10.08.12

 

Nueve carros de comida. Nueve. De un supermercado y por las bravas. Para eso necesitaron nada menos que treinta personas, violencia y montar el numerito. Consiguieron salir en la tele eso sí y, una vez más, soltar el demagógico discurso de los ricos, los pobres, el capital y la opresión proclamado, qué cosas, por la izquierda más rancia y más enemiga de la libertad.

Quisieron donar el fruto de la rapiña a un banco de alimentos que, como es natural, lo rechazó, ya que no se nutre del expolio, sino de la caridad, la buena fe y las ganas de ayudar a los demás.

Para conseguir alimentos gratis no hace falta montar este numerito. Yo sé lo que es acudir a un hipermercado en nombre de Caritas y solicitar colaboración para dar de comer al hambriento. En el último año hemos tenido que hacerlo dos veces. Entre las dos, más de siete toneladas de alimentos que la gente, sin violencia, desinteresadamente, con alegría, fue regalando por que sí. Ni amenazas, ni malas caras, ni televisión, ni demagogia ni gaitas celestiales o terrenales. Con un dato curioso: el de un alto dirigente sindical que recibió la información de Caritas y no dejó ni un kilo de arroz. Generosidad del sindicalismo actual.

Caritas funciona así. Caritas es dar de comer al hambriento. Caritas es ayudar a buscar trabajo con mucho más éxito que el INEM. Caritas es negociar hipotecas con los bancos. Caritas es denunciar la situación que estamos pasando y exigir a los poderes públicos soluciones reales y eficaces.

Queda bien eso de salir en la tele y reivindicar los derechos de los pobres. Y lo que me ha resultado enternecedor es el coro de los pseudoteólogos buenistas justificando el expolio de un hipermercado por las bravas remontándose incluso a Santo Tomás. Ya quisiera yo que fuera tan citado en otras cosas. Más demagogia. Y un apuntarse al carro de lo políticamente correcto. Por cierto, que si en estos momentos de sequía vocacional, se regala algún convento a los sin techo me avisen, no quisiera perdérmelo por nada del mundo.

Nadie ha hablado con más claridad que la Iglesia de doctrina social, de economía, del sentido del trabajo, de los derechos humanos. Ni nadie sabe más que la Iglesia lo que es estar con los pobres en España y en el mundo. Pero sin violencia, sin necesidad de quebrantar leyes, sin faltar los mandamientos y al código penal. Les invito a conocer el Compendio de la doctrina social de la iglesia. Tan interesante como sorprendente.

Es curioso. Cuando un sindicato quiere comida gratis para los pobres, entra en un centro comercial y roba. Cuando caritas necesita comida gratis para los pobres, pide educadamente y recibe mucho más. Cosas de la vida.