8.09.12

 

Queda fantástico. “Católico por el derecho a decidir” suena a madurez, responsabilidad, cristianismo adulto, libertad y sentido común. Vamos, que te presentas a un auditorio con estas credenciales y te pueden recibir como si fueras el último profeta. Viva la sensatez. Viva la responsabilidad personal (aplausos y vivas, por favor).

Como católico entiendo que hay muchas cosas que puedo decidir yo solito y en las que se me da una total libertad. Puedo acudir a la parroquia que más me guste, decidir hacer o no un testamento vital, llevar a mis hijos al colegio que dé la gana (con permiso de la junta de Andalucía), asistir a misa por el nuevo ordo, el tradicional o el rito mozárabe, incorporarme a movimientos o no… Yo soy ferviente partidario de esto. Yo soy un católico “por el derecho a decidir”.

La cosa se complica cuando ves por esos mundos de Dios (o del diablo, vaya usted a saber) a un grupo que se autodenomina “católicas por el derecho a decidir” y se te ocurre preguntar que qué es exactamente lo que quieren decidir. Y lo que quieren decidir es eso tan conocido de que “mi cuerpo es mío”, y “nosotras parimos, nosotras decidimos”, y que decido lo que hago con mi cuerpo sin límites, incluyendo la libertad para a abortar cuando me da la gana.

Si estas mujeres se presentaran como “católicas por el aborto libre y gratuito” quedaría la cosa bastante mal. Porque lo del aborto es muy fuerte y produce cada vez más rechazo en toda la sociedad. Pero se presentan como “católicas por el derecho a decidir” y queda hasta bonito. Para empezar se llaman “católicas” para mayor confusión de la gente que lo que se piensa es que si son católicas no dirán cosa mala. Y por el derecho a decidir, vamos, que no imponen, que viva la libertad, que hay que respetar.

Hay cosas en la Iglesia y en cualquier institución que son intocables. Incompatibles como el agua y el aceite. No se puede ser católico y estar a favor de la abolición del dogma de la Santísima Trinidad, negar la transubstanciación, rechazar el primado de Pedro , cuestionar la divinidad de Jesucristo y estar a favor de matar niños en el vientre de sus madres.

Efectivamente se denominan católicas porque les da la real gana ¿y qué? Es como si yo mañana formo un grupo de católicos por la abolición del dogma trinitario, de musulmanes por el politeísmo, budistas por una vida única, o culés por el triunfo del Real Madrid. Uno puede hacer el payaso como mejor le convenga.

Lo siento por las católicas por el derecho a decidir, por quienes las apoyan y jalean (la verdad es que no lo siento nada) pero estas señoras tienen de católicas lo que servidor de marxista cubano.

No se puede uno llamar católico y ciscarse abierta y chulescamente en la doctrina moral de la iglesia hasta promover tranquilamente el aborto como un simple derecho de la mujer sin mayores complicaciones. ¿Católicas por el derecho a decidir? No. Católicas por el asesinato de niños, católicas por la promiscuidad, católicas por la infidelidad, católicas por lo más anticatólico. Eso no es ser católico, evidentemente. Eso es promover el pecado, la destrucción y la muerte.

Pues están en el congreso de teología de la asociación Juan XXIII dando doctrina. Átame esa mosca por el rabo.