7.08.12

Cosas de la señora Rafaela: No me importa lo que piense

A las 11:35 PM, por Jorge
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La señora Rafaela es cristiana vieja que, como ella dice, tiene una fe firme a pesar de los curas. Y es que en su pueblo ha tenido que aguantar de todo.

A D. Miguel, que decidió convertir la pila bautismal medieval en macetero y adquirir para suplir la un frutero de cerámica de Talavera. A D. Tirso, firme partidario de la abolición de toda imagen. A D. Abel, que volvió a pedir dinero para reponer las imágenes regaladas por D. Tirso.

Ahora el párroco es D. Jesús. Hace unos días la señora Rafaela le ha preguntado por una cuestión de moral. El bueno del cura comenzó su respuesta afirmando que él pensaba… La señora Rafaela se le tiró al cuello: ai me importa un bledo lo que usted piense, lo que quiero es que me diga cuál es la doctrina de la Iglesia sobre este punto.

Volvió a argumentar el cura: “verá, es que yo en conciencia lo que tengo que decirle…”
Y la señora Rafaela: “ni conciencia ni… Su conciencia es predicar y enseñar lo que manda la Iglesia”

Cuánta razón. Los curas no somos los dueños del cortijo para hacer y deshacer en las parroquias como si la gente no pIntara nada y encima tuviera que pagar las genialidades del curita de turno.
Y en las cosas de fe y moral aun debemos ser mas serios. Ni yo creo ni yo opino tan alegremente. La doctrina es la doctrina. Otra cosa es la dirección espiritual y el consejo personal donde debemos orientar a cada persona para que vaya avanzando en su camino de santidad desde sus particulares circunstancias. Ahí siempre padres misericordiosos a la vez que serios a la hora de animar a la santidad.

Lo que no podemos permitirnos es hacer una pedorreta a la doctrina y un corte de mangas al evangelio con la cosa de yo opino y mi libertad de conciencia. Los feligreses no son el cortijo: son feligreses de la iglesia y del obispo y tienen derecho a recibir la doctrina correcta y a ser pastoreados no según las genialidades de D. Crispín o las ocurrencias de D. Manuel, sino según quieren la iglesia y el obispo.
Bueno, cosas de la señora Rafaela, que será de pueblo, pero de tonta ni un pelo.

PD. Estos días voy escribiendo cosas con el trléfono. Pido disculpas por la edición poco cuidada. Gracias.