la preparación del próximo Sínodo de los Obispos, para que sea realmente «una buena ocasión para introducir a todo el cuerpo eclesial en un tiempo de especial reflexión y redescubrimiento de la fe ».

"Hoy son sobre todo los sacerdotes, en su adoración diaria y en su ministerio diario, quienes deben encauzarlo todo hacia la Comunión Trinitaria: sólo a partir de esta y adentrándose en esta, los fieles pueden descubrir verdaderamente el rostro del Hijo de Dios y su contemporaneidad, y pueden verdaderamente llegar al corazón de todo hombre y a la patria a la cual todos están llamados. Y sólo así los sacerdotes podemos ofrecer de nuevo a los hombres de hoy la dignidad del ser persona, el sentido de las relaciones humanas y de la vida social, y la finalidad de toda la creación", concluye la carta.

Se puede leer el texto completo de la carta en: http://www.zenit.org/article-42052?l=spanish.

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La Santa Sede investiga la filtración de documentos
Notificación de la Secretaría de Estado
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 25 abril 2012 (ZENIT.org).- A raíz de la reciente divulgación de documentos secretos, la Santa Sede ha decidido constituir una comisión de investigación.

Una notificación de la Secretaría de Estado afirma lo siguiente: "A raíz de la reciente divulgación en televisión, en los periódicos y en otros medios de comunicación de documentos cubiertos por el secreto de oficina, el santo padre ha dispuesto la constitución de una Comisión Cardenalicia, para una investigación autorizada que arroje plena luz sobre tales episodios".

"Su santidad --añade la nota- ha llamado a formar parte de la susodicha Comisión Cardenalicia, que actuará en fuerza del mandato pontificio a todos los niveles, a los eminentísimos señores cardenales Julián Herranz, quien ha sido designado para presidirla, Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi.

La Comisión Cardenalicia se ha constituido el 24 de abril del corriente para establecer método y calendario de los trabajos".

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Mundo


Investigan las secuelas psicológicas en niños que sobreviven al cáncer
ASION y la Universidad Pontificia Comillas
MADRID, miércoles 25 abril 2012 (ZENIT.org).- ASION y la Universidad Pontificia Comillas han firmado un convenio de colaboración para desarrollar el proyecto de investigación “Trastorno y síntomas de estrés postraumático en supervivientes de cáncer pediátrico”, cuyo principal responsable es Carlos Pitillas Salvá, investigador del Instituto Universitario de la Familia, de dicha universidad. Suscribieron el acuerdo Teresa González Herradas, Presidenta de Asión, y José Ramón Busto, SJ, Rector de Comillas.

El objeto de esta investigación es aportar un conocimiento preciso y útil acerca de las secuelas psicológicas del cáncer pediátrico en niños que han recibido tratamiento contra la enfermedad. En contraste con la evolución clínica de la oncología pediátrica, aún se desconocen los mecanismos precisos que hacen que alguno de estos pacientes tengan dificultades, tras el tratamiento, para superar su experiencia de la enfermedad. La pregunta básica que se pretende contestar es: ¿Qué hace que algunos niños se conviertan en adultos sanos desde todos los puntos de vista (médico, psicológico, social) y otros no?

Para realizar esta investigación se empleará la metodología de encuesta, con el fin de explorar la experiencia de enfermedad del niño y de sus cuidadores, así como la relación entre dicha experiencia y las secuelas psicológicas en la supervivencia a largo plazo. La tesis nuclear del proyecto es que una parte importante de la calidad de vida y el ajuste psicológico en la supervivencia responde a los intercambios emocionales que se dan en la familia durante el tratamiento. La premisa que subyace a esta tesis es uno de los principios básicos de la psicología del desarrollo: El niño extrae información acerca del significado de una experiencia a través de las respuestas y las expresiones de sus cuidadores.

El Instituto Universitario de la Familia es un centro orientado a la investigación de los fenómenos sociales, psicológicos y sanitarios que afectan a la familia y a la infancia. Desde su origen, se ha preocupado por atender a una cantidad cada vez mayor de personas que están en riesgo de exclusión social o en diversas situaciones adversas, como puede ser una enfermedad. Recientemente, el instituto ha abierto una línea de investigación preocupada por la familia ante la enfermedad, en cuyo contexto se desarrolla este estudio.

ASION colaborará con el Instituto Universitario de la Familia, de Comillas, distribuyendo la encuesta entre los afiliados y pacientes de su base de datos con la convicción de que este estudio servirá para proporcionar una serie de directrices para padres y cuidadores, que facilitarán la vuelta a la normalidad de los niños que han superado la enfermedad.

ASION es una asociación sin ánimo de lucro de padres de niños con problemas oncológicos, que nace en 1989 por iniciativa de un pequeño grupo de padres que habían pasado por la dura experiencia de tener un hijo afectado de cáncer. Este pequeño grupo ha ido creciendo con los años hasta convertirse en una organización reconocida de utilidad pública por el Ministerio de Justicia e Interior (25 de Julio de 1995). El objetivo prioritario de ASION es ayudar a los niños diagnosticados de cáncer y sus familias a afrontar los múltiples problemas que surgen a partir del momento del diagnostico. La asociación trabaja para niños y adolescentes enfermos de cáncer de cero a 18 años diagnosticados y/o tratados en la Comunidad de Madrid así como para cualquier otro miembro de la familia que lo necesite.

En 2010, comenzó a desarrollarse un nuevo programa: “La Hucha de Tomás”, que podría definirse como el área científica de ASION y cuyo fin es fomentar la investigación en oncología pediátrica. A través de esta iniciativa se ha establecido la presente colaboración con la Universidad Pontificia Comillas. “Estamos convencidos de que este estudio servirá para proporcionar una serie de directrices para padres y cuidadores que facilitará la vuelta a la normalidad de los niños que han superado la enfermedad”, ha declarado la Presidenta de la asociación.

Más información: www.asion.org.

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Vietnam: Atentado a un orfanato y agresión salvaje a un sacerdote
El arzobispado de Hanoi pide una investigación
ROMA, miércoles 25 abril 2012 (ZENIT.org).- El arzobispado de Hanoi, Vietnam, ha pedido que se haga una investigación sobre las violencias que condujeron a la destrucción de un futuro orfanato y a la agresión a un sacerdote.

Cuando amanecía el 14 de abril, en una parroquia de la diócesis de Hanoi, un grupo de individuos de origen desconocido destruyó un establecimiento destinado a acoger huérfanos. El sacerdote responsable de este establecimiento fue golpeado salvajemente, perdió el conocimiento y fue llevado al hospital. Al día siguiente, 15 de abril, se envió un comunicado firmado por el canciller del arzobispado contando los hechos y la "agresión brutal" perpetrada por un grupo de individuos calificados de camorristas.

El padre Nguyen Van Binh, párroco de la parroquia de Yên Kiên, había comprado un terreno de 500 metros cuadrados situado en el terreno de otra parroquia, Go Cao (en el distrito de Chuong My perteneciente a la ciudad de Hanoi). Había hecho construir una casa con la intención de acoger a jóvenes huérfanos de la región.

A las 9 de la mañana, el 14 de abril del 2012, vinieron a avisar que la casa había sido demolida por la mañana temprano. Fué inmediatamente al lugar. Allí fue agredido por sorpresa por una banda de camorristas que le golpearon salvajemente y dejaron sin sentido en el suelo. El comunicado del arzobispado precisó que se trataba de un relato de la víctima misma. A raiz de su agresión el padre Binh, sufre del tímpano, de derrame de sangre en el interior de los oídos, de esquimosis en la cara. Se queja también de dolores de cabeza y del vientre.

Gracias al arzobispado de Hanoi y al consejo parroquial deYên Kiên, pudo ser trasladado a un centro hospitalario especializado en la capital, donde recibió cuidados de urgencia y fue sometido a diversos exámenes. El sacerdote está actualmente siendo cuidado en el arzobispado de Hanoi. Su estado de salud ha mejorado un poco.

Según el comunicado del arzobispado, los golpes asestados sin motivo por el grupo de camorristas constituyen una violación de la ley, un atentado brutal a la dignidad humana. Este acto inaceptable y desprovisto de humanidad ha conmocionado y llenado de indignación a los sacerdotes y laicos. Ha sembrado la inquietud y de turbación en el espíritu de los fieles de diversas comunidades católicas de Chong My. Esta es la conclusión del comunicado del arzobispado.

El arzobispo de Hanoi, ha enviado una carta a la Seguridad Pública del distrito de Chuong My, pidiéndole hacer una investigación rápida y que salga a la luz este hecho, a fin de que se puedan terminar estas prácticas salvajes y que ninguna persona pueda volver a sufrir lo mismo. La dignidad humana debe ser respetada, subrayó el arzobispado.

Se han dado detalles suplementarios por otras fuentes que ofrecieron una versión de los hechos ligeramente diferentes. Insisten más sobre la presencia de agentes de la Seguridad pública con el grupo de camorristas. Según una de estas versiones el grupo de alborotadores habría llegado primero y habría comenzado la destrucción de la casa. Las fuerzas de la Seguridad pública habrían seguido un poco más tarde y estaban presentes en el momento en el que el sacerdote llegó al lugar y fué agredido. Las fuerzas de policia habían sido colocadas alrededor del lugar donde se produjeron los hechos, añade también que la policía intervino con el personal del hospital para impedir que las brutalidades cometidas con el sacerdote fueran reveladas.

El proyecto y la construcción del orfanato han sido puestos bajo la responsabilidad de una asociación caritativa local llamada "Familia Agadé". Según otra fuente, una mujer y dos niños estaban presentes en el edificio en el momento de los hechos.  

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Se celebran los 450 años de la Patrona de Nicaragua
Historia de la venerada imagen de la Inmaculada Concepción de El Viejo
MIAMI, miércoles 25 abril 2012 (ZENIT.org).- En la ciudad de El Viejo, Chinandega, Nicaragua, se celebran este año los 450 años de la llegada de la imagen de la Inmaculada Concepción. La historia de la llegada y permanencia de esta advocación de la Virgen tiene todo el encanto de los relatos de la primera hora de la evangelización en América. La imagen fue llevada al país por el hermano de Santa Teresa de Jesús, don Lorenzo de Cepeda.

Esta imagen, patrona de Nicaragua, viajará como peregrinael 10 de agosto de 2012 a la ciudad de Miami, Estados Unidos, y recorrerá diferentes parroquias hasta el 26 de agosto de 2012, informa a ZENIT desde Miami Verónica Gadea.

Hace 450 años –relata Verónica Gadea--, en la ciudad de El Viejo llegó por designio de Dios la venerada y milagrosa imagen de la Purísima Concepción de María, hoy patrona de Nicaragua.

En el año de 1562 a causa de una depresión tropical, don Lorenzo de Cepeda, quien viajaba hacia Perú, tuvo que hacer escala en el húmedo Puerto de la Posesión, ahora llamado, El Realejo. Entre las cosas que don Lorenzo traía consigo se destaca una imagen de la Virgen de la Concepción. Don Lorenzo de Cepeda era un hombre muy piadoso. Era hermano de Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia.

De El Realejo don Lorenzo de Cepeda se vio forzado a viajar a El Viejo, pueblo cercano, buscando mejor clima y como era muy devoto de la Virgen, se la llevó con él y la depositó en la Parroquia por seguridad y evidente comodidad. Buscaba asistencia de los frailes franciscanos quienes habitaban en Chamulpa, hoy El Viejo. Allí tenían su convento y asistencia médica.

Los habitantes de El Viejo, indios y mestizos, fueron atraídos por la belleza de la imagen, y llegaban a la parroquia a admirar a la “Niña Blanca”. Pronto adquirió prestigio de milagrosa, pero don Lorenzo tenía que partir y a pesar de las protestas y ruegos, empacó su bella imagen y se fue a El Realejo para embarcarse rumbo a Perú.

Cuando el barco se hizo a la mar, vino otra tormenta y el velero tuvo que regresar al puerto nicaragüense para evitar un naufragio. De nuevo don Lorenzo se fue a El Viejo, cargando la sagrada estatua de la Virgen de la Concepción. El pueblo entero se volcó fervoroso a venerar a la Virgen y mestizos, indígenas y españoles interpretaron “que la Virgen no quiere irse de El Viejo, la Inmaculada Concepción quiere quedarse”.

El pueblo entero ejerció una gran presión en Don Lorenzo y éste como fervoroso hijo de María, cedió “a los deseos de la Virgen”, donó la imagen al pueblo de El Viejo y partió hacia su destino original, Perú.

La devoción a la Inmaculada Concepción creció enormemente y hoy es venerada en un bellísimo altar de madera y aujilla de oro donado por sus devotos por gracias concedidas.

La fiesta de la Purísima Inmaculada Concepción de El Viejo, patrona de Nicaragua es celebrada con gran solemnidad iniciando un novenario el 28 de noviembre con novenas con derroche y alegría a las 6:00 p.m. y por las mañanas misas a las 6:00 a.m. y rezo del Santo Rosario. Las novenas concluyen el 6 de diciembre, con un derroche de pólvora.

El 6 de diciembre es el día de la “Lavada de la Plata”, a las 9:00 a.m. se lleva a cabo la misa concelebrada con el obispo de la diócesis, monseñor Bosco Maria Vivas, y varios sacerdotes de Nicaragua, a continuación la Virgen es bajada de su camarín entre el vitoreo de su pueblo el cual hace fila para venerar la milagrosa imagen de la Virgen y pagar sus promesas por los favores recibidos.

Lavada de la Plata”

Es una ceremonia religiosa con participación popular realizada en el previo Norte de la Basílica y cuyo fin es limpiar las piezas de plata que conforman el Tesoro de la Virgen; estas son limpiadas con un paño impregnadas de agua con limon y bicarbonato, y frotadas hasta quedar limpias.

Al terminar la limpieza el devoto entrega una ofrenda a la mayordoma encargada de la actividad.

Bendición del agua con la Corona de la Virgen”

El sacerdote sumerge la corona de la Virgen en un recipiente con agua la que es repartida entre el pueblo.

A las 4:00 p.m. después del Santo Rosario la Virgen es Ascendida a su camarín entre la alegría del pueblo que la despide. Para culminar con la ultima novena vespertina a las 6:00 p.m.

Celebración de la fiesta de “La Gritería” en todo Nicaragua

La celebración de “La Gritería” se inició hasta en 1857 en la ciudad de León. Es una fiesta religiosa y folclórica. Nació en San Felipe de León. La novena se comenzó en la Iglesia de San Francisco de la misma ciudad. Simultáneamente se celebraba en Granada y en el Viejo, donde existían misiones franciscanas

El 7 de diciembre, se celebra con alegría en todas las casas de los nicaragüenses La Purísima Inmaculada Concepción.

Según la tradición, en la víspera de la festividad de la Inmaculada Concepción, familiares y amigos acostumbraban a visitar las casas donde se estaban preparando altares para la fiesta de la Inmaculada Concepción. Algunos entonaban cantos tradicionales a la Virgen y los dueños de casa brindaban manjares, golosinas y refrescos a los visitantes. A esto se le llama popularmente “La Gorra” o “el Brindis”

La fiesta de La Purísima es acompañada de cantos, pólvora y brindis de frutas, dulces y refrescos típicos. La gente recorre las calles al anochecer del 7 de Diciembre y se detiene en las casas que tienen altares confeccionados especialmente para ese día. Al acercase a la puerta, gritan “¿Quién causa tanta alegría?” y la gente, desde adentro, contesta: “!La Concepción de María!” Con eso se inicia el canto.

Los cantos han sido, son y serán siempre los mismos que se cantaron cuando la Inmaculada llegó al pueblecito de El Viejo en brazos de don Lorenzo de Cepeda. Los nicaragüenses se los saben de memoria, grandes y chicos corean los versos de “Pues Concebida”, “Tu Gloria, Tu Gloria”, “Por eso el Cristianismo”, Oh Virgen de Concepción”, “Salve Virgen Bella”, “Salve, Salve Cantando a María” , “Dulces Himnos”, y la tradicional “Toda Hermosa Eres María”, que termina con el “Alabado”.

El 8 de diciembre” en El Viejo”

El 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, tiene un programa que comienza a las 5:00 a.m. con las mañanitas a la Virgen, con grupos musicales de la ciudad y del departamento, que llegan a sus plantas a rendirle homenaje.

A las 10:00 a.m. Misa solemne concelebrada por el obispo Bosco María Vivas y varios sacerdotes que vienen con devotos de otros departamentos.

A las 4:00 p.m. sale una procesión que recorre la ciudad, entrando a las 9:00 p.m. siendo despedida con mucho alborozo por los nicaragüenses.

El 13 de mayo de 2001 la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) declaró que el patronazgo nacional recae sobre la imagen más venerada y antigua del misterio de la Purísima Inmaculada Concepción de Maríaa, la cual se venera en el Santuario Nacional ubicado en la ciudad de El Viejo, departamento de Chinandega, la que fue traída en tiempo de la colonia como un regalo de Nuestro Señor para este pueblo mariano.

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Nicaragua: ¡Señor, danos vocaciones según tu corazón!
Semana de Oración por las Vocaciones en Managua
MANAGUA, miércoles 25 abril 2012 (ZENIT.org).- "No tengan miedo... todos ustedes, jóvenes, que me escuchan... ¡No tengan miedo de decirle sí al Señor!... A mis 38 años de sacerdocio puedo decirles que soy feliz de haberle respondido que sí a Dios y de seguirlo haciendo cada día...". Con estas palabras finalizaba monseñor Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, una entusiasta homilía durante la celebración eucarística en la catedral de Managua, este III Domingo de Pascua, con la cual inició oficialmente la Semana de Oración por las Vocaciones en la Archidiócesis.

Del 22 al 29 de Abril se celebra una Jornada de Oración por las Vocaciones, en preparación para la Gran Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que cada año se realiza el IV Domingo de Pascua, en la fiesta del Buen Pastor. Monseñor Brenes se mostró muy entusiasmado por celebrar la Eucaristía junto a sacerdotes que ejercen su ministerio en la Formación Sacerdotal, seminaristas y el pueblo santo de Dios.

Concelebraron junto al arzobispo los sacerdotes: Rodolfo Paizano, rector del Seminario de La Purísima; César Castillo, del de Fátima; Omar Iván Santos, del Redemptoris Mater; Alejandro Martínez, del de La Asunción; Edgard Rodríguez, Pastoral Vocacional Archidiocesana; José Santos, formador de Fátima; Julio McNally, formador de Fátima; Calor Handal, vicario de catedral; y Rodolfo López, vicario de catedral. Además asistieron los ocho seminaristas que actualmente pertenecen al Seminario Menor de la Archidiócesis y 44 que cursan el Año Propedéutico en el Seminario Nacional Nuestra Señora de Fátima. En total, en la Provincia Eclesiástica de Nicaragua existen más de 300 seminaristas mayores pertenecientes a las diversas diócesis.

Durante la homilía, monseñor Brenes desarrolló el tema de la llamada, enmarcándolo en el mensaje del papa Benedicto para la Jornada Vocacional de este año titulado: "Las Vocaciones, don de la caridad de Dios". La predicación del arzobispo se centró en tres aspectos: El origen de toda vocación en Dios, el llamado de los apóstoles y la necesidad de oración para que tengamos buenas, santas y sanas vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa.

El arzobispo inició señalando que "es Dios quien llama, la iniciativa es suya, y ese es el gran misterio de la Vocación... No se trata, pues, de un deseo personal o de familia, ¡No! - enfatizó - la Vocación es una iniciativa que viene directamente de Dios... Por eso la oración colecta en la primera Misa de un sacerdote dice: ´Me has llamado sin méritos propios`... toda Vocación nace del amor infinito de Dïos, como señala el Papa Benedicto en su mensaje para este año...".

Se refirió al llamado de los apóstoles, donde se manifiesta claramente esta realidad misteriosa de la vocación; pues fue Jesús mismo quien fijó su mirada en cada uno de ellos y "los fue llamando por su nombre... Lo importante en todo esto es saber responder para derjarto todo por seguirle". Los apóstoles dejaron todas sus seguridades para entregarse por completo al Señor, superanto barreras como su propia vanidad. Pero para que esto fuera posible señaló: "ellos tuvieron una verdadera experiencia de encuentro y convivencia con Jesucristo; siempre me ha llamado la atención aquella frase de los Hechos de los Apóstoles que dice:`De eso somos testigos`... ¡Sí!, a eso mismo estamos llamados los sacerdotes, a dar testimonio de esa maravillosa experiencia del encuentro con Cristo, poder tocarlo, Él es una persona viva y real, cuya presencia está permanentemente en el mundo... de manera que, el que se siente llamado ha de ser verdadero testigo de Jesucristo".

Finalmente, el tercer eje sobre el cual se desarrolló la homilía fue la oración. El papa, en su mensaje, invita a todos los cristianos a orar para que florezcan cada vez más vocaciones en las comunidades y familias; debe proponerse a los jóvenes la opción vocacional, puede que muchos estén sintiendo el llamado sin saber de qué se trata. En este sentido, monseñor Leopoldo afirmaba: "todos podemos comprometernos esta semana para pedirle al Señor por las vocaciones, dediquemos un minuto cada día y ofrezcámoselo a Dios para que siga suscitando en los corazones de los jóvenes el deseo de seguirle y entregar su vida a su servicio".

"No olviden tampoco los sacerdotes y seminaristas que hemos de mantenernos afianzados en Cristo a través de su Palabra, donde Él nos habla; la oración, donde le hablamos nosotros a Él; y sobre todo al Eucaristía, donde podemos contemplar la inefable grandeza de la caridad de Dios... Necesitamos de buenos pastores que tengan una experiencia de Jesucristo resucitado... Precisamente esta es la tarea de los formadores del Seminario durante los ocho años de formación, propiciar en los jóvenes el encuentro con Cristo para que tenga una profunda experiencia de Él, y así puedan afirmar con los Apóstoles: `de eso somos testigos`".

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España: La relación entre Teología y Universidad
III Congreso de la Facultad de Teología de Granada
GRANADA, miércoles 25 abril 2012 (ZENIT.org).- Entre los días 25 y 27 de abril se celebra el III Congreso de Teología que organiza la Facultad de Teología de Granada. Bajo el título "Teología y Universidad", la presente edición se plantea como un recorrido histórico desde el surgimiento de la institución universitaria hasta la actualidad, además de un acercamiento a distintas iniciativas entre ambas. El congreso está presidido por Guillermo Rodríguez Izquierdo SJ, superior de la Provincia Bética Jesuita, y cuenta entre sus vocales con Ildefonso Camacho, rector de la Facultad de Teología de Granada y presidente de la Fundación Universidad Loyola Andalucía.

En 2010, la Universidad de Granada creó una Cátedra de Teología en colaboración con la Facultad de Teología de Granada, retomando una tradición interrumpida en el siglo XIX. Desde la organización del congreso considera que este hecho “puede ser una oportunidad para establecer cauces de diálogo y encuentro entre Teología y Universidad”, prácticamente inexistentes desde hace más de un siglo.

De esta manera, el congreso aborda la relación entre Teología y Universidad desde tres líneas de reflexión. En primer lugar, desde una perspectiva histórica que explique cómo se ha llegado a la situación actual, considerada por algunos expertos como de divorcio entre la Teología y la Universidad.

Por otra parte, el Congreso tratará de profundizar en el concepto de ‘racionalidad’, tal como suele usarse en el ámbito universitario y en los presupuestos epistemológicos en los que se apoya dicho concepto.

La tercera línea de trabajo supone un acercamiento práctico a distintas experiencias entre la Teología y la Universidad, así como a las distintas iniciativas de reencuentro que se dan actualmente en Europa y Estados Unidos.

El Congreso "Teología y Universidad" comenzará con la intervención del teólogo español Olegario González de Cardenal, galardonado con el Premio Ratzinger de Teología 2011, que ofrecerá la conferencia "Cristianismo, teología y universidad: ¿de la convivencia a la contraposición?".

A lo largo de los tres días del congreso participarán pensadores de reconocido prestigio, como José Antonio Pérez Tapias (profesor de Filosofía de la Universidad de Granada); Cristina de la Cruz (profesora de Ética en la Universidad de Deusto; María José Frapolli (profesora de Filosofía de la Universidad de Granada); Pedro Rodríguez Panizo (profesor de Teología de la Universidad Pontificia Comillas); Juan Pedro Lobatón (profesor del Heythrop College de Londres); o Antonio Martín Morillas (profesor de la Facultad de Teología de Granada)

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Perú: Instituto de Estudios Social Cristianos presenta su última publicación
La revista 'Testimonio' continua difundiendo la doctrina social de la Iglesia
LIMA, miércoles 25 abril 2012 (ZENIT.org).- Testimonio es una publicación trimestral editada por el Instituto de Estudios Social Cristianos del Perú, entidad que por casi 40 años persigue las tareas de difusión y formación en la Doctrina Social de la Iglesia y el Socialcristianismo.

En su edición 105, Testimonio presenta una entrevista con monseñor Salvador Piñeiro, arzobispo de Ayacucho y presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, quien además de plantear sus metas al frente del nuevo cargo eclesiástico, analiza la situación del país y califica de indispensable el estudio de la obra de Víctor Andrés Belaúnde para comprender la realidad nacional.

Precisamente, en la sección actualidad, el politólogo Jorge Vallejo critica las condiciones agrícolas, a partir del postergado proyecto Olmos en el departamento de Lambayeque, y propone la asociatividad como un medio para acceder a nuevos mercados y, sobre todo, impulsar un régimen laboral justo en las distintas zonas del Perú.

Por otro lado, en el apartado internacional, el economista Ángel Vilariño recomienda medidas urgentes ante la crisis económica que ha golpeado a gran parte de Europa. Destaca también el discurso de Ramón Guillermo Aveledo, secretario de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el día de la proclamación de esta alianza, que tiene en Henrique Capriles a una luz de esperanza para el pueblo venezolano.

De igual manera, el teólogo Johan Leuridan Huys OP reinterpreta las valoraciones y orígenes de los conceptos de igualdad y vulgaridad en el mundo de hoy, basándose en La Ejemplaridad, libro del filósofo español Javier Gomá. A su vez, el abogado Gregorio Belaúnde discute los principios éticos de muchas empresas en las transacciones financieras.

En la sección Iglesia, la revista incluye el pronunciamiento del Arzobispado de Huancayo sobre la reactivación del Complejo Metalúrgico de La Oroya. Además, de un recuento de las principales noticias nacionales, como la visita de monseñor Robert Zollitsch, presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, al Perú, con motivo del 25 aniversario de la Partnerschaft.

Finalmente, Testimonio reproduce íntegro el documento "Por una reforma del sistema financiero y monetario internacional", elaborado por el Consejo Pontificio Justicia y Paz.

La revista puede leerse en el sitio web del Instituto: www.iesc.org.pe.

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Flash


Nicaragua: Usurpan en 'Facebook' el nombre del arzobispo de Managua
Comunicado de la Oficina de Prensa del Arzobispado
MANAGUA, miércoles 25 abril 2012 (ZENIT.org).- La Oficina de Prensa de la Archidiócesis de Managua ha hecho público un comunicado sobre la usurpación del nombre del arzobispo en Facebook.

La nota dice lo siguiente: "Se les comunica que el perfil de Facebook con dirección https://www.facebook.com/profile.php?id=100003525531443&ref=ts, ha usurpado el nombre de nuestro arzobispo monseñor Leopoldo José Brenes Solórzano y lo utiliza como nombre para su perfil. 
Este sitio es de autor desconocido y no cuenta con la aprobación del señor arzobispo. Cualquier información, noticia o publicación que allí aparezca no es veraz ni oficial".

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Documentación


El primado de la oración y del anuncio de la Palabra de Dios
Palabras del papa en la Audiencia General
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 25 abril 2012 (ZENIT.org).- La Audiencia General de este miércoles tuvo lugar a las 10,30 horas en la plaza de San Pedro, donde el santo padre Benedicto XVI se encontró con grupos de peregrinos y fieles llegados de Italia y de otros países. En el discurso en lengua italiana, el papa continuando la catequesis sobre la oración en los Hechos de los Apóstoles, ha centrado su meditación sobre el primado de la oración y del anuncio de la Palabra de Dios. Ofrecemos las palabras del santo padre.

*****

Queridos hermanos y hermanas:

En la última catequesis, mostré que la Iglesia desde el inicio de su recorrido, ha debido afrontar situaciones imprevistas, cuestiones nuevas y situaciones de emergencia a las que ha tratado de responder a la luz de la fe, dejándose guiar por el Espíritu Santo. Hoy quisiera detenerme a reflexionar sobre otra de estas situaciones, un problema serio que la primera comunidad cristiana de Jerusalén tuvo que enfrentar y resolver, como san Lucas narra en el sexto capítulo de los Hechos de los Apóstoles, referido al ministerio de la caridad ante las personas solas y necesitadas de asistencia y ayuda. La cuestión no es secundaria para la Iglesia y amenazó en ese momento con crear divisiones dentro de la misma; el número de discípulos, de hecho, fue en aumento, pero los de lengua griega comenzaron a quejarse contra los de lengua hebrea, porque sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria (cf. Hch. 6,1). Frente a esta emergencia relacionada con un aspecto esencial en la vida de la comunidad, es decir, la caridad con los débiles, los pobres, los indefensos y la justicia, los apóstoles convocaron a todo el grupo de discípulos. En este tiempo de emergencia pastoral sobresale el discernimiento hecho por los apóstoles. Ellos se enfrentan a la exigencia primordial de proclamar la palabra de Dios de acuerdo con el mandato del Señor, pero aún siendo esta la primera exigencia de la Iglesia, consideran igualmente en serio el deber de la caridad y la justicia, es decir, el deber de ayudar a las viudas, a los pobres, de proveer con amor a las necesidades en que se encuentran los hermanos y hermanas, para responder al mandato de Jesús: ámense unos a otros como yo os los he amado (cf. Jn. 15,12.17 ).

Así, las dos realidades que se deben vivir en la Iglesia: la predicación de la palabra, la primacía de Dios, y la caridad práctica, la justicia, están creando dificultades y se debe encontrar una solución, para que ambas puedan tener su lugar, su relación justa. La reflexión de los apóstoles es muy clara, dicen, como hemos escuchado: "No está bien que nosotros abandonemos la palabra de Dios por servir a las mesas. Por tanto, hermanos, busquen de entre ustedes a siete hombres, de buena fama, llenos de Espíritu y de saber, y los pondremos al frente de esta tarea; mientras que nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra" (Hch. 6, 2-4).

Hay dos cosas que aparecen: en primer lugar, existe desde aquel momento en la iglesia, un ministerio de la caridad. La Iglesia no solo debe proclamar la palabra, sino también cumplir la palabra, que es amor y verdad. Y, en segundo lugar, estos hombres no solo deben gozar de buena reputación, sino que deben ser hombres llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, es decir, que no pueden ser solo organizadores que saben cómo "hacer" sino que deben "hacer" según el espíritu de la fe con la la luz de Dios, en la sabiduría del corazón; y por lo tanto su función --si bien es sobretodo práctica--, es sin embargo una función espiritual. La caridad y la justicia no son solo acciones sociales, sino son acciones espirituales realizadas a la luz del Espíritu Santo. Así que podemos decir que esta situación se enfrenta con una gran responsabilidad por parte de los apóstoles que toman esta decisión: son elegidos siete hombres; los apóstoles oran para pedir la fuerza del Espíritu Santo; y luego les imponen las manos para que se dediquen de manera particular a este servicio de la caridad. Por lo tanto, en la vida de la iglesia, en los primeros pasos que realiza, se refleja en un cierto modo lo que sucedió durante la vida pública de Jesús, en casa de Marta y María en Betania. Marta estaba abrumada con el servicio de ofrecer hospitalidad a Jesús y a sus discípulos; María, sin embargo, se dedica a la escucha de la palabra del Señor (cf. Lc. 10,38-42). En ambos casos, no se oponen los momentos de oración y escucha de Dios, con la actividad diaria, con el ejercicio de la caridad. El llamado de Jesús: "Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada" (Lc. 10,41-42), así como la reflexión de los apóstoles: "Nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra" (Hch. 6,4), muestran la prioridad que debemos darle a Dios; yo no entraría ahora en la interpretación de esta perícopa Marta-María. En cualquier caso, no se condena la actividad por el prójimo, por el otro, pero se subraya que debe ser penetrada interiormente también por el espíritu de la contemplación. Por otro lado, san Agustín dice que esta realidad de María es una visión de nuestra situación en el cielo, por lo que en la tierra nunca podremos tenerlo toda, pero un poco de la anticipación sí debe estar presente en toda nuestra actividad. Debe estar presente también la contemplación de Dios. No debemos perdernos en el activismo puro, sino siempre dejarnos penetrar en nuestras actividades de la luz de la palabra de Dios y así aprender la verdadera caridad, el verdadero servicio a los demás, que no necesita de tantas cosas --necesita sin duda de las cosas necesarias--, pero sobre todo tiene necesidad del afecto de nuestro corazón, de la luz de Dios.

San Ambrosio, comentando el episodio de Marta y María, exhorta de este modo a sus fieles y también a nosotros: "Buscamos tener también nosotros, aquello que no se nos puede quitar, dándole a la palabra del Señor una diligente atención, no distraída: ocurre también con las semillas de la palabra divina, que se pierden si se plantan a lo largo del camino. Te estimule también a ti, como a María, el deseo de saber: este es la más grande, la obra más perfecta" Y añade también que: "el cuidado por el ministerio no distraiga la atención de la palabra divina", por la oración (Expositio Evangelii secundum Lucam, VII, 85: PL 15, 1720). Los santos, por lo tanto, han experimentado una profunda unidad de vida entre la oración y la acción, entre el amor total a Dios y el amor a los hermanos. San Bernardo, que es un modelo de armonía entre la contemplación y la actividad, en su libro De consideratione, dirigido al papa Inocencio II para ofrecerle algunas reflexiones sobre su ministerio, insiste precisamente en la importancia del recogimiento interior, de la oración para defenderse de los peligros de una actividad excesiva, cualquiera que sea la condición en la que se encuentra y la tarea que se esté llevando a cabo. San Bernardo dice que las muchas ocupaciones, una vida frenética, a menudo terminan endureciendo el corazón y hacen sufrir el espíritu (cf. II, 3).

Es un valioso recordatorio para nosotros hoy, acostumbrados a evaluar todo con el criterio de la productividad y de la eficiencia. El pasaje de los Hechos de los Apóstoles nos recuerda la importancia del trabajo --sin duda se crea un verdadero ministerio--, del compromiso en la actividad diaria que se lleva a cabo con responsabilidad y dedicación, pero también nuestra necesidad de Dios, de su orientación, de su luz que nos da fortaleza y esperanza. Sin la oración diaria fielmente vivida, nuestra acción se vacía, pierde su alma profunda, se reduce a un simple activismo sencillo que con el tiempo nos deja insatisfechos. Hay una hermosa invocación de la tradición cristiana para ser recitada antes de una actividad, que dice: «Actiones nostras, quæsumus, Domine, aspirando præveni et adiuvando prosequere, ut cuncta nostra oratio et operatio a te semper incipiat, et per te coepta finiatur», es decir, "Inspira nuestras acciones, Señor, y acompáñalas con tu ayuda, para que todo nuestro hablar y actuar, tenga siempre en ti su principio y en ti su cumplimiento". Cada paso de nuestra vida, cada acción, incluso en la iglesia, debe estar realizada ante Dios, a la luz de su palabra.

En la catequesis del pasado miércoles, había subrayado la oración unánime de la primera comunidad cristiana frente a la prueba y cómo, justamente en la oración, en la meditación de la sagrada escritura, ha podido entender los acontecimientos que estaban ocurriendo. Cuando la oración se nutre de la palabra de Dios, podemos ver la realidad con nuevos ojos, con los ojos de la fe y el Señor, que habla a la mente y al corazón, da una nueva luz al camino en todo momento y en cualquier situación. Creemos en el poder de la palabra de Dios y en la oración. Incluso la dificultad que estaba experimentando la Iglesia frente al problema del servicio a los pobres, a la cuestión de la caridad, viene superada a través de la oración, a la luz de Dios, del Espíritu Santo. Los apóstoles no se limitan a ratificar la elección de Esteban y de los demás hombres. Sino "habiendo hecho oración, les impusieron las manos" (Hch. 6,6). El evangelista recordará estos gestos de nuevo en la elección de Pablo y Bernabé, donde leemos: "Después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los enviaron" (Hch. 13,3). Confirma una vez más que el servicio práctico de la caridad es un servicio espiritual. Ambas realidades deben ir juntas.

Con el gesto de la imposición de las manos, los apóstoles confieren un ministerio particular a siete hombres, para que se les diera la correspondiente gracia. El énfasis de la oración, "después de haber rezado", es importante porque pone de relieve la dimensión espiritual del gesto; no se trata simplemente de asignar un encargo como en una organización social, sino que es un acontecimiento eclesial en que el Espíritu Santo toma posesión de siete hombres escogidos por la iglesia, consagrándolos en la Verdad que es Jesucristo: Él es el protagonista silencioso, presente en la imposición de las manos para que los elegidos sean transformados por su poder y santificados para hacer frente a los desafíos prácticos, los desafíos pastorales. Y el énfasis en la oración nos recuerda también que solo por la relación íntima con Dios, cultivada todos los días, nace la respuesta a la elección del Señor y se le confían todos los ministerios en la iglesia.

Queridos hermanos y hermanas, el problema pastoral que llevó a los apóstoles a elegir y a imponer las manos sobre siete varones encargados ​​del servicio de la caridad, para dedicarse ellos a la oración y a la proclamación de la Palabra, nos señala también a nosotros, la primacía de la oración y de la palabra de Dios, que, sin embargo, produce luego también la acción pastoral. Para los pastores esta es la primera y más valiosa forma de servicio a la grey a ellos confiada. Si los pulmones de la oración y la palabra de Dios no alimentan la respiración de nuestra vida espiritual, corremos el riesgo de asfixiarnos en medio de miles de cosas todos los días: la oración es la respiración del alma y de la vida. Y hay otro valioso llamado que me gustaría destacar: en la relación con Dios, en la escucha de su Palabra, en el diálogo con Dios, incluso cuando estamos en el silencio de una Iglesia o en nuestra habitación, estamos unidos en el Señor con muchos hermanos y hermanas en la fe, como un conjunto de instrumentos que, a pesar de su individualidad, elevan una única y gran sinfonía de intercesiones a Dios, de acción de gracias y de alabanzas.

Traducido del original italiano por José Antonio Varela V.

©Librería Editorial Vaticana

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Carta a los sacerdotes del prefecto de la Congregación para el Clero
Jornada Mundial de Oración para la Santificación del Clero
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 25 abril 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos el texto completo de la carta dirigida alos sacerdotes por el cardenal Mauro Piacenza, prefecto de la Congregación para el Clero y por el secretario del dicasterio, monseñor Celso Morga Iruzubieta, arzobispo titular de Alba Marítima.

*****

CARTA A LOS SACERDOTES

Queridos Sacerdotes:

En la próxima solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el 15 de junio de 2012, celebraremos, como de costumbre, la “Jornada Mundial de Oración para la Santificación del Clero”.

La expresión de la Escritura «Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» (1Ts 4, 3), aunque vaya dirigida a todos los cristianos, se refiere e n modo particular a nosotros, los sacerdotes, que hemos aceptado no sólo la invitación a “santificarnos”, sino también a convertirnos en “ministros de santificación” para nuestros hermanos.

Esta “voluntad de Dios”, en nuestro caso, por decirlo así, se ha doblado y multiplicado al infinito, tanto que a ella podemos y debemos obedecer en cada acción ministerial que llevamos a cabo.

Este es nuestro estupendo destino: no podemos santificarnos sin trabajar para la santidad de nuestros hermanos, y no podemos trabajar para la santidad de nuestros hermanos sin que antes hayamos trabajado y trabajemos para nue stra santidad.

Al introducir a la Iglesia en el nuevo milenio, el Beato Juan Pablo II nos recordaba la normalidad de este “ideal de perfección”, que debe ofrecerse en seguida a todos: «Preguntar a un catecúmeno: “¿quieres recibir el bautismo?”, significa al mismo tiempo preguntarle: “¿quieres ser santo?”» 1.

Ciertamente, en el día de nuestra Ordenación sacerdotal, esta misma pregunta bautismal resonó de nuevo en nuestro corazón, pidiendo una vez más nuestra respuesta personal; pero se nos ha confiado para que supiésemos dirigirla también a nuestros fieles, custodiando su belleza y preciosidad.

La conciencia de nuestros incumplimientos personales no contradice esta persuasión, como tampoco lo hacen las culpas de algunos que, a veces, han humillado el sacerdocio a los ojos del mundo.

A distancia de diez años —considerando que las noticias difundidas se agravan — debemos dejar que resuenen de nuevo en nue stro corazón, con mayor fuerza y urgencia, las palabras que Juan Pablo II nos dirigió el Jueves Santo del año 2002: «Además, en cuanto sacerdotes, nos sentimos en estos momentos personalmente conmovidos en lo más íntimo por los pecados de algunos hermanos nuestros que han traicionado la gracia recibida con la Ordenación, cediendo incluso a las peores

manifestaciones del mysterium iniquitatis que actúa en el mundo. Se provocan así escándalos graves, que llegan a crear un clima denso de sospechas sobre todos los demás sacerdotes beneméritos, que ejercen su ministerio con honestidad y coherencia, y a veces con caridad heroica. Mientras la Iglesia expresa su propia solicitud por las víctimas y se esfuerza por responder con justicia y verdad a cada situación penosa, todos nosotros —conscientes de la debilidad humana, pero confiando en el poder salvador de la gracia divina — estamos llamados a abrazar el

mysterium Crucis y a comprometernos aún más en la búsqueda de la santidad. Hemos de orar para que Dios, en su providencia, suscite en los corazones un generoso y renovado impulso de ese ideal de entrega total a Cristo que está en la base del ministerio sacerdotal»2.

Como ministros de la misericordia de Dios, sabemos, por tanto, que la búsqueda de la santidad siempre se puede retomar, a partir del arrepentimiento y el perdón. Pero a la vez sentimos la necesidad de pedirlo, cada sacerdote, en nombre de todos los sacerdotes y para todos los sacerdotes3.

Refuerza nuestra confianza la invitación que la propia Iglesia nos dirige a cruzar nuevamente el umbral de la Porta fidei, acompañando a todos nuestros fieles. Sabemos que este es el título de la Carta apostólica con la cual el Santo Padre Benedicto XVI convocó el Año de la Fe que comenzará el próximo 12 de octubre de 2012.

Una reflexión sobre las circunstancias de esta invitación nos puede ayudar.

Se sitúa en el 50° aniversario de la apertura del Concilio ecuménico Vaticano II (11 de octubre de 1962) y en el 20° aniversario de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica (11 de octubre de 1992). Además, para el mes de octubre de 2012, se ha convocado la Asamblea General del Sínodo de los Obispos sobre el tema de "La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana".

Se nos pedirá, pues, trabajar en profundidad sobre cada uno de estos “capítulos”:

– sobre el Concilio Vaticano II, a fin de que sea de nuevo acogido com o «la gran gracia de la que la Iglesia se ha beneficiado en el siglo XX»: “Una brújula segura para orientarnos en el camino del siglo que comienza ”, “una gran fuerza para la renovación siempre necesaria de la Iglesia”4;

– sobre el Catecismo de la Iglesia Católica, para que realmente se acoja y se utilice «como instrumento válido y legítimo al servicio de la comunión eclesial y como una regla segura para la enseñanza de la fe»5;

– sobre la preparación del próximo Sínodo de los Obispos, para que sea realmente «una buena ocasión para introducir a todo el cuerpo eclesial en un tiempo de especial reflexión y redescubrimiento de la fe »6.

Por ahora —como introducción a todo el trabajo— podemos meditar brevemente sobre esta indicación del Pontífice, en la cual todo converge: «Es el amor de Cristo el que llena nuestros corazones y nos impulsa a evangelizar. Hoy como ayer, él nos envía por los caminos del mundo para proclamar su Evangelio a todos los pueblos de la tierra (cf. Mt 28, 19). Con su amor, Jesucristo atrae hacia sí a los hombres de cada generación: en todo tiempo, convoca a la Iglesia y le confía el anuncio del Evangelio, con un mandato que es siempre nuevo. Por eso, también hoy es necesario un compromiso eclesial más convencido en favor de una nueva evangelización para redescubrir la al egría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe».7

“Los hombres de cada generación”, “todos los pueblos de la tierra”, “nueva evangelización”: ante este horizonte tan universal, sobre todo nosotros, los sacerdotes, debemos preguntarnos cómo y dónde estas afirmaciones pueden unirse y consistir.

Podemos, pues, comenzar recordando que ya el Catecismo de la Iglesia Católica se abre con un abrazo universal, reconociendo que “El hombre es «capaz» de Dios”8; pero lo hace eligiendo —como su primera cita— este texto del Concilio ecuménico Vaticano II: «La razón más alta (“eximia ratio”) de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la comunión con Dios. El hombre es invitado al diálogo con Dios desde su nacimiento; pues no existe sino porque, creado por Dios por amor (“ex amore”), es conservado siempre por amor (“ex amore”); y no vive plenamente según la verdad si no reconoce libremente aquel amor y se entrega a su Creador . Sin embargo, muchos de nuestros contemporáneos no perciben de ninguna manera esta unión íntima y vital con Dios o la rechazan explícitamente » (“hanc intimam ac vitalem coniunctionem cum Deo”)9.

¿Cómo olvidar que, con el texto que acabamos de citar —precisamente en la riqueza de las formulaciones escogidas— los Padres conciliares querían dirigirse directamente a los ateos, afirmando la inmensa dignidad de la vocación, de la que se habían alejado como hombres? ¡Y lo hacían con las mismas palabras que sirven para describir la experiencia cristiana, en el culmen de su intensidad mística!

También la Carta apostólica Porta Fidei inicia afirmando que esta «introduce en la vida de comunión con Dios », lo que significa que nos permite adentrarnos directamente en el misterio central de la fe que debemos profesar: «Profesar la fe en la Trinidad —Padre, Hijo y Espíritu Santo— equivale a creer en un solo Dios que es Amor» (ibídem, n. 1).

Todo esto debe resonar de modo especial en nuestro corazón y en nuestra inteligencia, para que seamos conscientes de cuál es hoy el drama más grave de nuestros tiempos.

Las naciones cristianizadas ya no sienten la tentación de ceder a un ateísmo genérico (como en el pasado), sino que corren el riesgo de ser víctimas de ese particular ateísmo que viene de haber olvidado la belleza y el calor de la Revelación Trinitaria.

Hoy son sobre todo los sacerdotes, en su adoración diaria y en su ministerio diario, quienes deben encauzarlo todo hacia la Comunión Trinitaria: sólo a partir de esta y adentrándose en esta, los fieles pueden descubrir verdaderamente el rostro del Hijo de Dios y su contemporaneidad, y pueden verdaderamente llegar al corazón de todo hombre y a la patria a la cual todos están llamados. Y sólo así los sacerdotes podemos ofrecer de nuevo a los hombres de hoy la dignidad del ser persona, el sentido de las relaciones humanas y de la vida social, y la finalidad de toda la creación.

“Creer en un solo Dios que es Amor”: no será realmente posible ninguna nueva evangelización si los cristianos no somos capaces d e sorprender y conmover nuevamente al mundo con el anuncio de la Naturaleza de Amor de Nuestro Dios, en las Tres Divinas Personas que la expresan y que nos hacen partícipes de su misma vida.

El mundo de hoy, con sus laceraciones cada vez más dolorosas y preocupantes, necesita al Dios-Trinidad, y anunciarlo es la tarea de la Iglesia.

La Iglesia, para poder desempeñar esta tarea, debe permanecer indisolublemente abrazada a Cristo y no dejar nunca que se le separe de Él: necesita santos que vivan “en el corazón de Jesús” y sean testigos felices del Amor Trinitario de Dios. ¡Y los Sacerdotes, para servir a la Iglesia y al mundo, necesitan ser santos!

Vaticano, 26 de marzo de 2012

Solemnidad de la Anunciación de la Santísima Virgen

NOTAS

1 Carta Apostólica Novo millennio ineunte, n. 31.

2 JUAN PABLO II, Carta a los sacerdotes para el Jueves Santo del año 2002.

3 CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, El sacerdote ministro de la Misericordia Divina. Material para Confesores y

Directores espirituales, 9 de marzo de 2011, 14-18; 74-76; 110-116 (el sacerdote como penitente y discípulo espiritual).

4 Cf. Porta fidei, n. 5.

5 Cf. Ibídem, n. 11.

6 Ibídem, n. 4.

7 Ibídem, n. 7.

8 Sección Primera. Capítulo I.

9 Gaudium et Spes, n. 19 y Catecismo de la Iglesia Católica n. 27.

LECTURAS Y TEXTOS para profundizar o para celebraciones

LECTURAS BÍBLICAS

Del Evangelio de Juan: 15, 14-17

Del Evangelio de Lucas: 22, 14 - 27

Del Evangelio de Juan: 20, 19 - 23

De la Carta a los Hebreos: 5, 1 - 10

LECTURAS PATRÍSTICAS

S. JUAN CRISÓSTOMO, El sacerdocio, III, 4-5; 6.

ORÍGENES, Homilías sobre el Levítico, 7, 5.

LECTURAS DEL MAGISTERIO

Gaudium et Spes, n. 19 y Catecismo de la Iglesia Católica, n. 27.

JUAN PABLO II, Carta a los Sacerdotes con ocasión del Jueves Santo, 2001.

Benedicto XVI, Homilía del Jueves Santo, 13 de abril de 2006.

LECTURAS de los ESCRITOS de los SANTOS

SAN GREGORIO MAGNO: Diálogos, 4, 59.

SANTA CATALINA DE SIENA, El diálogo de la divina Providencia, cap. 116; cf. Sl 104, 15.

SANTA TERESA DE LISIEUX, Ms A 56r; LT 108; LT 122; LT 101; Pr n. 8.

BEATO CHARLES DE FOUCAULD, Écrits Spirituels, pp. 69-70.

SANTA TERESA BENEDICTA DE LA CRUZ (EDITH STEIN), WS, 23.

ORACIÓN POR LA SANTA IGLESIA Y POR LOS SACERDOTES

Oh Jesús mío, te ruego por toda la Iglesia:

concédele el amor y la luz de tu Espíritu

y da poder a las palabras de los sacerdotes

para que los corazones endurecidos

se ablanden y vuelvan a ti, Señor.

Señor, danos sacerdotes santos;

Tú mismo consérvalos en la santidad.

Oh Divino y Sumo Sacerdote,

que el poder de tu misericordia

los acompañe en todas partes y los proteja

de las trampas y asechanzas del demonio,

que están siendo tendidas incesantemente para las almas de los sacerdotes.

Que el poder de tu misericordia,

oh Señor, destruya y haga fracasar

lo que pueda empañar la santidad de los sacerdotes,

ya que tú lo puedes todo.

Oh mi amadísimo Jesús,

te ruego por el triunfo de la Iglesia,

por la bendición para el Santo Padre y todo el clero,

por la gracia de la conversión de los pecadores empedernidos.

Te pido, Jesús, una bendición especial y luz

para los sacerdotes,

ante los cuales me confesaré durante toda mi vida.

(Santa Faustina Kowalska)

EXAMEN DE CONCIENCIA PARA LOS SACERDOTES

1. «Por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad » (Jn 17, 19)

¿Me propongo seriamente la santidad en mi sacerdocio? ¿Estoy convencido de que la fecundidad de mi ministerio sacerdotal viene de Dios y que, con la gracia del Espíritu Santo, debo identificarme con Cristo y dar mi vida por la salvación del mundo?

2. «Este es mi cuerpo» (Mt 26, 26)

¿El santo sacrificio de la Misa es el centro de mi vida int erior? ¿Me preparo bien, celebro devotamente y después, me recojo en acción de gracias? ¿Constituye la Misa el punto de referencia habitual de mi jornada para alabar a Dios, darle gracias por sus beneficios, recurrir a su benevolencia y reparar mis pecados y los de todos los hombres?

3. «El celo por tu casa me devora» (Jn 2, 17)

¿Celebro la Misa según los ritos y las normas establec idas, con auténtica motivación, con los libros litúrgicos aprobados? ¿Estoy atento a las sagradas especies conservadas en el tabernáculo, renovándolas periódicamente? ¿Conservo con cuidado los vasos sagrados? ¿Llevo con dignidad todos las vestidos sagrados prescritos por la Iglesia, teniendo presente que actúo in persona Christi Capitis?

4. «Permaneced en mi amor» (Jn 15, 9)

¿Me produce alegría permanecer ante Jesucristo presente en el Santísimo Sacramento, en mi meditación y silenciosa adoración? ¿Soy fiel a la visita cotidiana al Santísimo Sacramento? ¿Mi tesoro está en el Tabernáculo?

5. «Explícanos la parábola» (Mt 13, 36)

¿Realizo todos los días mi meditación con atención, tratando de superar cualquier tipo distracción que me separe de Dios, buscando la luz del Señor que sirvo? ¿Medito asiduamente la Sagrada Escritura? ¿Rezo con atención mis oraciones habituales?

6. Es preciso «orar siempre sin desfallecer» (Lc 18, 1)

¿Celebro cotidianamente la Liturgia de las Horas integralmente, digna, atenta y devotamente? ¿Soy fiel a mi compromiso con Cristo en esta dimensión importante de mi ministerio, rezando en nombre de toda la Iglesia?

7. «Ven y sígueme» (Mt 19, 21)

¿Es, nuestro Señor Jesucristo, el verdadero amor de mi vida? ¿Observo con alegría el compromiso de mi amor hacia Dios en la continencia del celibato? ¿Me he detenido conscientemente en pensamientos, deseos o actos impuros; he mantenido conversaciones inconvenientes? ¿Me he puesto en la ocasión próxima de pecar contra la castidad? ¿He custodiado mi mirada? ¿He sido prudente al tratar con las diversas categorías de personas? ¿Representa mi vida, para los fieles, un testimonio del hecho de que la pureza es algo posible, fecundo y alegre?

8. «¿Quién eres Tú?» (Jn 1, 20)

En mi conducta habitual, ¿encuentro elementos de debilidad, de pereza, de flojedad? ¿Son conformes mis conversaciones al sentido humano y sobrenatural que un sacerdote debe tener? ¿Estoy atento a actuar de tal manera que en mi vida no se introduzcan particulares superficiales o frívolos? ¿Soy coherente en todas mis acciones con mi condición de sacerdote?

9. «El Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cab eza» (Mt 8, 20)

¿Amo la pobreza cristiana? ¿Pongo mi corazón en Dios y estoy desapegado, interiormente, de todo lo demás? ¿Estoy dispuesto a renunciar, para servir mejor a Dios, a mis comodidades actuales, a mis proyectos personales, a mis legítimos afectos? ¿Poseo cosas superfluas, realizo gastos no necesarios o me dejo conquistar por el ansia del consumismo? ¿Hago lo posible para vivir los momentos de descanso y de vacaciones en la presencia de Dios, recordando que soy siempre y en todo lugar sacerdote, también en aquellos momentos?

10. «Has ocultado estas cosas a sabios y inteligentes, y se las has revelado a los pequeños » (Mt 11, 25)

¿Hay en mi vida pecados de soberbia: dificultades interiores, susceptibilidad, irritación, resistencia a perdonar, tendencia al desánimo, etc.? ¿Pido a Dios la virtud de la humildad?

11. «Al instante salió sangre y agua» (Jn 19, 34)

¿Tengo la convicción de que, al actuar “en la persona de Cristo” estoy directamente comprometido con el mismo cuerpo de Cristo, la Iglesia? ¿Puedo afirmar sinceramente que amo a la Iglesia y que sirvo con alegría su crecimiento, sus causas, cada uno de sus miembros, toda la humanidad?

12. «Tú eres Pedro» (Mt 16, 18)

Nihil sine Episcopo —nada sin el Obispo— decía San Ignacio de Antioquía: ¿están estas palabras en la base de mi ministerio sacerdotal? ¿He recibido dócilmente órdenes, consejos o correcciones de mi Ordinario? ¿Rezo especialmente por el Santo Padre, en plena unión con sus enseñanzas e intenciones?

13. «Que os améis los unos a los otros» (Jn 13, 34)

¿He vivido con diligencia la caridad al tratar con mis hermanos sacerdotes o, al contrario, me he

desinteresado de ellos por egoísmo, apatía o indiferencia? ¿He criticado a mis hermanos en el sacerdocio? ¿He estado al lado de los que sufren por enfermedad física o dolor moral? ¿Vivo la fraternidad con el fin de que nadie esté solo? ¿Trato a todos mis hermanos sacerdotes y también a los fieles laicos con la misma caridad y paciencia de Cristo?

14. «Yo soy el camino, la verdad y la vida » (Jn 14, 6)

¿Conozco en profundidad las enseñanzas de la Iglesia? ¿Las asimilo y las transmito fielmente? ¿Soy

consciente del hecho de que enseñar lo que no corresponde al Magisterio, tanto solemne como

ordinario, constituye un grave abuso, que causa daño a las almas?

15. «Vete, y en adelante, no peques más» (Jn 8, 11)

El anuncio de la Palabra de Dios ¿conduce a los fieles a los sacramentos? ¿Me confieso con regularidad y con frecuencia, conforme a mi estado y a las cosas santas que trato? ¿Celebro con generosidad el Sacramento de la Reconciliación? ¿Estoy ampliamente disponible a la dirección espiritual de los fieles dedicándoles un tiempo específico? ¿Preparo con cuidado la predicación y la catequ esis? ¿Predico con celo y con amor de Dios?

16. «Llamó a los que él quiso y vinieron junto a él » (Mc 3, 13)

¿Estoy atento a descubrir los gérmenes de vocación al sacerdocio y a la vida consagrada? ¿Me preocupo de difundir entre todos los fieles una mayor conciencia de la llamada universal a la santidad? ¿Pido a los fieles rezar por las vocaciones y por la santificación del clero?

17. «El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a se rvir» (Mt 20, 28)

¿He tratado de donarme a los otros en la vida cotidiana, sirviendo evangélicamente? ¿Manifiesto la caridad del Señor también a través de las obras? ¿Veo en la Cruz la presencia de Jesucristo y el triunfo del amor? ¿Imprimo a mi cotidianidad el espíritu de servicio? ¿Considero también el ejercicio de la autoridad vinculada al oficio una forma imprescindible de servicio?

18. «Tengo sed» (Jn 19, 28)

¿He rezado y me he sacrificado verdaderamente y con generosidad por las almas que Dios me ha confiado? ¿Cumplo con mis deberes pastorales? ¿Tengo también solicitud de las almas de los fieles difuntos?

19. «¡Ahí tienes a tu hijo! ¡Ahí tienes a tu madre!» (Jn 19, 26-27)

¿Recurro lleno de esperanza a la Santa Virgen, Madre de los sacerdotes, para amar y hacer amar más a su Hijo Jesús? ¿Cultivo la piedad mariana? ¿Reservo un espacio en cada jornada al Santo Rosario? ¿Recurro a su materna intercesión en la lucha contra el demonio, la concupiscencia y la mundanidad?

20. «Padre, en tus manos pongo mi espíritu » (Lc 23, 44)

¿Soy solícito en asistir y administrar los sacramentos a los moribundos? ¿Considero en mi meditación personal, en la catequesis y en la ordinaria predicación la doctrina de la Iglesia sobre los Novísimos? ¿Pido la gracia de la perseverancia final y invito a los fieles a hacer lo mismo? ¿Ofrezco frecuentemente y con devoción los sufragios por las almas de los difuntos?

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