Pertenecen al grupo punk Pussy Riot

Comienza el juicio contra las jóvenes que profanaron un altar de la Catedral ortodoxa de Moscú

 

El juicio contra tres miembros del grupo punk ruso Pussy Riot que fueron detenidas por ofrecer una actuación antigubernamental en el altar de la Catedral de Cristo Salvador de Moscú comenzó hoy entre protestas de sus partidarios. Durante la primera vista judicial, que transcurrió a puerta cerrada, el tribunal Jamovnicheski de la capital rusa ordenó prolongar por otros seis meses el arresto de las tres mujeres, cuyos abogados recurrieron esa decisión. Podrían ser condenadas hasta a 7 años de cárcel.

21/07/12 8:50 AM


(Efe/InfoCatólica) De esta forma, las jóvenes -consideradas presas de conciencia por Amnistía Internacional (sic)- continuarán en custodia hasta mediados de enero del próximo año, informan las agencias rusas.

La fiscalía fue la que solicitó prolongar el arresto de las detenidas, que son acusadas de vandalismo, según el artículo 213 del código penal, por atentar contra los valores tradicionales de la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR).

Mientras, la defensa pidió la inmediata liberación de sus clientes y su rehabilitación y adelantó que, si es necesario, recurrirá a las instancias internacionales, como el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.

Varias personas fueron detenidas frente a la corte en la protesta organizada por amigos y familiares de las imputadas, opositores e intelectuales, que acusan a las autoridades de organizar una caza de brujas.

Según la acusación, las tres jóvenes conspiraron «para cometer un acto de vandalismo por motivos de odio religioso y animosidad contra un grupo social», en referencia a los creyentes ortodoxos.

Profanación del altar

El pasado 21 de febrero, las encapuchadas componentes de Pussy Riot penetraron en una zona restringida del altar del principal templo ortodoxo ruso desde donde se ofician las homilías, imágenes que han visto cientos de miles de personas en youtube.

Además, las tres mujeres se desprendieron de varias de sus prendas y comenzaron a tocar la guitarra eléctrica, a cantar y a bailar en ropa interior.

La Iglesia rusa reaccionó indignada ante la profanación del lugar sagrado y pidió un severo castigo contra las mujeres, que podrían ser condenadas hasta a 7 años de cárcel.

Varios integrantes de Pussy Riot, cuya liberación ha sido demandada por numerosos opositores, activistas de derechos humanos, intelectuales y cancillerías occidentales, ya habían sido detenidas en enero por actuar sin autorización en la Plaza Roja de Moscú.