24.06.12

El papelón ramplón del Diccionario de la RAE

A las 7:40 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

Lo mismo que la enseñanza española está en la cola de Europa. Lo mismo que la formación literaria está en declive demostrado. Lo mismo que las ortografía y la prosodia son piezas de un museo inexistente de la lengua española. Lo mismo la Real Academia de la Lengua ha decaído en sus funciones, en sus ingresos elegidos a dedo, en su poca presencia social, en su limpiar y dar esplendor a la lengua cervantina.

Hasta hace muy poco tiempo, la entrada de nuevos términos en el Diccionario, era una larga carrera de obstáculos, estudios, pruebas y votaciones entre los miembros de tan docta corporación.

Ahora, la frivolidad con la que recogen palabras y palabros de la jerga social y los elevan a la inmortalidad del Diccionario, es síntoma de que la RAE ha perdido el norte como otras instituciones de la España de siempre.

El haber introducido el concepto de matrimonio homosexual es la mayor prueba de lo que estoy diciendo. Por dos motivos:

1.- La ley del matrimonio homosexual yace en los almacenes del Tribunal Constitucional, tan criticado en estos días, en espera que el órgano jurisdiccional tenga a bien emitir su opinión. Al estar la mitad de los miembros del Tribunal en estado de inestabilidad laboral, y al estar produciéndose el intercambio de cromos entre los partidos para decidir a quienes colocan o no. Se supone que ese dictamen tarde más tiempo del que ya lleva durmiendo en los laureles jurisdiccionales.

2.- La cercanía del día del orgullo gay, será más fiesta este año, gracias a la entrada que el concepto matrimonio homosexual ha conseguido en el Diccionario de la RAE, quien de esta manera contribuye a más celebraciones y jolgorios de esa fecha.

Los sesudos, antiguos e históricos miembros de la Academia, ya difuntos, estarán rascándose la calota dentro de la fosa funeraria, musitando en el silencio de los cementerios: ¡No era esto, no era esto¡.

Frase que han repetido otros intelectuales españoles a lo largo de nuestra historia reciente, cuando con sus pensamientos contribuyeron, por ejemplo a traer, la II República en la década de los años treinta.

Lo que falta ya al Diccionario es suprimir términos que están en la historia de la mejor literatura picaresca clásica, que podrían ser tachados políticamente incorrectos en estas calendas que ahora nos ha tocado vivir.

Por eso, advierto que todo es posible, en una sociedad vacía, ignorante, dominada por fuertes poderes ansiosos de conseguir que la cuadratura del círculo sea un dogma social a tragar por las bocas equis.

Por la mía no entra, porque no me da la gana.

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Tomás de la Torre Lendínez