13.06.12

Tanto llevó César Vidal el cántaro a la fuente...

A las 10:02 AM, por Luis Fernando
Categorías : Actualidad, Protestantismo
 

Ha costado, pero por fin ha quedado claro que en Libertad Digital había mucha gente con ganas de replicar a don César Vidal. La verdad es que treinta artículos llenos de proselitismo sectario protestante, de calumnias y difamaciones contra la Iglesia Católica y contra los españoles, de ataques contra las raíces espirituales que han forjado esta nación, son motivo más que suficiente como para que muchos de los que forman parte de ese medio de comunicación estuvieran con un “picor” insoportable en las manos. Y en cuanto les han puesto la pomada de la libertad -cosa imprescindible si uno lleva Libertad en el nombre- se han lanzado con alegría y desparpajo a poner a Vidal en su sitio.

Sé cuándo y de quién partió la orden de “vía libre para replicar a César", pero eso es ya lo de menos. Lo importante es que un medio de comunicación que es leído por multitud de católicos ha optado por no seguir siendo una Atalaya (*) donde solo tiene cabida el anticatolicismo más radical. Es decir, el señor Vidal podrá seguir publicando más capítulos de su cruzada pro leyenda negra contra España y la Iglesia, pero al menos le responderán en la misma web.

Eso es lo que ha ocurrido tras su último artículo “De Ibis y otras exenciones”, en el que vuelve a asumir las tesis de la izquierda anticlerical de este país. Y pretende hacerlo apoyándose en el Nuevo Testamento, como si el Señor Jesucristo y los apóstoles se hubieran dedicado a tratar el asunto de las exenciones fiscales.

 

Tras dicho escrito, Libertad Digital ha publicado no una, ni dos, ni tres, sino cuatro réplicas en forma de artículos, a cual mejor tanto en la forma como en el fondo. Son concretamente estas:

Los recaudadores del César en el Templo, por Guillermo Dupuy.
Católicos y protestantes, no tan distintos, por Pablo Molina (también en InfoCatólica).
Solo el Ibi de la Iglesia, por Daniel Rodríguez Herrera.
A vueltas con el IBI y con la Iglesia, por José T. Raga.

Los tres primeros se presentan expresamente como réplica a las tesis de César. El artículo de don José Tomás Raga no menciona a Vidal pero a buen entendedor pocas palabras bastan. Destaco algunos párrafos de cada uno:

Dupuy:

Es cierto que D. César no parece querer alinearse con Rubalcaba, sino que empieza su escrito invocando, nada menos, que la autoridad de Pablo de Tarso. Hasta ahora creía que el “camino mejor” que San Pablo nos recomendaba –"mejor a cualquiera de los carismas mejores"– era el señalado en su célebre y hermosísima Primera Carta a los Corintios, el camino del amor.

Pero la presencia que reclama D. César en la Iglesia no es la del amor, presencia equivalente a la del mismo Dios, sino la de los recaudadores del César, valga la expresión. Y es que el “camino mejor” que nos propone D. César en base a una, por mí desconocida, diatriba teológica de Pablo de Tarso, es un camino que, por lo visto, tiene como primera etapa la supresión de cualquier tipo de exención o beneficio fiscal a la Iglesia Católica.

Mientras la Iglesia Católica no sea la única entidad no estatal que disfruta de exenciones o de subvenciones a cargo del contribuyente, a otro perro con ese hueso. Hueso tan anticatólico en el fondo como engañosamente liberal en la forma.

Molina:

Incluso en Estados Unidos las numerosísimas Iglesias reconocidas oficialmente están exentas tanto del impuesto de bienes raíces que afecta a su patrimonio inmobiliario como de la práctica totalidad de los impuestos federales, también del equivalente a nuestro IRPF, y eso que muchas de estas organizaciones religiosas realizan actividades comerciales de todo tipo como su principal vía de sus ingresos, los cuales escapan a cualquier control fiscal. Este privilegio religioso quedó reafirmado bajo los auspicios de una sentencia del Tribunal Supremo Estadounidense recaída a comienzos de los años 70 del siglo pasado que, tras una controversia jurisdiccional entre tribunales menores, decretó la exención fiscal de las organizaciones religiosas apelando al razonamiento de que el hecho de que el gobierno gravara con impuestos a las distintas confesiones dañaría la saludable separación entre Iglesia y Estado exigida en su Constitución.

….

Como se puede comprobar España no se diferencia en exceso de los países de tradición reformada, al menos en los tres aspectos antes citados, y si lo hace, es generalmente en términos ventajosos. Así pues, en el peso de un estado demasiado providente, el trato fiscal favorable hacia las confesiones religiosas y los niveles de delincuencia de la sociedad, católicos y protestantes andamos de la mano.

Rodríguez:

Del IBI siempre ha estado exenta la Iglesia –en parte de sus propiedades–, pero también otras confesiones –como la evangélica, lo que debería llevar a algunos a “caérsele la cara de vergüenza"–, partidos, sindicatos, asociaciones sin ánimo de lucro, etc. Sin embargo, ha sido mencionar la palabra “Iglesia", esa que tanto hace salivar a los progres patrios, y montarse la de Dios, nunca mejor dicho.

El objetivo de esta polémica, por tanto, no es alcanzar el razonable y liberal objetivo de eliminar todas las exenciones de impuestos, sino el muy sectario y socialista de eliminarlas sólo para aquellas instituciones que más daño hacen a sus objetivos. Es decir, reducir la financiación de quienes consideran no ya rivales sino enemigos. Sorprende que haya liberales que tan alegre e inconscientemente se dediquen a colaborar con la izquierda en esta como en otras cuestiones.

Raga:

Vaya por delante que si tratamos de ver la fiscalidad de la Iglesia Católica como un privilegio, es decir, como un trato no dispensado al resto de instituciones, tengo que afirmar, con la máxima rotundidad, que nada más lejos de la realidad.


En conclusión, quien no desee que sus recursos financien a la Iglesia Católica, puede dormir tranquilo porque ninguna cantidad se asigna a la Iglesia si antes no ha sido atribuida a ella por los contribuyentes. Por otra parte, los llamados privilegios de la Iglesia Católica son los que comparte con las federaciones deportivas, fundaciones, asociaciones, etc. así que, o todos, o nadie privilegiado.

Dan ganas de decir “bienvenidos al club”. Recientemente he escrito dos artículos (1 y 2) en los que se demuestra que hay que tener muy poca ética para defender desde el protestantismo evangélico español los ataques al tratamiento fiscal que recibe la Iglesia Católica. De hecho, Mariano Blázquez, secretario ejecutivo de la FEREDE (Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España) criticó aquello que don César ha hecho:

“Nosotros estamos en contra de que haya privilegios de la Iglesia Católica sobre el resto de las confesiones, pero también estamos en contra de que se les persiga sólo a ellos con esta situación del impuesto de bienes inmuebles. Defendemos un mismo derecho para todas las confesiones con acuerdo de cooperación, y para las entidades sin fines lucrativos. Los mismos derechos, las mismas obligaciones”

No es menos cierto que a Vidal no le van a impresionar lo que digan sus hermanos en la fe evangélica. Cuando hace unos años escribió un diccionario sobre sectas, incluyó a la FEREDE. Conozco bien su opinión sobre el papel de dicha federación en los tiempos en que era dirigida por el pastor Cardona -apellido que usó para el personaje de un obispo en una de sus novelas cortas sobre la Inquisición-. Y sé que en Protestante Digital ha escrito algún artículo en contra de que las comunidades eclesiales evangélicas en España reciban un tratamiento fiscal semejante a la Iglesia Católica. Eso sí, de las ventajas fiscales que reciben las confesiones religiosas en EE.UU, país de sus amores, no ha dicho ni mu.

No sé, ni me importa, cuál habrá sido la reacción de César Vidal al ver esos cuatro artículos en la portada de LD. Una cosa es segura. Ninguno de los que le repliquen usarán contra él malas artes. Él sí lo hizo cuando apeló a la supuesta situación familiar de una de las personas que ha escrito contra su serie infamante y sectaria. No me negarán ustedes que hay que caer muy bajo para hacer eso.

Libertad Digital es hoy más libre que hace unos días. Creo que esa libertad plena para responder a César Vidal, que nos ha prestado un magnífico servicio al mostrarnos el verdadero rostro del protestantismo evangélico español, ha llegado un poco tarde. En el camino se han quedado algunas víctimas (p.e, Pío Moa). Pero más vale tarde que nunca.

Luis Fernando Pérez Bustamante

(*) Sí, quiero decir lo que parece que quiero decir, :D