Cartas al Director

¿A quien le importa España II?

 

 

“La demagogia es la capacidad de vestir las ideas menores con palabras mayores”

Abraham Lincoln
Decimosexto Presidente de los Estados Unidos

 

César Valdeolmillos Alonso | 03.05.2012 


Con esto de la concentración, fusión, absorción y obscena promiscuidad que se está produciendo entre bancos y cajas de ahorro llevadas impunemente a la quiebra por la acción de politicastros del peor pelaje, se está desencadenando mucho movimiento entre el personal directivo de las sucursales bancarias, entre otras el la de la entidad en la que tengo domiciliados el pago de los recibos del gas, la luz, el teléfono, el IBI y hasta el de los muertos. Sí, sí, el de ese seguro que estas pagando durante toda tu vida para disfrutarlo cuando ya no puedes disfrutarlo. Mira que somos asnos. Y es que como Rocinante le decía a Babieca: “Asno se es desde la cuna a la mortaja”. Hay que ser asno para estar pagando toda tu vida —y por anticipado— para cuando uno estire la pata. Lo que nos podrá importar lo que hagan con nosotros después de haberla palmado.

Pero bueno, decía que en la entidad bancaria en la que se encargan de aliviar mis recortados ingresos, se ha producido un relevo en la dirección y el nuevo titular se está encargando de someter a los clientes al tercer grado de su inquisidor criterio por medio de la acostumbrada y empalagosa entrevista de presentación. Naturalmente, este humilde servidor de ustedes no se ha librado de esa reválida, con la diferencia de que al sinuoso interés del ejecutivo bancario por averiguar mis hipotéticas posibilidades financieras —los bancos tienen más hambre de dinero que de uvas tenía el lazarillo de Tormes— yo le oponía mi grado de inquietud por la seguridad de los tres euros y medio que le tengo confiados, en medio del oscuro e inquietante futuro económico que nos amenaza en el horizonte y que naturalmente él fue capaz de despejarme.

En el transcurso de nuestro contrapunto de preguntas sin respuestas, dimos la vuelta al Putiruedo ibérico llegando a la conclusión de que la pandilla de golfos apañadores que mangonea la cosa pública, vive en una España irreal que nada tiene que ver con la realidad de España y que desde luego les importa un cuerno. Bueno para cuernos los que nos ponen cada día esa caterva de sinvergüenzas que contamina todo cuanto toca, arrojándolo al pudridero de la fosa común de sus fechorías.

Y ¿España? España es para ellos la ubre de la que se sirven para engullir mucho más de lo que nunca pudieron imaginar, superando con mucho al Sangonereta, el popular personaje de Blasco Ibáñez, que por causa del atracón que se dio con la comida de don Joaquín, le sobrevino una apendicitis aguda que le llevó al sepulcro. Y digo que estos superan con mucho al Sangonereta, porque el personaje de la novela “Cañas y barro”, estiró la pata, pero los tragaldabas que disponen de la cosa pública y viven del engaño, el artificio y de hacer todo lo contrario de lo que pregonan, son insaciables; hacen lo que los antiguos próceres romanos: se meten los dedos, vomitan y continúan mamando de la ubre. España es la que les paga el móvil y el coche oficial; es de la que se sirven para hacer gala de su osada vanidad e insolente arrogancia; la que les permite mostrar su estupidez, su ignorancia, su incultura, su demagogia y sus oscuros contubernios de mafiosos trileros sin escrúpulos.

España es para ellos un paraíso donde prospera cualquier disparate de los demagogos y cantamañanas que la utilizan como asidero de sus maquinaciones. Sí, porque en un principio pensé ingenuamente que lo de Mar Moreno, la consejera de Presidencia de la Junta de Andalucía era sectaria estupidez; pero no. Es prepotencia, degradación del respeto a la Ley y mala uva, cuando refiriéndose al ingreso en prisión preventiva del ex consejero de Empleo, ha dicho que "es un caso del pasado: que no afecta al Gobierno presente y mucho menos al futuro". Así se demuestran los ovarios. ¡Manda huevos! que diría Federico Trillo. Es decir, que porque un delito sea un hecho ocurrido en el pasado, aquí ¿nos lavamos las manos como Poncio Pilatos?

España es para ellos la casa de trato analfabeta, de prácticas indecentes, en la que como Vicente Fernández lleva años gritando a los cuatro vientos con su ranchera “El rey”: “Con dinero y sin dinero, yo hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley”. Menuda tropa. Seguramente por eso la indocta vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, en tono bravucón, en la manifestación del uno de mayo, ha hecho al Gobierno varias advertencias, todas ellas muy graves y que sintetizan la idea que de la democracia tiene la izquierda española: "…aunque a la derecha no le guste mucho vernos aquí, estamos donde siempre hemos estado, en la calle…". Por no remontarme a épocas que no puedan recordar las actuales generaciones, ya practicaron esta estrategia con la Guerra de Irak, el Prestige y el 15-M. Es su táctica habitual; lo que pierden en las urnas, intentan conseguirlo mediante la agitación social, con algaradas callejeras apoyadas por organizaciones antisistema, cuyo único objetivo —como ya ocurrió en los años 1934 y siguientes— es sembrar el temor y el imperio de la anarquía entre los ciudadanos pacíficos. Hay que tener un descaro y desvergüenza sin límite para manifestar sin que se le altere un músculo que: "siempre han estado al lado de los trabajadores, en los avances de sus derechos".  Por lo visto, rebajar el sueldo un 5% a los funcionarios, constituye un avance social de sus derechos y seguramente por estar de viaje en Cuba alabando el sistema político de los hermanos Castro, no se enteraba de que bajo el mandato de su partido se llegaba a los cinco millones de parados en España. Pero lo más grave de todo ha sido su amenazante afirmación: “…no deben confundir su mayoría política con la mayoría social…". ¿Qué pasa? ¿Qué la concentración de cinco, 10, 25 o 50.000 personas previamente organizadas para manifestarse en la calle, pueden más que los casi once millones de votos recibidos por el PP en las urnas? ¿Qué pasa? ¿Qué una ínfima minoría militante, adoctrinada y convenientemente orquestada va a tener más poder que el otorgado legítimamente en unas elecciones generales? Porque a eso y no otra cosa que la revolución social, es a lo que está llamando Rubalcaba desde el momento en que la mayoría del pueblo español les infringió el duro castigo recibido por   su errática presencia en el poder. Acuérdense del: “Salir a la calle, que en Feraz va a hacer mucho frío”.

Pues todo podría suceder, porque desgraciadamente nuestra gran ignorancia histórica y de la realidad en la que nos encontramos inmersos, hacen de España un país en el que hacer una política en la que primen la sensatez, el sentido común, el equilibrio, la sobriedad, la dedicación, el esfuerzo y la mirada esté puesta en el futuro, requiere hacer encaje de bolillos y equivale poco menos que a estar tan loco como para ponerse una pistola en la sien.

Aquí la pela es la pela —ahora el Euro— y si no me das 219 millones, digo como han hecho los nacionalistas catalanes, que España va «hacia una situación alarmante» si no hay pactos de Estado. Ahora, si pagas el peaje que yo diga, afirmo que son los presupuestos que en estos momentos se necesitan.

El pozo negro de la condición humana, se nos ha mostrado recientemente en la deslealtad de Almunia para con su propio país, España, al filtrar una noticia absolutamente falsa, que en plena crisis, agravó muy seriamente nuestra solvencia antes los mercados financieros y ello por ser socialista antes que español. Según desveló más tarde la Agencia Reuters, el comisario europeo contó que España tendría que acudir al fondo de rescate para recapitalizar la Banca. Nada más lejos de la realidad. Casi inmediatamente, el vicepresidente económico, Olli Rehn, desmintió que Bruselas estuviera presionando a España para recurrir al fondo de rescate europeo con el fin de reestructurar su sistema bancario. “Es completamente infundado y no es cierto”. Tan no eran ciertas las afirmaciones del socialista Almunia, que fuentes de su entorno más próximo reconocieron que el comisario recibió llamadas de atención y serios mensajes por parte de sus colegas.

Claro que en un país donde el concepto de Patria se convierte en el desdeñoso apelativo de patriotero y el presidente de un partido político como es Iñigo Urkullu, ha denunciado "la mentalidad belicista y provocadora del Ejército español" al realizar nuestras fuerzas armadas maniobras en Elgeta ¿Qué nos puede ya extrañar?

Urkullu no tuvo el menor empacho en declarar: "Queremos dejar atrás la violencia y el terror, y también una mentalidad belicista y provocadora como la que estos días tan señalados, ha mostrado el Ejército español en nuestra tierra".

Pues mire usted, puestos en esta tesitura, quieran o no quieran, se les hace independientes por cojines o por cajones o para ir por lo fino, por Real Decreto, y dos problemas menos. Una vez repatriados de Cataluña los charnegos y expulsados de las provincias vascongadas todos los maquetos para conservar la pureza de sangre y el RH de los vascos y las vascas, eliminamos dos chantajes constantes de un plumazo.

Y una vez metidos en harina, Andalucía que se declara en rebeldía contra el Gobierno de la Nación, en justa reivindicación de sus ancestrales afrentas contra la secular opresión de la derecha cerril y cavernícola, pues la declaramos califato independiente, fundamos la dinastía de los “cha-ñán” y marchando.

Al constatar la triste situación en que entre unos y otros se ha puesto a España, me vienen a la mente aquellos versos de José Zorrilla en los que don Luis Megía, tratando de vengar la afrenta sufrida en la persona de su amada doña Ana de Pantoja, exclama: “Don Juan, yo la amaba, sí; mas con lo que habéis osado, imposible la has dejado para vos y para mí”.

César Valdeolmillos Alonso.