9.11.12

No entiendo a De Galarreta

A las 11:17 AM, por Cartas al director
Categorías : Cartas al Director

 

El sitio de la FSSPX Sudamérica ha publicado extractos de la conferencia de Mons. Alfonso de Galarreta en Villepreux, Francia, el 13 de octubre de 2012.
http://www.fsspx-sudamerica.org/fraternidad/confdegala.php

Después de leerlo he quedado con la impresión que no entiendo a De Galarreta.

Quiero comenzar aclarando que yo era de los que anhelaba y rezaba por una reconciliación entre Roma y la FSSPX. Durante todo este tiempo se han publicado artículos a favor y en contra. Uno de ellos, John R. T. Lamont, llegó a decir que los lefebvristas aceptan el 95% del Concilio Vaticano Segundo y sólo rechazan el 5% y comparado con el ala progresista “es más fiel a las enseñanzas del Vaticano II que buena parte del clero y de la jerarquía de la Iglesia católica”:
http://baldestetes.tumblr.com/post/21030397580/las-preguntas-de-un-teologo-por-john-r-t-lamont
“El artículo de Ocáriz al cual ha replicado el padre Gleize, publicado en el número del 2 de diciembre de 2011 de “L’Osservatore Romano”, parece sostener que un rechazo de la autoridad del Vaticano II sea la base de la fractura verificada por la Santa Sede. Pero para quien esté al corriente tanto de la posición teológica de la FSSPX como del clima de opinión teológica en la Iglesia católica, esta tesis es difícil de entender. Los puntos mencionados por el padre Gleize son sólo cuatro de la voluminosa enseñanza del Vaticano II. La FSSPX no rechaza el Vaticano II en su globalidad: al contrario, el obispo Fellay ha afirmado que la Fraternidad acepta el 95 por ciento de sus enseñanzas. Ello significa que la FSSPX es más fiel a las enseñanzas del Vaticano II que buena parte del clero y de la jerarquía de la Iglesia católica”

“El primer interrogante que el comunicado de la Santa Sede plantea para un teólogo es: ¿por qué el rechazo por parte de la FSSPX de una pequeña parte de las enseñanzas del Vaticano II origina una fractura entre la Fraternidad y la Santa Sede, mientras el rechazo de enseñanzas del Vaticano II más numerosas e importantes por parte de otros grupos de la Iglesia deja a estos grupos tranquilos en su lugar y en posesión de una plena condición canónica? El rechazo de la autoridad del Vaticano II por parte de la FSSPX no puede ser la respuesta a este interrogante. En realidad la FSSPX muestra mayor respeto por la autoridad del Vaticano II que la mayor parte de las órdenes religiosas en la Iglesia.”

En Infocatólica leí a varios comentaristas filolefes (como ustedes los llaman) decir que los lefebvristas aceptan la validez del novus ordo, que en cuanto al rito nuevo no hay discusión, simplemente ellos prefieren celebrar el rito antiguo. Me resultaba comprensible el amor que sienten por el rito antiguo, siendo yo asiduo al novus ordo.

Un amigo me dijo “no son honestos”. Yo no estaba de acuerdo. Después de leer a De Galarreta ahora pienso que me equivoqué. Al parecer la cúpula de la FSSPX estaba un poco confundida porque, según ellos, recibían un doble mensaje: por un lado se le exigía que aceptaran el Concilio, la licitud del novus ordo, y el magisterio vivo, el nuevo código de derecho canónico, y por el otro “algunas autoridades” les decían: “la respuesta de la Congregación de la Fe es oficial; hacen su trabajo, pero ustedes no tienen que tenerla en cuenta, hay que archivarla; de todas maneras queremos un acuerdo, queremos reconocerlos tales como son”. La elección de Müller complicó más el panorama porque éste había tenido desencuentros con ellos anteriormente, no era “amigo” de la FSSPX. Müller les dijo que tenían que aceptar el concilio. No había nada más que discutir. Así que Mons. Fellay escribió directamente al Papa para saber si realmente esa era su respuesta, su pensamiento. El Papa le confirmó que la respuesta de la Congregación de la Fe era su respuesta, que él la había aprobado. Y además les recuerda sus exigencias, sus condiciones sine qua non para un reconocimiento canónico, reduciéndolas a tres puntos:

1) reconocer que el magisterio vivo es el intérprete auténtico de la Tradición, es decir las autoridades romanas;

2) que el concilio Vaticano II se acuerda perfectamente con la Tradición, que se lo debe aceptar;

3) que debemos aceptar la validez y licitud de la misa nueva”

Para la cúpula de la FSSPX el novus ordo, la santa misa, es contraria a la fe porque destruye la fe:

“Pusieron licitud, –probablemente en francés esta palabra tiene un significado un poco ambiguo–; para ellos eso quiere decir simplemente legal, que tiene las formas legales, pero en el lenguaje canónico es mucho más profundo: quiere decir que es una verdadera ley, que obliga como ley. Sin embargo la Iglesia no puede tener una ley contraria a la fe católica. En este sentido siempre hemos discutido la legalidad de la reforma litúrgica y de la misa nueva, porque no puede obligar como ley en la Iglesia. Es imposible porque es contraria a la fe, porque con ella destruyen la fe; y pusieron bien su validez y licitud.”

Nosotros somos huérfanos de la Divina Providencia…. Y un Concilio con alrededor de 2,500 obispos reunidos, más huérfanos, ellos no fueron guiados por la Divina Providencia. A los únicos que la Divina Providencia les marca el camino, los guía, es a la FSSPX…

-“Ustedes ven, por consiguiente, que hacía falta ceder y traicionar sobre todo lo esencial de nuestro combate –ese combate de las dos ciudades, de los dos espíritus–. Entonces, obviamente, la divina Providencia nos había marcado el camino del Capítulo sobre este punto. La misma Roma decía: no, nos quedamos a nivel doctrinal, y ustedes tienen que aceptar todo lo que han rechazado hasta ahora.”

Resulta paradójico que sean ellos precisamente los que digan “¡lean la historia de la Iglesia!”

-“En nuestra vida, todo sucede en la imperfección; ¡lean la historia de la Iglesia! No se debe exigir una perfección que no es de este mundo, sino que se deben mantener los ojos fijos en lo esencial, en lo que tiene importancia; y después se puede pasar sobre muchas cosas.”

Nosotros sabemos que no hay perfección en la Iglesia, que nunca la hubo ni la habrá. Son ellos los que exigen perfección.

El siguiente comentario es aún más contradictorio. Un Capítulo deliberativo no se puede equivocar en materia prudencial, “es impensable que la mayoría se equivoque”, pero un Concilio con 2,500 obispos sí se puede equivocar en materia doctrinal.
-“Cuando hay un capítulo consultativo, se pide consejo, pero después la autoridad decide libremente. Un capítulo deliberativo significa que la decisión tomada por la mayoría absoluta –la mitad más uno, lo que nos pareció razonable–, dicha decisión sería observada por la Fraternidad. Tal como lo demostró el último Capítulo, cuando pudimos hablar entre nosotros, tal como era necesario, hemos superado el problema de las discrepancias que habíamos tenido. Está claro que un capítulo deliberativo constituye una medida muy sabia y suficiente para aprobar eventualmente lo que pudiere conseguirse de Roma. Porque es casi imposible que la mayoría, el Superior de la Fraternidad –después de una discusión franca, de un análisis a fondo de todos los aspectos, de todas las consecuencias–, es impensable que la mayoría se equivoque en materia prudencial.”

Benedicto XVI es modernista…

-“Les presento un caso de figura, una hipótesis: supongamos que mañana haya un papa en la situación actual, pero que no sea modernista en sí mismo, en su pensamiento –como es el caso actualmente–; supongamos que no sea modernista en su teología, en su pensamiento, en su corazón, y que quiera realmente volver a la Tradición, pero que le falte un poco de convicción”
Esto sí que es una sorpresa. Yo creía que los sedevacantistas, por ejemplo los de Radio Cristiandad, llamaban “modernista” a Benedicto XVI, pero resulta que para la cúpula de la FSSPX también lo es…

- “De este modo, en la eventualidad de un papa que no tuviera la convicción, la fortaleza o los medios para enderezar él mismo la situación actual de la Iglesia, en esta crisis de la fe, él podría muy bien usarnos como punta de lanza, podría muy bien darnos las condiciones requeridas para que podamos, nosotros, ser como la punta de lanza contra este absceso. Y además, pensándolo bien, si un papa un día nos otorga estas condiciones, él mismo dará el primer golpe contra el edificio del concilio Vaticano II y de la Iglesia conciliar, porque por el mismo hecho ya admitiría que el concilio contiene errores, que se lo puede rechazar y que se debe volver a la Tradición. Si un papa tomase en consideración estas condiciones exigentes, casi imposibles humanamente, se declararía inmediatamente la guerra en la Iglesia conciliar. La supuesta Iglesia conciliar sería dinamitada, está claro. Por esta razón, a nuestros ojos, las cuestiones canónicas son más bien puntos de detalles. Porque cuando un papa quiera concedernos los dos primeros puntos, querrá decir que ya está dispuesto a concedernos todo, incluso en el plano canónico, y eso, por supuesto, se lo pediremos”

Sus exigencias son sicodélicas: que un futuro Papa “que no sea modernista como el actual” los utilice como “punta de lanza” para dinamitar la “Iglesia conciliar”.

¿Legítima discusión? El objetivo es anular el Concilio, anular la misa nueva, anular el nuevo código de derecho canónico. Sus defensores se equivocaron.

No tengo idea si Mons. Fellay comparte el pensamiento de De Galarreta. Ojalá tenga presente lo que les escribió en privado (y que alguien de la Fraternidad sacó a la luz pública) en cuanto al peligro de caer en sedevacantismo: “ “Al leerlos, uno se pregunta seriamente si ustedes creen todavía que esta Iglesia visible, cuya sede está en Roma, es realmente la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo, una Iglesia por cierto horriblemente desfigurada a planta pedis usque ad verticem capitis, pero una Iglesia que a pesar de ello sigue teniendo por jefe a Nuestro Señor Jesucristo. Da la impresión de que ustedes se hallan tan escandalizados que ya no aceptan la posibilidad de que esto pudiera ser verdad. Para ustedes, ¿Benedicto XVI es aún Papa legítimo? Si lo es, ¿Jesucristo puede todavía hablar por su boca?

Esta falta de distinción lleva a algunos de ustedes a un endurecimiento « absoluto », lo cual resulta grave porque tal caricatura ya no es real y desembocará lógicamente en el futuro en un verdadero cisma. Quizás este hecho es uno de los argumentos que me impulsa a responder sin más dilación a los requerimientos romanos.”

Que la Virgen Santísima los proteja. Lo deseo de corazón.

Atentamente
Jorge del Prado

P.D.: Por favor que no se vaya a tomar este desahogo en contra de los católicos de espíritu tradicional que están en plena comunión con Benedicto XVI que aman la misa antigua y luchan para poder acceder al rito en su localidad.