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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 3 de octubre de 2012

Santa Sede

Juicio en el Vaticano: el archivo secreto de Paolo Gabriele
Ochenta y dos cajas de documentos reservados de los que se apoderó el mayordomo del papa

Benedicto XVI pide oraciones por su viaje mañana al Santuario de Loreto
Recuerda el 50 aniversario de la peregrinación del beato Juan XXIII

Exclusiva

Sólo desde la ética y los grandes valores humanos se podrá reconstruir Nicaragua
Entrevista a monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua y secretario de la Conferencia Episcopal

Mundo

Córdoba ultima preparativos para la proclamación del doctorado de san Juan de Ávila
La Conferencia Episcopal Española peregrinara a la Basílica del santo para ganar el jubileo

Canadá se prepara para la canonización de Kateri Tekakwitha
Clausura de la asamblea plenaria de los obispos católicos

Observatorio jurídico

¿Garganta profunda?
Acerca del juicio al mayordomo de Benedicto XVI

Documentación

La liturgia, lugar donde vivir la universalidad de la Iglesia
Catequesis de Benedicto XVI en la audiencia general de hoy

Chile: investigación canónica del obispo de Iquique
Comunicados de la Diócesis de Iquique y de la Nunciatura

Fe de erratas

Sobre la devoción a la Virgen del Rocío


Santa Sede


Juicio en el Vaticano: el archivo secreto de Paolo Gabriele
Ochenta y dos cajas de documentos reservados de los que se apoderó el mayordomo del papa
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 3 octubre 2012 (ZENIT.org).- Reproducimos la crónica de la tercera audiencia del proceso que se lleva a cabo en el Vaticano contra Paolo Gabriele, exmayordomo de Benedicto XVI, acusado de robo con agravantes de documentos reservados, tal como la ha contado Radio Vaticano.

"Nadie ha maltratado nunca a Paolo Gabriele, el mismo ha agradecido siempre a la gendarmería el trato recibido". Así lo ha dicho Luca Cintia, responsable de la custodia del exmayordomo papal, escuchado hoy como testigo en la tercera audiencia del proceso en el Vaticano por robo con agravantes de documentos reservados. Los testigos escuchados hoy han sido cuatro, todos llamados por la defensa como los de ayer.

Son documentos reservadísimos con firma autógrafa del papa, algunos con la indicación expresa de ser destruidos, documentos de la Curia romana, de la organización de la Igleseia, actas cifradas de la Secretaría de Estado, "documentos relativos a la privacidad y la vida familiar de Benedicto XVI", "cartas escritas por cardenales al papa para hacer propuestas o pedir consejo", "respuestas del papa a los cardenales", "documentos cifrados".

En suma, "muchos más documentos de los publicados en el libro" de Gianluigi Nuzzi, "Sua Santità". Los testimonios, todos concordantes, han reconstruido la perquisición de 23 de mayo pasado en la vivienda, situada en el Vaticano, del mayordomo del papa.

Se encontró un archivo inmenso con "centenares de miles de páginas". Los militares precisaron que iniciaron la investigación "sólo con el fin de encontrar el material hecho público por el libro de Nuzzi" y que solo en un segundo momento "se dieron cuenta de la gravedad del asunto". "Cerca de mil son los documentos robados", entre originales y copias escondidos entre folios relativos a temas como: masonería, exoterismo, Logia P2, P4, sobre el caso Bisignani, sobre el caso Calvi; también se encontraron documentos sobre Berlusconi y el llamado Vatileaks; páginas sobre el IOR, búsquedas sobre yoga, budismo y cristianismo.

También documentos en soporte electrónico (fueron incautados un pc, dos o tres ordenadores portátiles, un iPad, un disco duro, una play station y una tarjeta de memoria) y material de investigación escolar de los tres hijos de Gabriele.

Entre el material, había también textos sobre cómo esconder documentos o fotografías en formato electrónico, grabar y hacer videos, y usar "el móvil de modo velado".

Los hombres de la Gendarmería han hecho hincapié en que usaron todas las cautelas del caso durante el registro e invitaron a la familia Gabriele a salir de la casa, de manera de reducir lo más posible el malestar a sus hijos y su mujer.

Confirmada, por pate de los interrogados, la originalidad de muchos documentos: bastantes veces, el presidente del tribunal, Dalla Torre, ha preguntado si habían visto personalmente actas originales durante el registro o después, tras la incautación de las 82 cajas de material en papel e informático.

Respecto a la comprobación de la violación de los estándares de encarcelamiento, sobre el que se abrió ayer, por iniciativa del promotor de justicia Nicola Picardi, un expediente aparte, Luca Cintia, encargado de la custodia de Paolo Gabriele, subrayó que "nunca ha faltado nada al imputado y que ha sido tratado en el mejor modo posible, tanto que --añadió- el mismo Gabriele ha dado siempre las gracias".

Se precisó también que el jefe de la Gendarmería vaticana, Domenico Giani, había dado enseguida disposiciones para tutelar a Gabriele y a su familia. El presidente del tribunal, recordando que la comprobación de la violación de los estándares de encarcelamiento era objeto de otro procedimiento, encaminado a comprobar lo sucedido pero tambien si hubo eventuales declaraciones falsas, precisó de lo ya comprobado resulta que Gabriele tuvo una serie de garantías como visitas familiares, asistencia espiritual y médica.

Situación embarazosa para la abogada de Gabriele, Cristiana Arru, interrogada al término de la audiencia por los periodistas sobre cómo eran conciliables las declaraciones de ayer --en las que Gabriele habló de presiones y dijo haber estado en los primeros días de detención en una celda en la que no podía alargar los brazos y en la que la luz se encendía continuamente- con las que hizo en julio en rueda de prensa, la misma Arru, en Radio Vaticano, en las que precisó el buen trato y las buenas condiciones de su defendido en los primeros días de detención. Cristiana Arru respondió: aquellas "declaraciones se referían a aquél día, a aquel momento".

La atención se dirige ahora al sábado próximo cuando tendrá lugar la requisitoria del promotor de Justicia, la arenga de la defensa, las eventuales réplicas y la intervención probable de Gabriele, antes de que se reúna la Cámara del Consejo.

Traducido del italiano por N.S.M.

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Benedicto XVI pide oraciones por su viaje mañana al Santuario de Loreto
Recuerda el 50 aniversario de la peregrinación del beato Juan XXIII
Por N.S.M.

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 3 octubre 2011 (ZENIT.org).- Durante la audiencia general de hoy, Benedicto XVI se ha referido a su visita al Santuario de Loreto, Italia, que realizará mañana.

En sus palabras en italiano el papa ha recordado que su peregrinación coincide con el 50 aniversario "de la célebre peregrinación del beato papa Juan XXIII a aquella localidad mariana, que tuvo lugar una semana antes de la apertura del Concilio Vaticano II".

No deja de ser significativo que, en vísperas de acontecimientos importantes en la vida eclesial, también Benedicto XVI haya decidido confiar a Nuestra Señora el fruto de estas iniciativas.

"Os pido que os unáis a mi oración encomendando a la Madre de Dios los principales eventos eclesiales que nos disponemos a vivir: el Año de la Fe y el Sínodo de los Obispos sobre la nueva evangelización", ha añadido el santo padre.

"Que la Virgen Santa acompañe a la Iglesia en su misión de anunciar el Evangelio a los hombres y mujeres de nuestro tiempo", ha concluido Benedicto XVI.

Mañana 4 de octubre, día de san Francisco de Asís, fiesta nacional en Italia, el papa partirá a las 9 horas de la mañana en helicóptero desde el helipuerto del Vaticano. Su llegada al Centro Juan Pablo II de Montorso está prevista para las 10 horas.

A las 10,20, el pontífice visitará la Santa Casa en el santuario lauretano, donde tendrá lugar la adoración del Santísimo Sacramento y la oración a la Virgen de Loreto.

A las 10,30, Benedicto XVI celebrará la Santa Misa en la plaza de Nuestra Señora de Loreto.

A las 13,15, el santo padre regresará al Centro Juan Pablo II de Montorso para la comida.

Del mismo centro, a las 17 horas está prevista la salida en helicóptero de regreso al Vaticano, donde está previsto que llegue al helipuerto a las 18 horas.

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Exclusiva


Sólo desde la ética y los grandes valores humanos se podrá reconstruir Nicaragua
Entrevista a monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua y secretario de la Conferencia Episcopal
Por Nieves San Martín

MANAGUA, miércoles 3 octubre 2012 (ZENIT.org).- Como se sabe, Nicaragua se prepara a celebrar unas elecciones municipales el próximo día 4 de noviembre. La Conferencia Episcopal emitió un reciente Mensaje en el que se refiere a los próximos comicios pero no sólo: hace un profundo análisis de la situación que atraviesa Nicaragua y propone un “replanteamiento integral del país”. El obispo auxiliar de Managua y secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Silvio José Báez OCD, comenta el mensaje y afirma que un reto como el que vive el país sólo se puede afrontar haciendo una “opción clara por la espiritualidad en la vida eclesial”.

En una de las pocas entrevistas que concede --en exclusiva para ZENIT--, monseñor José Silvio Báez, comenta el mensaje de los obispos (ver:http://www.zenit.org/article-43221?l=spanish) y responde a algunos interrogantes que suscita el estancamiento que sufre el país centroamericano, dominado por una dictadura encubierta bajo una democracia formal.

Usted ha afirmado en algunos medios que el reciente Mensaje de la Conferencia Episcopal de Nicaragua no se centra en las elecciones municipales del próximo 4 de noviembre, sino que va más allá. ¿En qué sentido?

--Mons. Silvio José Báez: Desde hace algunos años Nicaragua vive una situación gravísima a la que los Obispos aludimos en nuestro mensaje denunciando «un estilo de ejercer la autoridad en modo autocrático y abusivo, que se manifiesta a través de la concentración de poder y el deseo desmedido de conservarlo y perpetuarse en él, la manipulación de la ley y de las instituciones y la destrucción de los principios fundamentales que constituyen las bases del Estado de Derecho». Al mismo tiempo denunciamos a los llamados partidos de oposición porque «no han logrado interpretar el sentir de la población, no renuevan a sus líderes y no ofrecen estrategias políticas alternativas claras». Consideramos que este es el verdadero problema que vive la sociedad nicaragüense: «Tanto en el ejercicio del poder como en la lucha por conseguirlo, se constata, una gran incapacidad para concebir y practicar la política en función del bien común de la sociedad». Las elecciones municipales del próximo noviembre son sólo una coyuntura histórica que hace aflorar con más nitidez la raíz de la gravísima situación estructural que sufre la nación. Las elecciones municipales han sido sólo la ocasión propicia para que los Obispos afrontáramos el problema político del país en general afirmando que este «exige urgentemente replantear el funcionamiento integral del sistema político».

Sin embargo, gran parte del Mensaje se dedica a la importancia de las próximas elecciones municipales del 4 de noviembre. ¿Son tan decisivas? Son sólo municipales.

--Mons. Silvio José Báez: Ciertamente siendo elecciones municipales no tienen la importancia de unas elecciones nacionales, pero en Nicaragua se han convertido en un paso más hacia la consolidación de un poder dictatorial en el país. El partido gobernante no ha respetado en muchos aspectos la ley de autonomía municipal y espera ahora apropiarse de todas o casi todas las alcaldías del país. De este modo tendría en sus manos no sólo todos los poderes del estado, las instituciones gubernamentales y los llamados Consejos de Poder Ciudadano (CPC),organismos que controlan la organización social y fortalecen las estructuras partidarias del gobierno, sino la totalidad de las estructuras municipales del país. Y esto es posible porque poseemos un sistema electoral al servicio exclusivo del partido en el poder, que no se ha renovado debidamente al servicio de la democracia y que está conformado por unas personas que ya han administrado en modo escandalosamente fraudulento las elecciones municipales del 2008 y las nacionales del 2011. Por eso le hemos dedicado atención a estas elecciones, pero lo hemos hecho claramente enmarcándolas en el meollo del problema político nacional que es mucho más amplio.

¿Cuál es el llamamiento que hacen los Obispos a los católicos y a los nicaragüenses en general?

--Mons. Silvio José Báez: Los Obispos de Nicaragua hemos mantenido una posición coherente frente a la situación del país en estos últimos años. En primer lugar hemos sido muy cuidadosos de hablar como pastores, guiados por la palabra de su Santidad Benedicto XVI, sin pretender que la Iglesia sustituya o domine sobre el Estado y sin querer imponer a los que no comparten la fe nuestras propias perspectivas y modos de comportamiento. Nos hemos propuesto iluminar desde la fe la razón y la voluntad de los católicos y de todas las personas de buena voluntad. Hemos deseado simplemente contribuir a la purificación de la razón personal y social, exhortando a superar motivaciones y actuaciones nacidas del egoísmo, de la ambición de poder y de la manipulación de la religión y de los pobres aportando nuestra reflexión evangélica para que lo que es justo, aquí y ahora, pueda ser reconocido y después puesto también en práctica (cf. Deus Caristas est, 28).

Nos hemos propuesto como afirma el Santo Padre Benedicto XVI, «esforzarnos por abrir la inteligencia y la voluntad a las exigencias del bien» (Deus Caritas est, 28) en nuestra sociedad, invitando a todos a entrar en un auténtico proceso de conversión personal y social que nos lleve a desear y poner en práctica la verdad, el bien y la justicia en favor del bien común. Concretamente en este último mensaje exhortamos a quienes detentan el poder a respetar la Constitución, las leyes y las instituciones democráticas; a los partidos de oposición y a todos los sectores de la nación los invitamos a «reconstruir el tejido social del país, que se encuentra fragmentado y polarizado, éticamente débil de valores y carente de objetivos comunes» a través de diálogos abiertos en donde nos pongamos de acuerdo primero en un mínimo de valores éticos que luego sirvan de fundamento a la elaboración de un nuevo proyecto de nación fundado en el Estado de Derecho y la solidez institucional. No hay que comenzar dialogando sobre la economía y la política, sino sobre la ética y los grandes valores humanos. Finalmente exhortamos a todos los nicaragüenses a que, independientemente de la decisión que tomen en las próximas elecciones municipales, asuman su derecho y su deber a «ser sujetos activos en la construcción de la sociedad», no sólo con una vida personal y familiar recta, sino «por medio de acciones concretas de compromiso activo en la vida pública, luchando por la democracia, la paz, la justicia, la defensa de los derechos humanos y denunciando todo lo que se opone a ello».

¿Por dónde empezar, en su opinión, para salir del estancamiento en que vive Nicaragua?

--Mons. Silvio José Báez: Nicaragua, en donde las instituciones estatales son cada vez más corruptas y menos confiables, podrá salir del estancamiento cuando la población tome más conciencia del grave problema que vivimos, cuando los gobernantes sean auténticamente democráticos, cuando los pobres no se dejen encantar por dádivas ilusorias que reciben del poder como migajas que caen de la mesa del rico Epulón y cuando todos, independientemente de la preferencia ideológica, nos esforcemos por trabajar unidos por una sociedad mejor. Es fundamental para salir del estancamiento que vive Nicaragua hacer una clara opción por la educación integral de las nuevas generaciones, transmitiendo no sólo conocimientos, sino enseñando qué hacer con estos conocimientos a favor de una sociedad más justa, más democrática y más solidaria sobre todo con los más desfavorecidos Es necesario educar en los grandes volares sociales y políticos y en esto la Iglesia tiene un enorme reto, que en parte ya hemos empezado a asumir. En el Mensaje decimos al final que «creemos firmemente en la bondad y la capacidad del pueblo de Nicaragua para construir un presente más digno y un futuro más luminoso para todos». Como pastores hemos invitado a todo el pueblo a «liberarnos de la resignación, del indiferentismo y del conformismo, no dejándonos llevar nunca por el odio y la violencia» y finalmente hacemos un vehemente llamado desde nuestra fe en Cristo a la esperanza.

Parece que vivimos en América Latina y en otros países del mundo una época de democracias formales y dictaduras encubiertas. ¿Compartiría esta afirmación?

--Mons. Silvio José Báez: Lamentablemente este es un fenómeno social real en algunos países de América Latina y Nicaragua no es la excepción. En mi país se luchó por liberarse de una dictadura sangrienta y brutal que dominó el país por más de 50 años, pero lamentablemente ni la revolución sandinista que triunfó en 1979, la cual despertó grandes expectativas de justicia social y de democracia, ni los sucesivos períodos presidenciales regidos por partidos democráticos de derecha en los últimos años, han logrado dejar de ejercer el poder «como patrimonio personal y no como delegación de la voluntad popular». No han sabido superar la gravísima situación económica de pobreza y de desempleo que sufre el pueblo, no han podido crear un verdadero proyecto de nación, con un plan estratégico de desarrollo social y económico sostenible del puedan gozar todos los ciudadanos y en donde sobre todo la educación de las nuevas generaciones tenga un lugar prioritario.

Actualmente está en el poder un régimen que se presenta como una nueva edición de la revolución de 1979, pero realmente, como decimos los Obispos en nuestro Mensaje, «ejerce la autoridad en modo autocrático y abusivo», lo cual se manifiesta «a través de la concentración de poder y el deseo desmedido de conservarlo y perpetuarse en él» a toda costa. El gobierno actual de Nicaragua llegó al poder en 2007 por elecciones democráticas, pero se ha reelegido en 2011 en modo inconstitucional y a través de un proceso electoral fraudulento, hecho que los Obispos denunciamos y condenamos claramente, y ya ha comenzado a anunciar su deseo de continuar en el poder en el 2016.

Lo que dice el Episcopado de América Latina en el documento de Aparecida, en el número 74, describe perfectamente lo que está ocurriendo actualmente en Nicaragua y en otros países de América Latina: «Vemos con preocupación el acelerado avance de diversas formas de regresión autoritaria por vía democrática que, en ciertas ocasiones, derivan en regímenes de corte neopopulista (…). Una democracia sin valores, como los mencionados, se vuelve fácilmente en unadictadura y termina traicionando al pueblo». Lamentablemente la democracia tiene sus debilidades. Nicaragua es un claro ejemplo de cómo ha llegado al poder por vía democrática un gobierno que ahora con políticas neopopulistas se va consolidando poco a poco como una nueva dictadura.

¿Cuál cree usted que es el aporte más importante de la fe cristiana para acompañar auténticos procesos democráticos y liberadores?

--Mons. Silvio José Báez: Me parece que el más grande aporte de la fe y de la Iglesia está en la vivencia y la promoción de la vida espiritual, entendida no como una parte de la vida, sino como toda la vida cristiana iluminada por la acción del Espíritu que imprime en nosotros el dinamismo hacia la conversión y el seguimiento de Jesús. Al dirigir una mirada hacia la realidad de América Latina y El Caribe, el Documento de Aparecida constata que existe, «como reacción al materialismo, una búsqueda de espiritualidad, de oración y de mística que expresa el hambre y sed de Dios» (n. 99). No puede existir un trabajo evangelizador que no tenga como punto de partida una experiencia de Dios, una aceptación  vital del mensaje de Jesucristo y una apertura a la acción del Espíritu, es decir una espiritualidad. Hay que hacer una clara opción por la espiritualidad en la vida eclesial.

Yo estoy convencido como cristiano, como carmelita teresiano y como obispo que las opresiones sociales, económicas y políticas y las formas ilegales y corruptas de ejercer el poder, no pueden ser eliminadas por la pura actividad sociopolítica, económica, educativa o psicológica. Sólo la liberación interior, que supone la experiencia de Dios a través de la luz de su Palabra y la acción de su Espíritu que nos conducen al seguimiento de Jesús, puede asegurar que los procesos de liberación histórica sean auténticos y que la política no sea una forma de enriquecimiento para pocos sino un servicio al bien común de todo un pueblo. Sin hombres libres, purificados y convertidos de los ídolos, interiormente íntegros, honestos, capaces de fraternidad y respetuosos de la legalidad y de la justicia, los procesos de liberación social son precarios y la política se vuelve cada vez más mecanismo de opresión. Como afirmó Juan Pablo II: “Una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto, como demuestra la historia” (Centesimus annus, 46).

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Mundo


Córdoba ultima preparativos para la proclamación del doctorado de san Juan de Ávila
La Conferencia Episcopal Española peregrinara a la Basílica del santo para ganar el jubileo
CÓRDOBA, miércoles 3 octubre 2012 (ZENIT.org).- La Diócesis de Córdoba, España, se prepara ya para la gran celebración que va a tener lugar el próximo 7 de octubre en Roma: la proclamación del Doctorado de San Juan de Ávila por el Papa Benedicto XVI. En rueda de prensa, monseñor Demetrio Fernández ha explicado hoy qué ha supuesto y supondrá para Córdoba este acontecimiento.

"La Diócesis de Córdoba se siente especialmente honrada con este acontecimiento universal". De esta manera, comenzaba monseñor Fernández la rueda de prensa en la que se han dado a conocer los preparativos previstos para el Doctorado de San Juan de Ávila, especialmente en Montilla y Córdoba.

La proclamación del doctorado de San Juan de Ávila, junto con Santa Ildegarda de Bingen, coincidirá con el inicio de la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, según informó el Santo Padre durante el rezo del Regina Coeli, el día de Pentecostés.

Al hilo de esto, el prelado ha anunciado que en torno a trescientes personas se desplazarán este fin de semana a Roma para asistir a los actos del doctorado en la Plaza de San Pedro. Una celebración en la que el Rector de la Basílica Pontificia de Montilla, José Almedina, participará para hacerle entrega de una Cruz pectoral al Santo Padre con reliquia de San Juan de Ávila, labrada en oro por los orfebres cordobeses Hnos. Soto, diseñada por Ana Infante, y una imagen de San Juan de Ávila tallada por el escultor cordobés Marco-Augusto Dueñas.

Año jubilar montillano

Tal y como ha expresado el obispo de Córdoba, este acontecimiento va seguido de un Año jubilar en Montilla, desde el 12 de octubre de 2012 hasta el 19 de octubre de 2013. En este sentido, José Almedina ha indicado los actos que van a sucederse en la localidad, donde por primera vez procesionará la imagen y las reliquias del Santo por las calles de la localidad hasta la Basílica Pontificia, donde el Obispo abrirá la puerta santa del Año jubilar.

También, han informado de la Misa de Acción de Gracias que va a tener lugar el día 14 en la Catedral de Córdoba, a las 12 del mediodía. Previamente, a las 11 de la mañana, comenzará la procesión con el relicario del corazón de San Juan de Ávila desde la parroquia de San José y Espíritu Santo. "Está convocada toda la diócesis, niños, jóvenes, adultos, catequistas, cofradías con sus estandartes, colegios, voluntarios de Cáritas...", ha manifestado el Obispo.

En otro orden de cosas, monseñor Demetrio Fernández ha anunciado que el 23 de noviembre, la Conferencia Episcopal Española, actora y promotora de la Causa de canonización y doctorado de San Juan de Ávila, peregrinará a Montilla para ganar el jubileo, con una celebración presidida por el cardenal Antonio María Rouco Varela. Asimismo, en el marco del Año jubilar, habrá un Congreso Internacional en Córdoba sobre el nuevo doctor (en el mes de abril).

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Canadá se prepara para la canonización de Kateri Tekakwitha
Clausura de la asamblea plenaria de los obispos católicos
ROMA, miércoles 3 octubre 2012 (ZENIT.org) - Los obispos y los católicos de Canadá se preparan para la canonización de la beata Kateri Tekakwitha (1656-1680), en Roma, durante el próximo sínodo.

La asamblea plenaria 2012 de la Conferencia Episcopal de Canadá (CECC) finalizó el pasado viernes, 28 de septiembre de 2012.

Unos 80 obispos católicos de Canadá se reunieron del 24 al 28 de septiembre 2012, en Quebec. Un tiempo de intercambio y de reflexión, donde pudieron entre otras cosas encontrar a los obispos ucranianos católicos de Canadá y al arzobispo superior de la Iglesia católica ucraniana sui juris.

Monseñor Lionel Gendron PSS, obispo de Saint-Jean-Longueuil, presentó un informe sobre los preparativos de las celebraciones en honor de la canonización de Kateri Tekakwitha (21 de octubre de 2012). Aproximadamente 1.500 peregrinos canadienses llegarán a Roma.

La asamblea plenaria tuvo la oportunidad por otro lado de visionar el "primer montaje" de una película sobre la beata Kateri Tekakwitha, cuyo lanzamiento está previsto para octubre. 

En comunión con el papa

El primer día de la asamblea, monseñor Richard Smith, arzobispo de Edmonton y presidente de la CECC presentó el informe de actividades de la Conferencia Episcopal. Mencionó particularmente la iniciativa pastoral por la vida y la familia, la visita de solidaridad a Haití, el apoyo de la Iglesia a Tierra Santa, la Carta pastoral sobre la libertad de conciencia y de religión, y la nueva Guía de ética de la salud recientemente publicada por la Alianza católica canadiense de la salud (ACCS). 

También evocó la visita de Benedicto XVI al Líbano (14-16 de septiembre de 2012), recordando que "en comunión con el Santo Padre y los obispos de todas partes, compartimos la doble responsabilidad de hacer progresar la paz de Dios para la Iglesia y para la humanidad, y de profundizar más en la comunión con Dios y con nuestro mundo”.

El nuncio apostólico en Canadá, monseñor Pedro López Quintana, pronunció una alocución, en nombre de Benedicto XVI.

Los obispos evocaron el sínodo próximo sobre la nueva evangelización (7-28 de octubre): los delegados del sínodo y los delegados sustitutos del sínodo de los obispos presentaron a la asamblea las propuestas para sus eventuales intervenciones.

Traducido del francés por Raquel Anillo

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Observatorio jurídico


¿Garganta profunda?
Acerca del juicio al mayordomo de Benedicto XVI
Por Rafael Navarro Valls

MADRID, miércoles 3 octubre de 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos un articulo de nuestro colaboradorRafael Navarro-Valls, para la sección 'Observatorio jurídico', en el que comenta el actual juicio que la justicia vaticana lleva adelante contra el mayordomo de Benedicto XVI Paolo Gabriele. Afirma, en su calidad de jurista, que en el horizonte planea el perdón papal. Navarro-Valls es miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España

Para el hombre medio, el Derecho se asemeja a un enigmático castillo, rodeado de niebla. A veces, esta se disipa, los espectadores se acercan y el telón se levanta. Es lo que está sucediendo con el juicio cuya segunda sesión se tuvo ayer en la Ciudad del Vaticano.

Del singular escenario judicial destaca el Tribunal, que ha pasado de ocuparse de la microcriminalidad habitual (pequeños rateros que actúan entre los turistas vaticanos) a un caso enfocado desde todos los ángulos por las networks internacionales. Un tribunal laico, que utiliza un derecho contenido en el Código penal de la época más liberal de Italia, en el que la dignidad del encausado es defendida con uñas y dientes. Por eso su Presidente ha ordenado una investigación en cuanto se ha hablado de “malos tratos”.

La gravedad del caso enjuiciado no radica tanto en lo que técnicamente se llama “hurto doméstico”, cuanto en la violación de la privacidad de quienes escribían en conciencia a quien debe por su misión evaluar conciencias, esto es, el Papa. Lo ha reconocido con dolor el propio acusado. El “cuervo” vaticano (Paoletto, el mayordomo) es una especie de “Garganta Profunda” que utilizó pólvora de salvas, pues lo robado – y posteriormente filtrado- simplemente trasluce un modo de trabajar en la curia vaticana en la que quien tiene o cree tener algo que decir lo dice o, más bien, lo escribe y lo hace llegar al Papa. Muy distinto a ese cartucho de dinamita que fue el Wartergate, y que explotó en un escándalo que conmovió los cimientos de la presidencia de Nixon.

La abogada defensora está ejerciendo bien su cometido. Se agarra a cualquier posibilidad de defensa. Por eso ha llevado al acusado a hablar de “malos tratos”, lo que desvía la atención del acusado al acusador. Malos tratos muy dudosos, dado que durante todo el tiempo de internamiento, Paoletto dispuso de asistencia legal y médica. También hábil el recurso de negar el delito, pero no los hechos. Un modo sutil de confesar de facto, pero no de iure.

Por lo demás, el horizonte judicial de este proceso apunta al perdón. Cuando Ali Agca fue condenado a cadena perpetua por la judicatura italiana, la intercesión de Juan Pablo II (al que intentó asesinar) favoreció la conmutación de la pena. También ahora, la tendencia pontificia de atemperar la justicia con la misericordia probablemente actuará de nuevo. Por cierto, ustedes se preguntarán por qué el delito del turco Ali Agca – cometido en territorio vaticano - fue juzgado por jueces italianos y éste, el del mayordomo “infiel”, lo es por un Tribunal del Vaticano. La razón estriba en la interpretación judicial de una disposición del Tratado Lateranense (que crea el Estado de la Ciudad del Vaticano) por la que la Plaza de San Pedro, no obstante ser territorio vaticano, está bajo la vigilancia policial italiana. Si ésta arresta allí a un delincuente, cae bajo la jurisdicción italiana, sin necesidad de autorización de la Santa Sede. No ha sido el caso de Paoletto, descubierto por un puzzle de gendarmería vaticana, comisión de cardenales y el propio secretario del Papa. Por eso, éste ha sido llamado como testigo. Nada del otro mundo, contra lo que parecen sugerir los titulares.

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Documentación


La liturgia, lugar donde vivir la universalidad de la Iglesia
Catequesis de Benedicto XVI en la audiencia general de hoy
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 3 octubre 2012 (ZENIT.org).- La audiencia general de esta mañana ha tenido lugar a las 10,30 en la plaza de San Pedro, donde Benedicto XVI se dirigió a grupos de peregrinos y fieles llegados de Italia y de otros países. Ofrecemos las palabras pronunciadas por el papa en una catequesis centrada en la liturgia.

*****

Queridos hermanos y hermanas:

En la catequesis pasada empecé a hablar sobre una de las fuentes privilegiadas de la oración cristiana: la sagrada liturgia, que, como enseña el Catecismo de la Iglesia Católica, es “participación en la oración de Cristo, dirigida al Padre en el Espíritu Santo. En la liturgia toda oración cristiana encuentra su fuente y su fin” (n. 1073). Hoy me gustaría que nos preguntemos: ¿en mi vida, reservo un espacio suficiente para la oración y, sobre todo, que lugar tiene en mi relación con Dios, la oración litúrgica, especialmente la Santa Misa, como participación en la oración común del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia?

Para responder a esta pregunta, primero debemos recordar que la oración es la relación viviente de los hijos de Dios con su Padre infinitamente bueno, con su Hijo Jesucristo, y con el Espíritu Santo (cf. ibid., 2565). Así que la vida de oración en estar habitualmente en presencia de Dios y tener conciencia de ello, en el vivir en relación con Dios como si vivese las relaciones habituales de nuestra vida, aquellos con los familiares más queridos, con los verdaderos amigos; de hecho, aquella con el Señor es la relación que alumbra a todas nuestras otras relaciones. Esta comunión de vida con Dios, Uno y Trino, es posible porque, mediante el Bautismo hemos sido insertados en Cristo, hemos comenzado a ser uno con Él (cf. Rom. 6,5).

De hecho, solo en Cristo podemos hablar con Dios Padre como hijos, de lo contrario no es posible, sino que en comunión con el Hijo, podemos también decir como Él dijo: "Abba". En comunión con Cristo, podemos conocer a Dios como verdadero Padre (cf. Mt. 11,27). Por esto la oración cristiana consiste en mirar de manera constante y en una forma siempre nueva a Cristo, hablar con Él, permanecer en silencio con Él, escucharlo, actuar y sufrir con Él. El cristiano descubre su verdadera identidad en Cristo, “el primogénito de toda criatura”, en quien todas las cosas subsisten (cf. Col. 1,15 ss). En el identificarme con Él, en el ser uno con Él, descubro mi identidad personal, aquella del verdadero hijo que ve a Dios como un Padre lleno de amor.

Pero no olvidemos: A Cristo lo descubrimos, lo conocemos como una persona viviente, en la Iglesia. Esta es "su cuerpo". Esta corporeidad se puede entender a partir de las palabras bíblicas sobre el hombre y sobre la mujer: los dos se harán una sola carne (cf. Gn. 2,24; Ef. 5,30ss; 1 Cor 6,16s). El vínculo indisoluble entre Cristo y la Iglesia, a través del poder unificador del amor, no niega el “tú” y el “yo”, sino que los eleva a su unidad más profunda.

Encontrar la propia identidad en Cristo significa lograr una comunión con Él, que no me anula, sino me eleva a la dignidad más alta, aquella de hijo de Dios en Cristo: “la historia de amor entre Dios y el hombre consiste, en el hecho de que esta comunión de voluntad crece en la comunión del pensamiento y del sentimiento, y por lo tanto nuestra voluntad y la de Dios coinciden cada vez más” (Encíclica Deus caritas est, 17). Orar significa elevarse a la altura de Dios a través de una necesaria y gradual transformación de nuestro ser.

Por lo tanto, participando en la liturgia, hacemos nuestro el lenguaje de la Madre Iglesia, aprendemos a hablar en ella y por ella. Naturalmente, y como ya lo he dicho, esto sucede de manera gradual, poco a poco. Tengo que sumergirme progresivamente en las palabras de la Iglesia, con mi oración, con mi vida, con mi sufrimiento, con mi alegría, con mis pensamientos. Es un camino que nos transforma.

Pienso entonces que estas reflexiones nos permiten responder a la pregunta que nos hicimos al principio: ¿cómo aprendo a orar, como crezco en mi oración? Mirando el modelo que Jesús nos enseñó, el Padre Nuestro, vemos que la primera palabra es "Padre" y la segunda es "nuestro". La respuesta, entonces, es clara: aprendo a orar, alimento mi oración, dirigiéndome a Dios como Padre y orando-con-otros, orando con la Iglesia, aceptando el regalo de sus palabras, que me resultan poco a poco familiares y ricas de sentido. El diálogo que Dios establece con cada uno de nosotros, y nosotros con Él, en la oración incluye siempre un "con"; no se puede orar a Dios de modo individualista.

En la oración litúrgica, especialmente en la Eucaristía, y --formados de la liturgia--, en cada oración no hablamos solo como individuos, sino que entramos en el "nosotros" de la Iglesia que ora. Y tenemos que transformar nuestro "yo" entrando en este "nosotros".

Me gustaría recordar otro aspecto importante. En el Catecismo de la Iglesia Católica leemos: "En la liturgia de la Nueva Alianza toda acción litúrgica, especialmente la celebración de la Eucaristía y de los sacramentos, es un encuentro entre Cristo y la Iglesia" (n. 1097); por lo que es el "Cristo total", toda la Comunidad, el Cuerpo de Cristo unido a su Cabeza, el que celebra.

La liturgia no es, pues, una especie de “auto-manifestación” de una comunidad, sino que es la salida del simple “ser uno mismo”, ser cerrado en sí mismo, y entrar en el gran banquete, entrar en la gran comunidad viviente, en la que Dios mismo nos alimenta. La liturgia implica universalidad y este carácter universal debe entrar una y otra vez en el conocimiento de todos.

La liturgia cristiana es el culto del templo universal que es Cristo Resucitado, cuyos brazos están extendidos en la cruz para atraer a todos en el abrazo del amor eterno de Dios.

Es el culto a cielo abierto. No es nunca el solo evento de una comunidad única, con su ubicación en el tiempo y en el espacio. Es importante que todo cristiano se sienta y sea realmente insertado en este “nosotros” universal, que brinda la base y el refugio al “yo”, en el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia.

En esto debemos tener presente y aceptar la lógica de la encarnación de Dios: Él se ha hecho cercano, presente, entrando en la historia y en la naturaleza humana, convirtiéndose en uno de nosotros. Y esta presencia continúa en la Iglesia, su Cuerpo. La liturgia no es el recuerdo de acontecimientos pasados, sino que es la presencia viva del Misterio Pascual de Cristo que trasciende y une a todos los tiempos y espacios.

Si en la celebración no emerge la centralidad de Cristo, no tendremos liturgia cristiana, totalmente dependiente del Señor y sostenida por su presencia creadora. Dios actúa a través de Cristo y nosotros no podemos hacerlo si no es a través de él y en Él.

Cada día debe crecer en nosotros la convicción de que la liturgia no es nuestra, un "hacer" mío, sino que es la acción de Dios en nosotros y con nosotros.

Por lo tanto, no es el individuo --sacerdote o laico--, o el grupo que celebra la liturgia, sino que es sobre todo la acción de Dios a través de la Iglesia, que tiene su propia historia, su rica tradición y creatividad. Esta universalidad y apertura fundamental, que es característica de toda la liturgia, es una de las razones por las que esta no puede ser creada o modificada por la misma comunidad o por los expertos, sino que debe ser fiel a las formas de la Iglesia universal.

Incluso en la liturgia de la comunidad más pequeña, siempre está presente toda la Iglesia. Por esta razón no hay “extranjeros” en la comunidad litúrgica. En cada celebración litúrgica participa junta toda la Iglesia, cielo y tierra, Dios y los hombres. La liturgia cristiana, aún si se celebra en un lugar y en un espacio concreto y expresa el "sí" de una comunidad particular, es de por sí católica, viene del todo y conduce al todo, en unión con el Papa, con los obispos, con los creyentes de todos los tiempos y de todos los lugares. Cuanto más animada está una celebración por esta conciencia, tanto más fructífero es en ella el sentido auténtico de la liturgia.

Queridos amigos, la Iglesia se hace visible en muchos aspectos: en el trabajo caritativo, en proyectos misioneros, en el apostolado personal que cada cristiano debe realizar en su entorno. Pero el lugar donde se vive plenamente como Iglesia es la liturgia: esta es el acto por el que creemos que Dios entra en nuestra realidad y le podemos encontrar, le podemos tocar. Es el acto por el que entramos en contacto con Dios: Él viene a nosotros, y nosotros somos iluminados por Él. Por lo tanto, cuando en las reflexiones sobre la liturgia centramos nuestra atención solo en cómo hacerla atractiva, interesante, hermosa, corremos el riesgo de olvidar lo esencial: la liturgia se celebra por Dios y no por nosotros mismos; es obra suya; es Él el sujeto; y nosotros debemos abrirnos a Él y dejarnos guiar por Él y por su Cuerpo que es la Iglesia.

Pidamos al Señor aprender cada día a vivir la sagrada liturgia, especialmente la Celebración eucaristíca, rezando en el “nosotros” de la Iglesia, que dirige su mirada no hacia sí misma, sino a Dios, y sintiéndonos parte de la Iglesia viviente de todos los lugares y de todos los tiempos. Gracias.

Traducido del original italiano por José Antonio Varela V.

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Chile: investigación canónica del obispo de Iquique
Comunicados de la Diócesis de Iquique y de la Nunciatura
SANTIAGO, miércoles 3 octubre 2012 (ZENIT.org).- En relación a la investigación en curso de que está siendo objeto el obispo de Iquique Antonio Órdenes Fernández, por una denuncia formulada en su contra, tanto la Diócesis de Iquique como la Nunciatura Apostólica han emitido sendos comunicados hechos públicos por la Conferencia Episcopal y que reproducimos aquí.

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Comunicado de la Diócesis de Iquique

El Departamento de Comunicaciones del Obispado de Iquique (al norte de Chile) ante las noticias aparecidas en los medios de comunicación social, declara:

- Que efectivamente, monseñor Marco Antonio Órdenes Fernández, Obispo de Iquique, está siendo investigado canónicamente por una denuncia formulada en su contra. 

- Que efectivamente, como se ha dicho, monseñor Órdenes Fernández, padece de una antigua afección al hígado, lo que terminó transformándose en una descompensación enzimática y en un agudo estrés.

- Declara además, que en estos días viajó al Perú, a cumplir el reposo que se le había prescrito, desde donde regresará al país para continuar con su proceso de recuperación.

- Vivimos con mucho dolor la noticia recibida y lamentamos esta prueba por la que está pasando la Iglesia de Iquique.

- El Departamento de Comunicaciones del Obispado de Iquique invita a la comunidad a intensificar su oración, a fortalecer los vínculos de unidad y a pedir al Señor el pronto esclarecimiento de estos hechos.

El Portavoz de la Conferencia Episcopal de Chile, Jaime Coiro, dio a conocer el comunicado de prensa emitido por la Nunciatura Apostólica en el país.

Comunicado de la Nunciatura

La Nunciatura Apostólica en Chile informa que se está desarrollando desde abril de este año una investigación en relación a monseñor Marco Órdenes, Obispo de Iquique. Por el hecho de que la persona denunciada es un Obispo, el procedimiento es llevado a cabo por la Santa Sede.

Desde el inicio de este caso, la Nunciatura ha procurado ofrecer apoyo psicológico y acompañamiento para las personas afectadas y ha estado en contacto con Monseñor Órdenes, quien se encuentra con permiso médico.

Ante esta nueva dolorosa situación, la Nunciatura invita a orar al Señor para que ayude a todos a proceder con justicia y caridad.

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Fe de erratas


Sobre la devoción a la Virgen del Rocío
 
MADRID, miércoles 3 octubre 2012 (ZENIT.org).- Pedimos disculpas a los lectores por una errata del servicio publicado ayer, relativo a la devoción a la Virgen del Rocío. Hubo un trueque involuntario de nombres y se publicó Ayamonte donde debía decir Almonte.

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