3.05.12

En proceso .- Beato Juan Pablo II

A las 12:26 AM, por Eleuterio
Categorías : General, En proceso
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A la categoría “En proceso” se traen aquellos casos de fieles católicos que se encuentren, precisamente, en proceso de beatificación o canonización. Más que nada para que se conozcan y sean gozadas sus virtudes.

Beato Juan Pablo II

Beato Juan Pablo II

Hace dos días, el pasado 1 de mayo, se cumplió un año de aquel momento histórico en el que se levantaba la tela que cubría la imagen sonriente de un Papa. Quien vino del otro lado del telón de acero y supo, con su ser y con su hacer, entregar su vida al servicio de los hijos de Dios, subía a los altares que la Iglesia católica tiene como propios. Desde entonces, Karol Wojtyla, que nació el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, Polonia, y subió a la Casa del Padre el 2 de abril de 2005 es tenido por la Esposa de Cristo y por sus fieles como Beato.

Son las palabras escritas por el apóstol de los gentiles en su Epístola a los Colosenses (1, 24) “Completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia” las que mejor definen al propio Beato Juan Pablo II. Así, dando ejemplo de cómo comprende una persona el dolor y cómo puede llegar a tenerlo como gozoso (por mucho que eso pueda ser locura para algunos o necedad para otros) el caminar por este valle de lágrimas de aquel polaco libre de las ataduras del mundo sembró la semilla del Evangelio porque todo era Buena Noticia.

Por eso se reunieron, la noche anterior, 30 de abril pasado, en una Vigilia, los jóvenes que fueron atraídos por el Beato Juan Pablo II a lo largo de su papado. Fue en Tor Vergata (Roma) donde se celebró la Jornada Mundial de la Juventud en el año 2000 el lugar escogido para la celebración de tan gran momento espiritual.

Pero el Beato Juan Pablo II no ha terminado su proceso espiritual sino que nos tiene reservadas, seguramente, muchas sorpresas a los creyentes. Por eso el proceso de canonización, por el cual se le conocería con “santo”, está en plena efervescencia y a la espera de que se pueda probar que al menos un nuevo milagro acaecido desde la beatificación aquel 1 de mayo de 2011 ha tenido lugar, estamos más que seguros que cuando Dios quiera, tal hecho se podrá dar por cierto y verdadero.

A lo mejor bastará con lo sucedido a Sara Fuentes, mexicana que estando aquejada de un tumor que obstruía el 80 de su garganta pidió la intercesión del Beato Juan Pablo y, de forma extraordinaria, curó de tan terrible enfermedad. El correspondiente expediente fue enviado a Monseñor Slawomir Oder, postulador de la causa de canonización de Juan Pablo II.

A lo mejor será suficiente con el caso de Jory Aebly, joven de 26 años que en Cleveland fue tiroteado, el 26 febrero de 2009, al salir de un restaurante y recibió un tiro que le produjo una herida que, según los facultivos, era “incompatile con la vida”.

Sin embargo el P. Art Snedeker, sacerdote católico se cruzó en el camino, nunca mejor dicho, de la vida del citado joven. Era el capellán del hospital donde fue trasladado Jory pero a quien, además, el propio Juan Pablo II había prometido rezar, cada día, por los pacientes que tenía a su cargo espiritual. Le entregó, entonces, una decena de rosarios bendecidos de los que, en aquel trágico momento, sólo tenía uno, el suyo propio.

Como era lógico, el sacerdote pidió a Juan Pablo II que asistiera al joven en su agonía y le puso en las manos el rosario que, años antes, le había entregado el Papa polaco. Y algo extraordinario debió pasar porque el neurocirujano Robert Greetman no salió de su asombro cuando dos días después vio a Jory hablando tan tranquilo con las enfermeras. Y tal no fue su recuperación que a las cinco semanas fue dado de alta con, tan sólo, un tratamiento ambulatorio y una receta de antibióticos para prevenir infecciones.

Si alguno de estos casos, de los más de 250 que la Iglesia católica tiene catalogados como procedentes de la intervención del Beato Juan Pablo II cumple los cuatro requisitos, a saber, ser “instantánea” la curación, ser “completa“, ser “duradera” y ser “inexplicable a la luz de la ciencia” es más que posible que en pocos meses seamos testigos de una ceremonia en la Plaza de San Pedro en la que el Siervo de Dios y Beato Juan Pablo II suba un peldaño más de la escalera del definitivo Reino de Dios y sea, entonces, santo.

Dios lo quiera.

Beato Juan Pablo II, ruega por nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán