Andrés Beltramo Álvarez, blog Sacro y profano

Según informó la sala de prensa del Vaticano la renuncia fue acogida según el apartado 402.2 del Código de Derecho Canónico, la ley fundamental de la Iglesia católica. El mismo considera dimisiones anticipadas de prelados por enfermedad o “causas de fuerza mayor”. Asimismo el pontífice designó como administrador apostólico de Merlo-Moreno a Alcides Jorge Pedro Casaretto, obispo emérito de la diócesis de San Isidro.

El caso de Fernando Bargalló, también presidente de la asociación Caritas en América Latina, precipitó en pocos días. Todo comenzó el martes 19 de junio cuando, durante la mañana, fue abordado por un periodista que le mostró las imágenes. En un primer momento el prelado las desconoció pero más tarde, en medio de una tempestad mediática, reconoció su veracidad y pidió perdón por su ligereza.

Ese mismo día la agencia de noticias AICA, de la Conferencia Episcopal Argentina, emitió un comunicado en el cual Bargalló sostuvo que la mujer retratada era una amiga de su infancia, pero negó haber mantenido una relación amorosa con ella. Por esas horas ya había consultado al presidente de los obispos y pastor de Santa Fe, José María Arancedo. También se había comunicado con el nuncio apostólico, Emil Paul Tscherrig.

El embajador del Vaticano en Buenos Aires dio parte inmediatamente a Roma sobre el caso, del cual tuvo conocimiento sólo a través de la prensa. Mientras tanto, con el paso de las horas, creció el desconcierto y la indignación en los círculos eclesiásticos argentinos.

La primera defensa esgrimida por el obispo ante el nuncio Tscherrig fue que la filtración de las fotografías respondió a un “complot político” en su contra. Es públicamente conocido el enfrentamiento que, en los últimos años, ha dividido a Bargalló y al actual intendente del Partido de Merlo, Raúl Othacehé. Pero también han sido legendarios los cruces entre la Iglesia católica y la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, por las cifras oficiales de la pobreza.

Existen otros elementos que abonan a la tesis del complot. Como trascendió a la prensa en los últimos días, la aventura del obispo y su amiga fue planeada con mucho cuidado para evitar ser descubierta. Ambos viajaron primero a Estados Unidos en días distintos y por compañías aéreas diversas. Una vez allí se trasladaron a México, donde visitaron varias playas.

Las fotografías datan del año 2011 y fueron captadas en el lujoso complejo Villa Puerto Ángeles de Puerto Vallarta, en el Pacífico mexicano. Sólo una labor de espionaje habría sido capaz de interceptar los detalles de la aventura, organizar un seguimiento, obtener las fotos y entregarlas a la prensa. Quien las tomó decidió guardarlas por casi dos años y eligió el momento justo para filtrarlas.

Por eso no puede descartarse completamente la “pista eclesiástica”. Bargalló, de 57 años, era uno de los candidatos a sustituir a Jorge Mario Bergoglio, actual arzobispo de Buenos Aires. El cardenal primado de la Argentina cumplió los 75 años el 17 de diciembre pasado y presentó su renuncia obligatoria al Papa, como lo marca la ley de la Iglesia. La difusión de las fotos fue un duro golpe que no sólo dejó al prelado de Merlo fuera de combate, sino también a sus eventuales impulsores.

El escándalo llegó a tales niveles hacia el fin de la semana pasada que obligó a su protagonista a convocar al presbiterio de su diócesis a una reunión extraordinaria. Allí, ante sus sacerdotes, finalmente aceptó su relación sentimental con la mujer, de 55 años, con quien efectivamente mantiene vínculos de amistad desde su infancia. Y anunció su renuncia al puesto.

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