26.09.12

Nosotros esa circular no la hemos recibido

A las 9:23 AM, por Jorge
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Mesa de negociación del convenio en una gran empresa. En un momento de la reunión, uno de los altos cargos de la misma dice: “tranquilos, que de aquí saldrá un convenio como Dios manda”. Me contaba que uno de los representantes de Comisiones Obreras se le tiró prácticamente al cuello: “nosotros esa circular no la hemos recibido”. Para continuar: “no sé por qué hay que nombrar a Dios aquí”.

Dios está ausente de la vida pública. No sólo está ausente, sino que nombrarlo casi casi es de mal gusto. Cualquier día descubriremos, como en los tiempos recios de la guerra civil, que decir “adiós” es señal de carcundia y ofensa al prójimo y pasaremos al siempre neutro y sobre todo revolucionario “salud”.

No existe Dios. Ni como parte de una frase hecha. Vergüenza colectiva. El político creyente calla, esconde, omite, oculta su condición de tal, no sea que alguien se ofenda. A Dios ni se le nombra. Una vez lo hizo Carrillo que en el congreso soltó un “si Dios quiere”. Pero a Carrillo hasta eso se le perdona. Fue una simple gracia. Pero es significativo.

De Dios no se puede hablar. A Dios, ni citarle. Ni siquiera una frase hecha: “como Dios manda” porque provoca una reacción inmediata: “esa circular no la hemos recibido”. Y nuestros políticos, muy preocupados por asegurarse el voto, y no molestar a nadie, evitan citar a Dios, no digamos hablar de Dios, y si lo hacen es dentro de esa indefinición del respeto a todos que uno nunca sabe exactamente qué quiere decir.

Y si de Dios no se habla, de la Iglesia menos aún. Si acaso se cita a Caritas, los acuerdos Iglesia – estado… pero siempre por lo bajinis para no molestar.

Quizá por eso me sorprendió ayer escuchar al candidato a presidente de la comunidad de Madrid, Ignacio González, en su discurso de investidura, pedir directamente que Dios le ayude en su tarea. Lo escuché en la tele y no he conseguido el texto del discurso. Pero sí, asombroso.

Sé de Ignacio González lo que cuenta la prensa, diferente según la que se lea. No sé si es católico practicante, parroquiano común o cristiano con apellido. Pero me ha sorprendido muy agradablemente que no haya tenido reparo en pedir directamente la ayuda de Dios.

Pues que cunda el ejemplo.