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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 17 de junio de 2012

Santa Sede

El amor de Dios hace crecer la semilla del Reino
En el Ángelus el papa comentó el evangelio del día

Mundo

Ucrania: 'Mostrar solidaridad con los que sufren la injusticia'
Entrevista con Borys Gudziak, rector de la Universidad ucraniano-católica

Donde Dios llora

India: 'María es una clave importante para curar las divisiones'
Entrevista con el cardenal Gracias, arzobispo de Mumbai

Especial - Congreso Eucarístico Internacional

La Eucaristía requiere el compromiso de cada cristiano en la misión de la Iglesia
Mensaje de Benedicto XVI en la clausura del 50 Congreso Eucarístico Internacional

Cardenal Ouellet: 'Podemos descansar en el Señor para un nuevo comienzo'
Homilía en la 'Statio Orbis' del Congreso Eucarístico Internacional

Cebú, Filipinas, sede del próximo Congreso Eucarístico Internacional en 2016
Anunció el papa en su mensaje final

Difundir el Evangelio a través de la música en el Congreso de Dublín
Entrevista al cantante de Elation Ministres sobre la evangelización a través del canto

La Piedra de la Sanación se ubicará permanentemente en Lough Derg
Un símbolo grabado con la oración de una víctima de abusos hecha en el Congreso Eucarístico

La Cofradía del Santísimo Sacramento
Una antigua devoción eucarística en el mundo seglar

Foro

Esquizofrenia moral en la política
Criterios ante el proceso electoral en México

Documentación

La semilla de mostaza, imagen del Reino de Dios
Palabras de Benedicto XVI al introducir el rezo del Ángelus


Santa Sede


El amor de Dios hace crecer la semilla del Reino
En el Ángelus el papa comentó el evangelio del día
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 17 junio 2012 (ZENIT.org).- A las 12 de hoy, Benedicto XVI se asomó a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico vaticano para recitar el Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro. Ofrecemos las palabras del papa al introducir la oración mariana.

*****

El papa, en sus palabras, se centró en las dos parábolas del evangelio del día: la de la semilla que crece por sí misma y la del grano de mostaza.

"En la primera parábola--dijo Benedicto XVI- , la atención se centra en el dinamismo del sembrado: la semilla que se echa en la tierra, sea que el agricultor duerma o sea que esté despierto, crece por sí misma. El hombre siembra con la confianza de que su trabajo no será infructuoso. Lo que sostiene al agricultor en su trabajo diario es precisamente la creencia en el poder de la semilla y en la bondad de la tierra. Esta parábola se refiere al misterio de la creación y de la redención, del trabajo fecundo de Dios en la historia".

En cuanto a la parábola de la semilla de mostaza, dijo el papa, "al partirse nace un brote capaz de romper el suelo, de salir a la luz solar y de crecer hasta convertirse en 'la más grande de todas las plantas del jardín': la debilidad es la fuerza de la semilla, el partirse es su fuerza. Así es el Reino de Dios: una realidad humana pequeña, compuesta por quien es pobre de corazón, por quien no confía solo en su propia fuerza, sino en la del amor de Dios, por quien no es importante a los ojos del mundo; no obstante, a través de ellos irrumpe el poder de Cristo y transforma aquello que es aparentemente insignificante".

"Es el milagro del amor de Dios --concluyó el papa--, que hace que todas las semillas germinen y hace crecer cada semilla de bien diseminada en el suelo. Y la experiencia de este milagro de amor nos hace ser optimistas, a pesar de las dificultades, los sufrimientos y el mal con que nos encontramos. La semilla brota y crece, porque la hace crecer el amor de Dios. La Virgen María, quien ha escuchado como "tierra buena" la semilla de la Palabra de Dios, fortalezca en nosotros esta fe y esta esperanza".

Se puede leer el texto completo del discurso en: http://www.zenit.org/article-42487?l=spanish.

Al terminar sus palabras en italiano, Benedicto XVI se dirigió en su idioma a los distintos grupos lingüísticos, haciéndoles un breve resumen de sus anteriores palabras.

A los fieles de lengua hispana les dijo: "Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración mariana. En el evangelio de este domingo, el Señor nos ha mostrado que el Reino de Dios es como una semilla que, aunque al principio puede parecer pequeña, sin embargo está llamada a crecer y a desarrollarse hasta convertirse en un árbol frondoso. Así también, que la vida de gracia y amor de Dios, sembrada en nuestra alma con el bautismo, y alimentada con la escucha de la palabra de Dios, la participación en los sacramentos y la oración constante, crezca continuamente y llegue a madurar en frutos abundantes de fe, esperanza y caridad. Muchas gracias y feliz domingo".

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Mundo


Ucrania: 'Mostrar solidaridad con los que sufren la injusticia'
Entrevista con Borys Gudziak, rector de la Universidad ucraniano-católica
ROMA, domingo 17 junio 2012 (ZENIT.org).- «El caso Timoshenko representa un fenómeno amenazador. El sistema judicial de Ucrania es corrupto». Con estas palabras,Borys Gudziak, rector de la Universidad ucraniano-católica (UCU) de Lviv, ha criticado la justicia del país.

En una entrevista con colaboradores de la fundación católica internacional «Ayuda a la Iglesia Necesitada», Gudziak subrayó: «Las actividades criminales de las personas en el poder se toleran frecuentemente mientras que personas relativamente inocentes se han convertido en víctimas de aquellos que manipulan el criminal sistema judicial. Por ello, es importante que se manifieste la solidaridad internacional con quienes sufren la injusticia».

Borys Gudziak, nacido en Estados Unidos, es sacerdote de la Iglesia greco-católica de Ucrania y, desde 2002, rector de la Universidad ucraniano-católica de Lviv. Entre otras instituciones, estudió en la Universidad de Harvard y en el Instituto Pontificio Oriental de Roma.

«Ayuda a la Iglesia Necesitada» apoya más de 40 proyectos en las cuatro sedes ucranianas de la Eurocopa, Kharkov, Donetsk, Kiev y Lviv.

La Eurocopa 2012 de Polonia y Ucrania comenzó el 8 de junio. ¿Qué significa para su país este acontecimiento deportivo?

--Borys Gudziak: Durante decenios, e incluso durante siglos, Ucrania ha vivido en un aislamiento involuntario. Hace 25 años, en la República Socialista Soviética de Ucrania existían, para sus 52 millones de habitantes, tan solo 32 líneas telefónicas internacionales. ¿Y hoy en día? Hoy, en tan solo un aula de nuestra universidad hay, en los bolsillos de nuestros estudiantes, un número mayor de teléfonos móviles con los que se puede llamar al extranjero. La Eurocopa 2012 es un ejemplo deportivo del camino progresivo y a menudo doloroso que ha recorrido Ucrania para salir del aislamiento mundial.

Nuestra ciudad, Lviv, se beneficiará durante muchos decenios del aeropuerto que se ha construido con ocasión de la Eurocopa 2012. Hay informaciones fidedignas sobre amplios casos de corrupción en relación con el Eurocopa; desgraciadamente, es probable que no carezcan de fundamento. Sin embargo, se han rehabilitado carreteras y la cultura de servicios ha recibido impulsos positivos. Nuestra ciudad y nuestro país están en condiciones de recibir no solo a turistas, sino también a gente de negocios y otras personas que buscan el contacto con Ucrania. En definitiva, la vida intelectual es una experiencia de comunicación y relaciones. Espero que este acontecimiento deportivo suponga una ocasión espléndida para las relaciones humanas y la amistad.

Debido a la condena y el encarcelamiento de la ex primera ministra Yulia Timoshenko, fuertemente censurados por los medios occidentales que le han dado una amplia cobertura, políticos de Europa occidental han declarado que no visitarían Ucrania para mostrar así su desaprobación. ¿Qué opinión le merece este debate?

--Borys Gudziak: Es importante que los líderes políticos europeos se tomen en serio los abusos y las injusticias que ocurren en Ucrania y en otros países. El caso Timoshenko representa un fenómeno amenazador. El sistema judicial de Ucrania es notoriamente corrupto; las actividades criminales de las personas en el poder se toleran frecuentemente mientras que personas relativamente inocentes se han convertido en víctimas de aquellos que manipulan el criminal sistema judicial. Es importante que se manifieste la solidaridad internacional con quienes sufren la injusticia; pero también es importante hacerlo de un modo proporcionado y equilibrado, pues de lo contrario existe el peligro de que se produzcan nuevas --e incluso peores- injusticias. El Gobierno ucraniano ha generado una indignación internacional. Pero no menos indignación debería mostrarse frente a lo que está sucediendo en Rusia, donde el régimen ejerce presión sobre periodistas y los líderes que defienden los derechos ciudadanos: allí se está lesionando de modo más grave que en Ucrania la libre expresión política e incluso religiosa. Sin embargo, no hemos oído que se vaya a producir un boicot de acontecimientos previstos en Rusia como los futuros Juegos Olímpicos de invierno en Sochi.

Creo que muchos políticos europeos, en los últimos veinte años, han tomado medidas adecuadas e incluso proféticas en sus acciones y declaraciones relativas a Ucrania. La política más consecuente y constructiva ha sido la que ha llevado a cabo Polonia. Teniendo en cuenta las históricamente difíciles relaciones entre Polonia y Ucrania, la reciente política polaca frente a Ucrania es, en mi opinión, una pequeña revolución geopolítica.

Sin embargo, al mismo tiempo algunos políticos europeos se han mostrado, en sus actuaciones y declaraciones, todo lo contrario a constructivos. Tomemos por ejemplo la manifestación de Romano Prodi en 2005, cuando dijo que Ucrania nunca sería miembro de la UE («Ucraniatiene las mismas posibilidades de adherirse a laUEque Nueva Zelanda»). Fue agua para el molino de aquellas fuerzas que se oponen a las reformas y al desarrollo de nuestro país. La aquiescencia de algunos países con el maltrato ruso en cuestiones como la política del gas es comprensible desde el punto de vista económico, pero es, en último término, corto de miras.

En ocasiones resulta difícil conciliar las contradicciones y la cortedad de miras de algunas medidas de la UE con los objetivos europeos a largo plazo como la paz, la estabilidad y el bienestar. Esperemos que prevalezcan en último término las voces y visiones proféticas.

¿Cómo describiría la situación política actual en su país?

--Borys Gudziak: La situación política actual en Ucrania es tensa e impredecible. Existe el temor de que Ucrania no solo camine en dirección a un estado autoritario al estilo ruso, sino hacia una dictadura según el modelo bielorruso. No está claro si la oposición conseguirá unirse y ofrecer una alternativa convincente a las fuerzas dominantes. Para comprender completamente la situación política hay que entender la situación humana: en el siglo XX, los ucranianos han perdido a 17 millones de compatriotas debido al totalitarismo y a las guerras; por ello son un pueblo traumatizado. Un niño del que se ha abusado precisa una terapia paciente y cariñosa durante decenios. El desarrollo de tradiciones democráticas no es como un nescafé: no hay soluciones o gratificaciones prefabricadas ni instantáneas. Al igual que el Israel bíblico, Ucrania precisará 40 años; es decir, dos generaciones, para lograr la transición de la esclavitud a la libertad y la responsabilidad completa.

¿Qué significa esto para las confesiones cristianas en su país, y en particular para la Iglesia greco-católica?

--Borys Gudziak: Hoy en día, las confesiones cristianas en Ucrania y la Iglesia grecocatólica están llamadas a decir la verdad, a testificar auténticos valores humanos para expresar así la esperanza de que la justicia y la dignidad humana pueden prevalecer y prevalecerán. La corrupción que hostiga a la sociedad ucraniana no es solo un fenómeno impuesto desde arriba y producido por unos líderes cínicos y codiciosos. La corrupción está profilerando en toda Ucrania y en ella está directamente envuelta una mayoría inmoral. Las Iglesias deberían conducir a sus fieles hacia una responsabilidad personal y social madura: las reformas en Ucrania han de comenzar conmigo, en mi familia, en mi calle y en mi pueblo. Ningún Mesías de vestido naranja ni un zar de uniforme azul salvará Ucrania. Los ucranianos han de adoptar responsabilidad por sí mismos. Después de buscar una solución milagrosa de los problemas estamos comprendiendo que el auténtico problema y su solución están dentro de nosotros mismos, donde mora y actúa el Espíritu Santo.

Usted es desde comienzos de 2002 rector de la Universidad ucraniano-católica de Lviv. ¿Qué significado tiene esta institución para el país y para la Iglesia? ¿Cuál es su resumen personal después de estos diez primeros años?

--Borys Gudziak: En un tiempo relativamente breve, la Universidad ucraniano-católica comenzó a contribuir de modo visible y sustancial a la reforma universitaria en Ucrania. Debido a la calidad de la formación en Artes Liberales en la UCU, a la ausencia de corrupción dentro de nuestros muros, al fomento de una ética cristiano-académica o a los buenos contactos con grupos marginados (p.ej. a personas con discapacidades mentales), la UCU está imponiendo nuevos estándares en Ucrania. Más de 350 sacerdotes bien formados y las primeras 400 mujeres en los 1000 años de historia cristiana en Ucrania han obtenido titulaciones en Teología. Nuevos programas de psicología, bioética, ciencias económicas, periodismo y tecnología informática se han iniciado con éxito, o comenzarán pronto.

La UCU trabaja pacientemente yendo a las raíces de cuestiones vitales. Si Ucrania quiere hacer valer su identidad europea, entre otras muchas cosas, ha de redescubrir la herencia clásica europea en su propio lenguaje. No solo traducimos textos patrísticos, sino también a Platón. La comunidad académica en la Universidad reflexiona seriamente sobre los desafíos de la condición cultural y social posmoderna y global. Tan importante como esto es que la Universidad, a pesar de la presión que ejercen las autoridades y las fuerzas nacionales de seguridad, se empeñe en aprender de los mártires del siglo XX. Por ello, la Universidad se niega a comprometer los principios de la libertad académica. En todos los campos, la UCU busca un lenguaje eficaz de comunicación en nuestro tiempo. La UCU, a la que solo pertenece el 1 % de los universitarios de la ciudad, produce el 25 % del discurso público universitario en nuestra ciudad sobre numerosas cuestiones sociales, éticas, culturales y políticas. La voz de la UCU se oye a nivel nacional y también internacional. Esto no sería posible sin el apoyo y la solidaridad de innumerables benefactores y socios de muchos países y diferentes continentes, a los que estamos profundamente agradecidos.

Estoy seguro que la comunidad de la UCU continuará creciendo, de modo lento pero seguro, y de que mostrará enfoques aún más valientes y creativos.

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Donde Dios llora


India: 'María es una clave importante para curar las divisiones'
Entrevista con el cardenal Gracias, arzobispo de Mumbai
ROMA, domingo 17 junio 2012 (ZENIT.org).- Mark Riedemann para "Dios llora en la tierra", en colaboración con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, entrevistó al cardenal Oswald Gracias, arzobispo de Mumbai en la India.

Eminencia, en su escudo usted tiene la balanza de la justicia por sus estudios de derecho, el lavatorio de los pies del servicio y la "M" de María, pero también tiene un ‘apretón de manos’ en su emblema. ¿Por qué el apretón de manos?

--Card. Gracias: Es el símbolo de reconciliación. Y lo puse como mi lema también, "Reconciliar todas las cosas en Cristo". Siempre he tenido un profundo sentimiento de querer ser un constructor de puentes, de querer reunir a las personas en situaciones de conflicto, en situaciones difíciles. Era un sentimiento natural que el Señor puso en mi corazón de querer la paz en las comunidades, incluso en los pequeños problemas.

El papa Juan Pablo II le pidió que fuera obispo y después arzobispo de Bombay. ¿Qué palabras en especial recogió de él, para sí mismo, para su propia vocación y para la India?

-Card. Gracias: Me reuní con él en muchas ocasiones. Cada vez que le encontraba siempre me daba bendiciones para la India, y buscaba darme palabras de estímulo. Mostró un gran afecto por la India.

¿Por qué el beato Juan Pablo II, al igual que la Madre Teresa, son tan queridos por la comunidad hindú?

--Card. Gracias: Creo que por su autenticidad. Era un hombre de fe muy profunda. Acabamos de celebrar las bodas de plata de su visita pastoral a la India. He instalado una estatua del papa Juan Pablo II a las afueras de mi catedral y la gente está viniendo, sean católicos e hindúes, a orar al beato Juan Pablo II. Incluso los hindúes veían en él a un hombre de Dios. Ellos sintieron que era una persona que realmente estaba predicando a Dios en lo que decía, en lo que hacía y en cómo vivía.

Usted es el décimo cardenal en la India, lo que significa que se le está dando un mayor peso en la actualidad a la Iglesia en Asia, a la iglesia en el sur. ¿Es así como lo ven ustedes?

--Card. Gracias: Yo la veo como una Iglesia importante en Asia y en la India en particular, porque la India está creciendo rápidamente y se está convirtiendo en algo importante. Nuestra Iglesia india, los teólogos, los obispos y los sacerdotes están haciendo una contribución a la Iglesia universal. Hemos recibido muchísimo, hemos de dar mucho también.

Aunque la Iglesia ha estado allí durante dos milenios, la Iglesia católica --o el cristianismo--, sigue siendo visto como un cuerpo extraño. ¿Lo ve así esto, y por qué?

--Card. Gracias: Posiblemente, una de las razones es porque siempre hemos tenido líderes y obispos extranjeros, aunque ahora no hay un solo obispo que no sea indio. Así como el hecho de que no hemos inculturado nuestros servicios litúrgicos, nuestros momentos de oración. Nos hemos mantenido un poco –y yo estoy en la Congregación de los Sacramentos--, ‘romanos’ en ese sentido, no lo suficientemente indios. En cuanto más estemos inculturados, creo yo, más gente va a ver que [somos] en verdad de la India. Porque el cristianismo en la India está desde el primer apóstol en el año 52 o algo así. Se supone que santo Tomás habría llegado a la India.

La India es la cuna de una de las grandes civilizaciones del mundo y se enorgullece de sus tradiciones pluralistas. Recientemente, en una entrevista usted dijo que estas tradiciones pluralistas están bajo amenaza...

--Card. Gracias: Las fuerzas fundamentalistas son las que están creando problemas específicos a los cristianos y a veces a otras religiones. Esto no es bueno para el país porque creo que una de las riquezas de la India es el ser como un tapiz con diferentes religiones, diferentes culturas, esa es nuestra riqueza y belleza. Pero luego, cuando se intenta decir que todo debe ser uniforme, se está amenazando eso: la hermosa pluralidad, la riqueza, el respeto que tenemos el uno por el otro. La religión no es una fuerza que divide. En los últimos tiempos, algunos partidos políticos han explotado la religión para fines políticos.

Estamos hablando --solo para aclarar--, de los fundamentalistas hindúes. ¿Por qué ese interés en cambiar todo este panorama?

--Card. Gracias: El fundamentalismo hindú es muy reciente en la India. Comenzó como una reacción a otros fundamentalismos, pero [fue] también explotado por los partidos políticos que instrumentalizaron la religión a fin de obtener beneficios políticos, para conseguir un "voto" del lado de una religión en particular; si cree que su religión está bajo amenaza, vote por mí y yo voy a proteger su religión.

Y así se va llegando al poder...

--Card. Gracias: Sí, creo que es un juego peligroso. Y se lo comenté a algunos dirigentes políticos de esos partidos, de que están jugando un juego muy peligroso. Nadie quiere que ciertamente suceda. Es por eso que es una amenaza.

Sin embargo, ¿a estos grupos les gustaría que la India tenga una identidad hindú?

-Card. Gracias: Creo que el hindú medio es sin duda tolerante, comprensivo y amistoso con las personas de otras religiones. Hay un pequeño grupo que es fundamentalista, y que ciertamente le gustaría ver a la India como un país hindú. Nuestros antepasados, los padres de nuestra constitución, los padres de nuestro país, fueron precisos en que la India es un país laico.

¿Cómo evangelizan en este contexto?

--Card. Gracias: En estas circunstancias, en primer lugar, creo que es importante para nosotros ser auténticos; profundizar en nuestra propia fe, para mostrar con nuestras creencias que realmente creemos que Jesús es nuestro Salvador, el único Salvador, el Hijo de Dios, y que no hay nadie después de él.

¿Cuál es el papel de la Virgen María?

--Card. Gracias: Nuestra Señora es la favorita de todos, incluso entre los hindúes. En la parroquia de mi propia casa, tenemos la novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro todos los miércoles de 8.30 am a 9.30 pm, cada hora y durante una hora. Y alrededor de 70.000 u 80.000 personas acuden todos los miércoles hasta allí. Y diría que del 60 al 70% de las personas que vienen no son cristianos; sólo lo hacen para rezar a la Virgen. A Nuestra Señora se le ve como una madre, que no es una amenaza. A ella se le ve como una madre, que cuida, ama, favoreciendo a las personas, trayendo gracias a la gente, sanando las divisiones. Por lo que María es una clave importante para esto.

Usted ha dicho que los cristianos de hoy están viviendo un Viernes Santo. ¿Habrá un Domingo de Pascua?

--Card. Gracias: Ciertamente, no tengo ninguna duda al respecto. He recibido llamadas de los líderes hindúes, que me dicen que no les gusta lo que está sucediendo en Orissa y Karnataka. He recibido llamadas de los hindúes diciéndome: "Cardenal, por favor, haga una declaración condenando ello. Esto no es lo que queremos." Así que estoy realmente seguro de que vamos a superar esto y de que esa gente entrará en razón. Estoy seguro de que habrá un domingo de Pascua para los cristianos, para la Iglesia y para Jesús.

Traducido del inglés por José Antonio Varela V.

[Esta entrevista fue realizada por Mark Riedemann para "Dios llora en la tierra", un programa semanal de radio y televisión producido por la Catholic Radio & Television Network, en colaboración con la fundación pontificia internacional “Ayuda a la Iglesia Necesitada”].

Para más información: www.WhereGodWeeps.orgwww.acn-intl.org

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Especial - Congreso Eucarístico Internacional


La Eucaristía requiere el compromiso de cada cristiano en la misión de la Iglesia
Mensaje de Benedicto XVI en la clausura del 50 Congreso Eucarístico Internacional
DUBLÍN, domingo 17 junio 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos el texto del videomensaje del papa Benedicto XVI que los asistentes pudieron ver y escuchar en la clausura del 50 Congreso Eucarístico Internacional que se ha celebrado en Dublín, Irlanda.

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Queridos hermanos y hermanas:

Con gran afecto en el Señor, saludo a todos los que os habéis reunido en Dublín para el 50 Congreso Eucarístico Internacional, en especial al señor cardenal Brady, al señor arzobispo Martin, al clero, a las personas consagradas, a los fieles de Irlanda y a todos los que habéis venido desde lejos para apoyar a la Iglesia en Irlanda con vuestra presencia y vuestras oraciones.

El tema del Congreso – «La Eucaristía: Comunión con Cristo y entre nosotros» – nos lleva a reflexionar sobre la Iglesia como misterio de comunión con el Señor y con todos los miembros de su cuerpo. Desde los primeros tiempos, la noción de koinonia o communio ha sido central en la comprensión que la Iglesia ha tenido de sí misma, de su relación con Cristo, su Fundador, y de los sacramentos que celebra, sobre todo la Eucaristía. Mediante el Bautismo, se nos incorpora a la muerte de Cristo, renaciendo en la gran familia de los hermanos y hermanas de Jesucristo; por la Confirmación recibimos el sello del Espíritu Santo y, por nuestra participación en la Eucaristía, entramos en comunión con Cristo y se hace visible en la tierra la comunión con los demás. Recibimos también la prenda de la vida eterna futura.

El Congreso tiene lugar en un momento en el que la Iglesia se prepara en todo el mundo para celebrar el Año de la Fe, para conmemorar el quincuagésimo aniversario del inicio del Concilio Vaticano II, un acontecimiento que puso en marcha la más amplia renovación del rito romano que jamás se haya conocido. Basado en un examen profundo de las fuentes de la liturgia, el Concilio promovió la participación plena y activa de los fieles en el sacrificio eucarístico. Teniendo en cuenta el tiempo transcurrido, y a la luz de la experiencia de la Iglesia universal en este periodo, es evidente que los deseos de los Padres Conciliares sobre la renovación litúrgica se han logrado en gran parte, pero es igualmente claro que ha habido muchos malentendidos e irregularidades. La renovación de las formas externas querida por los Padres Conciliares se pensó para que fuera más fácil entrar en la profundidad interior del misterio. Su verdadero propósito era llevar a las personas a un encuentro personal con el Señor, presente en la Eucaristía, y por tanto con el Dios vivo, para que a través de este contacto con el amor de Cristo, pudiera crecer también el amor de sus hermanos y hermanas entre sí. Sin embargo, la revisión de las formas litúrgicas se ha quedado con cierta frecuencia en un nivel externo, y la «participación activa» se ha confundido con la mera actividad externa. Por tanto, queda todavía mucho por hacer en el camino de la renovación litúrgica real. En un mundo que ha cambiado, y cada vez más obsesionado con las cosas materiales, debemos aprender a reconocer de nuevo la presencia misteriosa del Señor resucitado, el único que puede dar amplitud y profundidad a nuestra vida.

La Eucaristía es el culto de toda la Iglesia, pero requiere igualmente el pleno compromiso de cada cristiano en la misión de la Iglesia; implica una llamada a ser pueblo santo de Dios, pero también a la santidad personal; se ha de celebrar con gran alegría y sencillez, pero también tan digna y reverentemente como sea posible; nos invita a arrepentirnos de nuestros pecados, pero también a perdonar a nuestros hermanos y hermanas; nos une en el Espíritu, pero también nos da el mandato del mismo Espíritu de llevar la Buena Nueva de la salvación a otros.

Por otra parte, la Eucaristía es el memorial del sacrificio de Cristo en la cruz; su cuerpo y su sangre instauran la nueva y eterna Alianza para el perdón de los pecados y la transformación del mundo. Durante siglos, Irlanda ha sido forjada en lo más hondo por la santa Misa y por la fuerza de su gracia, así como por las generaciones de monjes, mártires y misioneros que han vivido heroicamente la fe en el país y difundido la Buena Nueva del amor de Dios y el perdón más allá de sus costas. Sois los herederos de una Iglesia que ha sido una fuerza poderosa para el bien del mundo, y que ha llevado un amor profundo y duradero a Cristo y a su bienaventurada Madre a muchos, a muchos otros. Vuestros antepasados en la Iglesia en Irlanda supieron cómo esforzarse por la santidad y la constancia en su vida personal, cómo proclamar el gozo que proviene del Evangelio, cómo inculcar la importancia de pertenecer a la Iglesia universal, en comunión con la Sede de Pedro, y la forma de transmitir el amor a la fe y la virtud cristiana a otras generaciones. Nuestra fe católica, imbuida de un sentido radical de la presencia de Dios, fascinada por la belleza de su creación que nos rodea y purificada por la penitencia personal y la conciencia del perdón de Dios, es un legado que sin duda se perfecciona y se alimenta cuando se lleva regularmente al altar del Señor en el sacrificio de la Misa. La gratitud y la alegría por una historia tan grande de fe y de amor se han visto recientemente conmocionados de una manera terrible al salir a la luz los pecados cometidos por sacerdotes y personas consagradas contra personas confiadas a sus cuidados. En lugar de mostrarles el camino hacia Cristo, hacia Dios, en lugar de dar testimonio de su bondad, abusaron de ellos, socavando la credibilidad del mensaje de la Iglesia. ¿Cómo se explica el que personas que reciben regularmente el cuerpo del Señor y confiesan sus pecados en el sacramento de la penitencia hayan pecado de esta manera? Sigue siendo un misterio. Pero, evidentemente, su cristianismo no estaba alimentado por el encuentro gozoso con Cristo: se había convertido en una mera cuestión de hábito. El esfuerzo del Concilio estaba orientado a superar esta forma de cristianismo y a redescubrir la fe como una amistad personal profunda con la bondad de Jesucristo. El Congreso Eucarístico tiene un objetivo similar. Aquí queremos encontrarnos con el Señor resucitado. Le pedimos que nos llegue hasta lo más hondo. Que al igual que sopló sobre los Apóstoles en la Pascua infundiéndoles su Espíritu, derrame también sobre nosotros su aliento, la fuerza del Espíritu Santo, y así nos ayude a ser verdaderos testigos de su amor, testigos de la verdad. Su verdad es su amor. El amor de Cristo es la verdad.

Mis queridos hermanos y hermanas, ruego que el Congreso sea para cada uno de vosotros una experiencia espiritualmente fecunda de comunión con Cristo y su Iglesia. Al mismo tiempo, me gustaría invitaros a uniros a mí en la oración, para que Dios bendiga el próximo Congreso Eucarístico Internacional, que tendrá lugar en 2016 en la ciudad de Cebú. Envío un caluroso saludo al pueblo de Filipinas, asegurando mi cercanía en la oración durante el periodo de preparación a este gran encuentro eclesial. Estoy seguro de que aportará una renovación espiritual duradera, no sólo a ellos, sino también a todos los participantes del mundo entero. Ahora, encomiendo a todos los participantes en este Congreso a la protección amorosa de María, Madre de Dios, y a san Patricio, el gran Patrón de Irlanda, a la vez que, como muestra de gozo y paz en el Señor, os imparto de corazón la Bendición Apostólica.

©Librería Editorial Vaticana

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Cardenal Ouellet: 'Podemos descansar en el Señor para un nuevo comienzo'
Homilía en la 'Statio Orbis' del Congreso Eucarístico Internacional
DUBLÍN, domingo 17 junio 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos el texto de la homilía pronunciada en la misa final del Congreso Eucarístico Internacional de Dublín por el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación de los Obispos y legado papal para el Congreso.

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Queridos hermanos y hermanas:

La cincuenta edición del Congreso Eucarístico Internacional está llegando a su fin. Estamos profundamente agradecidos a Dios por la luz de su Palabra y por el don de la Santa Eucaristía, que refuerza nuestra comunión con Cristo y con los otros.

Al final de esta celebración oiremos el mensaje del papa Benedicto XVI. Sus palabras nos recuerdan que este Congreso Eucarístico Internacional da testimonio de la Iglesia católica como la universal comunión de muchas Iglesias particulares. Los obispos, sacerdotes, religiosos y fieles laicos aquí representan a la Iglesia católica que se encuentra en todo el mundo en miles de comunidades, pero que es una en la fe y el amor de Jesucristo. Saludo a los representantes ecuménicos y les agradezco a todos por participar en este evento lleno de gracia.

Saludo al presidente de Irlanda, y a todas las autoridades civiles, consciente de la noble tradición de esta valiente nación. Agradezco de corazón al arzobispo Martin, al cardenal Brady y a todos los colaboradores de este evento por el don de su cálida hospitalidad y por el ejemplo de su fuerte dedicación a la renovación cristiana de su país.

Para prepararnos a escuchar el mansaje del santo padre, déjenme reflexionar sobre las lecturas de hoy, que nos ofrecen un mensaje de gran esperanza y confianza.

A través del profeta Ezequiel, el Señor dice: "También yo tomaré la copa de un cedro, de sus ramas cimeras tomaré un tallo, y lo plantaré en un monte muy alto; lo plantaré en un monte alto de Israel; y echará ramas y dará frutos, y se hará un cedro magnífico". (Ez. 17:22-23).

En el Evangelio, Jesús usa una imagen similar para hablar del Reino de Dios "[El Reino] es como un grano de mostaza. Cuando se siembra en la tierra, es la más pequeña de todas las semillas. Pero, una vez sembrada, crece, se hace mayor que cualquier hortaliza y echa ramas tan grandes que las aves del cielo pueden anidar a su sombra" (Mc. 4:31-32).

Entendemos la profesía de Ezequiel a la luz de Cristo. Jesucristo es el tallo tomado de la rama más alta, es Dios de Dios, y plantado por Dios mismo en una montaña muy alta, que es el Calvario.

Dios Padre ha plantado en el Calvario la semilla de la Cruz por amor a su creación y por todos los pecadores. La semilla de la Cruz es el Sagrado Corazón de su Hijo unigénito, traspasado hasta morir por nuestros pecados, pero elevado de la muerte por el poder de la divina misericordia. Por lo tanto, Cristo Jesús es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Es el Santo Redentor en el que confiamos y encontramos salvación. La semilla del amor de Cristo, enterrada en la tierra del Calvario, produjo un fruto inimaginable: un árbol, el Árbol de la Vida, un noble cedro que es la Santa Iglesia de Dios, el alba del Reino. Creemos en una única, santa, católica y apostólica Iglesia, porque creemos en Cristo que quiere que la Iglesia sea su Cuerpo, nacida de la entrega de su Cuerpo Eucarístico.

Queridos hermanos y hermanas, regocijémonos llenémonos de confianza. "Estamos llenos de confianza" (2 Cor. 5:6), como san Pablo dice a los corintios. Lo estamos porque el Señor resucitado es nuestra casa y nuestra salvación. Experimentamos limitaciones y fallos en la Iglesia pero el Señor nos sostiene, curando nuestras heridas y reforzando nuestro amor. ¡Regocijémonos en El y estemos alegres!

Podemos descansar en el Señor para un nuevo comienzo. San Pablo nos da la clave para toda renovación personal o eclesial: "Queremos complacerle" (2 Cor. 5:6). Esta clave de renovación en nuestras vidas es una decisión de renovarnos en el amor del Señor y vivir y morir por El, conociendo que su gracia nunca falla. ¡Que el próximo Año de la Fe confirme en nosotros esta decisión!

Jesús es la semilla sembrada por Dios mismo en las profundidades de la tierra, una semilla que cayó a la tierra, murió y fue elevada a la vida eterna. De esta pequeña semilla de salvación viene el Árbol de la Vida, la Iglesia, en la toda la humanidad está llamada a encontrar un hogar y seguridad en la compañía del Señor resucitado.

Por esta verdadera razón, la Iglesia está llamada, y nosotros estamos llamados a dar testimonio del señor compaciéndole, es decir, predicando el Evangelio, viviendo en fraternidad y orando a Dios por el don de la salvación.

Después de esta semana de reflexión eucarística, celebración y adoración, somos ciertamente más conscientes de la llamada de Dios a la comunión con El y con los otros.

Llevemos el testimonio de su gracia llamando a los otros a la fe en esta comunión. Que la campana irlandesa, que resuena desde Lough Derg, desde Knock y Dublín, resuene en el mundo entero. Toquemos la campaña con nuestro personal testimonio de fe renovada en la Santa Eucaristía.

la fe es el don más precioso que hemos recibido con el Bautismo. ¡No lo conservemos en privado y con temor! ¡Dejémoslo crecer con un espléndido árbol a través del compartir en todas partes!

Incluso si a veces somos probados en nuestra fe, no temáis, y recordad que nosotros somos: el cuerpo de Cristo dedicado a amar a Dios sobre todas las cosas, dedicado a vivir en el Espíritu de la nueva y eterna alianza.

No estamos solos; el Espíritu de Pentecostés mora en nosotros. La comunión de los santos, con María en su centro, viene en nuestra ayuda tan pronto como toquemos la campaña de la oración con total confianza. ¡Mantenéos esperanzados y alegres, porque el Reino de Dios está cerca!

Queridos hermanos y hermanas, al final de esta Misa escucharemos el mensaje del santo padre para la conclusión de este Congreso. Oigámosle con gran respeto y gratitud porque es nuestro padre espiritual, un padre que es santo y digno de nuestra confianza y sincera obediencia.

Que nuestra comunión con el Cuerpo de Cristo sea un nuevo vínculo de amor; una pequeña semilla, quizás, pero, por la gracia y misericordia de Dios, llena de fruto.

Juntos oramos con las palabras de san Efrén, diácono y doctor de la Iglesia: "Señor... hemos tenido tu tesoro escondido entre nosotros desde que recibimos la gracia bautismal; crece cada vez más rico en nuestra mesa sacramental. ¡Enséñanos a encontrar nuestra alegría en su favor! Señor, tenemos entre nosotros tu memorial, recibido en tu mesa espiritual; danos poseerlo en su plena realidad cuando sean hechas nuevas todas las cosas" (Sermo 3, De fine et admonitione 2. 4-5). ¡Amen!

Traducido del original inglés por ZENIT

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Cebú, Filipinas, sede del próximo Congreso Eucarístico Internacional en 2016
Anunció el papa en su mensaje final
DUBLÍN, domingo 17 junio 2012 (ZENIT.org).- El papa, en su videomensaje final, anunció la sede del próximo Congreso Eucarístico Internacional. Será la ciudad de Cebú, en Filipinas.

En su videomensaje a la clausura del Congreso Eucarístico Internacional, Benedicto XVI anunció el lugar de la próxima cita del evento: "Al mismo tiempo --dijo el papa--, me gustaría invitaros a uniros a mí en la oración, para que Dios bendiga el próximo Congreso Eucarístico Internacional, que tendrá lugar en 2016 en la ciudad de Cebú. Envío un caluroso saludo al pueblo de Filipinas, asegurando mi cercanía en la oración durante el periodo de preparación a este gran encuentro eclesial. Estoy seguro de que aportará una renovación espiritual duradera, no sólo a ellos, sino también a todos los participantes del mundo entero".

La ciudad de Cebú está situada en la costa oriental de la isla de Cebú, en la región de Bisayas Centrales. Es al segunda ciudad de Filipinas con el segundo centro metropolitano más significativo y conocido como el más antiguo asentamiento establecido por los españoles en el país.

Es la cabecera de la provincia de Cebú. la población del área metropolitana es de 2.314.897 habitantes.

Cebú es, tras Manila, el centro económico y mercantil más importante de Filipinas. Está conectada con el resto del archipiélago de las Bisayas, de las que es capital, así como con el resto del país y con diversos destinos internacionales gracias a su aeropuerto y su puerto marítimo.

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Difundir el Evangelio a través de la música en el Congreso de Dublín
Entrevista al cantante de Elation Ministres sobre la evangelización a través del canto
Por Ann Schneible

DUBLÍN, domingo 17 junio 2012 (ZENIT.org).- El ministerio de llevar a los jóvenes a un encuentro con Cristo a través de la música ha sido parte integrante del programa joven del 50 Congreso Eucarístico Internacional, que tiene lugar en Dublín.

La misión de Elation Ministries es proclamar el Evangelio a la gente joven a través de la música y el canto. El grupo ha proporcionado servicios de culto para los jóvenes que participan en este Congreso, siendo uno de los principales eventos una vigilia de reconciliación el jueves, donde el programa incluía música, testimonios, adoración eucarística y la oportunidad de recibir el sacramento de la reconciliación.

Paul Keogh, principal cantante de Elation Ministries, habló con ZENIT sobre el ministerio, su propio viaje hacia Cristo, y el papel de la música en la proclamación del Evangelio a la juventud.

¿Cuáles son los orígenes de Elation Ministries?

--Keogh: Empezó hace unos años con algunos amigos que tuvieron una fuerte experiencia de peregrinación; al volver, formaron parte de un grupo de oración, el grupo mismo tenía un vibrante grupo de música. Este equipo acostumbraba a tocar en los diferentes retiros y conferencias del país. Después, quienes estaban implicados en el grupo de música se hicieron mayores, se casaron y se trasladaron. A dos o tres personas del grupo inicial, que eran buenos amigos, se les pidió tocar en estos retiros y conferencias. Después creció hasta el actual equipo que cuenta con unas treinta personas.

Supongo incluso que el nombre mismo sugiere de qué se trata: es Elation Ministries, que es "ministerios" --para servir- y "elation" --con alegría--. Siempre conserva este carisma de amistad, y unidad, y oración en el Señor. Son muchas las personas que han experimentado el poder transformante de Cristo en sus vidas, y sienten este deseo, esta llamada al ministerio hacia los otros. Se desarrolló y evolucionó desde el punto de vista de que no es sólo ministerio de la música, sino que proporcionamos muchos retiros en diócesis y parroquias de todo el país, junto a un taller de vibrante música.

¿Cuál es la historia de su propio viaje personal hasta implicarse en este ministerio?

--Keogh: Yo querría haber crecido en una familia muy católica, bella familia, con una buena educación. Querría haber sabido de Dios, de Jesús, y el catecismo normal. Nunca experimenté al Señor de joven. Las experiencias en la vida nos suscitan interrogantes, y por qué estamos aquí, y de qué se trata. Tuve una buena relación con un primo mío, y a los trece años, cuando tenía mi misma edad, murió de repente y trágicamente. Esto me obligó a hacerme preguntas muy joven. Naturalmente, siendo adolescente como era, iba a jugar al fútbol, trataba de estar al día, de ser un chico divertido, pero al mismo tiempo estaba enmascarando este completo vacío. Estaba muy perdido, y buscando mucho.

Por pura casualidad oí a este chico hablar de su experiencia de peregrinación. No era lo que decía sino el modo en que lo decía; no era el lugar al que fue sino el modo en que describió la "peregrinación" y la gente con la que fue. Yo dije: "Quiero esto, sea lo que sea". Ahora yo sé que es el Espíritu Santo, definitivamente. Yo estaba en ascuas por Dios. Desde esta invitación a "venir y ver" fui a la peregrinación y fue donde empezó el ministerio de la música.

Realmente experimenté, entonces, el amor de Dios presente y activo en la vida a través de la Iglesia, a través del pueblo de Dios. Desarrollé un reconocimiento real de la presencia de Cristo en la Eucaristía de un modo muy profundo. Cuando regresé, no fue un lecho de rosas; experimenté una horrible cantidad de duelo y tragedia en nuestra familia. Dos años después de volver de la peregrinación, mi padre falleció de repente; tenía sólo 19 años, y él 49. Pero esta experiencia inicial de Dios en los sacramentos en mis años de adolescencia, encontrando a otras personas, me dirigió en mi camino. Y esto me llevó a implicarme en este ministerio.

Cuando volví de la peregrinación yo no sabía tocar no cantar. Nunca había estado implicado en un grupo como este. Cuando fui a mi primer retiro, y oí la música, pensé: "Dios he recibido tanto de Tí, que así es cómo deseo responder a lo que me ha sucedido".

¿Puede hablar sobre el papel de esta música en la evangelización, especialmente en la evangelización de la juventud?

--Keogh: Pienso que cualquiera puede estar de acuerdo en que esta música tiene el poder da transportarnos; usted oye una canción, y piensa en un tiempo en su vida, ya fuera bueno, malo o indiferente. La música y las canciones pueden hacer esta conexión.

La música, en el contexto de música de culto, tiene la capacidad para trascender todo. Tiene la capacidad de transportarnos, o ayudarnos a comprometernos y a estar presentes en el momento presente, y en el momento presente, realmente, podemos encontrarnos con Dios.

Lo que me gusta del ministerio musical no es el ministerio en sí mismo: es a donde te conduce. El momento más fuerte que tuve en el ministerio fue hace siete u ocho años. Toqué en esta brillante sesión por una hora, y al final, hubo un silencio sagrado. Usted sabe, cuando usted llega a ese momento, realmente conoce a Dios y siente la presencia de Dios allí: es lo que sucedió. A esta conciencia es adonde conduce el ministerio de la música.

Respecto a los jóvenes: aman la música. A mí siempre me gustó la música. Pienso que la música tiene un modo de hacernos conectar. Abate barreras. Oí una bella expresión antes, especialmente respecto a la oración y la música de culto: nos ayuda más rápido a entrar en la presencia de Dios, pienso que más que otras formas. Es como otro medio en el camino de la apertura a Dios.

Usted ha actuado en el Congreso Eucarístico esta semana, por ejemplo la otra noche en la vigilia de reconciliación que huvo en el Espacio Joven. ¿Cómo piensa que ha sido recibido este Congreso por los jóvenes que participan?

--Keogh: Pienso que su percepción de lo que es la Iglesia, o cómo se puede expresar la fe, ha cambiado mucho. Y pienso que hay incluso una inclinación de decir: "¡Sabes no es demasiado malo! ¡Es completamente cool!", y: "Si esto es una clase de cool, que está pasando ahora aquí?". Y pienso que [la vigilia de la reconciliación de la otra noche] fue la culminación en este sentido. Están preguntándose sobre esta alegría, y se dan cuenta de que esta gente tiene una relación con Alguien; si quiero tener una relación con alguien tengo que ir y hablar con el, y ¿en qué modo más eficaz que en el sacramento de la Eucaristía y la Reconciliación? Tener la combinación de ambos la otra noche es darles instrumentos para la vida, con dos de los más eficaces sacramentos que tenemos. Pienso que era bello la otra noche, el estilo de servicio, y pienso que ellos se dieron cuenta de que todo empezó a cobrar sentido, que todo aquello estaba apuntando a Jesús. No era la música, las luces, las pantallas. Era el Santísimo Sacramento. Era encontrar a Jesús allí. Pienso que por eso fue una noche llena de fuerza.

Este Congreso Eucarístico ha sido un tiempo para aprender y reflexionar sobre la Eucaristía. ¿Qué es la Eucaristía para usted, en su vida?

--Keogh: La Eucaristía es la fuente y cumbre de nuestra fe. Para mí, es la culminación de todo. Incluso nuestro tema en el Congreso, "Comunión con Cristo y con los otros". ¡Qué tema potente!

Para mí, la Eucaristía es la idea total de reunirme con mis hermanos y hermanas y el Señor, y partir el pan, no sólo en el altar sino en el sentido de incluso partir el pan de la mesa después. Tu encuentras a Cristo en ello también. Eso también es Eucaristía.

Nuestra celebración de la Eucaristía tiene todo, y la responsabilidad de la misión viene con ello. Incluso si volviéramos a lo de la otra noche, encontrar al Resucitado en la Eucaristía, esto es lo que se nos pide que hagamos. Esto es lo que la Eucaristía es para mí. Es un encuentro con Cristo, y siempre me llama a una misión: ¿cómo voy a responder a este don? ¿Cómo voy a aumentar mi comunión con Cristo y con los otros?

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La Piedra de la Sanación se ubicará permanentemente en Lough Derg
Un símbolo grabado con la oración de una víctima de abusos hecha en el Congreso Eucarístico
DUBLÍN, domingo 17 junio 2012 (ZENIT.org).- La Piedra de la Sanación, presentada como parte de la Ceremonia de Apertura del 50 Congreso Eucarístico Internacional, se trasladará a una ubicación permanente en el antiguo santuario de San Patricio, en Lough Derg, en el condado de Donegal.

El padre Kevin Doran, secretario general del Congreso, anunció detalles de la ubicación permanente de la Piedra de la Sanación, en una rueda de prensa en Dublín este viernes.

Afirmó: "Tras considerar varias opciones Lough Derg parece ser especialmente apropiado, debido a la historia penitencial del lugar y por la peregrinación allí del legado papal, cardenal Marc Ouellet, que relacional al Congreso muy de cerca con Lough Derg.

"Estamos agradecidos al obispo de Clougher, Liam McDaid, y al prior de Lough Derg, padre Richard Mohan por su apoyo”.

Lough Derg’s Station Island, el lugar de peregrinación, es a menudo llamado Purgatorio de San Patricio. Es un santuario especial de paz y desafío personal. Esta pequeña isla lacustre, renombrada en la tradición cristiana irlandesa desde los tiempos de San Patricio, ha recibido peregrinos continuamente durante más de mil años.

La Piedra de la Sanación es una gran piedra de granito, grabada con las palabras de una oración compuesta por un superviviente de abuso clerical. La oración fue originalmente presentada en la Liturgia del Lamento, celebrada en la procatedral de Dublín en 2011.

Los trabajos sobre el proyecto de la Piedra de Sanación empezaron a principios de 2012. Tras una consulta a varias personas, incluyendo a supervivientes de abusos, se acordó que la piedra podría ser un símbolo apropiado para el Congreso.

El legado papal para el Congreso, cardenal Marc Ouellet, emprendió una peregrinación penitencial a Lough Derg al principio de esta semana y mientras estuvo allí mantuvo un encuentro de dos horas con un grupo representativo de supervivientes de abusos en la Iglesia.

El cardenal Ouellet fue acompañado en su visita a Lough Derg por el nuncio apostólico arzobispo Charles Brown y el obispo de Clogher, monseñor Liam McDaid, quienes permanecieron toda la noche en la isla y durante este tiempo ayunaron y participaron en otros ejercicios penutenciales con los peregrinos de la isla.

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La Cofradía del Santísimo Sacramento
Una antigua devoción eucarística en el mundo seglar
ROMA, domingo 17 junio 2012 (ZENIT.org).- Con motivo del 50 Congreso Eucarístico Internacional, ofrecemos un artículo de José Antonio Benito, historiador eclesiástico, sobre el origen las cofradías del Santísimo Sacramento.

*****

Por José Antonio Benito*

Las cofradías del Santísimo Sacramentoconstituyen la fuerza más importante que aglutina y fomenta la devoción al Santísimo. Conviene insistir en la repercusión social de la fe en el ordinario ambiente laboral, ya que es la fuente principal de la actividad del seglar. Como señalaba el experto uruguayo Guzmán Carriquiry, entonces subsecretario del Pontificio Consejo para los Laicos, en el Encuentro Mundial de Cofradías celebrado en Sevilla (España) en octubre de 1998, las cofradías tienen cuatro características fundamentales: la liturgia y la vida de oración; la caridad atenta a los más pobres y necesitados; la “cultura de vivir juntos la fraternidad cristiana”; y el aporte de obras de valor artístico e histórico que mantienen viva la religiosidad popular.

Fue la repulsa a la herejía de Berengario en el siglo XI lo que llevó a introducir el rito de la elevación en la Santa Misa. De igual manera, otras herejías impulsaron a crear instituciones como las cofradías. En 1246, el obispo de Lieja, monseñor Ricardo de Torote mandó celebrar en su diócesis la fiesta del Corpus, que provocó el surgimiento de las procesiones “teofóricas” en las que se portaba la hostia santa "in calice coperto", hasta la concesión de la procesión del Corpus con el papa Urbano IV. La primera cofradía eucarística parece que fue la “Confraternitate o Suoele o Compagnie del Sacratisimo Corpo di Cristo” fundada por el franciscano padre Cherubino di Spoleto y Bernardino Tomitano, hacia 1484 en Parma, Orvieto, Génova, Boloña, Forli, Macerata, Milán y en 1501, San Lorenzo en Damaso de Roma.

Según reza la introducción de los estatutos “cuatro pobres pecadores sin dotes, pero piadosos cristianos, fueron los fundadores y primeros miembros de la Cofradía” [1] Los fundadores y primeros miembros se presentaban en la iglesia todas las mañanas dispuestos a acompañar los viáticos con un cirio en la mano. Fue con el papa Paulo III cuando el dominico padre Tomás Stella estableció en 1538, en la iglesia de Santa María sobre Minerva, una cofradía del Santísimo Sacramento con bula Dominus noster Ieus Cristus del 30 de noviembre de 1539, que marcará el inicio de una fecunda proliferación de cofradías del SS por todo el mundo. En España, incluso antes de la citada bula, existían cofradías del SS por el impulso de doña Teresa Enríquez, la “loca del Sacramento” quien fue nombrada por el papa Patrona en España de la Archicofradía del SS y quien obtuvo de Julio II una bula especial para la misma. Más adelante, proliferarán asociaciones eucarísticas destinadas a practicar un culto más vivo a la Eucaristía como la Adoración Perpetua, día y noche, ante el Santísimo, de las benedictinas reformadas, el culto a las 40 horas, iniciativa al parecer de san Carlos Borromeo por bula del papa Clemente VIII en 1592. El 35 Congreso eucarístico de Barcelona de 1952 insta a que se renueven los votos para que entre todas la asociaciones eucarísticas se establezca con preferencia en cada parroquia la Cofradía del SS. Las cofradías del Santísimo Sacramento surgen a partir del Concilio de Trento con un profundo sentido religioso y espiritual, pues defienden la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Son llamadas también de Minerva, a imitación de la fundada en la iglesia de Minerva de Roma en 1539.

Una venerable tradición afirma que la Hermandad Sacramental del Sagrario de la Catedral, ‘La Pontificia e Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento del Sagrario de la Santa Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral de Sevilla’ fue fundada por doña Teresa Enríquez, "La Loca del Sacramento", en 1511, año en que llegó a Sevilla como integrante del séquito del rey Fernando el Católico y de su segunda esposa Germana de Foix. Traía consigo la famosa Bula Pastoris Aeternis expedida en Roma el 21 de agosto de 1508 por el papa Julio II, concediendo indultos y especiales privilegios para las cofradías eucarísticas que se iban instituyendo bajo el patrocinio de tan noble dama en todos los reinos españoles. A finales del siglo XVI se había extraviado la primitiva Regla, aprobándose otra el 21 de mayo de 1589 por el Provisor y Vicario General del Arzobispado hispalense el licenciado Bernardino Rodríguez. Poco después, el 17 de noviembre de 1607, era el Provisor D. Jerónimo de Leiva quien ratificaba unas nuevas Ordenanzas. Como era preceptivo, el Real y Supremo Consejo de Castilla aprobó otras Reglas el 19 de octubre de 1787. Las últimas por las que se rige datan del 26 de abril de 1993.

En todos los congresos eucarísticos internacionales, desde el de Lille en 1881, se ha incentivado la devoción al Santísimo y puede decirse que en todos ellos se ha preconizado como excelente medio la erección de la Cofradía del Santísimo. Éste en concreto “hace votos para que se trabaje por establecer en todas las parroquias, sobre todo en las Catedrales, una cofradía del Santísimo Sacramento”. El segundo, de Avignon, “desea, además, que todos los meses se dé a los cofrades una instrucción eucarística”. Del mismo modo se urge en los demás, con la añadidura de alguna norma o alabando las ya establecidas. El Código de Derecho Canónico recogió el deseo y lo expresó sabiamente en el Canon  711, 2. Tales palabras  según declaró la Comisión e intérpretes en 1927 (AAS 19-161) no causan a los prelados obligación formal, pero manifiestan el deseo de la Iglesia que, entre todas las asociaciones eucarísticas, es deseo de la Iglesia que, entre todas las asociaciones eucarísticas, se establezca con preferencia en las parroquias de la Cofradía del Santísimo Sacramento, no siendo las demás, según la mente del canon, sino asociaciones que suplen a aquella en determinada circunstancia.

La cofradía del Santísimo Sacramento en Lima

Por el objeto de su culto, la más importante era sin duda la cofradía del Santísimo Sacramento. En Lima se creó el año mismo de la fundación de la ciudad por Francisco Pizarro (AAL, Cofradías, XLII:26, ff.9-13v). Parece ser que fueron los dominicos quienes la instituyeron en una capillita cercana a la futura catedral y consiguieron bula de confirmación de Roma un 25 de mayo de 1540 con las mismas gracias jubilares que la archicofradía de la Minerva de Roma. Hubo un litigio con la catedral para ver dónde debería estar y después de muchos encuentros y desencuentros se decidió que estuviese en el convento, con la condición de que con sus rentas acuda al culto del Señor en ambas iglesias. A mediados del siglo XVII los 24 hermanos y los cofrades decidieron regresar a la catedral y costearon un edificio contiguo, la parroquia del Sagrario. Según sus constituciones la cofradía estaba integrada por 50 hermanos seglares, aparte de los sacerdotes...La cofradía estaba obligada a financiar cierta “danza de niños”.

En el Virreinato, según el minucioso censo eclesiástico de 1619, ejecutado en tiempos del tercer arzobispo de Lima, Bartolomé de Lobo Guerrero, consta que en casi toda la extensión de la arquidiócesis tenía vida la cofradía del Santísimo Sacramento; en primer lugar, en la Catedral de Lima, pero también en las parroquias de Santa Ana, San Sebastián y San Marcelo; en el pueblo del Cercado; en el puerto del Callao; en la Magdalena, a cargo de los franciscanos; en la doctrina de Lunahuaná, en la de Chinchán a cinco leguas de Pisco; en Coayllo y Calango, en Lea, Luren, Nazca, puerto de Pisco, (cofradías de españoles y de indios), Chunchanga, Sumay (sic), Villa de Arnedo (o Chancay), Huacho, Carrión de Velasco Unto a la actual Vigueta), San Damián (en Huarochirí), San Lorenzo de Quinta (también en Huarochirí), Cajatambo, Reyes (cerca de Junín), Ninacaca (en Huánuco), Óndores, San Juan de Huariaca (en Paseo), Concepción, Matahuasi, San Jerónimo de Tunán, Orcotuna, Cincos (estas seis últimas en el valle del Mantaro, a cargo de los franciscanos), Llapo, Chacas y el Obraje, Tauca, Piscobamba, Llamellín, Santo Domingo de Huari, Huántar y Chavín, Ichopincos, Huaraz (estas ocho últimas en Ancash), y en la iglesia mayor de la ciudad de Huánuco.

A decir verdad, de la estadística revisada consta que la más extendida era la Cofradía del Santísimo Sacramento, seguida de las de Nuestra Señora y de las Animas, en ese orden. Los cófrades se obligaban a una particular devoción al misterio eucarístico y se esmeraban en honrarlo, con el máximo esplendor posible, en la fiesta del Corpus Christi.

[1] José Bachs Cortina “La cofradía del Santísimo Sacramento en la letra y en el espíritu del canon 711, 2” XXX Congreso Eucarístico Internacional 1952 “La Eucaristía y la Paz” Tomo I, Barcelona 1952, pp. 797-800.

José Castelltort “Restablecimiento de la cofradía de la Minerva” - XXX Congreso Eucarístico Internacional 1952 “La Eucaristía y la Paz” Tomo I, Barcelona 1952, pp. 801-806

*Historiador eclesiástico. Director del Centro de Estudios Toribianos de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima. El presente artículo fue publicado por el autor en: “La devoción eucarística en los santos peruanos” Congreso Eucarístico del Norte del Perú. Arzobispado Metropolitano de Trujillo, Trujillo 2006, pp. 30-44.

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Foro


Esquizofrenia moral en la política
Criterios ante el proceso electoral en México
SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, domingo 17 junio 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos el artículo de nuestro colaborador el obispo de San Cristóbal de las Casas, México, sobre el actual proceso electoral que vive el país azteca y los criterios a tener en cuenta.

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+ Felipe Arizmendi Esquivel

HECHOS

Como estamos en un avanzado proceso electoral para elegir presidente de la República, senadores, diputados, gobernadores y presidentes municipales, la reportera de un diario nacional me preguntó si realmente existe un voto católico; es decir, si hay sectores que votan conforme a sus convicciones religiosas, por ejemplo por candidatos que enarbolan valores similares a los del catolicismo; o esto es un mito.

Le respondí que la mayoría de la gente vota por quien considera que le pueda mejorar sus ingresos económicos, y no se fija tanto en otros valores. Muchos van a los mítines de los candidatos para ver qué les regalan, o sólo para escuchar qué conjunto musical ameniza el evento, no tanto para conocer la forma de ser y de pensar de los diversos aspirantes, ni para escuchar sus propuestas y analizarlas; lo que más les importa es la economía. Como un importante empresario que intentaba convencernos a los obispos de las bondades de un candidato, fijándose sólo en datos económicos, sin considerar sus limitaciones en otros aspectos, como sus políticas antinatalistas, o su declarada convicción de que su fe católica nada tiene que ver con su práctica política.

Una buena parte de la población no toma en cuenta la religión del candidato, su estabilidad matrimonial, su actitud ante el aborto o la familia, qué piensa de la libertad religiosa, ni cuál podría ser su relación con las iglesias; lo que más les importa es lo material, su conveniencia personal. Pareciera que la fe de la mayoría de los votantes no tuviera nada que ver al decidir su voto. Sin embargo, sí hay personas maduras y conscientes, que analizan cuáles candidatos piensan y viven conforme a la propia fe, y este juicio les ilumina al votar.

CRITERIOS

Los obispos nos empeñamos insistiendo a la gente que analice todos los factores: económicos, sociales, políticos, educativos, laborales, culturales, etc., pero también los de índole moral y religiosa; que tomen en cuenta si un candidato tiene criterios y actitudes acordes con la propia fe (la mayoría de declaran católicos), o todo lo contrario, y que este análisis les ayude a decidir a quién apoyar con su voto. Sin embargo, son relativamente pocos quienes analizan la coherencia de vida de los candidatos con nuestra fe, y dan su voto a quien impulsa políticas no acordes con ella, sólo fijándose en aspectos meramente políticos y económicos. Hacemos documentos para iluminar las conciencias, pero son pocos quienes los toman en cuenta. Si su fe no es criterio para votar, es una fe trunca, mocha, incompleta, no madura, espiritualista, esquizofrénica.

En su vuelo hacia México, el papa Benedicto XVI dijo a los periodistas: “Hay en muchos católicos una cierta esquizofrenia entre la moral individual y la moral pública: individualmente son creyentes católicos, pero en la vida pública siguen otros caminos que no responden a los grandes valores del Evangelio, que son necesarios para el establecimiento de una sociedad justa. Es bueno educar para superar esta esquizofrenia, educar no sólo a una moral individual, sino a una moral pública. Esta moral pública debe ser una moral razonable y compartida, compartida también por los no creyentes, una moral de la razón”.

En Cuba, dijo claramente: “Cuando Dios es arrojado fuera, el mundo se convierte en un lugar inhóspito para el hombre. Dios nos ha creado como fruto de su amor infinito; por eso vivir conforme a su voluntad es el camino para encontrar nuestra genuina identidad, la verdad de nuestro ser, mientras que apartarse de Dios nos aleja de nosotros mismos y nos precipita en el vacío”.

PROPUESTAS

Si usted es creyente, si su fe es una luz que ilumina sus decisiones y no vive en esquizofrenia, analice qué candidatos son más coherentes, en sus declaraciones y en su vida, con los postulados de la propia fe: ¿Cuál es su actitud ante la familia, el aborto, las uniones homosexuales, la religión, los pobres, el abandono del campo, la corrupción, la inseguridad, el narcotráfico, la migración, la violencia, los derechos de la mujer? La fe exige moral, pero también es justicia, verdad, amor.

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Documentación


La semilla de mostaza, imagen del Reino de Dios
Palabras de Benedicto XVI al introducir el rezo del Ángelus
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 17 junio 2012 (ZENIT.org).- A las 12 de hoy, Benedicto XVI se asomó a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico vaticano para recitar el Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro. Ofrecemos las palabras del papa al introducir la oración mariana.

*****

Queridos hermanos y hermanas:

La liturgia de hoy nos ofrece dos breves parábolas de Jesús: la de la semilla que crece por sí misma y la del grano de mostaza (cf. Mc. 4, 26-34). A través de imágenes del mundo de la agricultura, el Señor presenta el misterio de la Palabra y del Reino de Dios, e indica las razones de nuestra esperanza y de nuestro compromiso.

En la primera parábola, la atención se centra en el dinamismo del sembrado: la semilla que se echa en la tierra, sea que el agricultor duerma o sea que esté despierto, crece por sí misma. El hombre siembra con la confianza de que su trabajo no será infructuoso. Lo que sostiene al agricultor en su trabajo diario es precisamente la creencia en el poder de la semilla y en la bondad de la tierra. Esta parábola se refiere al misterio de la creación y de la redención, del trabajo fecundo de Dios en la historia. Él es el Señor del Reino, el hombre su humilde colaborador, el que contempla y disfruta de la acción creadora divina y espera pacientemente los frutos. La cosecha final nos recuerda la intervención final de Dios al final de los tiempos, cuando Él establecerá a plenitud su Reino. El momento actual es el momento de la siembra, y el crecimiento de la semilla está asegurada por el Señor. Todo cristiano, por tanto, sabe que debe hacer todo lo posible, pero que el resultado final depende de Dios: este conocimiento lo sostiene en el trabajo diario, especialmente en las situaciones difíciles. En este sentido, escribe san Ignacio de Loyola: "Actúa como si todo dependiera de ti, sabiendo muy bien que en realidad todo depende de Dios" (cfr. Pedro de Ribadeneira, Vita di S. Ignazio di Loyola, Milán, 1998).

La segunda parábola utiliza también la imagen de la semilla. Aquí, sin embargo, es una semilla particular, el grano de mostaza, considerado el más pequeño de todas las semillas. A pesar de lo pequeño, sin embargo, está lleno de vida, y al partirse nace un brote capaz de romper el suelo, de salir a la luz solar y de crecer hasta convertirse en "la más grande de todas las plantas del jardín" (cfr. Mc. 4,32): la debilidad es la fuerza de la semilla, el partirse es su fuerza. Así es el Reino de Dios: una realidad humana pequeña, compuesta por quien es pobre de corazón, por quien no confía solo en su propia fuerza, sino en la del amor de Dios, por quien no es importante a los ojos del mundo; no obstante, a través de ellos irrumpe el poder de Cristo y transforma aquello que es aparentemente insignificante.

La imagen de la semilla es particularmente querida por Jesús, ya que expresa claramente el misterio del Reino de Dios. En las dos parábolas de hoy esto representa un "crecimiento" y un "contraste": el crecimiento que se produce debido al dinamismo presente en la semilla misma y el contraste que existe entre la pequeñez de la semilla y la grandeza de lo que produce. El mensaje es claro: el Reino de Dios, incluso si requiere nuestra cooperación, es ante todo un don del Señor, gracia que precede al hombre y a sus obras. Nuestra pequeña fuerza, aparentemente impotente ante los problemas del mundo, si entra en aquella de Dios no teme a los obstáculos, porque la victoria del Señor es segura. Es el milagro del amor de Dios, que hace que todas las semillas germinen y hace crecer cada semilla de bien diseminada en el suelo. Y la experiencia de este milagro de amor nos hace ser optimistas, a pesar de las dificultades, los sufrimientos y el mal con que nos encontramos. La semilla brota y crece, porque la hace crecer el amor de Dios. La Virgen María, quien ha escuchado como "tierra buena" la semilla de la Palabra de Dios, fortalezca en nosotros esta fe y esta esperanza.

Traducido del original italiano por José Antonio Varela V.

©Librería Editorial Vaticana

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