19.10.12

 

Aunque quedan lejos los tiempos en los que Kinsey afirmaba que el 10% de la población era homosexual, todavía hay quien continúa creyendose la trola. Lo triste es que se sigue tomando como referencia. ¿Cuál piensa Vd que es el porcentaje? No, no vale extrapolar lo que te «echan en las series de TV».

El argumento de que hay muchos en «el armario» pero que los homosexualistas saben cuántos son, tampoco sirve. La realidad está demostrando que cuanto mejor es la encuesta menor el porcentaje. Y cuanto mayores facilidades das para que la gente lo diga, menos salen.

El año pasado, el instituto pro-homosexualista The Williams Institute, intentaba salvar los muebles integrando otros estudios, le salía un 1,7%, mayorando los datos. En un breve lapso de tiempo se habían publicado encuestas bien hechas y con grandes muestras:

  • El estudio General Social Survey de 2008 rebajaba las mentiras homosexulistas hasta un 2,9%, aunque les fue todavía peor con macroencuesta de 2009-2010 de la ONS del Reino Unido, 450.000 respuestas, que situaba el porcentaje de homosexuales en el 1,03%. La mayor encuesta realizada hasta la fecha.
  • La encuesta Noruega, Norwegian Living Conditions Survey de 2010 ofrecía datos espeluznantes para el lobby gay, 0,7% de homosexuales, y desarmaba el falso argumento del supuesto miedo a la respuesta en un país tan liberado.

Este año Gallup intenta salir al rescate. Acaba de publicar un estudio especial que dice que un 3,4% de los estadounidenses se identifica como LGTB, sea lo que sea lo que quiere decir eso.

Teniendo en cuenta el error muestral, Gallup concuerda con la mayoría de los estudios modernos, que establecen un porcentaje de población LGTB en torno al 1%.

Quizá lo más relevante del estudio no sean los bajos resultados, tan alejados de la propaganda. Lo relevante es el modo en el que se preguntó: «¿Se identifica Vd, personalmente, como LGTB?». Que por un lado hace menos fiable o comparable el resultado y por otro revela el extraordinario componente ideológico que subyace.

Es menos fiable porque «identificarse» no es lo mismo que «ser». Esta pregunta puede ser respondida afirmativamente por quien le guste la estética gay o se vea reflejado con los objetivos del homosexualismo. No está demás recordar que ni todos los homosexualistas son homosexuales, ni todos los homosexuales homosexualistas. Al preguntar de ese modo se ‘engorda’ el resultado, una condición polifacética trata de presentarse como una ‘realidad’.

Pero el empeño en no mencionar palabras que remiten al sexo, hecho natural y objetivo –los humanos somos varones o mujeres– convierte en deletéreo el «ser homosexual». Se hurta el verbo ser y se obvia la cuestión sobre si es una conducta, una atracción, o un modo de ser, si fue en el pasado o lo es en el presente.

Dado que la mayoría de las veces se utiliza el argumento numérico como sustento de las agresivas y violentas políticas de reingeniería social, es un buen momento para que nuestros gobernantes reflexionen sobre ello.