25.07.12

Toc, toc... ¿se puede?

A las 4:16 PM, por Jorge González Guadalix
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Las cosas, aunque son como son, se captan de forma diferente según el lugar desde donde se mire.

El evangelio y la doctrina de la Iglesia son como son, pero no es menos cierto que se viven, se experimentan y conocen un poco también según desde donde esté situado cada cual.

¿Cómo vive su fe día a día una religiosa contemplativa? ¿Y un monje? ¿Y un padre o madre de familia? ¿A qué retos se enfrenta un sacerdote? ¿Cómo se sitúan en la Iglesia un obispo, un vicario general, un misionero, un laico consagrado, una catequista de barrio, un voluntario de Caritas, un niño, un joven…?

Servidor es cura párroco en un barrio de Madrid. Feliz de ser cristiano y católico, encantado con su sacerdocio y el ministerio que le han encomendado, contento en la Iglesia a pesar de los pesares que no son otros que el pecado de los que somos sus miembros, ilusionado con la vida parroquial, normalito, con sus problemillas y limitaciones, pero convencido de que merece la pena dar la vida por la causa de Cristo el Señor en su Iglesia.

Hace más de seis años que comencé un blog con el título de “Jorge. De profesión, cura” (clarito, para que no hubiera dudas) en el que he ido volcando mis experiencias como cura en Madrid. Desde lo que supuso la construcción del centro parroquial inaugurado hace dos años, hasta la tarea de hoy, que se va multiplicando gracias a Dios.

En este blog, que puede visitarse sin problemas, han ido apareciendo las cuestiones más diversas: cosas de liturgia, Caritas, comentarios a cuestiones de actualidad, documentos de la Iglesia, anécdotas. Nada especialmente serio. Porque la vida del cura, el cura ese de parroquia que todos conocemos, es la vida del pato: no es un gran nadador, ni andarín ni volador… pero nada, anda y vuela.

Luis Fernando me propuso hace unos días incorporar mi blog a Infocatólica, un portal que como es natural conozco, sigo desde hace tiempo y respeto profundamente. Ya le dije lo que puedo aportar: poca cosa, apenas las reflexiones de un cura más como tantos que hay por esos mundos de Dios. Un cura, eso sí, feliz de ser cura, contento en la Iglesia, ilusionado en su pequeña parcela que Dios y el obispo le han encomendado, y que no tiene otra misión que tratar de mostrar a los hombres (y mujeres, que nadie se ofenda) el gozo de vivir el evangelio de Cristo en el seno de la Iglesia católica.

No sé cómo agradecer a Luis Fernando y a Infocatólica esta deferencia y esta oportunidad. Insisto. No tengo nada especial que aportar. Ni soy teólogo, ni experto pastoralista ni mis éxitos apostólicos son el asombro de la Iglesia universal. Soy un cura… por pura misericordia de Dios.

Gracias a todos. Ya me ayudaréis con vuestros comentarios y sugerencias a situarme correctamente en esta nueva etapa como “blogguer”. Pero sobre todo, al iniciar este camino en Infocatólica, elevad una oración por este hermano sacerdote para que sepa anunciar a todos los hombres, también en este medio, el tesoro de la gracia incomparable de Dios.

P.D. Seguro que más de uno se estará preguntando… ¿y este título? ¿Ser cura no es una vocación? Tranquilos. Mañana lo explico.