Mons. Kyrillos William interviene en el Sínodo

Un obispo advierte que la situación de los cristianos en Egipto ha empeorado con la llegada al poder de los Hermanos Musulmanes

 

El obispo de Assiut de los Coptos (Egipto), Mons. Kyrillos William, denunció ayer, en el Sínodo que se celebra en el Vaticano, que desde la llegada de los Hermanos Musulmanes al poder se asiste a un proceso de islamización del país y en las escuelas y otros lugares «se alimenta el odio» hacia los cristianos. Mientras tanto, otros obispos han expuesto su punto de vista sobre cómo ha de ser la nueva evangelización partiendo de la realidad de sus respectivas diócesis y naciones.

18/10/12 8:34 AM


(Efe) «Cada día, desde la llegada de los Hermanos Musulmanes al poder, asistimos a un nuevo proceso de islamización de las instituciones del Estado. Los cristianos siguen siendo considerados ciudadanos de segunda categoría y no se les reconocen muchos derechos», afirmó Kyrillos William en el Sínodo de Obispos para la Nueva Evangelización.

Mons. William, que es el representante de esa iglesia católica de rito oriental en el Sínodo, en el que participan 262 prelados de todo el mundo, agregó que en las escuelas y en otros lugares, «se continúa alimentando el odio» hacia ellos.

El prelado resaltó la presencia de la Iglesia Católica en Egipto -que no tiene más de 250.000 fieles en una población de 90 millones- en la sociedad civil, hospitales, dispensarios, escuelas, etc y aseguró que, aunque muchos extremistas les piden que abandonen el país no lo harán.

«Nos dicen, ir a Canadá o a América, todos tenéis visados. Pero nosotros les hemos dicho: no, éste es nuestro país, y permanecemos aquí», subrayó el prelado, que afirmó que seguirán difundiendo el Evangelio en esa región donde los cristianos son una exigua minoría frente a la mayoría islámica.

En esa misma línea, Mons. Raphaël Balla Guilavogui, obispo de N'Zérékoré (Guinea), dijo que el Islam está frenando la evolución de la Iglesia en el país, impidiendo la construcción de capillas o de iglesias, «por razones no confesadas».

También se refirió a la religión tradicional africana, de la que procede la mayor parte de sus fieles y subrayó que muchos de ellos, incluso después de haber recibido los sacramentos de la iniciación cristiana, «se creen obligados a volver a la iniciación tradicional por razones de seguridad o de integración social».

Nueva evangelización

En esta jornada del Sínodo, los prelados expusieron su punto de vista de cómo tiene que ser la nueva evangelización y cómo deben afrontarla los obispos.

En ese sentido Mons. Soane Patita Paini Mafri, Presidente de la Conferencia Episcopal de Tonga, propuso que los sacerdotes y prelados examinen constantemente su vida personal, que tiene que ser «muy sencilla» y no pueden ser «prepotentes».

«En el mundo actual, las personas están marcadas por heridas y dolores profundos y, por tanto, desean pastores verdaderamente compasivos que puedan tocar sus vidas profundamente y liberarlas de sus propias miserias. En otras palabras, pastores que puedan caminar con ellas poniéndose en su lugar», añadió el prelado.

Mons. Janusz Wieslaw Kaleta, obispo de Karagandá (Kazajistán) incidió en la transmisión de la fe a través de la familia y dijo que en los países postsoviéticos la mayoría parece mostrarse indiferente a la religión e incluso en los grupos donde aún se conserva la fe católica los jóvenes están muy alejados.

Mons. Kaleta se mostró a favor de formar a las «babushkas» (abuelas) en las Sagradas Escrituras y en el Catecismo, de manera sencilla y comprensible, ya que se han convertido en las transmisoras de la fe.

El cardenal George Pell, de Sydney (Australia) abogó por potenciar el diálogo con judíos y musulmanes y se mostró a favor de reintroducir en la costumbre católica la abstinencia de los viernes.