29.09.12

Pensamientos de vida sobrenatural

Tomás de Kempis, dice refiriéndose a Jesús que “’El que me sigue no va a oscuras’, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo y con ellas nos enseña a imitar su vida y sus virtudes si queremos gozar de la luz verdadera, y librarnos de la ceguera del alma”.

No puede ser mejor explicado, en esencia, el comportamiento que debe expresar, con su vida, un discípulo del Hijo de Dios y resulta difícil, por eso mismo, decir más cosas con menos palabras.

Tal forma de demostrar que la Fe puede ser difundida, evangelizando con ella, es la que también siguió S. Josemaría en libros suyos como Camino, Forja o Surco que representan, para un creyente en el Dios Único y Omnipotente, una forma de demostrar que se cree porque se sabe lo que se cree.

El aforismo, por eso, es una fórmula comprimida de definir pensamientos, en este caso religiosos, que cada cual llevamos dentro y que, saliendo al exterior desde el corazón, puede servir para encauzar más de una situación que damos por perdida por las asechanzas del mundo o, simplemente, por nuestra mala cabeza mundana.

Por eso mismo, cuando manifestamos por escrito lo que tenemos como cierto para nuestro interior y, así, para nuestro corazón, no hacemos más que tratar de hacer ver que si del mismo habla la boca es de desear que hable bien del lugar donde, por tradición, se ha considerado que actúa el Espíritu de Dios y donde está su Templo.

Lo que podemos decir en pocas palabras a lo mejor es preferible que no se diga de forma extensa. Se entiende mejor lo que se pretende transmitir si no hay exceso de sílabas que, en muchas ocasiones, deforman una verdad espiritual y, en cierta manera, pervierten en esencial sentido que le queríamos dar.

Es, por otra parte, lo que de nuestra vida sobrenatural, llevaba y traída por el deambular de la existencia y conciencia que nos conducen hacia el definitivo reino de Dios, extraemos lo que nos ofrece unas frases que pretenden hacer real la voluntad de quien siente que su fidelidad a Dios puede ser imitada, puesta en práctica particular, como máxima expresión de una comunión vital y de fe.

Así, los “Pensamientos de vida sobrenatural” son una aproximación a la vivencia de la fe y un intento de plasmar, por la vía del mensaje escueto, lo que un alma puede sentir y expresar para obviar la tribulación por la que esté pasando o, a lo mejor, creyendo que pasa.

Cada cual, por supuesto, puede hacer con ellos lo que tenga por conveniente y, si eso surge, añadir los que crea oportunos porque, es bien cierto, que si Dios lo es personal para cada uno de nosotros, no está mal, de vez en cuando, compartir lo que su Espíritu nos ha sugerido. De todas formas, bien sabemos que no podemos ocultar la luz, aunque sea escasa, bajo el celemín.

22.-En la tribulación…Fe

No son pocos los momentos en los que los cristianos sentimos que las circunstancias por las que pasamos nos ahogan y que están a punto de acabar con nosotros. Entonces, en tales momentos de especial preocupación, acudir a nuestra fe ha de ser una buena manera de salir adelante aunque, en realidad, la fe siempre ha de estar presente en nuestra vida.

Y lo que a continuación traigo es lo que, para este católico, supone tener en cuenta la fe en su existencia en momentos de tribulación.

1 Tribulaciones encontramos muchas a lo largo de nuestra vida. Ayuda de Dios, siempre.

2 El cuerpo, mortal que es, nos ofrece la posibilidad de pedir su sanación. No olvidemos, sin embargo, que no podemos ponerlo en situación de tener que pedirla.

3 El espíritu también duele y se conduele. Son las tribulaciones del alma.

4 Muchas veces te sentirás triste porque no te hacen caso. “Es un beato” podrán decir. Pero tú, con el corazón alto sabes que tu fe es más que eso.

5 Recuerda, en momentos de tribulación, las que pasó Cristo. La tuya es poca cosa.

6 Ver reflejado, en nuestro corazón, el ejemplo de Cristo, es una medida preventiva contra la tribulación bastante eficaz.

7 ”Señor, ayúdame en las tribulaciones”. Ya puedes estar seguro de que has sido escuchado.

8 Pon el oído del corazón a pleno rendimiento porque Dios te está dando respuesta a tu demanda: por cada tribulación, una forma de decir “te quiero”.

9 Dulcemente quiso Cristo caminar por su Pasión. Ni se arrugó ni permitió que le rindieran. Míralo como quien puede sanear tu alma.

10 La Verdad es, sobre todo, una medicina infalible contra la tribulación.

11 Contienen las Sagradas Escrituras, sobre todo el Antiguo Testamento, grandes tribulaciones del pueblo elegido por Dios. Todas las superaron orando. No dudes, pues, en hacer tú lo mismo.

12 Lo sobrenatural es saberse salvado y, así, obviar toda tribulación. Pero muchas veces nos comportamos como lo que somos.

13 Es de personas asustarse por lo que nos pasa si es malo. Pero no es de creyentes no recurrir a Quien nos puede sanar.

14 Las dudas espirituales nos pueden hacer mucho daño porque ponen trabas a nuestra fe. Huye, pues de tales tribulaciones.

15 Volverse hacia Dios es buen remedio a nuestras tribulaciones.

16 Cuanto más caigamos en el fondo de nuestro egoísmo más aumentará la principal tribulación de nuestra vida.

17 No estar tranquilo en la tribulación es lo que nos corresponde como personas. Como creyentes lo que nos corresponde es poner fin a tal intranquilidad.

18 Actuar en justicia puede ser causa, según los tiempos que corren, de gran tribulación.

19 ”Acompáñame Padre en la tribulación”. Si así pides, con seguridad que ya has empezado a salir de la misma.

20 ¡Tribulación, tribulación, tribulación¡ Y ante esto, fe, fe, fe.

Pidamos a Dios que nos auxilie en nuestros momentos de tribulación.

Ruego, también, a quien quiera hacer su aportación a estos veinte puntos, que así lo haga. Seguramente podremos aprender mucho unos de otros.

Eleuterio Fernández Guzmán