16.08.12
¡Hasta aquí hemos llegado!
A las 12:27 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Sujetos activos contra la fe, Tontos de capirote
Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.
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Enlace a Libros y otros textos.
……………………..Hay ocasiones en las que a uno se le hinchan las narices. Y esta es una de ellas.
Aclaremos, para los despistados, que cuando se dice que te han hinchado las narices estás asegurando que hay algo que ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia y que el agua, irremisiblemente, va a salirse y a causar algún que otro estrago; también que algo es el colmo y que, en fin, ¡hasta aquí se ha llegado!
Yo no sé si se puede hacer algo legalmente con este señor porque la penúltima de Antoñito, el niño del bastón, ha sido, verdaderamente, algo deleznable aunque muy propio de un vástago del Mal que encarna, a la perfección, lo hediondo que se puede llegar a ser o, mejor, lo que se ha demostrado ser a lo largo de un tiempo que agota la paciencia de cualquiera que no sea políticamente correcto, que le guste mucho el respeto humano y que prefiera callar para que no se diga a hablar y que se sepa y se diga.
Pues digo que lo último de este botarate de la izquierda y este zascandil iluminado ha sido de órdago a la grande que es algo así como decir que Antoñito, el niño mimado de la siniestra, ha apostado su escaso prestigio a una expresión que lo define a la perfección y que voy a reproducir aquí aunque pueda causar mala sensación a algún tiquismiquis de la realidad porque las cosas son como son y disimularlas no puede ser bueno y sería decir sí a lo que es no.
Bueno, pues eso, que Antonio Gala, el escritor que tiene cobijo en la covachuela laicista del periódico “El Mundo”, pero entrevistado en la cueva profunda de la noche que representa otro diario que sustenta el sistema de analfabetismo religioso que impera en España y que es “El País”, a una pregunta hecha a propósito ha respondido lo que sólo puede decir quien debe tener el corazón algo negro.
¿Qué se le ha preguntado y qué ha dicho?
Pues esto:
P. Por cierto, ¿cómo lleva las troneras? ¿Cómo lleva a Pedro Jota?
A esto ha respondido Antoñito lo siguiente
R. Pues mira, Pedro Jota ya, de momento, ha dado un paso atrás en la de los domingos y ya no me pone en… bueno, fue el pretexto para que él se extendiera en su artículo. Y a mí me ha mandado a una cosa que se llama Otras voces. Es que claro, él tiene miedo, él teme a la Iglesia, a Dios, sin duda, aunque no creo que crea, pero por si acaso. Y yo resulta que los domingos se los dedico de una manera especialmente cariñosa a la Iglesia católica, que es una hija de la gran puta, eso está clarísimo.
Este individuo, malcarado (en todos los sentidos) se permite el lujo, al que no tiene derecho, de cachondearse de lo que escribe, no por casualidad el día del Señor, diciendo eso de que le dedica su “cariño” a la Esposa de Cristo cuando bien sabemos que los cariños de este señor van por otro sentido bastante más extraviado y torticero.
Pero como no le debe parecer suficiente manifestarse como un zafio se cree en el derecho de insultar a la madre espiritual de millones de personas que en el mundo abrazamos la fe católica, poniendo sobre la mesa una realidad que es falsa y demostrando hasta qué nivel de abyección se puede llegar a alcanzar cuando no se tiene más que una mente profundamente mundana.
En realidad, lo que pasa es más grave de lo que parece que, con serlo, muestra quién es Antonio Gala. Y lo digo porque ha dicho, literalmente, que la Iglesia católica “es una hija de la gran puta” y eso apunta más lejos que el hecho de decir eso.
Y me explico.
Cuando alguien alude al presunto oficio de meretriz de la madre de alguien se está refiriendo, en efecto, a la madre de alguien y trata de hacer hincapié en lo que es un claro insulto pero no referido a quien se insulta sino a, repito, la madre de quien es insultado pues es tal persona la que, perdiendo la dignidad que tiene como tal, ejerce el que llaman el más antiguo oficio del mundo.
Pues bien, Antonio Gala, ha dicho que la Iglesia católica es “una hija…” por lo que habrá que entender que, como descendencia de Quien la creó, sólo se puede estar refiriendo mismo Cristo que fue, en tal sentido, la madre que trajo el mundo espiritual la realidad misma de la Iglesia católica que fundó.
Esto, como ustedes podrán comprender, pasa de castaño a muy oscuro y requeriría que alguien que pudiera hacer eso le afeara la conducta y le hiciera ver que hay determinadas rayas rojas que no se pueden pasar aunque tenga por costumbre saltarlas cada vez que le viene en gana y cada vez que admiten, para su publicación, las continuas obcecaciones de este individuo de enjuto corazón, duro como el cemento de su cara y escaso de luz.
En fin… esto es lo que hay y así se lo he contado a quien quiera tener en cuenta, en lo sucesivo, a personajillos como Antonio Gala.¡Ah!, se me olvidaba decir que este artículo lo iba a titular “Hijos de Satanás” pero, en verdad, tampoco vale la pena mentar el padre de nadie. Eso está muy feo.
Eleuterio Fernández Guzmán