25.08.12

La “eucaristía” gallega con bollos de la esquina

A las 7:57 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

El evangelio de mañana domingo es el final del discurso eucarístico de Jesús, que hemos venido leyendo en los domingos anteriores. (San Juan 6,60-69).

El texto acaba con las palabras de Pedro, ante la evasión de la gente, que dejó sólo al Señor con los apóstoles, quien les pregunta si también ellos se van.

Simón Pedro responde:

«Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.»

Cristo y Pedro son inseparables, Cristo y la Iglesia Católica son indisolubles.

Desde los tiempos de la mal llamada primavera eclesial postconciliar, algunos se hicieron su “propia iglesia” con minúscula, es el caso de la Romanxe gallega, donde celebran misa con bollos comprados en la panadería de la esquina.

Han empezado a lanzar la convocatoria para el número de circo de este año, que lo harán el segundo sábado de septiembre, en el lugar de Castroverde, provincia de Lugo y diócesis del mismo nombre. El firmante de la circular es el salesiano Xabier Blanco, quien afirma lo siguiente:

“En los últimos años, hay quienes piensan que nuestra celebración no hay Eucaristía. Yo soy lo que piensan y viven de otra manera, es la Eucaristía, que porque nunca he descubierto en peregrinaciones otra manera de celebrar la Eucaristía…”

En la fotografía que acompaña este artículo, el tal Blanco está en ella haciendo ese teatro compartido con bollos de bocadillos escolares.

La liturgia de la Santa Madre Iglesia se la pasan por el arco del triunfo. Sin ropa litúrgica y ningún crucifijo, ni velas. ¿Esto es la verdadera Eucaristía?.

Un amigo ha dirigido una carta al salesiano Blanco donde le estampa lo siguiente:

“Todo es muy simple, si no están de acuerdo con el Magisterio de la Iglesia váyanse a otro lado y miren a ver si son felices, porque en la Iglesia que tenemos parece que no lo son Xabi Blanco, Forcades, Queiruga, etc. Y fuera de Dios no hay felicidad. Ustedes mismos.”

Por mi parte, espero que el señor obispo de Lugo, don Alfonso Carrasco, que es conocedor del acontecimiento que habrá en Castroverde, corte de raíz ese número circense e imponga su autoridad que es la de Cristo y su Iglesia, que nunca se pueden separar.

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Tomás de la Torre Lendínez