Iglesia-Estado
05 de octubre del 2012

“Cataluña tiene una sociedad más secularizada que la media de España”, asegura Daniel Arasa, autor de ‘Derechos Humanos y Religión en Cataluña’

'Derechos Humanos y Religión en Cataluña' es el título de un libro que no va a estar exento de Polémica. Su autor ha hablado con Religión Confidencial y asegura que la religión católica es una de las más perseguidas como consecuencia "del relativismo, del hedonismo que ven en la religión, y de forma especial en la católica".


 

Reconoce que el cristianismo es la religión más perseguida, "no nos ha de extrañar, porque Cristo ya nos anunció que si le perseguían a Él también nos perseguirían a sus seguidores". Sobre las causas de las persecuciones a los católicos afirma que por un lado se encuentran los fundamentalismos como el "musulmán o el hindú con persecución violenta, que expresan su hostilidad a diario". Como ejemplo de esta discriminación a las otras confesiones pone el acento en el islamismo: "en el caso del Islam, el rechazo a las personas de las demás religiones es intrínseco".

Estas persecuciones a los católicos en occidente se llevan a cabo, según el autor,  de forma sibilina,"no derraman sangre, pero no faltan burlas, aislamientos, discriminaciones, ataques larvados, acusaciones de fundamentalismo cuando defendemos la familia o la vida, etc".

Con su reciente libro, Daniel Arasa asegura que ha querido describir "el reconocimiento progresivo de la libertad religiosa a lo largo de la historia, en paralelo al reconocimiento de los derechos humanos" y a su vez plasmar "lo ocurrido en este aspecto en los últimos años y la realidad actual en España y de modo más concreto en Cataluña".

De Cataluña afirma que se trata de una sociedad más secularizada que la media de España. En la entrevista concedida a Religión Confidencial detalla entre las causas de esta secularización la tradición antirreligiosa de algunos sectores de la sociedad catalana a lo largo de los años.  El libro de Arasa ha sido descrito como polémico incluso para el propio autor del prólogo, el abogado y padre de la Constitución Miquel Roca.