UCV | NOTA DE PRENSA

Dr. José T. Raga: “Ante la crisis, entregar el propio esfuerzo en pro del bien común es el camino en el que depositar nuestra esperanza”

 

El Vice Gran Canciller de la Universidad Católica de Valencia ha participado en los cursos de verano de Santander


El Dr. José T. Raga, Vice Gran Canciller de la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir”, miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales y Director de los cursos de verano de Santander, ha participado hoy en el curso de pensamiento cristiano con la conferencia ‘La empresa en la crisis económica: esperanza en la Doctrina Social de la Iglesia’. Para el Vice Gran Canciller entregar el propio esfuerzo en pro del bien común ante la crisis “es el camino y el lugar en el que depositar nuestra esperanza”.

En opinión del Dr. Raga, tener el mínimo signo de esperanza es siempre “prometedor” porque de la negatividad “no se saca nada positivo”. Para el Director de los cursos de Santander, el horizonte desde un punto de vista técnico es “poco halagüeño”, por lo que la existencia de una esperanza en el interior de cada persona “que surge del convencimiento de la propia capacidad es algo alentador, el tablón del náufrago”.

Para el Vice Gran Canciller, el signo de esperanza está en “reestructuar el orden desestructurado”. “Comprendo que en momentos de dificultad es complicado decirle a alguien que reflexione sobre qué ha hecho mal y cómo podría hacerlo mejor. Pero esa es la base de la que debemos partir administraciones, empresas y familias”, ha apostillado.

El Catedrático emérito de Economía ha asegurado que los ciudadanos deben partir “de la ganancia honesta del salario, del disfrute de la familia”. Se debe realizar, según el Dr. Raga, el trabajo “que se tenga oportunidad de realizar” porque la situación actual no está “para grandes exigencias”.

Por su parte, las empresas deben hacer un gasto “racional”, buscando el “máximo ahorro” y tratar de alcanzar el mayor aprovechamiento “de los factores productivos”. En opinión del Vice Gran Canciller, el desperdicio “no es evangélico, como muestra la parábola de los talentos, que simbolizan las habilidades concretas “para poner al servicio de la comunidad”.

“Todos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y hemos de reconocerlo: administraciones, empresas y familias. Todos conocemos el caso de alguien que ha malgastado su herencia y ha acabado sumido en la pobreza por su comportamiento equivocado; con la misma facilidad que vemos eso deberíamos ver nuestros errores pasados. Hemos de dejar de echar la culpa a los demás de nuestros problemas y asumir lo hecho”, ha aseverado.

Al analizar los datos negativos de la situación económica preguntándose su “por qué”, el Vice Gran Canciller ha afirmado que se llega a una conclusión “inmediata”: se ha vivido “de espaldas a la responsabilidad personal”, con el disfrute como “única meta”, sin la menor preocupación “por el endeudamiento personal  y público” en que se ha incurrido, ocultando la faceta moral del hombre “que deviene del orden natural de la creación”. “Hemos olvidado la responsabilidad derivada de los principios de ese orden natural, entregados a tentaciones sonrientes cuya consecuencia son los lloros de la actualidad”, ha aducido.

Según ha expuesto el Dr. Raga, los padres de la generación de la escasez que vivieron la posguerra quisieron evitar a sus hijos esa precariedad y después vieron cómo sus nietos tenían “dos móviles y cinco pares de zapatillas”. Desde el punto de vista de este economista, la concepción de que todo capricho “debe ser satisfecho a cualquier coste” es la que ha llevado a España a la crisis del presente.

Los datos son “claros”, ha señalado este experto: el ciudadano medio español ha estado viviendo “un 40% por encima de sus posibilidades”. “Si se nos hubiesen bajado los sueldos en ese porcentaje -excepto, obviamente, en casos de las rentas bajas- estoy convencido de que hubiésemos sido igual o más felices”, ha remarcado.

“Intentar satisfacer todas nuestras apetencias es un camino sin límite porque nunca las satisfaremos completamente. No necesitamos grandes coches ni vestidos lujosos para llevar una vida digna. La satisfacción nos vendrá de la moderación, viviendo de aquello que podamos generar. De hecho, confío tanto en la Providencia que estoy seguro de que el que se esfuerza, obtendrá lo que busca”, ha subrayado.