9.05.12

Cristiada: la “conjura del silencio”

A las 7:15 PM, por Andrés Beltramo
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México tiene un “tabú” religioso en su historia. Se trata de la Cristiada, el movimiento en defensa de la libertad religiosa que surgió como respuesta a una feroz persecución anticatólica. En su primera parte duró de 1926 a 1929 y dio a ese país numerosos mártires, tanto santos como héroes. Por años la historiografía oficial ignoró completamente ese capítulo incómodo, sobre el cual acaba de echar luz una película con actores de Hollywood, un filme que es ya un éxito de taquilla.

Se llama igual que el movimiento, “Cristiada” y entre sus protagonistas cuenta con personalidades de fama internacional: Andy García, Eva Longoria y Peter O’Toole, además de las actuaciones de Karyme Lozano, Rubén Blades o Néstor Carbonell. En la semana de su estreno se colocó como la cinta más vista en México, con 270 mil espectadores.

La película ofrece, con las debidas licencias cinematográficas, un relato convincente de la gesta protagonizada por algunos de los líderes “cristeros”: católicos que se levantaron en armas contra la cancelación de todos los actos de culto público impuesta por el “supremo gobierno”. Al grito de ¡viva Cristo Rey! Un grupo de campesinos lucharon por su fe y por tener la libertad de profesarla en público.

El choque entre las fuerzas del gobierno, encabezado entonces por el presidente Plutarco Elías Calles, y la resistencia católica dejó numerosas víctimas en ambos bandos (se hablan de más de 70 mil). La mayoría de los cristeros perecieron después de 1929 y como consecuencia de unos acuerdos de alto al fuego, suscritos por las autoridades con dos obispos y con un pretendido aval de la Santa Sede. Los arreglos se convirtieron en una trampa mortal para los disidentes, que en lugar de recibir la amnistía fueron literalmente cazados y asesinados.

Para uno de los máximos estudiosos de ese periodo, el sacerdote español Fidel González Fernández, los acontecimientos ligados a la Cristiada captan cada vez más atención porque se trata de una “historia dramática, obligada y condenada al silencio por el poder durante más de 70 años (y que ahora) está explotando como un tsunami incontenible, arrollando esa muralla de hierro con la que se ha pretendido no sólo silenciarla, sino incluso borrarla de la memoria histórica de la gente en México y fuera”.

En un libro de dos tomos y mil 700 páginas titulado “Sangre y corazón de un pueblo. Historia de la persecución anticatólica en México y sus mártires”, González Fernández recopiló cientos de testimonios sobre los cristeros. Relatos enterrados en el corazón de un pueblo eminentemente católico pero que, durante gran parte del siglo XX, fue gobernado por masones y laicistas agrupados en el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

En este contexto la defensa de la libertad religiosa se volvió un tabú. Por eso como lema de la película Cristiada se eligió la frase: “La historia de México que te quisieron ocultar”.

“Creo que ese subtítulo sintetiza muy bien el fondo de una historia opresivamente silenciada. Esta es la auténtica revolución mexicana, la que vio como protagonista a todo un pueblo. Se trató de un fuerte movimiento popular ante la hostilidad ciega y cruel del Estado radical masónico que llevó su ideología hasta el fin. La sublevación fue masiva y unánime en los pueblos del centro-oeste. Hombres, mujeres, niños confluían como para una peregrinación, seguros de obligar al gobierno a capitular. El ejército los recibió a tiros, con fuego de ametralladoras o con bombardeos aéreos. Y el gobierno, empecinado, continuó su represión”, aseguró González.

Y agregó: “por todo ello el Estado oficial se empeñó en tapar los hechos, y fue seguido por toda una amplia historiografía oficial e ideológicamente alineada con él. No era ‘políticamente correcto’ hablar del tema que o se ocultaba o se negaba. Por su parte la Iglesia mexicana temió por mucho tiempo las represalias y trató de seguir la línea de una conciliación posible a base de un propio resignado silencio. Preferían vivir en una paz efímera y evitar que continuasen corriendo ríos de sangre. El tema es todavía hoy objeto de contrastes en el campo de la discusión histórica. Pienso que esta película, con actores famosos, puede contribuir a romper este tabú. O conjura del silencio”.