10.10.12

 

Desde hace cuatro años las combativas columnas de Kathleen Gilbert eran devoradas por los provida estadounidenses (y de otras partes del mundo). Llegó a Life Site News (LSN) hace cuatro años.

Previendo el peligro que representaba la elección de Obama para la defensa de la vida saltó a la arena. Durante este tiempo ha sido una buena periodista de investigación y un auténtico suplicio para la empresa multinacional del aborto Planned Parenthood.

Desde hace unas semanas no había nuevos artículos, y comenzaron las especulaciones. Kathleen ha decidido publicar el último artículo y explicarlo: My Final Letter to You… (Mi última carta…):

Estimados lectores,

Lamento comunicarles que esta es mi última carta.

En ocasiones anteriores aludí a la misteriosa desaparición de LifeSiteNews hace unas semanas. Así que esta noche estoy cogiendo metafóricamente el lápiz por última vez antes de entrar en el monasterio carmelita de Buffalo, Nueva York, para comenzar mi postulantado allí el 14 de octubre. Las sensaciones son difíciles de describir, una parte de ellas agridulces.

Nadie puede pedir mejores compañeros que los que he tenido para arrojar luz sobre los rincones más oscuros de nuestro mundo, con su trabajo infatigable, y además con alegría y buen humor. Pocas personas son tan privilegiadas como lo he sido pudiendo luchar contra el mal desempeñando un trabajo remunerado. Cambio una obra profundamente espiritual por otra. […]

Felicidades, Kathleen. Como bien dices comienzas una nueva vida, buena fecha la víspera de la fiesta de Santa Teresa. Encomendaremos. Se te nota en la despedida las mismas ganas de pelea de siempre.

Los que no entienden que Kathleen será «más eficaz» entre los muros del convento, porque esa es su vocación, los que se han escandalizado, lo entenderán: «cambio una obra profundamente espiritual por otra.»

Como he repetido numerosas veces (perdón por la autoreferencia) la lucha por la vida y la familia se ha convertido en terreno fértil que predispone a responder a las gracias recibidas. Las virtudes humanas, a veces ejercidas en grado heroico, son un sustrato fundamental. Es más, si la lucha provida no prudujese esos frutos, malo.