17.11.12

Vida parroquial: al fondo hay sitio

A las 12:19 PM, por Jorge
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Cada cual tiene su forma de entender una parroquia. Yo tengo la mía, y no es mejor ni peor, es simplemente la mía.

Lo básico no lo pone nadie en duda. La parroquia es lugar de encuentro de la comunidad cristiana donde se anuncia el evangelio, se celebra la fe, se ayuda a los pobres y se construye la comunidad en el seno de la Iglesia. Poco más que añadir.

Personalmente me encanta que la parroquia sea un lugar muy vivo, abierto a las necesidades de la Iglesia, y abierto al barrio como forma de llevar a los demás la buena nueva de Cristo.

Consecuencia de todo esto es que, además de lo habitual: misas, sacramentos, catequesis, Cáritas… siempre tengamos “algo”. Por ejemplo os cuento lo de los últimos días pasados y futuros:

- Ayer por la tarde, la presentación de “El hilo invisible”, el último título de la editorial Vita Brevis y que por cierto me permitió conocer personalmente a muchos amigos de Infocatólica.

- Hoy sábado el encuentro de la “Frater” (fraternidad cristiana de enfermos) que se vienen aquí por la tan cuidada accesibilidad del templo y todas las dependencias. Pues bienvenidos.

- El jueves, encuentro de grupos de Cáritas de la zona.

- Jornadas de retiro de movimientos y grupos.

- El sábado, encuentro del Movimiento Familiar Cristiano, que se quedó sin locales y nos pidió ser “alojado” en la parroquia.

- Todos los días, el SOIE (servicio de orientación e información para el empleo), que da cobertura a toda la zona y aquí tiene su sede.

- El proyecto de apoyo a chicas embarazadas que se quedó sin local de referencia y aquí que se vinieron también.

- Dentro de unos días, un fantástico concierto con una sensacional orquesta de cámara.

- La capilla de adoración perpetua, en la que van a colaborar las parroquias del entorno.

- Un encuentro de catequistas de la zona. Pues nada, aquí estamos.

Una parroquia tiene que ser generosa y muy abierta a las necesidades de la iglesia y a la evangelización. Tenemos el peligro de cerrarnos en nosotros mismos con la ciertamente a considerar excusa de que es mucho lío, y los gastos, y la molestias. Yo en esto siempre lo he tenido muy claro: la parroquia está al servicio de las necesidades propias, de la zona y de la iglesia. Y mientras haya una sala libre, será una oportunidad más de abrirse al evangelio, a los pobres, a la gente. Y no puede despreciarse.

En eso soy fácil. ¿Presentación de un libro, conferencia, concierto, proyecto de Cáritas, asociación cristiana, encuentro católico, exposición de pintura de un vecino, conferencia que merezca la pena? Pasen, al fondo hay sitio.

Esto es una bendición de Dios. Facilitamos el anuncio del evangelio y somos testimonio ante el barrio que ve cómo en la parroquia hay vida, hay gente, hay evangelio, hay disponibilidad. Hoy por hoy puedo decir que cada mañana se abre la parroquia a las siete y difícilmente se echa el cierre antes de las diez y media de la noche. Y en unas pocas semanas, 24 horas abierta con el Santísimo expuesto.

Para eso estamos. Desaprovechar una sala una hora es despreciar los dones que Dios nos ha dado.