3.07.12

México, ¿nace un nuevo “papable”?

A las 4:05 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Iglesia en América

Del Vatican Insider

México es el segundo país con mayor número de católicos en el mundo, después de Brasil. Pero cuenta sólo con cuatro cardenales, dos de los cuales ya pensionados. De los purpurados todavía activos uno ha adquirido, en los últimos días, una creciente notoriedad en Roma. Se trata del arzobispo de Guadalajara, Francisco Robles Ortega. ¿Un nuevo “papable”?

Nacido en la población de Mascota, en el católico estado mexicano de Jalisco, cuenta con 63 años. Desde el 7 de febrero guía una de las arquidiócesis más importantes de América Latina, tras haber dirigido la circunscripción eclesiástica de Monterrey.

Hombre de bajo perfil, que no gusta de la excesiva exposición pública, Robles Ortega ha cultivado una carrera siempre en ascenso.

Su formación en los seminarios de Autlán, Guadalajara y Zamora la completó con estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Fue primero obispo auxiliar de Toluca y después titular de la misma diócesis hasta que, en enero de 2003, Juan Pablo II lo designó como arzobispo de Monterrey.

Debió esperar el cambio de pontificado para recibir el birrete colorado. Benedicto XVI lo creó cardenal durante el Consistorio público del 24 de noviembre de 2007. A diferencia de otros purpurados de su generación, no fue incluido inmediatamente por el Papa en dicasterios clave de la Santa Sede. Sólo fue designado como miembro de la Pontificia Comisión para América Latina.

Pero en la Iglesia mexicana Monterrey no es lo mismo que Guadalajara, aunque las dos son sedes cardenalicias. Al hacerse cargo de la segunda, Robles Ortega se convirtió en el pastor de un pueblo cuna de mártires y santos, donde se encuentra el seminario más prolífico del mundo.

El pasado viernes 29 de junio el cardenal estuvo en Roma para recibir la insignia litúrgica del Palio de manos de Benedicto XVI. Durante la celebración de la misa por la festividad de los santos apóstoles Pedro y Pablo ocupó un puesto especial. Se ubicó a la izquierda del Papa en el altar mayor de la Basílica vaticana. Pronunció en latín varios pasajes de la ceremonia y abrazó al pontífice a la hora del saludo de la paz.

Un día después, el sábado 30, volvió a ser noticia. La sala de prensa de la Santa Sede anunció que será uno de los tres presidentes delegados de la próxima asamblea del Sínodo de los Obispos, que se realizará del 7 al 28 de octubre en El Vaticano.

Junto a Robles presidirán los trabajos de esa cumbre los también cardenales John Tong Hong, obispo de Hong Kong (China) y Laurent Monsengwo Pasinya, arzobispo de Kinshasa (República Democrática del Congo). No será un sínodo como otros, fue especialmente anhelado por el Papa quien eligió su tema: “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana”.

Interés doble del obispo de Roma, especialmente porque la asamblea tendrá lugar al inicio del “Año de la Fe”, el jubileo en el cual Benedicto XVI tiene grandes esperanzas para la revivificación del catolicismo en el mundo occidental.

Según dijo Robles Ortega al Vatican Insider, al Papa le preocupa la falta de proyección de la fe en la vida cotidiana y concreta de los fieles cristianos, algo que debería darse como una respuesta natural a la gracia de Dios.

No tener esa dicotomía, la fe vivida internamente y la vida corriendo por otro cauce. La fe debe ser motor para transformar la propia vida en el amor, en la justicia, en la verdad, en la fraternidad, en la solidaridad entre los hombre. Tal vez eso ha faltado, que la fe se proyecte en una transformación para hacer la vida más digna y más humana”, indicó.

Sostuvo que en América Latina el principal reto de la Iglesia católica son la deformaciones de la imagen de Dios. Y apuntó: “Para evitar deformaciones de Dios hay que volver a la expresión máxima de su palabra hecha carne, Cristo, y así no poner la fe en objetos, personas, en acontecimientos, en grupos o ideologías”.