1.10.12

Humor en el Concilio, nunca el Concilio del humor

A las 6:20 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

Empezamos un mes esencial para la Iglesia Católica. Los grandes acontecimientos que se avecinan ocuparán grandes titulares en las portadas de los diarios, de los noticiarios de radio y televisión, y en las redes sociales novedoso campo de encuentro rápido de la noticia y de la opinión en el campo digital.

El cincuentenario de la apertura conciliar por el Papa Juan XXIII, el Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización, la apertura del Año de la Fe, el doctorado eclesial de San Juan de Ávila.

Vuelvo la vista atrás, recuerdo cómo se vivió la preparación del Concilio Vaticano II, con una prensa escrita donde brillaban los corresponsales enviados a Roma: José Luis Martín Descalzo, Antonio Montero Moreno, José María Javierre…….y otros que tomaron caminos estrafalarios.

La radio era el medio más cercano y familiar. La más volcada fue Radio Nacional de España, que transmitió en directo la ceremonia de apertura del Concilio.

La televisión era un aparato prohibido en la generalidad de las familias que aún no habían llegado a entrar en el concepto de la clásica clase media. Los ricos sí la tenían.

Durante aquellos años el humor tuvo sitio en la Iglesia Católica que abría un Concilio después de casi un siglo de haber cerrado de prisa y corriendo el anterior.

Acaba de editarse un libro titulado Las burbujas del Concilio, que estará en las librerías pasado mañana, tiene 128 páginas y vale 12 euros. Es la reedición del original publicado en el año 1966, editado en francés, traducido a diversos idiomas.

El contenido es una serie de anécdotas escritas con la ironía francesa, algunas fueron reales y otras inventadas, ocurridas durante los tres años de duración del Concilio Vaticano II.

En el portal de Vatican Insider han colgado algunas de ellas. Colocaré solamente una:

Toilette
“Los baños del Concilio tenían dos indicaciones en italiano: «libre» y «ocupado». Un obispo propuso que se tradujeran al latín, con estos términos: «sede vacante» y «feliciter regnante»”.

Espero que el humor no falte durante este octubre, tan importante para la Iglesia de nuestros días.

Ese humor que hace cincuenta años llenó el tiempo de los padres conciliares y que ahora miro como las viejas fotografías en color sepia que había en la casa de mis abuelos cuando me dejaban husmear por los cajones de la cómoda y del aparador.

Para saber más hagan clic aquí.

Tomás de la Torre Lendínez