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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 27 de julio de 2012

Santa Sede

Comisión cardenalicia que investigó fuga de documentos entregó conclusiones al papa
A la reunión asistieron los integrantes del Tribunal del Estado vaticano

Nuevos nombramientos episcopales en España y Estados Unidos de Norteamérica
Cambios en las jurisdicciones eclesiásticas de Orihuela-Alicante y en San Francisco

Mundo

Más importante es la capacidad de encontrar trabajo que el puesto fijo
Consideraciones en torno a la Caritas in Veritate con la ministra de Trabajo de Italia

'Nos reconocemos aquí, Iglesia, pueblo en el que Dios habita'
Inaugurada la XVII Asamblea General de la Institución Teresiana

Pronunciamiento del presidente de la Conferencia Episcopal Peruana
Sobre reciente decisión de la Santa Sede en relación a la PUCP

Jornadas Mundiales de la Juventud

Se buscan voluntarios para la JMJ 2013
Abiertas también las inscripciones para la Feria de las vocaciones

En la escuela de san Pablo...

Vivir "de una manera digna de la vocación" recibida (Tiempo ordinario 17º - ciclo B)
Comentario a la segunda lectura dominical

Comentario al Evangelio

Multiplicar y compartir
Comentario al evangelio del Domingo 17 del Tiempo Ordinario/B

Entrevistas

Desobedecer una ley injusta es un imperativo moral
Entrevista al arzobispo de San Juan de Puerto Rico sobre la norma HHS (Parte final)


Santa Sede


Comisión cardenalicia que investigó fuga de documentos entregó conclusiones al papa
A la reunión asistieron los integrantes del Tribunal del Estado vaticano
CIUDAD DEL VATICANO, Viernes 27 julio 2012 (ZENIT.org).- La sala de prensa de la Santa Sede informó que este jueves 26, el santo padre recibió en audiencia a los señores cardenales Julián Herranz, Joseph Tomko y Salvatore De Giorgi, miembros de la Comisión cardenalicia encargada de realizar la investigación administrativa sobre la fuga de noticias reservadas. 

En la misma audiencia, el papa recibió a los integrantes del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, profesores Piero Antonio Bonnet y Nicola Picardi, Juez Instructor y Promotor de Justicia, respectivamente.

El santo padre, al ser informado sobre las conclusiones de la Comisión de cardenales y del desarrollo del proceso penal en curso, agradeció por la información recibida e instó a la Magistratura Vaticana a continuar su trabajo con diligencia.

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Nuevos nombramientos episcopales en España y Estados Unidos de Norteamérica
Cambios en las jurisdicciones eclesiásticas de Orihuela-Alicante y en San Francisco
CIUDAD DEL VATICANO 27 julio 2012 (ZENIT.org).- El santo padre Benedicto XVI ha realizado los siguientes nombramientos:

Al obispo Jesús Murgui Soriano, hasta ahora de Mallorca (España) como obispo de Orihuela-Alicante (superficie 4.415, población 1.653.786, católicos 1.405.718, sacerdotes 497, diáconos permanentes 7, religiosos 778), en España. Sucede al obispo Rafael Palmero Ramos cuya renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis fue aceptada por límite de edad.

Asimismo, ha nombrado al obispo Salvatore J.Cordileone, hasta ahora de Oakland (EE.UU.), como arzobispo de San Francisco (superficie 6.023, población 1866.000, católicos 488.000, sacerdotes 413, diáconos permanentes 78, religiosos 854), en Estados Unidos. Sucede al arzobispo George H. Niederauer, cuya renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis también fue aceptada por límite de edad.

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Mundo


Más importante es la capacidad de encontrar trabajo que el puesto fijo
Consideraciones en torno a la Caritas in Veritate con la ministra de Trabajo de Italia
Por Sergio H. Mora

ROMA, Viernes 27 julio 2012 (ZENIT.org).- “La profecía sobre el trabajo: ocupación y desarrollo en el pensamiento de Benedicto XVI”, este fue el título del encuentro organizado este martes 24 en el auditorio del Agustinianum de Roma, con la participación de la ministra de Trabajo y políticas sociales de Italia, Elsa Fornero, y del arzobispo de Cagliari, Arrigo Miglio, organizador de la semanas sociales de los católicos italianos.

Fue un debate sobre los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, que se realizó en un momento en el que Italia tiene un gobierno técnico empeñado en reformas a largo plazo destinadas a sacarla de la crisis, y que como sucede siempre, no pueden dejar de suscitar fuertes polémicas.

Para ZENIT, el arzobispo de Cagliari indicó dos puntos importantes sobre el encuentro:
“Primero que la ministra haya encontrado el tiempo, pero también nosotros los participantes para reflexionar sobre el tema del trabajo, en un discurso de fondo. Y segundo, que hemos encontrado muchas convergencias que ya conocíamos y que expresa la voluntad de buscar y trabajar juntos, y de hablarnos sinceramente. Así como la voluntad de colaboración que siempre ha tenido la Iglesia en Italia”.

Y sobre la dificultad de debatir sobre los principios de la encíclica de Benedicto XVI, Caritas in Veritate, con una política económica concreta como la del gobierno de la ministra, indicó: “Los principios entretanto van aplicados a situaciones concretas que a veces son provisorias porque están en transformación”. Y consideró positivo el principio subrayado por la ministra italiana: que ante todo “la centralidad de la persona humana tiene que ser defendida”.

Monseñor Miglio pidió ademàs que la “sociedad civil se una en torno a los jóvenes”, pues “quien está en dificultad tiene que recibir la respuesta de la solidaridad”, dijo.

La ministra de Trabajo y Bienestar social centró la exposición partiendo del hecho de que en el mundo globalizado las situaciones laborales no son inmóviles como en el pasado, así como son raras las posibilidades de hacer una carrera siempre dentro de la misma empresa.

Esto lleva, indicó Fornero, a una nueva cultura del trabajo, “que pone en el centro a la persona y su profesionalidad, y no al puesto fijo de trabajo que lamentablemente en estos tiempos se vuelve cada vez más raro”. La concepción de Benedicto XVI, subrayó la ministra, “considera la actividad humana más importante que la profesional” por lo tanto, “es necesario poner en el centro del mercado del trabajo no al puesto, sino a la persona, a su capital humano y sus conocimientos”.

“Es la capacidad de ser empleado, lo que es necesario valorizar --dijo--, y no el ‘apegarse’ por parte del empleado, a veces de manera desesperada, a su puesto de trabajo”. Porque existe un mercado del trabajo que es real, y por ello tiene que ser “dinámico e inclusivo, que no deje al margen a nadie, iniciando por las mujeres y los jóvenes”.

La ministra indicó también que “es necesario que los jóvenes inicien a trabajar apenas terminan los estudios, y no después de meses o años como sucede ahora. Pero también se necesita rehabilitar oficios que los jóvenes de hoy consideran viles”.

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'Nos reconocemos aquí, Iglesia, pueblo en el que Dios habita'
Inaugurada la XVII Asamblea General de la Institución Teresiana
Por Nieves San Martín

MADRID, viernes 27 julio 2012 (ZENIT.org).- “Nos reconocemos aquí, Iglesia, pueblo en el que Dios habita”, afirmó Loreto Ballester, directora general de la Institución Teresiana, en el discurso inaugural de la XVII Asamblea general de esta asociación internacional de fieles, que se celebra desde el 25 de julio en Los Negrales, Madrid, España. La Asamblea fue proclamada por la Directora General como “Asamblea de la Esperanza”, con el lema “... para que vayáis y deis fruto” (Jn. 15, 16).

El objetivo general de esta Asamblea es “Acoger y relanzar la Institución Teresiana, con fidelidad dinámica, a los cien años de su fundación, asumiendo con nueva responsabilidad y entusiasmo el carisma recibido, con diversidad de modalidades asociativas y de compromiso, y la función específica de la Asociación Primaria para toda la Institución”. Las delegadas a esta Asamblea General representan a los miembros de la Institución Teresiana presentes en treinta países de cuatro continentes.

El gesto de cuatro asambleístas --una por cada continente en los que está presente la Institución teresiana --de acercar una gran vela a los pies de un cuadro de san Pedro Poveda, fundador de la asociación, y la invocación al Espíritu a través del canto “el Espíritu del Señor está sobre mí...”-, precedió el acto.

En la mesa, Loreto Ballester, presidenta de la Asamblea, acompañada por María Luz Renuncio, vicedirectora general, y Marisabel Tellería, quien en su calidad de secretaria general del sexenio 2006 - 2012, leyó la carta de convocatoria a la Asamblea de la directora general.

Loreto Ballester dio lectura al mensaje del papa Benedicto XVI enviado a través de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, en el que “saluda cordialmente a los miembros de la Institución Teresiana reunidos en su XVII Asamblea General, y suplica al Espíritu Santo que su gracia los sostenga e ilumine para que, siguiendo las huellas y el ejemplo de san Pedro Poveda, encuentre los caminos más adecuados para vivir hoy con incansable entrega su generoso servicio a la edificación del Reino de Dios”.

María Luz Renuncio leyó una cordial carta del cardenal Estanislaw Rylko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, en la que expresa su valoración a la figura de san Pedro Poveda, “sacerdote y mártir, que supo responder a los desafíos de su tiempo con un gran compromiso y radicalidad, viviendo la fe hasta las últimas consecuencias”. Reconoce la actualidad del carisma, recuerda que “Poveda anticipa lo que años más tarde el Concilio Vaticano II afirmará sobre la misión de los laicos y la llamada universal a la santidad”, e invita a los miembros de la Institución a “vivir el Año de la fe con una auténtica y renovada conversión al Señor, único salvador del mundo, conversión necesaria para que la sal no se vuelva insípida”.

Gozo por el primer Centenario

Loreto Ballester, en su discurso inaugural, recordó momentos clave en la historia de la Institución Teresiana que tuvieron como protagonistas singulares a san Pedro Poveda, a la sierva de Dios Josefa Segovia y tantas personas que contribuyeron a dar identidad a la Obra Teresiana, hoy centenaria.

“Nos reconocemos aquí, Iglesia, pueblo en el que Dios habita”, expresó Loreto Ballester. “Traemos aquí a nuestro mundo, y en él a la Institución Teresiana”, dijo, recordando la vida de las personas mayores de la Institución tanto de la Asociación Primaria como de las asociaciones ACIT. También la de aquellos miembros de la Institución que están “en lugares perdidos, en pequeños grupos o en mega urbes”; a los “más jóvenes en el núcleo”; la vida de “los miembros ACIT”, la de los jóvenes en circunstancias difíciles... a las personas que “el sufrimiento de tipos distintos pone amargura en el alma”... Finalmente, “a todas las personas, con sus entornos vitales, queremos traer hoy aquí", dijo.

La directora general valoró el amplio significado de las celebraciones del primer Centenario de la Institución Teresiana en el mundo, confiando en “la renovación que de ellas esperamos”. En otra parte de su discurso definió y puntualizó aspectos sobre los objetivos de la actual Asamblea, y dedicó unas palabras a los miembros del núcleo propulsor de la Institución Teresiana.

Finalmente, aludió a una carta en la que san Pedro Poveda se refiere a la Obra como "feliz proyecto", con el sentido de que sus miembros hoy se reconozcan en “este Feliz Proyecto”, y renueven sus energías en pos de la finalidad de la Institución Teresiana.

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Pronunciamiento del presidente de la Conferencia Episcopal Peruana
Sobre reciente decisión de la Santa Sede en relación a la PUCP
LIMA, Viernes 27 julio 2012 (ZENIT.org).- El presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, monseñor Salvador Piñeiro García-Calderón, tras el reciente decreto de la Santa Sede que prohibe a la Pontificia Universidad Católica de Perú (PUCP) a usar los apelativos de "Pontificia" y "Católica", por no haber adaptado sus estatutos a lo dispuesto por la Santa Sede, emitió un comunicado de plena adhesión a la decisión del santo padre Benedicto XVI.

El comunicado, fechado el pasado 24 de julio, consta de cinco puntos y está firmado por el también arzobispo metropolitano de Ayacucho. El texto íntegro puede leerse en: www.iglesiacatolica.org.pe/comunicado-cep-240712.htm

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Jornadas Mundiales de la Juventud


Se buscan voluntarios para la JMJ 2013
Abiertas también las inscripciones para la Feria de las vocaciones
RÍO DE JANEIRO, Viernes 27 julio 2012 (ZENIT.org).- Cuando falta menos de un año para el inicio de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Río, los organizadores siguen recibiendo solicitudes de jóvenes y adultos que desean dedicar su tiempo como voluntarios del maxi evento en la ciudad carioca. 

Para ser voluntario es necesario tener al menos 18 años y no hay límite para los adultos. Los organizadores están estudiando también la posibilidad de aceptar a jóvenes a partir de los 16 años que tengan la autorización de los padres. Los voluntarios se ponen a disposición del comité organizador ofreciendo su colaboración gratuita para la preparación y realización del evento en sus diversas fases. Ya muchos voluntarios están trabajando, si bien la mayor parte iniciará su colaboración algunas semanas antes de la ceremonia de apertura, o sea que deberán llegar a Río al menos unos 15 días antes.

Feria vocacional

La inscripción está abierta también para congregaciones, movimientos y comunidades religiosas que quieran participar a la Feria de las Vocaciones, que tendrá sede en el barrio Urca, en la plaza General Tiburcio, desde donde parte el funicular que lleva al Pan de Azúcar, una de las mayores atracciones turísticas de la ciudad.

“Cuando los jóvenes llegarán a la JMJ, verán las insignias de la Feria de las Vocaciones, con los mensajes de los santos que les llevará a interrogarse sobre su vocación”, explicó el diácono Arnaldo Rodriguez, uno de los responsables de la preparación pastoral del evento. “Habrá un palco para conciertos, prédicas, momentos de oración y un lugar para reflexiones”. Y serán preparadas también grandes carpas para la adoración del Santísimo Sacramento, para las misas y para el sacramento de la confesión.

La finalidad de la Feria – prosiguió Rodríguez- no es “para satisfacer la curiosidad de los jóvenes” sino “un evento clave” de la JMJ, para que cada uno pueda discernir la propria vocación. “Las congregaciones, seminarios diocesanos y comunidades rezarán con los jóvenes. Mostrarán no solamente su carisma particular sino también la ocasión de encontrar al Señor” dijo.

Los criterios para participar son: presencia activa en Brasil del movimiento candidato; presencia en otros países y el de estar clasificado por el Código de Derecho Canónico. También los movimientos que no tienen reconocimiento diocesano o pontificio pueden inscribirse, si bien tendrán la precedencia los canónicamente reconocidos.

Para mayores informaciones escribir a: feiravocacional@rio2013.com

Y los interesados en inscribirse como voluntarios pueden hacerlo en:www.rio2013.com/es/voluntarios

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En la escuela de san Pablo...


Vivir "de una manera digna de la vocación" recibida (Tiempo ordinario 17º - ciclo B)
Comentario a la segunda lectura dominical
ROMA, viernes 27 julio 2012 (ZENIT.org).- Nuestra columna "En la escuela de san Pablo..." ofrece el comentario a la segunda lectura, y la aplicación correspondiente para el 17º domingo del Tiempo ordinario.

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Pedro Mendoza, LC

"Os exhorto, pues, yo, preso por el Señor, a que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros por amor, poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos". Ef. 4,1-6

Comentario

Con este pasaje san Pablo introduce sus exhortaciones morales a la comunidad de Éfeso, iluminando uno de sus frutos: conservar la unidad del espíritu (4,1-6). Es la unidad de los miembros en el cuerpo de Cristo, la unidad de la Iglesia en el amor y la paz.

En la primera parte de la exhortación, san Pablo coloca los presupuestos de toda vida moral: humildad y mansedumbre (vv.1-3). El verbo "os exhorto", que abraza una serie de acciones como pedir, instar, conjurar e incluso consolar, denota un sentido de elevada autoridad, pero también de preocupación, de amor, de comprensión, en una palabra, todo el corazón de san Pablo. Él menciona su condición de "preso por el Señor", con todo lo que ello significa, para abrir los corazones y despertar la disponibilidad, incluso para el sacrificio. Quiere que sepan bien que él lleva estas cadenas por su predicación a los paganos, por ellos concretamente, a quienes exhorta a que vivan "de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados" (v.1). ¿En qué consiste para san Pablo una vida "digna de la vocación"? En todo lo que viene a continuación, pero en primer lugar en la humildad, la mansedumbre, la paciencia, el perdón y la tolerancia recíproca con vistas al logro de un alto objetivo: conservar en paz "la unidad del Espíritu" (vv.2-3). Después de todo lo dicho sobre la Iglesia como cuerpo de Cristo, significa esto conservar la unidad operada por el Espíritu Santo en el único cuerpo de Cristo. Se trata de "conservar", porque existe ya previamente como obra del Espíritu.

El camino para ello lo describe san Pablo como una vida, propiamente acompañada de "toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros por amor" (v.2). ¿Qué significa humildad? Es la actitud del hombre, que se inclina a lo bajo, pero sobre todo al servicio; es también la renuncia consciente al honor, a las apariencias, a la importancia, al poder; es asimismo la muerte del yo natural, que desde nuestros primeros padres quiere vivir cada vez más a su antojo. Íntimamente ligada con la humildad está la mansedumbre. Esa suavidad de ánimo que renuncia conscientemente a la utilización de la violencia y de la dureza, que sabe ceder y renunciar al amor propio. Y en todo ello debe buscarse este fin: "... conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz" (v.3).

En la segunda parte del pasaje, san Pablo indica el fundamento de esa unidad a la que exhorta a los creyentes en Cristo (vv.4-6). En tres escalas tripartitas coloca el Apóstol su idea sobre la unidad: comenzando por la del cuerpo en el Espíritu, pasando por la unidad del Señor, hasta llegar a la unidad de Dios. En el v.4 inicia indicando el primer fundamento de la unidad: "Un solo Cuerpo...". Este cuerpo de Cristo es la Iglesia, que se nombra aquí en primer lugar, aun antes que el Espíritu, sencillamente porque se trata de su conservación. Quizá también porque la alusión a un organismo vivo pone al descubierto el contrasentido de todo aquello que puede actuar en este cuerpo para herirlo, desgarrarlo o matarlo. "...un Espíritu", que es como el alma de este cuerpo, lo crea propiamente como esencia viva y lo mantiene en cohesión como fuente de vida. Es un espíritu personal, al que no se puede contristar (4,30). Es el Espíritu, que es la garantía de nuestra esperanza "prenda de nuestra herencia" (1,14). El Apóstol vincula a continuación la esperanza al Espíritu Santo: "como una es la esperanza a que habéis sido llamados". Por consiguiente, no guardar la unidad del Espíritu es lo mismo que pecar contra la realidad en que el cristiano debe vivir, contra el único cuerpo, contra el único Espíritu y contra la gran esperanza.

En segunda lugar san Pablo coloca como fundamento de la unidad al único "Señor" (4,5). Esta era para los primeros creyentes la jubilosa confesión que los convertía en cristianos. Él es nuestro Señor, la cabeza, cuyos miembros hemos llegado a ser nosotros por "una sola fe" y por "un solo bautismo", en el que hemos recibido el sello divino del Espíritu Santo (1,13).

Concluye san Pablo este pasaje indicando el tercer fundamento de la unidad, el Padre, que es el último en la escala ascendente y el primero en la jerarquía de origen: "un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos" (4,6). "Un solo Dios" no se refiere aquí primariamente a Dios en contraposición a los otros dioses, sino más bien a la fuerza unificadora que realiza esta unidad de Dios. Añade el Apóstol aquí el nombre de "Padre", que pone en la unidad de Dios como vínculo unificador la nota cálida de lo personal, de la relación vital de un Padre con sus muchos hijos. Y se trata de este Padre que ama a todos, reina "sobre todos", dominando, vigilando, cuidando. Actúa "a través de todos": ninguno de sus hijos vive para sí, todos están de alguna manera al servicio de su amor paternal, en calidad de instrumentos suyos. Y finalmente: habita "en todos". Aquí encuentra su última causa el interés por conservar la unidad del Espíritu; causa que igualmente comprende, como último motivo, todo lo anterior; pues la inhabitación de Dios "en todos" se realiza felizmente ahora en Cristo, el único Señor, y por el único Espíritu Santo.

Aplicación

Vivir "de una manera digna de la vocación" recibida.

La liturgia de la Palabra de este domingo nos exhorta a vivir con coherencia nuestra vocación cristiana. Por una parte, como nos refiere el Evangelio y la primera lectura, son abundantes las gracias y dones de amor que Dios nos concede, comenzando por el don de la Eucaristía. De ahí que, por otra parte, el Apóstol nos ponga en guardia para no caer en el error de sólo acoger esos dones de Dios, sino que además es preciso que aprendamos a vivir "de una manera digna de la vocación" recibida.

En la segunda lectura san Pablo nos exhorta a comportarnos de forma digna de nuestra vocación (Ef 4,1-6). Por ello debemos ser siempre dóciles al Señor y acoger sus gracias, tanto cuando se nos da pródigamente como cuando nos exige alguna renuncia por nuestro bien. Estamos llamados a vivir nuestra vocación al amor conservando la unidad, distintivo del amor que nos une a Dios y a los demás. No puede existir entre nosotros o para con Dios división o separación de ningún tipo. Todos los dones de Dios nos empujan a la unión fraterna, y nosotros no debemos aceptar ningún motivo de división, de conflicto o de tensión. Por ello el Apóstol nos recuerda el fundamento que sostiene nuestra comunión: "Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza [...]. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos [...]" (vv.4-6).

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Comentario al Evangelio


Multiplicar y compartir
Comentario al evangelio del Domingo 17 del Tiempo Ordinario/B
ROMA, viernes 20 julio 2012 (ZENIT.org).-Ofrecemos el comentario al evangelio del domingo por el padre Jesús Álvarez, paulino.

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Jesús Álvarez, SSP

"Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades. Lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía sanando a los enfermos. Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a Él y dijo a Felipe: «¿Dónde compraremos pan para darles de comer?» Él decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer. Felipe le respondió: «Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan». Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: «Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?» Jesús le respondió: «Háganlos sentar». Había mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y eran unos cinco mil hombres. Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron". (Juan 6, 1-15).

La orden de Jesús "choca" con la pregunta de los discípulos: ¿Cómo podemos dar de comer a tanta gente en un descampado? En realidad, Jesús solo les pedirá que repartan los panes y pescados que Él va a multiplicar. Con la multiplicación de los cinco panes y los dos pescados, el Maestro quiere preparar a los discípulos para la revelación sobre el Pan Eucarístico y el Pan de la Palabra, que ellos –-y sus sucesores a través de los siglos--, multiplicarán y repartirán a multitudes hasta el fin del mundo, para la salvación de los hombres.

El Maestro quiere enseñarles a la vez que en su misión evangelizadora deben preocuparse también de las necesidades materiales y humanas de la gente. Él no vino sólo a predicar, sino también para ayudar de forma concreta a los necesitados de pan, salud, amor, justicia, paz. La ayuda material y humana es parte integrante de la evangelización. Eso hizo Jesús. Y eso hace hoy la Iglesia católica en todo el mundo mediante Caritas parroquiales, diocesanas, nacionales e internacionales. Caritas es el organismo de ámbito mundial que más ayuda presta a los necesitados en todo el orbe, sin distinción de razas ni religiones. Los católicos construyen hospitales, centros de enseñanza, lugares de acogida para pobres, migrantes, enfermos, abandonados, desde niños hasta ancianos… Madre Teresa, san Alberto Hurtado, san Camilo de Lellis, Don Orione, san Pío de Pietrelcina, san José Benito Cottolengo, san Vicente de Paul, san Martín de Porres, el beato Giovanni B. Scalabrini, entre otros, son claros ejemplos a seguir.

Cuando socorremos las necesidades del prójimo, también compartimos con Jesús su obra de evangelización y salvación. Él mismo se identifica con los necesitados: “Lo que hagan con uno de éstos, conmigo lo hacen”. Multiplicar los panes es compartir con gozo parte de lo que Dios nos ha dado para vivir y compartir: vida, capacidad de amar, fe, alegría, talentos, profesión, tiempo, salud, alimentos, bienes materiales... Y a la vez tratar de convencer a quienes más han recibido para que compartan más.

¿Cómo mentalizar a los grandes de la tierra –-individuos y pueblos--, para que cambien su corazón de piedra por un corazón humano? Les sobra mucho más de lo que necesitan, mientras que la mayoría tiene mucho menos de lo que necesitan. Por otro lado, también hay quiénes reparten o comparten el Pan Eucarístico y el Pan de la Palabra, mas se quedan impasibles ante el hambre físico, moral y espiritual de sus hermanos. Quien no ama al prójimo, no comulga a Cristo, que vive en el prójimo, sino que “se traga su propia condenación”, como afirma san Pablo (1 Cor. 11, 29).

Compartir es la mejor forma de agradecer, conservar, multiplicar y eternizar lo que se es, se ama, se tiene, se sabe, se goza y se espera: todo ello es don generoso y gratuito de Dios para compartir. Si ponemos lo que está de nuestra parte, Dios pondrá lo demás. “Den y se les dará... con una medida generosa y rebosante”. “Felices los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”.

A la vida eterna solo llevaremos lo que hemos compartido. Que podamos escuchar al fin de esta vida las palabras consoladoras de Jesús: “¡Vengan, benditos de mi Padre, a poseer el reino preparado para ustedes!”

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Entrevistas


Desobedecer una ley injusta es un imperativo moral
Entrevista al arzobispo de San Juan de Puerto Rico sobre la norma HHS (Parte final)
Por José Antonio Varela Vidal

SAN JUAN DE PUERTO RICO, Viernes 27 julio 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos a nuestros lectores la parte final de la entrevista al arzobispo de San Juan de Puerto Rico, monseñor Roberto González Nieves, OFM, quien es muy claro sobre la posición que tiene la Iglesia --y el rol que le toca cumplir a todos los católicos--, en la medida que el gobierno del presidente Obama se empeña en hacer cumplir la norma HHS.

Si el resultado fuera contrario a lo esperado, ¿Es posible que los centros sanitarios de la Iglesia se opongan a distribuir los métodos anticonceptivos apelando a la desobediencia civil? ¿Qué implicancias tendría esto?

- Arzobispo González: Quisiera iniciar mi respuesta con una cita del Libro de los Hechos de los Apóstoles: “Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres.” (Hch. 5,29). El Compendio de la Doctrina social de la Iglesia nos indica con respecto al derecho de objeción de conciencia que: “El ciudadano no está obligado en conciencia a seguir las prescripciones de las autoridades civiles si éstas son contrarias a las exigencias del orden moral, a los derechos fundamentales de las personas o a las enseñanzas del Evangelio. Las leyes injustas colocan a la persona moralmente recta ante dramáticos problemas de conciencia: cuando son llamados a colaborar en acciones moralmente ilícitas, tienen la obligación de negarse.” (n. 399). Como se puede deducir, desobedecer una ley injusta no es opcional, es un imperativo moral. O sea, es inmoral obedecerla.

La Iglesia no puede prestar colaboración con aquellas prácticas, que aunque son permitidas por la ley positiva, son contrarias a la ley divina. La Iglesia no puede predicar una cosa y hacer otra. No puede decir que el uso de los anticonceptivos es contrario a la ley moral y por otro lado, costear planes médicos para que incluyan coberturas para anticonceptivos y servicios de esterilización. Ciertamente, al desobedecer una ley aunque esta sea injusta, puede exponernos a sanciones. Ojalá que no, pero si no queda otro remedio, bienvenidas sean. Será una oportunidad histórica para dar testimonio de nuestra fe. Tal vez los tribunales humanos se conviertan nuevamente en los modernos “Circos Romanos” a los cuales serán llevados los cristianos para que derramen su sangre y la mezclen con la de Nuestro Señor. Como en otrora, esto se convertiría en el signo de credibilidad más preclaro de los hijos e hijas de la Iglesia.

¿Se sabe si el Gobierno está en capacidad de reconsiderar la norma HHS?

- Arzobispo González: La Administración Obama se mantiene firme en que los planes privados de salud deben incluir en sus coberturas, las esterilizaciones de mujeres, pastillas anticonceptivas aprobadas por la FDA, incluyendo aquellas píldoras abortivas; y que se brinde consejería y educación para promover estos mal llamados derechos a las mujeres y adolescentes.

¿Cuáles serán las siguientes acciones de la Iglesia EUA al respecto?

- Arzobispo González: La Comisión Permanente de la Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos se va pronunciando sobre este asunto según lo exige el momento. A modo de ejemplo, recientemente, el cardenal Daniel DiNardo, presidente de la Comisión de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos, le cursó una carta a la Cámara de Representantes apoyando las dos medidas antes mencionadas, Abortion Non-Discrimination Act (ANDA) y la Respect for Right of Conscience, para la consideración de dicho Cuerpo relacionadas con este asunto.

¿Qué se tendría que reforzar en la educación familiar de la nueva generaciones en los Estados Unidos de Norteamérica?

- Arzobispo González: Yo creo que la situación de la familia en los Estados Unidos es similar a la de muchas sociedades alrededor del mundo donde la institución familiar sufre una gran crisis de identidad y de valores a consecuencia de múltiples factores sociales, culturales, económicos, tecnológicos, entre otros. Habría que reforzar todo aquello que sentimos se ha debilitado. A modo de ejemplo, se ha debilitado la práctica de la fe y la importancia de la vida en familia. La familia es el lugar privilegiado para vivir, celebrar, aprender y transmitir la fe en Nuestro Señor Jesucristo. La familia nace, se constituye y se sostiene de la fe. Sin la fe, la familia queda reducida a su mínima expresión y expuesta a los embates culturales y a las problemáticas personales de sus miembros. La fe refuerza la familia y la inmuniza ante los ataques del relativismo y del individualismo, y descubre para ella el diseño orginal del Creador. En ella se verifican todos los aspectos y dimensiones del amor humano elevado por Dios: el amor nupcial, filial, fraternal, la amistad, y todo esto hacia adentro y hacia afuera de ella misma.

Por eso la vocación de la familia es esencial para la verdadera y plena realización del género humano. La familia no puede ser vista como una corporación donde el único fin es el lucro de sus miembros y la adquisición de bienes materiales que incrementan su patrimonio. Bajo esta teoría lo único que importa es lo material, aún a sacrifico de lo trascendental. La familia es sobre todo lugar de amor, de comunión, de solidaridad, es experiencia de vida, es escuela de fe. Para la Iglesia Católica, tal vez el reto más importante y urgente, en la prospectiva de la Nueva Evangelización es cómo mantener una fe en Cristo viva, ardiente y transformadora en las generaciones actuales y en las venideras.

¿Cuál sería su mensaje a los lectores estadounidenses de ZENIT en medio de esta coyuntura?

- Arzobispo González: Los católicos en los Estados Unidos deben apoyar continua y activamente las iniciativas de sus obispos, quienes fieles a la Verdad y en comunión con el papa, promueven la fe católica recibida de los apóstoles. Los obispos están defendiendo la Libertad Religiosa en los Estados Unidos. Al hacer esta defensa, recurren a la oración, a la educación y a acciones públicas pacíficas, especialmente en un diálogo respetuoso con las ramas ejecutiva y legislativa del Gobierno. De las pocas libertades que se protegen constitucionalmente, la Libertad Religiosa es una de ellas. De hecho, la Libertad Religiosa es un derecho reconocido universalmente. La reglamentación de la HHS es un paso más para derribar la muralla que no solo separa a la Iglesia del Estado, sino que la protege del mismo. 

La reglamentación de la HHS es un mal presagio para la Iglesia Católica en los Estados Unidos. Este mandato no solo es una coerción a la libertad de conciencia, sino que es una intromisión indebida del Estado en los asuntos de la Iglesia, hasta el punto que intenta redefinir qué son las instituciones religiosas y cuáles de sus empleados son los que ocupan puestos religiosos. Lo hace de una manera tal, que las universidades, colegios, hospitales y centros de caridad estén obligadas a cumplir con este mandato. Se pretende que la Iglesia actué de dos formas distintas: de acuerdo a su moral con sus empleados religiosos y de forma inmoral con sus empleados de puestos no religiosos, según los redefine este mandato. Esto es peligroso para la fe, para la dignidad humana, para la Libertad Religiosa, y sobre todo, para la democracia.

La primera parte de esta entrevista puede leerse en: www.zenit.org/article-42876?l=spanish

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