7.06.12

 

Poco antes de que el Papa diera comienzo su última visita, al menos hasta ahora, a su país natal, el Arzobispo de Friburgo y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Mons. Robert Zollitsch concedió una entrevista comentado la situación de la Iglesia Católica en su país. Ya en su día escribí un post sobre dicha entrevista.

Destaco ahora las siguientes palabras del prelado alemán:

- Entonces hagamos preguntas a largo plazo: ¿nuestros hijos verán el final del celibato?
No creo que esta sea la solución de la Iglesia universal. Pero creo que sobre el tema de los divorciados en nueva unión podrán darse pasos adelante – estando yo todavía con vida.
- ¿Qué les dice a los sostenedores de las reformas, que se sienten frustrados por la lentitud de los cambios en la Iglesia católica?
También yo corro el riesgo a veces de cansarme y pienso: ¿por qué las cosas no proceden más de prisa? A veces también yo debo imponerme la paciencia necesaria.

Casualidades de la vida, acabamos de saber que 140 sacerdotes -número creciente- de la archidiócesis de Friburgo acaban de firmar un comunicado en el que aseguran que están dando la comunión y la absolución a “los divorciados en nueva unión. Por supuesto, también están permitiendo a esas personas ser catequistas, miembros de consejos parroquiales y desarrollar otras funciones en sus parroquias.

¿Estamos ante el cumplimiento de la “profecía” que Mons. Zollitsch pronunció el año pasado? ¿son estos los pasos adelante que él tenía previsto ver estando todavía con vida?

Se me dirá que el arzobispo no pretendía en ningún caso que la cosa fuera tan lejos. Pero una vez que es sabido que la Iglesia mantiene ante los divorciados vueltos a casar una actitud de misericordia y seguimiento pastoral, de tal forma que les anima a participar en Misa y a llevar una vida todo lo cristiana posible dentro de su condición de pecadores públicos, ¿a qué podría referirse el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana con lo de “pasos adelante"? ¿Qué otra cosa puede hacer la Iglesia? ¿lo que han decidido hacer esos curas por su cuenta?

Parece evidente que la Iglesia no puede cambiar JAMÁS las enseñanzas de Cristo sobre el divorcio y recasamiento ni lo que los apóstoles enseñaron acerca de quienes cometen ese pecado. El ejemplo de los “hermanos separados", que admiten el divorcio y recasamiento, puede ser especialmente molesto e incómodo para las iglesias locales que viven al lado de ellos, pero la solución no puede pasar nunca por imitar el error y la herejía, sino por la fidelidad a Cristo y a su Iglesia.

No estamos ante un tema menor. Una parte muy importante del clero de una gran archidiócesis católica reconoce estar profanando abiertamente el sacramento de la Eucaristía e impartiendo irregularmente absoluciones a personas que viven, objetivamente, en situación de pecado público. Esto no es discutible. Es un hecho. Y ante ese hecho, cabe preguntarse qué piensa hacer la Iglesia para poner fin a semejante atentado a la comunión eclesial.

No pensemos que lo que ven nuestros ojos es nuevo. Ya en tiempos de los apóstoles había auténticos rebeldes contra la sana doctrina y la autoridad de la Iglesia. Pero sí hay una diferencia notable. Entonces ocurría lo que explica el apóstol San Juan en su primera epístola:

Ellos salieron de entre nosotros, sin embargo, no eran de los nuestros. Si lo hubieran sido, habrían permanecido con nosotros. Pero debía ponerse de manifiesto que no todos son de los nuestros.
1 Jn 2,19

Sin embargo, los anticristos de hoy no salen de nosotros. Se quedan en la Iglesia. Siguen dentro de sus atrios, al menos canónicamente, porque así se les permite. No son de los nuestros porque es claro que no profesan la misma fe, pero en vez de largarse, se quedan dentro para intentar reformar la Iglesia conforme a su parecer personal. Este memorandum no es menos lesivo para la comunión eclesial que las famosas 95 tesis que Lutero NO CLAVÓ en la iglesia del castillo de Wittenberg. Este acto soberbio y rebelde contra la autoridad de la Iglesia, que por supuesto adornan y justifican con el disfraz de “misericordia y caridad", supone un órdago que no podemos ni debemos tolerar.

Más allá de señalar que la situación es intolerable, no me toca a mí decir qué es lo que hay que hacer o cómo hay que poner solución a este escándalo. La pelota está en el tejado de Mons. Zollitsch y/o de Roma. Veremos cuál es la respuesta oficial a este acto de rebeldía.

Titulo este post preguntando si se cumple la profecía que hizo en septiembre el arzobispo de Friburgo. Y acabo preguntando si más bien no se estarán cumpliendo las profecías -esta vez auténticas- que escribió San Pablo en:

… (el Día del Señor) no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición.
2 Tes 2,3

y

El Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe…
1 Tim 4,1

Ya preguntó el Señor:

.. cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?
Lucas 18,8

Sea como sea, hemos de mantener la fe. Y dar testimonio de ella. La gracia de Dios nos capacita para ello. No permitamos que los herejes y los apóstatas se apoderen de la Iglesia.

Exsurge Domine et judica causam tuam.

Luis Fernando Pérez Bustamante