Contra el lobby internacional y el presidente Aquino

Católicos quieren impedir que se apruebe anticoncepción masiva en Filipinas

 

Miles de filipinos se manifestaron hoy en varias ciudades del país en una convocatoria de la Iglesia Católica para protestar contra el Gobierno por una propuesta de ley que busca aumentar el control de la natalidad, incluidas campañas para facilitar el acceso a preservativos y píldoras anticonceptivas. «No pararemos nuestras protestas y oraciones hasta que se retire la ley», explican.

04/08/12 10:33 PM


(Agencias/InfoCatólica) Desafiando la lluvia y con camisetas rojas en señal de protesta, los manifestantes se congregaron bajo la imagen de la Virgen María en la emblemática avenida EDSA de Manila así como en otras ciudades del país para mostrar su rechazo a la controvertida Ley de Salud Reproductiva.

“No pararemos nuestras protestas y oraciones hasta que se retire la Ley de Salud Reproductiva. El Gobierno está equivocado, esta ley va en contra de nuestros derechos”, declaró Eric Manalang, presidente de Pro-Life Philippines.

Los convocantes han elegido EDSA (Epifanio de los Santos Avenue) por su simbolismo, al haber sido el escenario de las multitudinarias manifestaciones que acabaron con el régimen del dictador Ferdinand Marcos en 1986 y del Gobierno de Joseph Estrada en 2001.

La manifestación se produce días antes de que el Senado filipino vote poner fin de las deliberaciones sobre la futura norma y proceder a las enmiendas, lo que aceleraría su aprobación.

“Sí a la vida” o “En apoyo de la vida” se leía en muchas pancartas y carteles en Manila, donde la concentración culminó con una misa a la que asistieron representantes dela Conferencia Episcopal Católica de Filipinas.  

En los últimos meses, la controversia sobre la anticoncepción ha ido en aumento en Filipinas debido a la beligerancia de la Iglesia Católica, que ha amenazado con excomulgar al presidente, Benigno Aquino, firme defensor de la medida. 

El presidente, quien ha reiterado que no se arredrará ante las amenazas, ha ido esquivando el enfrentamiento directo con la Iglesia y ha mantenido un perfil bajo. “Aprendí en la escuela católica que el último juez es nuestra conciencia. No busco ninguna pelea contra la Iglesia”, dijo Aquino hace unas semanas a la prensa. 

Un informe hecho público por la ONU advertía de que el crecimiento económico de Filipina no favorecerá a los pobres hasta que haya una política de control de la natalidad en el país, cuyo índice de fecundidad es de 3,19 niños por mujer.

Además, varias agencias de Naciones Unidas han alabado la futura ley porque permitirá a las mujeres sin recursos limitar el número de hijos y facilitará la lucha contra el sida. “Más del 90 por ciento de las nuevas infecciones son debido a transmisión sexual. Esto ocurre por el sexo sin protección y cada vez son más jóvenes por la falta de acceso a información adecuada. Necesitamos esta ley”, afirmó Teresita Bagasao, coordinadora de UNAIDS en Filipinas.

Sin embargo, muchos católicos y grupos pro-vida denuncian que la norma promoverá la promiscuidad sexual y abrirá la puerta a la legalización del aborto en el país.  

En un país donde el 80 por ciento de los 94 millones de habitantes es católico, los obispos han contribuido a que ninguna iniciativa sobre anticonceptivos haya conseguido aprobarse desde las primeras propuestas en los años 90.