Palabras del Papa en el Ángelus dominical

San Juan Bautista, precursor de Jesús en la predicación y el martirio

 

En sus palabras previas al rezo del Ángelus, frente a los miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI ha recordado la vida de San Juan Bautista, precursor de Jesús desde su concepción y cuya fiesta llama a los cristianos «a convertirnos, a testimoniar a Cristo y anunciarlo a tiempo y a destiempo». Exhortó el Santo Padre a que «quien fue la voz que dio a conocer a Cristo, Cordero que quita el pecado del mundo, nos sigue invitando hoy a escuchar y a acoger la divina Palabra, de la que él mismo dio testimonio, incluso con el derramamiento de su sangre»

24/06/12 5:11 PM


(Zenit/Aci/EWTN)En sus palabras previas al rezo del Ángelus, frente a los miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre recordó la vida de San Juan Bautista e indicó que “si se excluye la Virgen María, el Bautista es el único santo de quien la liturgia festeja el nacimiento, y lo hace porque está estrechamente relacionado con el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios”. “Desde el seno materno, en efecto, Juan es el precursor de Jesús: su prodigiosa concepción es anunciada por el Ángel a María como signo de que “nada es imposible a Dios”.

“Animado por el Espíritu Santo, Zacarías habló así de la misión del hijo: ‘y tú niño serás llamado Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor preparando sus caminos, para anunciar a su Pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados’”. “Cuando un día, desde Nazaret, viene Jesús mismo para hacerse bautizar, Juan primero rechazó, pero luego aceptó, y vio el Espíritu Santo posarse sobre Jesús y oyó la voz del Padre celeste que lo proclamaba su Hijo”.

El Santo Padre señaló que, sin embargo, la misión de San Juan Bautista no se había cumplido aún, pues “poco tiempo después, se le pidió que anticipara a Jesús también en la muerte violenta. Juan fue decapitado en la cárcel del rey Herodes y así dio pleno testimonio del Cordero de Dios, a quien él, primero que todos, había reconocido e indicado públicamente”.

El Papa recordó que “la Virgen María ayudó la anciana pariente Isabel a llevar hasta el final el embarazo de Juan”. “Ella ayude a todos a seguir a Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios, que el Bautista anunció con gran humildad y ardor profético”, concluyó.

A los asistentes de lengua hispana, les dijo: “Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración mariana, en particular a los miembros de la comunidad boliviana en Italia, aquí presentes. La Iglesia celebra hoy la Natividad de San Juan Bautista, precursor del Señor, que en el seno materno exulta de gozo al llegar el Salvador del género humano. Quien fue la voz que dio a conocer a Cristo, Cordero que quita el pecado del mundo, nos sigue invitando hoy a escuchar y a acoger la divina Palabra, de la que él mismo dio testimonio, incluso con el derramamiento de su sangre. Confiemos estos propósitos a la Santísima Virgen María, a la que hoy deseo invocar bajo los gloriosos títulos de Copacabana y Urkupiña. Feliz domingo”.