27.09.12

Per a ofrenar noves glòries a Espanya

A las 12:43 AM, por Luis Fernando
Categorías : Actualidad

En InfoCatólica no nos escondemos cuando se trata de hablar de algo tan poco contingente como la unidad de España. Providencial fue el post de Milenko Bernardic, en el que nos mostró cuáles fueron las consecuencias de romper neciamente la unidad de Yugoslavia, que sin lugar a dudas era un país con mucha menos tradición histórica de unión que España. Anteayer Bruno Moreno, miembro de nuestro consejo de redacción, publicó un artículo que da una serie de argumentos bien claros sobre cuál ha de ser la postura de los católicos ante la posible independencia de Cataluña. Obviamente no pretende establecer la idea de que la unidad de este país es un dogma de fe, pero sí demuestra, en mi opinión de forma irrebatible, que destruir esa unidad puede considerarse como un grave atentado al bien común.

Hoy mismo el P. José María Iraburu, nuestro editor, ha publicado otro magnífico post con todo tipo de explicaciones históricas y citas bíblicas, de obispos españoles, etc.

Poco más puedo añadir a esos artículos. Pero ese poco más, que ya he escrito en un par de comentarios, me parece importante. Me refiero al hecho de que los independentistas secesionistas catalanes y vascos son expansionistas. Es decir, no se conformarían con la independencia de Cataluña y las Vascongadas. Ellos hablan de “Els Països Catalans", entre los que se encuentran las regiones valenciana, balear y los condados franceses del Rosellón y la Cerdaña, así como la Franja de Poniente de Aragón. He aquí el mapa deseado por el independentismo catalanista:

Algo parecido pasa con los nacionalistas vascos, que buscan un país independiente en el que se incluya a Navarra y a las provincias vasco-francesas. O sea, esto:

Ese es el objetivo de ETA, que si consigue la independencia de las tres provincias vasco-españolas, no parará hasta lograr lo demás.

Si a los valencianos les dicen que tienen que ser parte de ese invento, siendo que su himno regional empieza diciendo “Per a ofrenar noves glòries a Espanya, tots a una veu, germans vingau” (”Para ofrendar nuevas glorias a España todos a una voz, hermanos venid“), excuso deciros lo que va a pasar. Y tengo la sensación de que gran parte de los navarros no tienen intención de ser parte de esa Euskal Herria soñada por los secesionistas vascos. Y qué decir de lo que haría Francia si alguien osa reclamar la soberanía sobre parte de su territorio.

Es decir, no estamos solo ante un problema que afecte a España. Lo que aquí ocurre puede desencadenar una serie de conflictos armados en Europa de mucho cuidado.

La legitimidad para defender la integridad de un país contra ataques desde fuera del mismo es evidente. Y esa legitimidad no solo no desaparece si los ataques vienen desde dentro. Todo lo contrario. El enfrentamiento civil es peor, porque se produce entre personas que forman parte de esa gran familia que se llama patria común.

Aunque España está pasando por una crisis moral enorme, que va acompañada de una crisis económica espantosa, nadie debe cometer el error de pensar que los españoles vamos a dejar tirados en la cuneta a aquellos compatriotas que se verían despojados de sus derechos en esos procesos independentistas. Hay millones de catalanes y vascos que no merecen ser extranjeros en su propia tierra, siendo que esas tierras ha sido parte de España desde que España es España.

En otras palabras, no vamos a traicionar a gente como el presidente del Hospitalet, club de fútbol catalán y por tanto español. Vean ustedes el siguiente vídeo:
http://www.intereconomia.com/noticias-/punto-pelota/miguel-garcia-no-hay-catalanes-segunda-20120926

Quien juega con fuego se acaba quemando a sí mismo y a los demás. Eso es lo que están haciendo los independentistas catalanes y los vascos. Nos están llevando a un enfrentamiento total. Sería bueno que voces autorizadas en la Iglesia lo dijeran. Que es exactamente lo mismo que hicieron el Papa Juan Pablo II y los obispos italianos cuando Bossi y sus muchachos amenazaron con la secesión del norte de Italia del resto del país.

Luis Fernando Pérez Bustamante