24.07.12

 

Érase una vez un pueblo que se había regido por jueces y por una ley que había recibido de Dios. Pero llegó una generación que quiso ser gobernada por un rey como ocurría con el resto de las naciones. Y así se lo pidieron a un profeta:

Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para ver a Samuel y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones. Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró al Señor.
Y dijo el Señor a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan, porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos. Ahora, pues, oye su voz, mas protesta solemnemente contra ellos, y muéstrales cómo les tratará el rey que reinará sobre ellos.
(1 Sam 8,9)

El profeta se puso a señalar al pueblo de Israel lo que le ocurriría en caso de tener rey:

Y refirió Samuel todas las palabras del Señor al pueblo que le había pedido rey. Dijo, pues:
“Así hará el rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro; y nombrará para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus campos y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus carros.
Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y amasadoras. Asimismo tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los dará a sus siervos.
Diezmará vuestro grano y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos. Tomará vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes, y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras. Diezmará también vuestros rebaños, y seréis sus siervos.
Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas el Señor no os responderá".
(1ª Sam 8,10-18)

¿Piensan ustedes que el pueblo se echó atrás ante semejante advertencia? Pues no:

Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo: “No, sino que habrá rey sobre nosotros. Y nosotros seremos también como todas las naciones, y nuestro rey nos gobernará, y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras".
(1ª Sam 8-19-20)

Lo que ocurrió después ya lo saben ustedes. Y si no, lean la Biblia. Efectivamente, se cumplió lo advertido por el Señor. De hecho, ese pueblo acabó dividiéndose en dos reinos, al frente de los cuales estaban dinastías cuyos miembros, salvo excepciones, parecían competir entre sí para ver cuáles eran más perversos. Abandonaron la ley de Dios y se entregaron al caos.

España

España era una nación católica en la que el sistema democrático no había tenido especial éxito por razones que son largas de explicar (p.e, el anticristianismo de un sector de los liberales, dispuesto a corregir lo que consideraba una causa de atraso y de anormalidad histórica). Tras una guerra civil, el país pasó a ser gobernado durante casi cuarenta años por un militar, Francisco Franco, con el respaldo de la Iglesia, a la que salvó del exterminio por el otro bando. No es mi intención juzgar ese periodo de nuestra historia reciente. En 1975 Franco murió y entramos en un proceso de transición hacia la democracia. Nos dimos a nosotros mismos una Constitución en la que desaparecía casi por completo toda mención a Dios, al evangelio y a cualquier cosa que oliera a la etapa anterior, salvo el hecho de que se mantuvo como Jefe del Estado a la persona que Franco había nombrado como su sucesor con el cargo de Rey.

Cultura de la muerte y unidad del país

Esa Constitución, como bien reconoció el cardenal Tarancón, abría la puerta al divorcio y al aborto -el primero se legalizó en 1981 y el segundo en 1985-, que son los pilares de la cultura de la muerte. También estableció una organización administrativa de la nación que se conoce como el estado de las autonomías. Buena parte de las competencias del estado serían transferidas del gobierno central a los autonómicos. A día de hoy, las tensiones independentistas de al menos dos regiones españolas, Cataluña y las Vascongadas -con deriva navarra-, no paran de crecer y amenazan claramente la unidad de la nación.

Montesquieu ha muerto

La presunta separación de poderes -que ya de por sí era relativa por obra y gracia del sistema de elección de los miembros del Tribunal Constitucional (TC), un órgano político y revoucionario en sus orígenes en los años 20- se fue a hacer gárgaras cuando el primer gobierno socialista decidió que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) pasaría a ser absolutamente politizado, de manera que todos sus miembros se elegirían por los partidos políticos con representación parlamentaria - entonces el PSOE tenía 202 diputados-. La Constitución decía que el sistema de elección habría de ser mixto, con un peso mayor de los propios jueces en la elección de su gobierno, pero la propia politización del TC hizo que no se declarara anticonstitucional una ley orgánica que se daba de tortas con la Carta Magna. Desde entonces, el poder judicial es mangoneado y controlado por los políticos de este país, anulando de esa manera uno de los pilares básicos de cualquier régimen que merezca el nombre de democrático.

Economía (I)

Ya durante la Transición la situación económica en España pasó a ser catastrófica debido al incremento del desempleo. En el primer trimestre de 1996, cuando el PSOE deja el Gobierno, trabajaban en España 12,62 millones de personas, una cantidad inferior a la de 1976, que era de 12,77 millones. El primer gobierno del PSOE emprendió una, dicen, necesaria reconversión industrial que supuso el desmantelamiento de buena parte de la industria pesada que se había ido construyendo desde la autarquía de los primeros años del franquismo en torno al Instituto Nacional de Industria (INI). La incorporación a la Comunidad Economica Europea en 1986 obligó a un segundo proceso de reconversión a partir de 1991, que fue acompañada -por exigencias de Europa- de una limitación de la capacidad productiva de sectores como el lácteo, la vid y el olivo.

Educación

El gobierno socialista introdujo diversos cambios en la política educativa. Por una parte, logró el acceso a la educación de toda la población en edad escolar. Pero al mismo tiempo puso en marcha una ley, la LOGSE, que supuso sin la menor duda una catástrofe para la formación de las nuevas generaciones de españoles. El resultado es claro. España está a la cola de Europa en cuanto al nivel formativo de sus estudiantes, con todo lo que eso implica para el desarrollo social y económico del país. Cuando el Partido Popular gobernó durante dos legislaturas, la segunda de ellas con mayoría absoluta, no quiso cambiar esa ley hasta al final, debido en parte a la oposición de los socialistas y de los naconalistas. Y cuando quiso fue tarde, pues la vuelta al gobierno del PSOE supuso la derogación de la reforma.

Corrupción política

Los niveles de corrupción política en España se dispararon durante las mayorías absolutas del PSOE. El nepotismo estuvo a la orden del día. El mangoneo de los fondos públicos fue el pan nuestro de cada día para un sector de la casta política. No mayoritario, pero sí lo suficientemente significativo como para que la población española se diera cuenta de que tenía un grave problema. El Partido Popular también ha tenido sus casos de corrupción, al igual que el PNV y CiU. Aun así, las urnas no han castigado casi nunca la corrupción política en este país. Es decir, a la mayoría de los españoles les importa relativamente poco que parte de sus gobernantes se lo lleven calentito a casa.

Continuará, Dios mediante…

Luis Fernando Pérez Bustamante