3.11.12

El politono de misa de 11

A las 10:24 AM, por Jorge
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No, no se me confundan. Yo sé que con los teléfonos de última generación, los llamados Smartphone, uno lleva en el bolsillo el mundo entero. Me falta uno que haga café y que lleve incorporado el cajero automático. Todo se andará.

Una de las cosas “diver” de estos artilugios es la posibilidad de elegir el “politono”, creo que se dice así, que consiste en que cada cual puede elegir un soniquete para las llamadas entrantes, con la posibilidad incluso de que sea politono cambiante depende de quién te llame. Imaginen: Suspiros de España si llama la abuela, la Internacional para el tío Paco, rojo de siempre; Bob Esponja si es un nieto, algo de Serrat para hijos, yernos y nueras, Tantum ergo si se trata del párroco y la marcha nupcial de Wagner si es algo relacionado con la boda de la niña.

Les prometo que todos esos politonos los he escuchado yo en alguna misa.

Difícil imaginar una misa de domingo sin politono, y a veces en los momentos más especiales. No saben el susto que es estar en plena consagración y que de repente suene “Que viva España”, evidentemente a todo volumen no sea que de la llamada dependa la prima de riesgo. O toda una samba en la homilía o música heavy en la comunión. Esto además de las llamadas normalitas con esos tonillos tan comunes que es sonar y echarse la mano al bolsillo seis o siete.

Pasa también en las misas de diario. Capilla más reducida, sonido más estridente. ¿Y qué se hace?

Por parte de servido colocar carteles tamaño XXL en todas las puertas con un teléfono tachado. Vana pretensión. Ni caso.

¿Y por parte de la gente? Pues he visto de todo:

Lo normal, seamos claros, echar mano al bolso, apagar como se puede y pedir disculpas aunque sólo sea con un gesto.

Los hay que disimulan. O que no se enteran. Vamos, que ponen cara de póker. Lo malo es que el teléfono suena y suena ¡qué manera de sonar estos aparatejos y cuánto tiempo! Pero claro, si no se hace nada, al rato repiten la llamada. De los nervios.

Algunos al recibir la llamada salen corriendo y la responden justo en el hall de entrada, con lo que no es extraño estar en misa con murmullo de fondo.

• Y los hay que directamente responden en mitad de la misa, incluso en plena consagración me lo han hecho: “oye, que estoy en misa, que luego te llamo… sí, de acuerdo… entonces a las dos… vale, oye que es que estoy en misa…”

No es la primera vez que escribo sobre esto. Si sigo, será por algo.

En misa, el móvil en el bolsillo y sin sonido. Para hablar con Dios no hace falta, y se molesta a los demás.