1.08.12

Mi mamá me vendió

A las 5:39 PM, por Luis Fernando
Categorías : Cultura de la muerte, Actualidad, Sociedad siglo XXI

 

- Tobías, Tobías, ¿quién es tu mamá? ¿la conoces? Nunca la hemos visto. ¿Acaso murió?

- No, no. Mi mamá es una mujer de la India que me vendió a mis papás. Es que querían tener un hijo pero como ninguno de ellos puede concebir, alquilaron la tripa de mi mami.

La degeneración moral de las sociedades que fueron cristianas llega a tal bajeza que lo que hace tan solo veinte años era impensable, hoy es una realidad. Hemos dado gigantescos pasos atrás en relación a la consideración de los seres humanos. No hace tanto que nos libramos de la esclavitud, por la cual las personas pasaban a ser cosas que se usaban para el beneficio de los dueños. Hemos vuelto a eso.

Durante al menos 9 meses, una mujer de la India ha dado su cuerpo y su vida para concebir un niño que luego ha vendido a una pareja de homosexuales argentinos. Ese niño es biológicamente tan hijo de ella como de uno de los dos hombres. Pero de la misma manera que las prostitutas venden su cuerpo para satisfacer los deseos sexuales de adúlteros y fornicarios, esa mujer ha vendido el suyo para satisfacer el capricho de unos sodomitas que viven amancebados.

Y la ley argentina permite esa salvajada, de igual manera que permitirá, tiempo al tiempo, que la unión de esos dos señores se llame matrimonio.

Por supuesto, el pequeñín Tobías no tiene culpa alguna de lo que ha pasado. Él es una víctima más de este engendro. No tendrá madre. Será educado por su padre biológico y su amante, que han demostrado que el dinero puede usarse para lograr lo que la naturaleza jamás les dará: un fruto de su “amor".

Una vez que los seres humanos son objeto de comercio, cualquier cosa es posible. La ingeniería genética acabará siendo permitida para hacerse hijos a la carta. Las mujeres pobres serán paridoras a sueldo de quien pueda pagarles una cantidad suficiente como para sacarles de la pobreza.

Pero claro, si un cristiano osa denunciar proféticamente estas cosas, inmediatamente es acusado de ser un fundamentalista integristas. Es también cuestión de tiempo que se consideren un peligro para la sociedad a aquellos que nos negamos a aceptar este tipo de aberraciones. Pero da igual. Antes o después, el Señor pondrá fin a tanta infamia. La nuestra no será la primera civilización que desaparece por la letrina de la historia.

Luis Fernando Pérez Bustamante