Eleuterio Fernández Guzmán, blog Mera defensa de la fe

AÑO 2012
DURACIÓN 142 min.
PAÍS México
DIRECTOR Dean Wright
GUIÓN Michael Love, Dean Wright
MÚSICA James Horner
FOTOGRAFÍA Eduardo Martínez Solares
REPARTO Bruce Greenwood, Peter O’Toole, Eva Longoria, Oscar Isaac, Andy Garcia, Bruce McGill,Santiago Cabrera, Rubén Blades, Catalina Sandino Moreno, Eduardo Verástegui, Adrian Alonso, Luis Rosales, Karyme Lozano, Tenoch Huerta, Raúl Méndez, Alma Martinez, Joaquín Garrido, Roger Cudney, Jorge Luis Moreno, Ignacio Guadalupe, Omar Ayala, Andrés Montiel,Mauricio Kuri, Guillermo Larrea, Horacio Garcia Rojas, Israel Islas, Rodrigo Corea, Jake Koenig, Jose Carlos Montes, Simón Guevara, Jorge Urzua

PRODUCTORA NewLand Films

Pues bien, casi de forma inmediata, en cuanto una y otra fueron visionadas por el que esto escribe, me vino al corazón una idea que era pensar acerca de qué posición tenemos los católicos con relación a nuestra fe porque la misma puede ser atacada de muchas formas.

Así, en la película “Católicos”, la acción de la cual se desarrolla en un hipotético futuro donde la celebración de un Concilio Vaticano IV ha traído muchas novedades malsanas a la Iglesia católica (no considerar, por ejemplo, nada importante, el hábito eclesiástico o no tener por importante la transubstanciación y cosas por el estilo). Existe un grupo de monjes en un monasterio situado en una isla de Irlanda que tienen la osadía de mantener, por ejemplo, la misa en latín y de tener por muy importante, precisamente, lo que significa el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la celebración de la Eucaristía.

Pues bien, un enviado del Superior de la orden monástica y llegado desde Roma va a intentar convencer a quien dirige el monasterio de que es importante que deja de llevar a cabo las “prácticas” que en aquella isla remota se llevan a cabo porque ni son modernas ni se entienden por la gente que dirige la Iglesia católica donde, por cierto, se había dado la orden de cerrar Lourdes por haber considerado que lo que allí se celebraba era producto de superstición…

En fin, el panorama ya se lo pueden imaginar porque es el mismo que muchos quieren, dentro de la Iglesia católica, que se produzca casi ahora mismo.

Por otra parte, en la película “Cristiada”, que refleja la lucha de los católicos mexicanos por la defensa de su fe en una época (años veinte del siglo pasado) en la que la gobernación de aquella nación hermana había caído en manos masónicas, terriblemente laicistas y puramente anticlericales, se nos presenta la existencia de miles de mártires que dieron su vida perdonando a sus asesinos y sabiendo lo que debían hacer. No otra cosa que la que hicieron era lo que tenían que hacer.

Ambos ataques, los interiores y los exteriores, que sufrió la Iglesia católica o que sufre en un hipotético futuro, nos ponen ante la situación de tener que decidir a qué carta quedarnos y saber, a corazón cierto, qué somos cada uno de nosotros.

Aunque es más que cierto que la situación de los católicos mexicanos fue terrible y que es más que probable que muchos puedan pensar que el recurso a las armas no es el más adecuado, lo bien cierto es que el abuso por parte del poder y la forma tan impresentable de atacar la libertad religiosa y de conciencia de las personas los puso ante la situación de decir basta. Y lo dijeron.

Hay, por lo tanto, un ataque, puede haberlo en según qué ambientes religiosos católicos, interior que consiste en ir, poco a poco, actuando en detrimento de la doctrina católica y tratando de menospreciarla en beneficio de determinadas aventuras que buscan que la Iglesia católica cambie el rumbo que lleva la barca que Pedro conduce. Y contra esto sólo podemos manifestar oposición clara y contundente y, aunque, en muchas ocasiones, nuestros pastores puedan dar la impresión de que no tienen por importante lo que desde algunos sectores se lleva a cabo, los que somos piedras vivas y que representamos la gran mayoría de hijos de Dios que constituimos la Iglesia católica, no podemos permanecer callados.

Y, en cuanto a lo que se hace desde fuera, el silencio puede llegar a ser vergonzoso y, a veces, cómplice…

Que cada cual, pues, piense lo que tenga por oportuno sobre esta pregunta: ¿En qué bando estamos los católicos?

Eleuterio Fernández Guzmán

Eppur si muove - ¿En qué bando estamos los católicos?