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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 30 de septiembre de 2012

Santa Sede

No hay que sentir celos cuando otros actúan en nombre de Cristo
Reflexión de Benedicto XVI durante el rezo del Ángelus

Benedicto XVI expresa su preocupación por la situación en la República Democrática del Congo
Hizo un llamamiento al restablecimiento de la convivencia fraterna

Mundo

Albania: 950 aniversario de la diócesis de Sapë
El cardenal Santos Abril y Castelló, enviado de Benedicto XVI

Colombia: creado un equipo para animar la pastoral indígena
Tras el encuentro nacional de responsables de este campo de misión, reunidos en Bogotá

Nueva Evangelización

La calidad del evangelizador depende de su unión con Dios
Manifestó el cardenal Ouellet en la asamblea plenaria de los obispos europeos

En las redes sociales de internet sí se puede evangelizar
Lo ratifica el mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Mundial de las Comunicaciones 2013

Donde Dios llora

Perú: 'No habrá justicia social si no ayudamos a la conversión de los corazones'
Entrevista con el obispo de prelatura de Ayaviri Kay Martin Schmalhausen SCV

Foro

Encuentro Fe y Cultura
Próximo 'Diálogo por la paz en México', en el marco del Atrio de los Gentiles

Documentación

'Valorar las cosas buenas hechas por las diversas realidades eclesiales'
Palabras de Benedicto XVI al introducir el rezo del Ángelus


Santa Sede


No hay que sentir celos cuando otros actúan en nombre de Cristo
Reflexión de Benedicto XVI durante el rezo del Ángelus
CASTEL GANDOLFO, domingo 30 septiembre 2012 (ZENIT.org).- Hoy al mediodía, el santo padre Benedicto XVI se asomó por última vez en este verano, al balcón del patio interior del Palacio Apostólico, donde lo esperaban autoridades y fieles para el rezo del Ángelus y escuchar sus enseñanzas.

El papa centró su meditación en el evangelio de hoy, que narra cómo un sujeto, que no era de los seguidores de Jesús, había echado fuera demonios en su nombre. Y recordó que fue el mismo joven apóstol Juan quien quiso impedírselo, pero Jesús no se lo permitió, aprovechando en cambio la situación para enseñar a sus discípulos “que Dios puede hacer cosas buenas e incluso milagrosas, aún fuera de su círculo, y que se puede cooperar con el Reino de Dios en varias maneras, incluso al ofrecer un simple vaso de agua a un misionero”.

Recordando lo escrito por san Agustìn en su obra Sul battesimo contro i donatisti, hizo ver cómo “en la Iglesia se puede encontrar aquello que no es católico, así como fuera de la misma puede haber algo fuera de lo católico", el papa exhortó a los miembros de la Iglesia “a no sentir celos, sino regocijarse” si alguien fuera de la comunidad hace el bien en nombre de Jesús, “siempre que lo haga con rectitud de intención y con respeto".

Advirtió también que esto puede suceder dentro de la propia Iglesia, cuando “cuesta valorizar y apreciar, en un espíritu de comunión profunda, las cosas buenas hechas por las diversas realidades eclesiales.” Por lo que hizo una invocación más bien a “ser capaces de apreciarnos y estimarnos siempre entre sí, alabando al Señor por la infinita "fantasía" con la cual actúa en la Iglesia y en el mundo".

En otra parte de su reflexión ante una multitud que llenaba la plaza, recordó que la lectura del apóstol Santiago incluida en la liturgia de hoy, “es una invectiva con los ricos deshonestos, que ponen su confianza en las riquezas acumuladas a fuerza de opresión” En esta lectura, el santo padre subrayó la advertencia del apóstol, de que “el vano deseo de los bienes materiales, constituyen un fuerte llamado para usarlos en la perspectiva de la solidaridad y del bien común, siempre actuando con justicia y moralidad, a todos los niveles".

Antes de rezar el Ángelus, encomendó a los presentes a la Santísima Virgen María, “para que sepamos regocijarnos por cada gesto e iniciativa de bien, sin envidia ni celos, y usar sabiamente de los bienes terrenales en la continua búsqueda de los bienes eternos.”

(javv)

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Benedicto XVI expresa su preocupación por la situación en la República Democrática del Congo
Hizo un llamamiento al restablecimiento de la convivencia fraterna
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 30 septiembre 2012 (ZENIT.org).- Benedicto XVI dedicó una palabras en el Ángelus de hoy a comentar la situación que se vive en el este de la República Democrática del Congo e hizo un llamamiento al diálogo, coincidiendo con una reunión de alto nivel en Naciones Unidas para buscar salidas a una situación que se prolonga en el tiempo.

"Sigo con cariño y preocupación lo vivido por la población del este de la República Democrática del Congo, objeto, en estos días, de la atención incluso de una reunión de alto nivel en las Naciones Unidas", dijo Benedicto XVI

"Me siento particularmente cercano a los refugiados, a las mujeres y a los niños, que por la persistencia de los enfrentamientos armados padecen sufrimiento, violencia y profundos daños", añadió.

"Ruego a Dios para que se encuentren medios pacíficos de diálogo y de protección de tantos inocentes a fin de que vuelva lo antes posible la paz, fundada sobre la justicia, y se restablezca la convivencia fraterna en esa población tan probada, así como en toda la región", concluyó.

La actual crisis, en una región que vive desde años una guerra latente, está siendo objeto de diálogo en las Naciones Unidas. Hay que destacar un encuentro a puertas cerradas entre Paul Kagame, presidente ruandés y Joseph Kabila, presidente de la R.D. del Congo, que tuvo lugar el 27 de septiembre en la sede de la ONU en Nueva York.

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Mundo


Albania: 950 aniversario de la diócesis de Sapë
El cardenal Santos Abril y Castelló, enviado de Benedicto XVI
ROMA, domingo 30 septiembre 2012 (ZENIT.org).- Benedicto XVI nombró este 25 de septiembre al cardenal español Santos Abril y Castelló - que es arcipreste de la basílica papal de Santa María la Mayor- su enviado especial en el 950 aniversario de la diócesis de Sapë, en Albania. El aniversario se celebró este 29 de septiembre.

El enviado de Benedicto XVI estuvo acompañado en la celebración por el abad Marco Shtjefni, profesor del gran seminario de Skkodrë, y el abad Gjovalin Sukai, párroco de la catedral.

La diócesis fue erigida por el papa Alejandro II, en 1062, en el noroeste de Albania. Cuenta hoy con cerca de 70.000 católicos, lo que representa al 30% de la población local.

La mayor parte de la población del país (más de 3 millones de habitantes) es musulmana, con numerosos agnósticos y una minoría cristiana (en la que hay unos 500.000 católicos) que reanudó su práctica religiosa en los años 90, después de décadas de persecución. En 1967, su jefe comunista, Enver Hoxha, había proclamado el país "como el primer Estado ateo del mundo".

Traducido del francés por Raquel Anillo

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Colombia: creado un equipo para animar la pastoral indígena
Tras el encuentro nacional de responsables de este campo de misión, reunidos en Bogotá
BOGOTA, domingo 30 septiembre 2012 (ZENIT.org).- Un equipo de sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos en coordinación con el área de Etnias de la Conferencia Episcopal de Colombia animarán la Pastoral de los Indígenas en el país.

Esta acción que se inicia a partir de la realidad de esta población, es el principal resultado del encuentro nacional que se desarrollo del 18 al 20 de septiembre en Bogotá, informa la Conferencia Episcopal de Colombia.

El equipo se reunirá para trazar su programa futuro, al menos para tres años, en la casa de encuentros de la arquidiócesis de Popayán, los días 30 de noviembre y 1 de diciembre de este año.

Junto a esta acción, se proyecta realizar actividades concretas que viabilizarán la tarea de evangelización con los pueblos indígenas.

Los asistentes al encuentro propusieron, entre otros objetivos: que en cada jurisdicción exista un animador de la pastoral de Etnias; que se realicen encuentros nacionales, con proceso y estrategias, que dejen tareas claras; encuentros regionales; que se trate como tema en una de las asamblea anuales de la Conferencia Episcopal; promover talleres de espiritualidad para compartir las tradiciones de los pueblos originarios; y recuperar los Encuentros de la Pastoral Indígena Fronteriza que se daban en la Región Sur Occidente: Colombia (Ipiales, Mocoa, Puerto Leguízamo, San Vicente del Caguán, Pasto, Tumaco); Ecuador y Perú. Ampliar esta experiencia a los lugares de frontera.

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Nueva Evangelización


La calidad del evangelizador depende de su unión con Dios
Manifestó el cardenal Ouellet en la asamblea plenaria de los obispos europeos
Por A. Bourdin

ROMA, samedi 29 septembre 2012 (ZENIT.org).- "La calidad del evangelizador depende de la calidad de su unión con Dios", señaló el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, en el tercer día de la asamblea plenaria del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), que se ha celebrado en Suiza, en Saint-Gall, del 27 al 30 de septiembre.

De un encuentro con la prensa este sábado 29 de septiembre, en el que estuvo presente ZENIT, ofrecemos lo esencial del intercambio del cardenal con los informadores.

En su homilía, ha hablado de una Europa tocada por una crisis de esperanza: ¿qué papel puede jugar este continente para recuperar los valores en un discurso no solo europeo sino mundial? ¿Europa tiene todavía un rol que desempeñar? ¿Cuál?

--Cardenal Ouellet: Europa es portadora de la civilización cristiana, matriz de la misma: siempre tendrá la responsabilidad de seguir testimoniando las raíces de su identidad, como continente configurado por el don de Cristo y de la Iglesia. Y en este sentido, la presencia de la Iglesia y el esfuerzo de la misma en este momento es ayudar a los países europeos a no perder la conciencia de la misión universal de Europa como portadora de este mensaje del Evangelio y de la sabiduría que este ha aportado sobre la dignidad de la persona, los derechos humanos. Me parece que tiene una misión y una conciencia que debe ser mantenida. Por esto la Iglesia trata de ayudar también a los políticos y a quienes toman las decisiones económicas para el futuro. Ayudarles desde su perspectiva de fe a apoyar el esfuerzo por el bien común y por la misión universal de Europa.

En cuanto prefecto de la Congregación para los Obispos, ¿cuál es su primera preocupación respecto a Europa?

--Cardenal Ouellet: Es urgente educar. Cuando se pierde el sentido de la familia, cuando existen estos debates éticos sobre la naturaleza del matrimonio, uno se pregunta cómo los padres y la escuela transmiten la herencia cristiana a las nuevas generaciones, es una preocupación profunda. Porque, bajo la crisis económica y financiera, hay una crisis de visión del hombre, como ha subrayado esta asamblea. La Iglesia trata de atarer la atención sobre lo que está en juego.

Si la imagen del hombre mismo, creado a imagen de Dios, que es la base de la educación cristiana, se pierde, entonces ya no nos quedan modelos, y esto implica o supone consecuencias graves para los jóvenes: faltan ideales, referencias, modelos de personas.

Es una gran preocupación y por ello mi congregación tiene la preocupación de ayudar a la Iglesia a elegir a hombres de fe que tienen una visión clara de la antropología bíblica, que la Iglesia debe anunciar y proponer al mundo de hoy.

El mensaje es recibido o no, según las latitudes, pero Europa en este momento es un lugar de gran lucha sobre el concepto de hombre, sobre la antropología. Y se espera que la antropología cristiana, que se ha desarrollado en el contexto europeo, será también mantenida en esta lucha, sobre todo sobre cuestiones éticas. Y así, los otros continentes podrán seguir recibiendo de Europa lo que siempre han recibido de ella.

¿La Nueva Evangelización puede ser una respuesta de la Iglesia a esta crisis europea, en qué sentido?

--Cardenal Ouellet: Ciertamente. El santo padre, en su mensaje, subrayó la proximidad de esta asamblea con el Sínodo de la Nueva Evangelización. Necesitamos arraigar los debates éticos en el fundamento, es decir, Cristo.

Cuando se habla de nueva evangelización, se habla en principio de un encuentro, del encuentro con Cristo, de la experiencia personal de Cristo. Si esta experiencia no está ya viva, entonces todas las cuestiones se hacen complicadas, porque es verdaderamente el fundamento, y es sobre esto, creo yo, sobre lo que aportará un acento el sínodo: el anuncio del kerigma apostólico como un cimiento que a menudo muchas veces se da por adquirido, pero que hay que volver sobre el como palabra actual a pronunciar de nuevo y actualizar para ver su coherencia; también con todo lo que dije antes sobre la antropología y las cuestiones éticas.

Creo que el Sínodo sobre la Nueva Evangelización nos reunirá junto a la fuente del encuentro personal y también, diría, no sólo por la preocupación por la fe de quienes se han alejado, sino por la preocupación por nuestra propia fe --por nuestra propia fe--, porque esta también puede ser más o menos viva.

La calidad del evangelizador depende de la calidad de su unión con Dios. Espero que este próximo sínodo sea un momento muy fuerte de Pentecostés, es decir una efusión del Espíritu Santo que es el único que puede reavivar en nosotros la audacia, la pureza, la profundidad de la fe y la valentía del anuncio.


 

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En las redes sociales de internet sí se puede evangelizar
Lo ratifica el mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Mundial de las Comunicaciones 2013
Por José Antonio Varela Vidal

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 30 septiembre 2012 (ZENIT.org).- Los comunicadores digitales católicos, o dicho de otro modo, "los evangelizadores de la Red", han recibido el respaldo del santo padre Benedicto XVI a sus denodados esfuerzos por entender el lenguaje de los medios de hoy --con escasas horas de descanso y no pocas incomprensiones--, a fin de que el mensaje de Cristo se mantenga vigente en las redes sociales de internet.

Esta buena noticia llegó a cada dispositivo portátil o fijo que estuviera en red, cuando el viernes se hizo público el tema de la 47 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2013, con que el papa orientará a la Iglesia universal sobre este importante campo, denominado por él mismo "un continente digital". Es que la cuestión elegida no podía ser más oportuna y clara: "Redes Sociales: portales de verdad y de fe; nuevos espacios para la evangelización".

Según la nota de presentación oficial por parte del Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales, el tema se enmarca muy bien en el contexto del Año de la Fe, dado que el "el modo de humanizar y vitalizar un mundo digital impone hoy una actitud más definida: ya no se trata de usar Internet como "medio" de evangelización, sino de evangelizar considerando que la vida del hombre moderno también se expresa en el ambiente digital."

En particular, añade el comunicado, "es necesario tener en cuenta el desarrollo y la gran popularidad de las redes sociales, que han permitido la acentuación de un estilo dialógico e interactivo en la comunicación y en las relaciones."

Cabe destacar que la inminente Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos, dedicada a la Nueva Evangelización, también abordará el tema, por lo que el anuncio de la Jornada llega a tiempo. En los numerales 59 a 62 del Instrumentum Laboris, referidos a "Las nuevas fronteras del escenario comunicativo", se leen menciones explicítas a este desafío, con una invitación a que los cristianos tengan "la audacia de concurrir a estos “nuevos areópagos”, aprendiendo a dar una evaluación evangélica, encontrando los instrumentos y los métodos para hacer escuchar también hoy en estos lugares el patrimonio educativo y la sabiduría custodiada por la tradición cristiana (62c)."

Las experiencias se cuentan hoy por millones, donde los correos electrónicos y mensajes de texto del celular con frases o mensajes evangelizadores, han pasado --sin detenerse estos primeros--, a nuevos espacios como los blogs del obispo o del párroco, las redes sociales de las religiosas y de los laicos, los tweets de las oficinas de prensa de los episcopados y diócesis, o a las web 2.0 de los entendidos en pastoral de las comunicaciones.

Es así que esta JMCS 2013, que sigue fielmente el mandato del Vaticano II desde hace casi 50 años, animará a los que aún tienen dudas sobre la potencialidad de estos medios, a ‘remar mar adentro’ y ocupar su espacio. Y a quienes ya los utilizan, será un aliento para buscar nuevos medios y caminos, a fin de que más y más personas les hagan un sincero clic en "me gusta" o los "sigan"...

La Jornada Mundial de las Comunicaciones del año 2013 se celebrará el 12 de mayo, durante la solemnidad de la Ascención del Señor. El mensaje íntegro del santo padre se dará a conocer el 24 de enero, siempre en la fiesta de san Francisco de Sales, patrono de los escritores y periodistas.

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Donde Dios llora


Perú: 'No habrá justicia social si no ayudamos a la conversión de los corazones'
Entrevista con el obispo de prelatura de Ayaviri Kay Martin Schmalhausen SCV
AYAVIRI, 30 septiembre 2012 (ZENIT.org).- En esta entrevista con monseñor Kay Martin Schmalhausen SCV, obispo de la prelatura de Ayaviri, Perú, el diálogo se detiene en rememorar lo que significó la Teología de la Liberación en el ámbito latinoamericano y los retos que afronta la Iglesia en el momento actual en esta comunidad eclesial.

Monseñor Kay Martin es miembro del Sodalicio de Vida Cristiana, una sociedad de vida cristiana fundada en Perú, de la que ha surgido una familia espiritual con varias ramas, entre ellas el Movimiento de Vida Cristiana.

La entrevista fue realizada por Johannes Habsburg para Donde Dios Llora, un programa semanal en cooperación con la fundación católica "Ayuda a la Iglesia Necesitada".

Perú es el país donde nació la Teoría de la Liberación que también trajo reflexiones muy hermosas e interesantes, pero que no es la respuesta a la pobreza y a la injusticia social y no es una respuesta auténticamente cristiana. ¿Por qué no es la Teoría de la Liberación esa respuesta que la Iglesia puede ofrecer ante estos retos de la injusticia y de la necesidad?

--Monseñor Kay Martin: Porque la perspectiva fue equivocada, lamentablemente muy equivocada. Necesitamos liberación, la liberación del corazón humano del pecado. Esa liberación no la hacemos nosotros, la hace Jesucristo: es él el que nos reconcilia, es él el que nos perdona, es él el que hace al hombre nuevo y nos hace a nosotros nuevos. Esa es la única, la auténtica liberación que es capaz de suscitar y de lograr un verdadero cambio social. Porque el cambio social comienza en el corazón del ser humano.

Pero con la Teoría de la Liberación se invirtieron los papeles…

--Monseñor Kay Martin: Sí, según ella, somos nosotros los que liberamos al hombre, los que liberamos la sociedad, somos nosotros los que estamos aquí para devolver la dignidad al ser humano y Jesucristo, el hijo de Dios hecho hombre, el Salvador pasó a ser un líder político. En esta inversión de los roles hemos perdido muchas energías, mucho tiempo y hemos dejado campo abierto para tanta confusión y desconcierto. En ese sentido no es posible pensar una Teoría de la Liberación que en alianza con los principios del marxismo, pretenda una reivindicación social de los pobres simplemente por razones económicas, sociales, políticas… olvidándonos que toda la cuestión del hombre está en su corazón. Y en que ese corazón sea transformado, transfigurado por el Señor y por su gracia.

Pero precisamente un planteamiento ateo-marxista lleva al corazón a más violencia y más conflicto.

--Monseñor Kay Martin: Creo que ahí tenemos un problema muy serio, la Teología de la Liberación planteaba directa oposición al Evangelio, cosa que no se ha querido ver. Una perspectiva conflictual que desdice radicalmente de la dinámica del amor y de reconciliación que el Señor ha venido a traer. No odio, sino unidad: unidad en la verdad y en el amor y eso es lo que hace la reconciliación.

Si esta no es la respuesta a las injusticias sociales, y las desigualdades siguen existiendo, ¿ qué podemos ofrecer como respuesta? ¿Cómo responde la Iglesia ante este reto?

--Monseñor Kay Martin: Yo creo que hay diversos niveles para responder esto, en primer lugar pienso que es un error que como Iglesia pretendamos sustituir al Estado, el Estado tiene su responsabilidad, su función social y debe asumir este rol y no pensar que lo van a hacer terceros. En la región donde yo vivo, por ejemplo, hay una gran ausencia del Estado y ciertamente es un grito, diríamos así, apremiante.

¿Y es ahí donde la Iglesia esta llamada a subsidiar?

--Monseñor Kay Martin: Si, la Iglesia no puede desentenderse de las preocupaciones y las angustias personales, familiares, sociales que vive el pueblo de Dios, que viven nuestros fieles y por lo tanto nos toca estar cerca a ellos. En la medida de nuestras posibilidades, hemos procurado, aunque ciertamente mi Prelatura, puedo decirlo así con toda honestidad, está en bancarrota, pero por ayudas de terceros, de católicos generosos también de algunas empresas que ven la importancia, la responsabilidad social que tienen en la zona, hemos podido a través de Caritas organizar algunas actividades de importancia a nivel de salud, a nivel de agua potable para las comunidades, a nivel de educación, y así ponemos nuestro grano de arena.

¿Pero esa es toda la ayuda que se espera de la Iglesia, solo a ese nivel?

--Monseñor Kay Martin: Exacto, eso es solo un nivel, y luego el otro nivel es el nivel de la evangelización, esto significa un anuncio del evangelio, cercano, claro, directo que realmente satisfaga el hambre de Dios que tienen los corazones de la gente. No hay justicia social, no habrá justicia social si no tocamos y ayudamos a la conversión de los corazones. Y no tengo reparo en decirlo, aquí donde vivo yo y donde la gran mayoría es gente muy pobre; sin embargo las injusticias entre ellos mismos pueden ser atroces…

Es decir todos necesitan una conversión de corazón, no solo los mas pudientes.

--Monseñor Kay Martin: Exacto. La primera tarea de la Iglesia siempre es esta, sin por eso descuidar el otro lado de la caridad efectiva, de la caridad que se hace ayuda concreta. Pero la primera tarea de evangelización de la Iglesia es la conversión del corazón. Por lo tanto, una prioridad para nosotros es la presencia de sacerdotes, de comunidades religiosas y de nuestros laicos bien formados - catequistas y animadores en las comunidades cristianas donde no hay sacerdotes - para que todos juntos seamos como un cuerpo que vayamos formándonos y creciendo y madurando en la fe.

Usted encontró su vocación cristiana plena en un movimiento de la Iglesia, ¿Cómo hacemos que despierte el seglar en Latinoamérica para transformar el mundo en Cristo? Es un reto porque el seglar muchas veces separa su fe de su vida real, ¿cómo rompemos esa barrera artificial que nos hemos creado?

--Monseñor Kay Martin: Necesitamos ayudar a que la vida cristiana se haga vida cotidiana, vida del día a día. Necesitamos superar ese divorcio que hay entre la fe que yo digo que profeso y luego la que a veces llevo que no tiene que ver nada con esa fe. Esto, en las comunidades parroquiales. Es indiscutible por otra parte que el Espíritu Santo ha suscitado en el seno de la iglesia - como lo hemos escuchado tantas veces a Juan Pablo II y a nuestro querido papa Benedicto XVI - la presencia de los movimientos. Ellos son un toque del Espíritu Santo, una acción del Espíritu Santo en la Iglesia, para colaborar en esta tarea de que los laicos puedan vivir un compromiso cristiano personal en una comunidad concreta en la que sienten que tienen una pertenencia y un arraigo y luego donde aprendan también a proyectar su fe en un compromiso en la sociedad.

Esta entrevista fue realizada por Johannes Habsburg para "Dios llora en la Tierra", un programa semanal de radio y televisión producido por la Catholic Radio y Television Network junto con la fundación internacional pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.

Para obtener más información en la Red:www.WhereGodWeeps.org y www.acn-intl.org.

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Foro


Encuentro Fe y Cultura
Próximo 'Diálogo por la paz en México', en el marco del Atrio de los Gentiles
SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, domingo 30 septiembre 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos a los lectores el artículo de nuestro colaborador habitual, el obispo de San Cristóbal de Las Casas, México, quien pone como ejemplo de diálogo el próximo encuentro que se tendrá en este país con el tema de la paz.

*****

+ Felipe Arizmendi Esquivel

Obispo de San Cristóbal de Las Casas

HECHOS

Los días 3 y 4 de octubre, varias instituciones hemos organizado un Diálogo por la paz en México, con el objetivo de que, creyentes y no creyentes, pongamos en común nuestros puntos de vista sobre cuatro temas, a cual más apasionante: Dolor y sufrimiento de un país; diálogo que nos reconcilia; estrategias para la reconstrucción y esperanzas para el futuro. Hemos invitado a personas de muy diversas tendencias, que generosamente han aceptado compartir su visión, pues estamos convencidos de que no podemos quedarnos en quejas y lamentos ante la situación que vivimos, sino proponer caminos para salir adelante, sobre todo en bien de quienes más sufren.

Las instituciones convocantes somos el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, el Centro de Investigación y Docencia en Economía, la Universidad Pontificia de México, el Instituto Mexicano de Doctrina Social, la Universidad Iberoamericana, el Centro Universitario Cultural y la Dimensión de Pastoral de la Cultura del episcopado mexicano, que presido.

El Diálogo se llevará a cabo en la ciudad de México, y sigue la inspiración del Atrio de los Gentiles, propuesto por el Papa. Tendremos una representación del Pontificio Consejo de la Cultura. Culminaremos con un Concierto por la Paz.

¿Qué nos mueve al organizar este encuentro? La convicción de que es tiempo de escucharnos todos con respeto, en vez de sólo descalificarnos con desconfianzas y condenaciones. La fe no es ajena al mundo de la cultura, la ciencia, la política, la economía; tiene mucho que ofrecer. El ambiente amplio de quienes generan pensamiento, cultura, opciones sociales y políticas, puede escuchar a quienes nos confesamos discípulos de Jesús. Todos podemos aportar al bien común lo que somos y pensamos.

CRITERIOS

El Papa Benedicto XVI, en su encíclica Caritas in veritate, dice claramente: “La religión cristiana y las otras religiones pueden contribuir al desarrollo solamente si Dios tiene un lugar en la esfera pública, con específica referencia a la dimensión cultural, social, económica y, en particular, política. La doctrina social de la Iglesia ha nacido para reivindicar esa carta de ciudadanía de la religión cristiana. La negación del derecho a profesar públicamente la propia religión y a trabajar para que las verdades de la fe inspiren también la vida pública, tiene consecuencias negativas sobre el verdadero desarrollo. La exclusión de la religión del ámbito público, así como el fundamentalismo religioso por otro lado, impiden el encuentro entre las personas y su colaboración para el progreso de la humanidad. La vida pública se empobrece de motivaciones y la política adquiere un aspecto opresor y agresivo. Se corre el riesgo de que no se respeten los derechos humanos, bien porque se les priva de su fundamento trascendente, bien porque no se reconoce la libertad personal. En el laicismo y en el fundamentalismo se pierde la posibilidad de un diálogo fecundo y de una provechosa colaboración entre la razón y la fe religiosa. La razón necesita siempre ser purificada por la fe, y esto vale también para la razón política, que no debe creerse omnipotente. A su vez, la religión tiene siempre necesidad de ser purificada por la razón para mostrar su auténtico rostro humano. La ruptura de este diálogo comporta un coste muy gravoso para el desarrollo de la humanidad” (No. 56).

PROPUESTAS

En las familias, en la escuela, en los sindicatos, entre los partidos políticos, entre las religiones, entre los grupos eclesiales, entre las diferentes tendencias que hay en la sociedad y en las Iglesias, es necesario aprender a dialogar, a escucharnos unos a otros con respeto, pero sobre todo con humildad, para aprender de los demás, para dejarnos ayudar a ser más fieles a nuestra identidad y vocación. Imaginar que los otros están equivocados en todo y que nada nos pueden ofrecer, es una actitud de soberbios y engreídos. Los verdaderamente sabios están abiertos a apreciar los valores que otros poseen y enriquecerse con sus aportes. Jesucristo, siendo Dios, se humilló y se hizo uno como nosotros. Aprendamos de El.

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Documentación


'Valorar las cosas buenas hechas por las diversas realidades eclesiales'
Palabras de Benedicto XVI al introducir el rezo del Ángelus
CASTEL GANDOLFO, domingo 30 septiembre 2012 (ZENIT.org).- A las 12 horas de hoy Benedicto VI se asomó al balcón del patio interno del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo para recitar el Ángelus junto a los fieles y a los peregrinos presentes. Ofrecemos las palabras del papa al introducir la oración mariana.

*****

¡Queridos hermanos y hermanas!

El Evangelio de este domingo nos presenta uno de esos episodios de la vida de Cristo, que, a pesar de ser tomado, por así decirlo, al paso, contiene un profundo significado (cf. Mc. 9,38-41). Se trata del hecho de que un sujeto, que no era de los seguidores de Jesús, había echado fuera demonios en su nombre. El apóstol Juan, joven y celoso como era, quería impedírselo, pero Jesús no se lo permite, y en cambio, aprovecha la oportunidad para enseñar a sus discípulos que Dios puede hacer cosas buenas e incluso milagrosas, aún fuera de su círculo, y que se puede cooperar con el Reino de Dios en varias maneras, incluso al ofrecer un simple vaso de agua a un misionero (v. 41).

San Agustín escribe a propósito: ​​"Como en la Católica, --es decir, en la Iglesia--, se puede encontrar lo que no es católico, así fuera de la Católica puede haber algo de lo católico" (San Agustín,Sul battesimo contro i donatisti: PL 43, VII, 39, 77). Por lo tanto, los miembros de la Iglesia no deberían sentir celos, sino regocijarse si alguien de fuera de la comunidad hace el bien en el nombre de Cristo, siempre que lo haga con rectitud de intención y con respeto. Incluso dentro de la propia Iglesia, puede suceder que a veces cuesta valorar y apreciar, en un espíritu de comunión profunda, las cosas buenas hechas por las diversas realidades eclesiales. En su lugar, todos debemos ser capaces de apreciarnos y estimarnos siempre entre sí, alabando al Señor por la infinita "fantasía" con la cual actúa en la Iglesia y en el mundo.

En la liturgia de hoy resuena también la invectiva del apóstol Santiago con los ricos deshonestos, que ponen su confianza en las riquezas acumuladas a fuerza de opresión (cf. St. 5,1-6). En este sentido, Cesáreo de Arles indica en un discurso: "La riqueza no puede herir a un hombre bueno, porque la da con misericordia, así como no puede ayudar a un hombre malo, porque la conserva con avidez o la desperdicia en la disipación" (Sermón 35, 4). Las palabras del apóstol Santiago, mientras nos advierten del vano deseo de los bienes materiales, constituyen un fuerte llamado para usarlos en la perspectiva de la solidaridad y del bien común, siempre actuando con justicia y moralidad, a todos los niveles.

Queridos amigos, por intercesión de la Santísima Virgen María, oremos para que sepamos regocijarnos por cada gesto e iniciativa de bien, sin envidia ni celos, y usar sabiamente de los bienes terrenales en la continua búsqueda de los bienes eternos.

Traducción del original italiano por José Antonio Varela V.

©Librería Editorial Vaticana

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