21.10.12

 

Posiblemente, si exceptuamos el Quijote, nada hay más citado y menos leído que los documentos del concilio Vaticano II. Y resulta que como nunca se leyeron, o en caso de hacerlo ha pasado tantísimo tiempo, al final mucha gente ha acabado citando cosas que el concilio jamás dijo.

Hoy es el DOMUND, domingo mundial de la propagación de la fe. La cantidad de barbaridades que se han dicho últimamente sobre la actividad misionera de la Iglesia.

Por ejemplo, que nadie tiene la verdad absoluta, que todas las religiones son igualmente válidas para llegar a Dios, que no tenemos derecho a ir a otros pueblos a predicar nuestra fe, que eso es faltar al respeto a los demás, que cada vez que hemos ido a anunciar el evangelio lo que hemos hecho ha sido expoliar y humillar a la gente… Hace unos días un sacerdote me decía que la evangelización de América fue una vergüenza y que lo único que hicimos fue destruir culturas, oprimir pueblos y despojar a la gente de sus bienes. Y aún más. Leía el otro día en las redes sociales que “Hispanidad es el día en que algunos españoles celebran el genocidio y el expolio de América Latina”.

Todos estos razonamientos envenenados, empezando por denominar a Hispanoamérica “América latina”, acaban siempre en lo mismo: que está bien eso de ir por la vida en plan ONG laica, hacer favores, sonreír juntos, compartir (je, je), pero que nada de hablar de Dios, de Jesucristo, de vida eterna, de mandamientos, de redención, pecado y gracia, que es como de mal gusto. Y todo apoyándose un supuesto espíritu del concilio que viene a significar que me hago mi pastiche intelectualoide-pastoral-laico-mental y si alguien me dice algo digo que es el espíritu del concilio que es lo mismo que citar al fantasma de la ópera.

Por una vez, y esperando que sirva de precedente, les invito a leer el decreto “Ad gentes” del concilio Vaticano II sobre la actividad misionera de la Iglesia. Es un decreto pequeñito, apenas tiene 42 números, pero clarifica muy bien el sentido de la misión ad gentes y el por qué de la actividad misionera hoy.

Pues nada, hoy, día del DOMUND, vamos a repasar este decreto. Y a comprender qué es la misión, por qué y para qué. Les dejo un párrafo para abrir boca: “La razón de esta actividad misional se basa en la voluntad de Dios, que “quiere que todos los hombres sean salvos y vengas al conocimiento de la verdad, porque uno es Dios, uno también el mediador entre Dios y los hombres, el Hombre Cristo Jesús, que se entregó a sí mismo para redención de todos", “y en ningún otro hay salvación". Es, pues, necesario que todos se conviertan a Él, una vez conocido por la predicación del Evangelio, y a Él y a la Iglesia, que es su Cuerpo, se incorporen por el bautismo.”

Y ahora me dicen si hay muchos salvadores, si la verdad es relativa y si eso de convertirse a Cristo y bautizarse es necesario. Cosas del concilio, de los documentos, no del inventado espíritu del concilio que ni está ni se le espera.

P.D. Los cantamañanas se multiplican. ¿Han leído la última chorrada de los de la Juan XXIII? ¿Y los improperios de Llamazares a raíz de la detención de ese muchachito de Izquierda Unida que dirigió el asalto al colegio de los salesianos de Mérida? Cantañamanas con una mala uva…