15.09.12

Estoy enamorado de mi cabra

A las 11:19 AM, por Jorge
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Pues sí. Son cosas que pasan. La traes a casa, buscas un buen lugar para ella, te ocupas de su comida, la limpieza, que esté bien. Poco a poco vas notando cómo la cabra te sigue, te conoce, responde a tus cuidados. Y un día, sin buscarlo ni quererlo, de repente descubres que la cabra es el amor de tu vida. Cosas que pasan. Cosas inevitables.
Así que me he dirigido al registro civil más cercano para enterarme de los requisitos necesarios para casarme con ella. Hablé también con el párroco del pueblo, pero parece que no es muy partidario.

Pues estoy consternado. Porque en el registro civil me informan que con mi cabra no puedo contraer matrimonio. Me dicen que si no es un ser humano. Pues vaya, lo dirán ellos, seguro que si me quisiera casar con la Ambrosia, bruta como un cerrojo y que más que hablar rebuzna, y que es humana porque está bautizada, me dirían que sí. Mucho más persona mi cabra. Me dicen que tampoco voy a tener hijos con ella. Anda que… Tampoco los pueden tener los gays esos y bien que se casan. Ganas de poner pegas. Mi cabra –Chivita se llama, por cierto- es buena y cariñosa conmigo, completamente fiel, limpia, no gasta nada, me conoce, nos hablamos sin palabras, pasamos juntos los buenos y malos momentos. ¿Por qué, si nos queremos tanto, no podemos casarnos, o ser al menos pareja de hecho?

Antes todavía podía entenderlo. Hombre y mujer y ya está. Pero vivimos en una democracia. Se pueden casar hombres con hombres y mujeres con mujeres. Hasta he visto que han autorizado que estén juntos un hombre y dos mujeres, aunque me parece que ha pasado en América. Pues si hay libertad y todos tenemos que respetarnos ¿por qué no puedo yo casarme con mi Chivita?

Evidentemente hoy esta historia es pura ficción. ¿Y mañana? Empezamos por eso tan catastrófico de que hay que respetar todo, y a partir de ahí, y en este campo, va el matrimonio entre personas del propio sexo, seguiremos por la poligamia –algún caso ya se ha producido de reconocimiento de “trío”- y ya todo lo que queramos, hasta casarme con mi Chivita. ¿Por qué no?