1.08.12

 

La noticia saltó el lunes: “La Generalitat de Cataluña ha confirmado hoy que no podrá pagar este mes de julio los conciertos y subvenciones a las entidades que prestan servicios sociales por problemas de liquidez”. Una noticia que puede encontrarse en cualquier medio de comunicación.

De Don Helder Cámara es esa famosa frase “si doy pan a un pobre, me llaman santo; si pregunto por qué ese pobre no tiene pan, me llaman comunista”.

Estamos en un momento de fuerte crisis económica y social. Si me dedico a dar alimentos en Caritas seré un santo, pero si me pongo a reflexionar sobre lo que está pasando posiblemente me dirán que no me meta en política.

Me da igual. Me siento legitimado para hacerlo porque sé lo que es trabajar en Caritas y llenar el carro de la compra a cuarenta familias cada mes, porque me urge la doctrina de la Iglesia, porque me parece sangrante que las administraciones acaben enviando a los pobres a los despachos de caritas.

No entiendo demasiado de macroeconomía. Pero en lo de este país voy llegando a conclusiones de por qué estamos como estamos. Creo que se debe a tres motivos principalmente:

1. A una macro estructura del estado que no hay quien la mantenga. Gobierno, diecisiete autonomías, ayuntamientos, diputaciones, empresas públicas, observatorios… Y la sensación de que en lugar de facilitar las cosas se complican más. Esta estructura tan grande ¿es para mejor servir a los ciudadanos o para que haya cargos para los amigos y compañeros del partido?

2. Al derroche permanente de los bienes públicos. Aeropuertos, tranvías, macro polideportivos, obras tan faraónicas como inútiles muchas veces, estaciones de AVE inútiles, indemnizaciones, cobros, pagos por todo, tarjetas, coches, comilonas.

3. Al robo constante. Acaba de quedar visto para sentencia el juicio por el desfalco de Marbella. Qué más da. Del rey abajo tonto el que no se lo lleve. Desde los ERES de Andalucía al caso Gurtel, de Mallorca a Valencia, de Extremadura a Cataluña. Basta un vistazo a cualquier periódico. Siempre hay alguien con las manos en la masa.

No hay dinero. Está más que visto. Conclusión: en julio, en Cataluña, no van a cobrar las entidades que prestan servicios sociales, por falta de liquidez. Como siempre, los perjudicados, los pobres. ¿No se puede recortar de ninguna otra partida? ¿Alguna de las ocho televisiones autonómicas? ¿Quizá las “embajadas”? ¿Y el presidente y los consejeros, los políticos sí van a cobrar en julio? Hablo de Cataluña porque la noticia saltó ahí. En Madrid este año no vamos a tener prácticamente becas de libros y las de comedor se han reducido muchísimo. Es como si en una familia dejaran de comprarse los libros del colegio y de pagar la luz mientras mantienen la cuota del club de tenis y las cenas de los viernes en restaurantes de lujo.

Los políticos están para servir, y la sensación que todos tenemos es que se sirven de nosotros, y especialmente de los más débiles. Eso sí, si hay problemas, para Caritas.

Por cierto, encantadísimos en Caritas de dar la vida por el hermano, pero que sepan que no nos chupamos el dedo.