25.06.12

Meditaciones sobre el Credo 9.- En la Santa Iglesia Católica

A las 12:23 AM, por Eleuterio
Categorías : Serie meditaciones sobre El Credo

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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Explicación de la serie

El Credo

El Credo representa para un católico algo más que una oración. Con el mismo se expresa el contenido esencial de nuestra fe y con él nos confesamos hijos de Dios y manifestamos nuestra creencia de una forma muy concreta y exacta.

Proclamar el Credo es afirmar lo que somos y que tenemos muy presentes en nuestra vida espiritual y material a las personas que constituyen la Santísima Trinidad y que, en la Iglesia católica esperamos el día en el que Cristo vuelva en su Parusía y resuciten los muertos para ser juzgados, unos lo serán para una vida eterna y otros para una condenación eterna.

El Credo, meditar sobre el mismo, no es algo que no merezca la pena sino que, al contrario, puede servirnos para profundizar en lo que decimos que somos y, sobre todo, en lo que querríamos ser de ser totalmente fieles a nuestra creencia.

La división que hemos seguido para meditar sobre esta crucial y esencial oración católica es la que siguió Santo Tomás de Aquino, en su predicación en Nápoles, en 1273, un año antes de subir a la Casa del Padre. Los dominicos que escuchaban a la vez que el pueblo aquella predicación, lo pusieron en latín para que quedara para siempre fijado en la lengua de la Iglesia católica. Excuso decir que no nos hemos servido de la original sino de una traducción al castellano pero también decimos que las meditaciones no son reproducción de lo dicho entonces por el Aquinate sino que le hemos tomado prestada, tan sólo, la división que, para predicar sobre el Credo, quiso hacer aquel Doctor de la Iglesia.

9.- En la Santa Iglesia Católica

Santa Iglesia Católica

Para un católico manifestar creencia por la Iglesia que lo acoge es algo más que decir, simplemente, que está en su comunidad de creyentes. Decir, así, que cree en la Iglesia católica es llevar, en su corazón, la voluntad de Dios a pleno cumplimiento.

Nadie puede negar que la Iglesia, en cuanto grupo de personas que tienen una fe sólida y profunda y que fue creada por Jesucristo, haya pasado, a lo largo de su historia, por etapas muy distintas. Así, desde ser un pequeño grupo de personas que procuraban practicar su fe y ser perseguidos por ello, hasta tener un gran poder que se imponía, incluso, al que lo era civil, muchas cosas han pasado en el seno de lo que Cristo quiso fuera su legado.

La Iglesia católica, sin embargo, es un misterio que tiene una relación directa con la Santísima Trinidad pues fue fundada por el Hijo que, enviado por el Padre dejó, para siempre, su Espíritu en el seno de la misma. Pero, además, es una realidad muy compleja que no podemos limitar a lo que de organización tiene porque por muy necesaria que sea la misma no es menos cierto que existe un aspecto, la fe, sin el cual nada se entiende de la llamada, también, Esposa de Cristo. Como tal es guiada por el Espíritu Santo Dios que la anima y la llena por dentro y que, además, la transforma en un medio que sirve a la voluntad de Dios consistente, no lo olvidemos, en hacer alcanzable la salvación de Dios a los hombres o, lo que es lo mismo, un verdadero sacramento de salvación.

Es muy importante, pues, tener siempre presente que la Iglesia católica es, como hemos dicho supra, un sacramento de salvación y que es, además, universal. Y eso significa que, por ejemplo

-es fruto de la obra salvífica de Cristo. Tiene, por lo tanto, como función, manifestar y hacer presente la salvación de Dios a toda la humanidad,

-aquello que supone la unidad íntima con Dios y, además, la que ha de manifestar toda la humanidad, ha de inspirar el ser y el hacer de la Iglesia católica. Y,

-es la comunión de vida, la oración, el compartir los bienes, la escucha constante de la Palabra y la celebración de los Sacramentos lo que trata de vivir la Iglesia católica.

Por eso, exactamente por eso, el funcionamiento de la Esposa de Cristo no ha de perjudicar la misión aquí expresada para que se cumpla aquello que escribió San Pablo en la Segunda Epístola a los de Corinto cuando dijo que

“Este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que esa fuerza tan extraordinaria es de Dios y no viene de nosotros”,

pues como viene de Dios no puede ni debe ser malversado.

Imágenes de la Iglesia católica

Arriba hemos dicho que la Iglesia es un misterio y, como tal, no puede encasillarse (por su propia naturaleza de tal) en una palabra o definición que pudiera abarcar toda su santa y espiritual realidad. Por eso o, mejor, para tratar de comprender lo más posible el sentido que tiene la misma, bien podemos decir que la Iglesia católica es,

-Pueblo de Dios de la Nueva Alianza,

-Cuerpo Místico de Cristo. Y,

-Templo de Dios en el Espíritu Santo

En cada una de estas, digamos, imágenes, encontramos la esencia propia de la Iglesia católica y aquello sobre lo que manifestamos “Creo” cuando oramos con esta santa oración. Así, la Iglesia como Pueblo de Dios de la Nueva Alianza supone que Dios la elige, en efecto, como pueblo y establece con ella una Alianza que lo abre a todos los hombres, a la que se nace por la Fe y el bautismo, que se reúne para escuchar la Palabra de Dios y darle gracias por todo lo que a la misma entrega y dona y que es enviada al mundo (Pentecostés) para que sea testigo de Cristo y lo haga no sólo con palabras sino también con otras.

Pero es que la Iglesia católica, en cuanto considerada como Cuerpo místico de Cristo viene a significar que todos los creyentes formamos un solo cuerpo y, por tanto, han de haber quedado superadas todas las distancias y diferencias como muy bien da a entender el apóstol de los gentiles cuando, en la Epístola a los Gálatas (3, 27-29) escribe que

“En efecto, todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo: ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si sois de Cristo, ya sois descendencia de Abraham, herederos según la Promesa.”

Quede claro, por lo tanto, que la unidad entre los bautizados en Cristo nos conforma como una sola Iglesia a la que, por cierto, deberíamos buscar tender pues nuestro fundador, Hijo de Dios y hermano nuestro, distribuya su vida divina a todos los miembros de su Iglesia universal y nos capacita, además, para que podamos ser presencia de ahora mismo en el mundo porque, dice Cristo, que “separados de mí no podéis hacer nada” (Jn 15,5).

Y, por último, como expresión de las imágenes de la Iglesia católica, que la misma sea Templo de Dios en el Espíritu Santo ha de querer significar que en la misma el aliento de Dios se hace presente para darle vida y guiarla hacia el definitivo Reino de Dios, estando constituida la misma por las piedras vivas que somos los fieles y siendo Cristo su piedra angular, aquella que, en su día, desecharon los arquitectos (cf Salmo 117, 22).

Pero, en realidad, ¿qué es la Iglesia católica?

De muchas formas, al igual que en el caso de las imágenes citadas supra, se identifica a la Esposa de Cristo. Así, se le considera

-un redil en el sentido de lugar de la comunidad, cual grey de Dios, tiene su sentido y significado; redil que tiene una puerta por la que se entra que es Cristo mismo (cf Jn 10, 1-10) Es bien cierto que las ovejas, los creyentes, somos guiados por pastores que son humanos pero no es menos cierto que los mismos están alimentados por el mismo Cristo que es, como sabemos, Buen Pastor y Príncipe de los pastores porque para eso dio su vida por las ovejas.

- Pero, además, la Iglesia católica es, también, un Campo Cultivado que Dios plantó, cual agricultor que trabaja su mies, como si se tratase de una viña escogida. Siendo, además, la vid el mismo Cristo de la cual penden los sarmientos (nosotros mismos) cuya fecundidad se producirá, cual fruto, cuando sea voluntad del Creador.

-No deberíamos olvidar que la Iglesia católica también se puede considerar como Edificación de Dios pues se construye sobre la Roca firme que es Cristo y que, como hemos dicho arriba, es la piedra, por angular fundamental, que hicieron de menos aquellos que no comprendían ni su labor ni su verdadera realidad espiritual de Hijo engendrado por Dios.

Atributos de la Iglesia católica

La Iglesia es, como sabemos y profesamos, Una, Santa, Católica y Apostólica en tales atributos se encierra el valor espiritual que no deberíamos olvidar ni preterir por conveniencias humanas o comportamientos políticamente correctos. Así,

-es Una porque en su modelo prima la consideración de la unidad e un solo Dios Padre e Hijo en el Espíritu Santo,

-es Santa porque Cristo, su fundador, la amó tanto que acabó dando su vida por ella y entregándose a una muerte injusta por el bien de la misma,

-es católica porque es universal en su sentido, en su misión y en todo aquello que supone su propia existencia. El tal nombre lo tiene desde que Ignacio de Antioquia, en una Epístola a los de Esmirna (8) dice, en un momento determinado, esto:

Seguid todos al obispo, como Jesucristo al Padre, y al colegio de ancianos (presbíteros) como a los Apóstoles. En cuanto a los diáconos, reverenciadlos como al mandamiento de Dios. Que nadie sin el obispo haga nada de lo que atañe a la Iglesia. Sólo aquella Eucaristía ha de ser tenida por válida que se hace por el obispo o por quien tiene autorización de él. Dondequiera que aparece el obispo, acuda allí el pueblo, así como dondequiera que esté Jesucristo, allí está la Iglesia Católica

y, por último, es apostólica en el sentido de enviada por Cristo para hacer discípulos en todo elm undo y haber confiado el Hijo de Dios en los Apóstoles para llevar a cabo tal misión. Y para que esto pueda ser posible, la sucesión apostólica de los Obispos es una garantía más que real y cierta de que la Iglesia que fundó Cristo es la misma que, en este tiempo que nos ha tocado vivir o en el que vivieron aquellos otros nosotros, permanece y peregrina.

No es poco cierto, por lo tanto, que la verdadera Iglesia de Jesucristo está donde los creyentes son fieles a la fe de aquellos hombres que el Mesías escogió como sus Apóstoles y tienen la sucesión apostólica de los obispos como buena y benéfica para su creyentes.

¡Alabado sea Jesucristo que fundó su Iglesia y la mantiene viva!

Leer 1.-. Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra

Leer 2.- Creo en Jesucristo, su Hijo, nuestro Señor

Leer 3.- Que fue concebido del Espíritu Santo y nació de la Virgen María

Leer 4.- Padeció Bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado

Leer 5.- Descendió a los infiernos, y al tercer día resucitó de entre los muertos

Leer 6.- Ascendió a los cielos y está sentado a la derecha del Padre

Leer 7.- Y de allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos

Leer 8.- Creo en el Espíritu Santo

Eleuterio Fernández Guzmán